venezolanos. Mis padres vinieron jóvenes a España a buscar trabajo y si era posible crear su propia familia, y lo lograron. Ahora yo tengo mi propia familia, mi mujer y mis dos hijos son mi vida. Mi mujer trabaja de camarera en una cafetería cerca de casa y los pequeños, mi madre los cuida cuando trabajamos los dos, tienen 3 y 1 año.
El día del accidente. El día que me ocurrió el accidente no debía estar en casa ya que me había salido un trabajo como peón en un edificio que estaban construyendo hacía unos meses, pero ese día mi jefe me pidió que llegara más tarde ya que quería que le ayudase a recoger unas nuevas máquinas, por lo que me quedé en casa con los niños mientras mi mujer se fue como siempre sobre las 7 a trabajar y yo esperaba a mi madre.
Según explicaron los bomberos, la fuga de gas provenía de la caldera, que tuvieron que controlar y sanear las puertas y ventanas afectadas por la onda expansiva. La vivienda no sufrió daños estructurales, tampoco el resto de pisos del edificio.
Creo que debió ser por todo lo que se formó, las ambulancias, los gritos [… ] yo aturdido por el humo y la verdad que el shock de todo aquello, solo pensaba en mis hijos,[… ] no me quedé tranquilo hasta que una vecina se acercó a la camilla, me los enseñó y me dijo que me relajara, que mi mujer venía para la casa y ella se ocupaba de ellos.
Hospitalización. Estuve varias semanas en el hospital, me dijeron que tenía quemaduras en el brazo de hasta 3º grado y que tras valorarlas y tratarlas me podrían poner un injerto [se ríe] a chino me sonó esa palabra. Me explicaron que tomarían un poco de mi piel de otra zona, esperando encontrar que fuera lo más parecida a la del brazo y me la pondrían en la zona que se me quedo tan destruida a raíz de la quemadura.
Daños psicológicos. El accidente me ha causado un temor muy grande a lo que tenga que ver con el gas. Por ejemplo, durante la estancia en el hospital cuando me hacían las curas diarias, cada dos días, después la del injerto […] no me podía ni mirar el brazo, me daba terror, y cuando volví a casa no quise saber nada de bombona para ninguna función que exista. Es cierto que todavía cuando me desvisto o me ducho me da mucha cosa mirarlo, y es que aunque sé que tuve mucha suerte de que no me afectara la cara o el pecho, que según me dijeron hubiera sido más peligroso por las complicaciones al estar cerca del corazón y de los pulmones, yo siento solo un ligero alivio, porque todo me pareció una terrible pesadilla.
Lo peor no es el dolor que causan, o cuando te levantan los apósitos y deben mojar primero con suero […] o al principio que estaban más recientes me ponían calmantes para poder lavármela y retirar los tejidos muertos. Lo peor fueron esos segundos en los que pasa todo y nada te podías imaginar. Esos segundos que pasa toda tu vida por delante de tus ojos y que piensas que todo se reduce a nada y que puedes morir, ese miedo, esa punzada en el estómago, aún la siento.
Actualidad. Puedo mover bien el brazo, juego con mis hijos y llevo una vida lo más normal posible. Hace un año que fue el accidente, pero la verdad que sigo teniendo molestias, a veces más fuertes que otras, me explicaron que posiblemente las tuviera ya que son dolores crónicos que pueden aparecer. Las secuelas psicológicas sigo padeciéndolas, me cuesta mirarme el brazo, no es porque el trabajo de los cirujanos haya sido malo, al contrario, no tengo ninguna queja, con respecto a los cuidados y al trato han sido fenomenales, pero aún me cuesta echarle un ojo […] poco a poco voy abriendo el campo [ríe]
Referencias
1 Aghacier, BM. Atención del paciente quemado. México; Ed. Manual moderno, 1998.
2 Domínguez J.M., Gómez T., Martín R. El paciente quemado grave. Capítulo 9.8. En: Gil Cebrán J y Cols. Principios de urgencias, emergencias y cuidados críticos. [Revista en línea]. 1999, [acceso 30 agosto de 2014]. Disponible http://tratado.uninet.edu/c0908i.html.
3 Fernández E., Gálvez L., Fernández J., Gómez E. , Salinas J. Epidemiology of burns in Málaga, Spain. Burns 1997; 23; 323-32.
4 Santos X, Jiménez R, Sanchez–Gabriel J, Martinez D, Arroyo C. Quemaduras: su importancia como accidente doméstico. Medicina Preventiva. 1999; 4(4):27-29.
5 Pérez Mª T, Martínez P, Pérez L, Cañadas F. Guía de práctica clínica para el cuidado de personas que sufren quemaduras [Internet]. 11º ed. Sevilla: Artefacto. [consultado el 10 de diciembre de 2014]. Disponible en : http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_485_Quemados_Junta_Andalucia_completa.pdf.
6 Suarez A, Palomar F, Fornes B. Injertos autólogos con sellos de piel. Enfermería dermatológica. 2012; 16:21.
7 Amezcua M, Hueso C. Cómo elaborar un relato biográfico. Archivos de la Memoria; 2004; 1. [Acceso 22 de noviembre 2013] Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/metodología.php. Consultado el 20/11/2014.
8 Amezcua M, Hueso C. Cómo analizar un relato biográfico. Arch Memoria [en línea]. 2009; (6 fasc. 3).Disponible en http://www.index-f.com/memoria/6/mc30863.php> Consultado el 20/11/2014.