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Revolucionando el diagnóstico: la semiología en la enfermedad diverticular

Revolucionando el diagnóstico: la semiología en la enfermedad diverticular

Autor principal: Frandanny Vallejo Rivas

Vol. XX; nº 04; 100

Revolutionizing diagnosis: semiotics in diverticular disease

Fecha de recepción: 15/01/2025

Fecha de aceptación: 14/02/2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 04 Segunda quincena de Febrero de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 04; 100

Autor:

Msc. Dr. Frandanny Vallejo Rivas[1]

Encargado de área de investigación y Simulación, CISEC, UNIBE, Médico Servicio Emergencias Hospital San Vicente de Paul, Costa Rica.

Resumen

Este estudio analiza la evolución en la evaluación y manejo de la enfermedad diverticular, comparando los enfoques históricos con los avances modernos. Se resalta la importancia de la semiología clínica en el diagnóstico, tanto en el pasado, cuando las herramientas tecnológicas eran limitadas, como en la práctica contemporánea, donde los métodos avanzados están ampliamente disponibles.

El objetivo de la investigación fue destacar cómo la integración de la evaluación clínica con los avances tecnológicos ha transformado el panorama del tratamiento. Metodológicamente, se realizó una revisión sistemática de artículos revisados por pares (2019–2023), con énfasis en estrategias diagnósticas y protocolos de manejo en contextos latinoamericanos. Se analizaron prácticas históricas basadas en la experiencia clínica y se contrastaron con herramientas modernas como la tomografía computarizada (TC) y los biomarcadores.

Los hallazgos demostraron mejoras significativas en los resultados de los pacientes, incluidas tasas más bajas de complicaciones graves, gracias a diagnósticos precisos y tratamientos personalizados. Los enfoques históricos a menudo provocaban retrasos en la intervención y mayores riesgos, mientras que las técnicas modernas ofrecen mayor precisión y manejo adaptado.

Se concluye que la semiología clínica sigue siendo esencial, especialmente en contextos con recursos limitados, y se destaca la necesidad de reducir las brechas en el acceso a tecnología avanzada. Las recomendaciones incluyen mejorar la capacitación médica, ampliar el acceso a herramientas avanzadas y fomentar estrategias preventivas como la mejora de la dieta y la educación.

Palabras clave: Enfermedad diverticular, Semiología, Diagnóstico, Avances clínicos, Estrategias preventivas

Abstract

This study explores the evolution of the evaluation and management of diverticular disease, comparing historical approaches with modern advancements. The research underscores the pivotal role of clinical semiology in diagnosing this condition, both in the past, when technological tools were scarce, and in contemporary practice, where advanced diagnostic methods are widely accessible.

The investigation aimed to highlight how integrating clinical evaluation with technological advancements has transformed the treatment landscape. Methodologically, the study conducted a systematic review of peer-reviewed articles (2019–2023) focusing on diagnostic strategies and management protocols, emphasizing Latin American contexts. It analyzed historical practices reliant on clinical experience, contrasting them with modern tools like computed tomography (CT) and biomarkers.

Findings revealed significant improvements in patient outcomes, including reduced rates of severe complications, due to precise diagnostics and personalized treatments. Historical approaches often led to delayed interventions and higher risks, while modern techniques offer enhanced accuracy and tailored management. Conclusions emphasized the continuing importance of clinical semiology, particularly in low-resource settings, and the need to bridge gaps in technological access. Recommendations include enhancing medical training, expanding access to advanced tools, and promoting preventive strategies like dietary improvements and education.

Keywords: Diverticular disease, Semiotics, Diagnosis, Clinical advancements, Preventive strategies

Introducción

La enfermedad diverticular del colon es una afección común, especialmente en personas mayores de 50 años, caracterizada por la formación de pequeñas bolsas o sacos en la pared del colon, conocidas como divertículos. Esta patología abarca un espectro clínico que incluye desde hallazgos asintomáticos hasta cuadros graves de diverticulitis complicada, lo que plantea importantes desafíos para el diagnóstico y manejo. En este contexto, la semiología desempeña un papel crucial, no solo en la identificación inicial de los casos, sino también en la diferenciación de otras patologías abdominales y en la toma de decisiones sobre tratamientos quirúrgicos o conservadores. Aunque generalmente es asintomática, una proporción significativa de pacientes puede desarrollar diverticulitis, una inflamación que en casos graves puede llevar a complicaciones como perforación o abscesos (Tursi et al.,p. 3) (1).

Históricamente, la enfermedad diverticular se asociaba a estilos de vida modernos, particularmente a dietas bajas en fibra. Sin embargo, estudios recientes han ampliado nuestra comprensión de los factores de riesgo, incluyendo la obesidad, el sedentarismo y el envejecimiento poblacional. En América Latina, la incidencia de la enfermedad diverticular ha ido en aumento debido a cambios en los hábitos alimenticios y al envejecimiento poblacional (2). En Costa Rica, esta enfermedad se ha convertido en una preocupación de salud pública, especialmente en áreas rurales donde el acceso a tecnologías diagnósticas avanzadas es limitado. Esto subraya la importancia de la semiología clínica como una herramienta esencial para el diagnóstico inicial (3).

La semiología, entendida como el estudio de los signos y síntomas, permite a los profesionales de la salud realizar una evaluación inicial basada en el examen físico y la historia clínica del paciente. Esta valoración es especialmente importante en entornos con recursos limitados, donde la disponibilidad de tecnologías avanzadas, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), puede ser desigual. Los hallazgos clínicos como dolor abdominal localizado en el cuadrante inferior izquierdo, fiebre, y cambios en los hábitos intestinales son signos característicos que orientan el diagnóstico inicial de la enfermedad diverticular y guían las decisiones terapéuticas.

La enfermedad diverticular fue descrita por primera vez en el siglo XIX. Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XX que su prevalencia comenzó a aumentar, particularmente en países desarrollados. Este fenómeno se atribuyó a dietas bajas en fibra y a un estilo de vida sedentario (2).

A mediados del siglo XX, la enfermedad diverticular comenzó a adquirir mayor relevancia debido al incremento en su incidencia, particularmente en países desarrollados. Esto se atribuyó a cambios en los hábitos alimenticios, como el consumo excesivo de alimentos procesados y la disminución en la ingesta de fibra dietética (1). En América Latina, aunque se reportan tasas más bajas en comparación con regiones como Europa o Norteamérica, la prevalencia ha ido en aumento conforme se adoptan dietas más occidentales.

La identificación inicial de los divertículos se remonta al siglo XIX, pero no fue hasta la llegada de tecnologías avanzadas de imagen, como la tomografía computarizada (TC), que se logró un diagnóstico más certero. Este avance permitió diferenciar entre diverticulosis (presencia de divertículos sin síntomas) y diverticulitis (inflamación e infección de los divertículos). Según estudios recientes, más del 25% de los pacientes con diverticulosis desarrollarán algún episodio de diverticulitis a lo largo de su vida (1). Este dato refuerza la importancia de contar con herramientas diagnósticas precisas para evitar complicaciones graves.

Según Laurell et al. (4), «la introducción de la tomografía computarizada (TC) a finales del siglo XX permitió un diagnóstico más preciso, diferenciando entre diverticulosis y diverticulitis» (p. 460). Este avance fue fundamental para reducir complicaciones graves mediante intervenciones más tempranas y dirigidas.

Epidemiología en América Latina

En América Latina, las tasas de incidencia han sido tradicionalmente menores que en Europa y América del Norte. No obstante, la globalización y los cambios dietéticos han incrementado los casos, afectando especialmente a personas mayores de 50 años. Un estudio reciente en Costa Rica identificó que «el 65% de los casos diagnosticados de diverticulitis aguda ocurrió en pacientes mayores de 60 años, con una proporción ligeramente mayor en mujeres» (3).

A nivel internacional, la enfermedad diverticular también refleja marcadas disparidades en términos de acceso a diagnósticos y tratamientos. En países desarrollados, como Estados Unidos y Alemania, el uso rutinario de tecnologías avanzadas como la TC ha permitido un diagnóstico más oportuno y preciso, reduciendo las tasas de complicaciones graves. En contraste, en regiones en vías de desarrollo, la semiología sigue siendo la herramienta principal para la valoración inicial, lo que resalta su importancia universal. Sin embargo, estas diferencias también subrayan la necesidad de una mayor equidad en el acceso a recursos diagnósticos y terapéuticos a nivel global.

El desarrollo de este documento tiene como objetivo analizar y comparar los enfoques en la valoración de la enfermedad diverticular desde una perspectiva semiológica, destacando su relevancia tanto en Costa Rica como en el ámbito internacional. Se abordan aspectos clave como los hallazgos clínicos principales, los métodos diagnósticos utilizados y los criterios para determinar la necesidad de intervención quirúrgica. Además, se revisa el impacto de las tecnologías avanzadas en los resultados clínicos y las diferencias en su disponibilidad entre regiones desarrolladas y en desarrollo. Finalmente, se discuten las implicaciones prácticas para los profesionales de la salud, especialmente en entornos con recursos limitados.

En la sección sobre la presentación clínica, se detalla cómo los signos clínicos característicos de la enfermedad diverticular, como el dolor abdominal localizado y la fiebre, pueden orientar el diagnóstico inicial y diferenciar esta condición de otras patologías abdominales. Estos hallazgos son fundamentales para guiar las decisiones terapéuticas, especialmente en entornos donde los recursos diagnósticos avanzados no están disponibles.

En Costa Rica,(3) al igual que en otros países de la región, los médicos generales y cirujanos enfrentan desafíos particulares. Por un lado, deben manejar una creciente prevalencia de esta enfermedad en un contexto de acceso desigual a recursos diagnósticos avanzados. Por otro lado, tienen la tarea de diferenciar entre casos que pueden manejarse de forma conservadora y aquellos que requieren intervención quirúrgica urgente. Este equilibrio entre semiología clínica y métodos diagnósticos avanzados es el núcleo de un manejo efectivo.

Breve referente teórico

La semiología, o el estudio de los signos y síntomas, es fundamental en el diagnóstico de la enfermedad diverticular. A pesar de los avances en la tecnología médica, la evaluación clínica inicial sigue siendo clave para identificar casos que requieren mayor atención. Los pacientes suelen presentar dolor abdominal, comúnmente localizado en el cuadrante inferior izquierdo, acompañado de fiebre y cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento.

Tursi et al. (1) destacan que «la semiología permite diferenciar la enfermedad diverticular de otras patologías abdominales como el síndrome de intestino irritable o la apendicitis, lo que evita retrasos en el tratamiento». Este enfoque clínico se complementa con pruebas de laboratorio y estudios de imagen en casos de sospecha de complicaciones. Además, el uso de biomarcadores como la proteína C reactiva ha demostrado ser útil para identificar inflamación y orientar decisiones diagnósticas y terapéuticas.

Además, el uso de biomarcadores, como la proteína C reactiva (PCR) y el recuento de glóbulos blancos, complementa la evaluación clínica. Estos parámetros ayudan a determinar la severidad de la inflamación y a guiar decisiones terapéuticas (5)

La literatura reciente ha puesto un énfasis importante en la correlación entre la presentación clínica de la enfermedad diverticular y las decisiones sobre su manejo, particularmente en contextos quirúrgicos. Según un estudio realizado por Laurell et al. (4), el diagnóstico temprano basado en una evaluación clínica detallada puede reducir la necesidad de intervenciones quirúrgicas de emergencia. Esto se debe a que la identificación oportuna de síntomas como dolor severo, peritonitis o fiebre persistente permite una planificación quirúrgica más controlada.

En el caso de la diverticulitis complicada, la semiología sigue siendo clave para determinar la necesidad de cirugía. Por ejemplo, la presencia de signos de irritación peritoneal o masas palpables puede indicar la formación de abscesos o perforaciones, condiciones que generalmente requieren intervención quirúrgica. Kruis et al. (6) señalan que la evaluación clínica es un componente esencial para decidir entre manejo conservador o quirúrgico, especialmente en entornos donde los recursos son limitados. Este enfoque resalta la relevancia de la semiología como una herramienta universal, aplicable tanto en países desarrollados como en regiones con menos recursos.

La semiología ha demostrado ser indispensable para el diagnóstico y manejo de la enfermedad diverticular, actuando como el primer paso en la evaluación clínica y sirviendo como base para decisiones más complejas. Su importancia es especialmente evidente en contextos donde el acceso a herramientas diagnósticas avanzadas es limitado, como en muchas partes de América Latina.

La valoración de la enfermedad diverticular ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, desde sus inicios como una condición poco comprendida hasta convertirse en un área clave dentro de la cirugía general y la gastroenterología (5). Esta transformación ha sido impulsada por avances en el conocimiento clínico, el desarrollo de tecnologías diagnósticas avanzadas y la estandarización de protocolos terapéuticos. A continuación, se compara el enfoque antiguo con el moderno en la semiología y manejo de esta enfermedad, destacando los cambios más significativos.

Enfoque clínico antiguo: limitaciones y dependencia de la experiencia

En el pasado, la semiología de la enfermedad diverticular se basaba casi exclusivamente en la experiencia clínica del médico y en la observación detallada de los síntomas (4). Debido a la falta de tecnologías avanzadas, el diagnóstico dependía en gran medida de identificar signos característicos como dolor abdominal en el cuadrante inferior izquierdo, fiebre y alteraciones en los hábitos intestinales. Sin embargo, esta aproximación presentaba limitaciones importantes, ya que muchas condiciones abdominales, como la apendicitis o la colitis, comparten síntomas similares.

La dependencia de métodos subjetivos y la falta de herramientas para confirmar el diagnóstico aumentaban el riesgo de errores y retrasos en el manejo. Estudios recientes, como el de Tursi et al. (1), han resaltado cómo esta falta de precisión en épocas anteriores contribuía a tasas más altas de complicaciones graves, como perforaciones y abscesos.

Contexto moderno: integración de tecnología y estandarización

En el enfoque actual, la semiología se complementa con herramientas diagnósticas avanzadas que han revolucionado la evaluación de la enfermedad diverticular. La tomografía computarizada (TC) se ha establecido como el estándar de oro para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la enfermedad. Según Laurell et al. (4), la TC no solo mejora la precisión del diagnóstico, sino que también permite planificar tratamientos específicos, como drenajes percutáneos o cirugías de urgencia.

Además, el uso de biomarcadores, como la proteína C reactiva y el recuento de glóbulos blancos, ha mejorado la capacidad de los médicos para diferenciar entre diverticulitis leve y complicada. Estos avances han reducido significativamente las tasas de complicaciones graves y han permitido un manejo más personalizado y efectivo.

Manejo quirúrgico: de procedimientos invasivos a enfoques conservadores

En el contexto antiguo, el manejo quirúrgico era la norma para casi todos los casos de diverticulitis complicada, dado que no existían alternativas confiables para tratar abscesos o perforaciones. Las cirugías de emergencia se asociaban a altos riesgos y largos períodos de recuperación. Hoy en día, el enfoque es más conservador, reservando la cirugía para pacientes que no responden al tratamiento inicial o que presentan complicaciones graves.

La combinación de drenajes percutáneos, manejo antibiótico y monitorización estricta ha reducido la necesidad de intervenciones quirúrgicas en muchos casos. Kruis et al. destacan que la implementación de estos enfoques ha transformado el manejo de la enfermedad diverticular, mejorando significativamente los resultados clínicos (6).

Educación y prevención: antes y ahora

En el pasado, la prevención de la enfermedad diverticular no era un enfoque prioritario, en parte debido al desconocimiento de sus factores de riesgo (7). Hoy en día, se reconoce que una dieta rica en fibra, la actividad física y el control del peso son estrategias clave para prevenir la formación de divertículos y reducir la incidencia de complicaciones. En Costa Rica, las campañas educativas podrían desempeñar un papel crucial para fomentar estos hábitos saludables en la población general (3).

La transición del enfoque antiguo al moderno ha tenido un impacto positivo evidente en los resultados clínicos. Las tasas de complicaciones graves han disminuido, y los pacientes ahora reciben tratamientos más personalizados que reducen los riesgos asociados y mejoran su calidad de vida. Sin embargo, las disparidades en el acceso a tecnologías avanzadas siguen siendo un desafío, particularmente en regiones en vías de desarrollo como América Latina (8).

Prevalencia y factores de riesgo locales en Costa Rica

En Costa Rica, la enfermedad diverticular está emergiendo como un problema relevante en salud pública debido al envejecimiento de la población y los cambios en los hábitos alimenticios, que han adoptado características más occidentales. La prevalencia de la enfermedad aumenta significativamente en pacientes mayores de 50 años, y se asocia comúnmente con dietas bajas en fibra, sedentarismo y obesidad. Según reportes del Ministerio de Salud, la enfermedad representa una causa frecuente de hospitalización en servicios de gastroenterología y cirugía general (3).

Uno de los mayores retos en el contexto costarricense es la diferenciación clínica entre enfermedad diverticular y otras patologías abdominales agudas, como apendicitis o colecistitis. Los médicos generales, especialmente en áreas rurales, enfrentan limitaciones en el acceso a herramientas diagnósticas avanzadas, lo que obliga a depender de la semiología y las pruebas de laboratorio iniciales.

El diagnóstico tardío o erróneo puede llevar a complicaciones graves como perforación o formación de abscesos, que a menudo requieren intervenciones quirúrgicas de emergencia. Esto subraya la necesidad de programas de capacitación para reforzar las habilidades clínicas en la evaluación de signos y síntomas clave, como dolor abdominal localizado, fiebre persistente y alteraciones en los hábitos intestinales (9).

Acceso a herramientas diagnósticas en diferentes regiones

En áreas urbanas de Costa Rica, hospitales como el Hospital México y el Hospital Calderón Guardia cuentan con acceso a tecnologías avanzadas como la tomografía computarizada (TC) y ecografía, que son esenciales para confirmar diagnósticos de diverticulitis complicada. Sin embargo, en zonas rurales, la falta de acceso a estos recursos limita la capacidad diagnóstica, lo que puede retrasar el tratamiento adecuado (3 ).

La implementación de telemedicina y protocolos estandarizados podría ayudar a cerrar esta brecha, facilitando consultas con especialistas y promoviendo un manejo más eficiente de los casos. Además, iniciativas como campañas de educación pública sobre la importancia de una dieta rica en fibra podrían contribuir a la prevención de la enfermedad, reduciendo su incidencia a largo plazo. Aunque Costa Rica enfrenta desafíos significativos en el manejo de la enfermedad diverticular, la semiología sigue siendo una herramienta valiosa en entornos con recursos limitados. La inversión en tecnologías diagnósticas y capacitación médica puede mejorar significativamente los resultados para los pacientes (3).

Tendencias internacional en prevalencia y diagnóstico

A nivel mundial, la enfermedad diverticular presenta una prevalencia creciente, especialmente en países industrializados. Este aumento se asocia con factores como el envejecimiento de la población, la urbanización y el consumo de dietas bajas en fibra. Según Tursi et al., en Europa y Norteamérica, más del 50% de las personas mayores de 60 años tienen diverticulosis, aunque no todas desarrollarán síntomas (1).

En contraste, en regiones de África y Asia, la incidencia es menor, lo que se atribuye a dietas más ricas en fibra y estilos de vida más activos. Sin embargo, a medida que estas regiones adoptan patrones alimenticios occidentales, se espera un incremento en los casos de enfermedad diverticular (1).

Rol de la tomografía computarizada y otros métodos avanzados

La tomografía computarizada (TC) es considerada el estándar de oro en el diagnóstico de la diverticulitis complicada. Esta herramienta permite una visualización detallada del colon, identificando complicaciones como abscesos, perforaciones o fístulas. Según Kruis et al., la TC no solo confirma el diagnóstico, sino que también orienta el manejo quirúrgico o conservador, dependiendo de la gravedad del caso (6).

Otros métodos avanzados incluyen la resonancia magnética (RM), que se utiliza en casos donde la TC está contraindicada, como en mujeres embarazadas, y la ecografía, que es más accesible y menos costosa, aunque depende de la experiencia del operador. En países desarrollados, la integración de estos métodos ha mejorado significativamente los tiempos de diagnóstico y la planificación del tratamiento.

Comparación de prácticas entre regiones desarrolladas y en vías de desarrollo

En países desarrollados, como Estados Unidos y Alemania, el acceso a tecnologías avanzadas permite un manejo más eficiente de la enfermedad diverticular. Además, existen guías estandarizadas que dictan el uso de TC en todos los pacientes con sospecha de diverticulitis complicada (8). En cambio, en regiones en vías de desarrollo, como América Latina, la dependencia de la semiología sigue siendo alta debido a la limitada disponibilidad de herramientas diagnósticas avanzadas (10).

Por ejemplo, en países como Costa Rica, las diferencias entre áreas urbanas y rurales son notables. Mientras que hospitales en la capital cuentan con acceso a TC, las clínicas rurales deben basarse en el examen clínico y pruebas de laboratorio básicas (8). Esto resalta la importancia de fortalecer la capacitación en semiología y promover el acceso equitativo a tecnologías diagnósticas, aunque existen avances significativos en el diagnóstico de la enfermedad diverticular a nivel internacional, las disparidades entre regiones desarrolladas y en desarrollo siguen siendo un desafío. El enfoque debe centrarse en combinar la semiología con tecnologías avanzadas para garantizar un manejo efectivo en todos los contextos.

Comparación: Costa Rica y el Mundo

Similitudes en el manejo inicial basado en la semiología

En Costa Rica, al igual que en la mayoría de los países, la semiología juega un papel crucial en la evaluación inicial de los pacientes con sospecha de enfermedad diverticular (3). Tanto en contextos urbanos como rurales, los médicos dependen del examen físico y de la identificación de signos clínicos como dolor abdominal localizado, fiebre y alteraciones en los hábitos intestinales para formular un diagnóstico inicial. Este enfoque es similar al utilizado en países desarrollados, donde la semiología se complementa con herramientas diagnósticas avanzadas.

Tursi et al. señalan que la evaluación clínica es el primer paso universal en todos los sistemas de salud, independientemente del nivel de desarrollo económico (1). Esto resalta la importancia de la semiología como una herramienta básica y accesible en cualquier entorno.

Diferencias en el acceso a diagnósticos avanzados

Aunque la semiología es una base común, existen diferencias significativas en el acceso a herramientas diagnósticas avanzadas entre Costa Rica y los países desarrollados (3). En Costa Rica, los hospitales en áreas urbanas cuentan con tecnologías como tomografía computarizada y resonancia magnética, mientras que en regiones rurales el acceso a estas herramientas puede ser limitado o inexistente. Esto contrasta con países como Alemania o Estados Unidos, donde la TC está disponible de manera rutinaria incluso en hospitales de menor capacidad.

Este acceso desigual puede influir directamente en la calidad del diagnóstico y en la capacidad de manejar complicaciones de forma oportuna. Laurell et al. destacan que el uso de tecnologías avanzadas no solo mejora el diagnóstico, sino que también reduce la necesidad de intervenciones quirúrgicas de emergencia (4).

Impacto de la disponibilidad tecnológica en los resultados quirúrgicos

La disponibilidad de tecnologías diagnósticas avanzadas tiene un impacto directo en los resultados quirúrgicos. En países desarrollados, donde estas herramientas están ampliamente disponibles, las tasas de complicaciones graves, como perforaciones o abscesos, son más bajas debido a diagnósticos más oportunos y precisos. En Costa Rica, aunque los hospitales de referencia cuentan con estas tecnologías, la falta de acceso en regiones rurales puede resultar en diagnósticos tardíos y mayores complicaciones quirúrgicas (3).

Según Kruis et al. la implementación de tecnologías como la TC no solo mejora los tiempos de diagnóstico, sino que también permite una mejor planificación quirúrgica, reduciendo riesgos para el paciente (6). Esto subraya la importancia de invertir en tecnologías médicas en Costa Rica para mejorar los resultados en pacientes con enfermedad diverticular.

La presentación clínica de la enfermedad diverticular puede variar desde casos asintomáticos hasta cuadros graves de diverticulitis complicada. Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal localizado en el cuadrante inferior izquierdo, fiebre, alteraciones en los hábitos intestinales (diarrea o estreñimiento) y, en ocasiones, náuseas y vómitos. Estos síntomas suelen ser resultado de la inflamación o la infección de los divertículos.

Tursi et al. subrayan que el reconocimiento temprano de estos síntomas puede prevenir complicaciones severas y mejorar los resultados clínicos (1). Por ello, la semiología detallada es indispensable para diferenciar entre casos leves y aquellos que podrían requerir estudios diagnósticos avanzados o intervención quirúrgica.

La evaluación inicial de los pacientes incluye un examen físico detallado, con énfasis en la palpación del abdomen para identificar sensibilidad localizada, distensión o signos de irritación peritoneal. Esto se complementa con pruebas de laboratorio, como el conteo de glóbulos blancos y la proteína C reactiva, las cuales ayudan a identificar inflamación activa.

En cuanto a los estudios de imagen, la tomografía computarizada (TC) es el método preferido para confirmar el diagnóstico de diverticulitis complicada. Según Laurell et al. (la TC no solo permite identificar abscesos, perforaciones o fístulas, sino que también guía las decisiones terapéuticas, incluyendo la necesidad de cirugía (4). En casos donde la TC no está disponible, la ecografía puede ser una alternativa útil, aunque depende de la experiencia del operador.

El manejo quirúrgico de la enfermedad diverticular depende en gran medida de los hallazgos clínicos iniciales. En pacientes con síntomas graves, como dolor abdominal severo, fiebre persistente y signos de irritación peritoneal, la semiología es clave para identificar casos que requieren intervención inmediata.

La presencia de signos de peritonitis, como sensibilidad abdominal generalizada, rebote positivo y rigidez muscular, sugiere complicaciones graves como perforaciones o peritonitis purulenta. Además, masas palpables en el abdomen pueden indicar la formación de abscesos, los cuales, dependiendo de su tamaño y localización, pueden requerir drenaje percutáneo o cirugía abierta.

Kruis et al. enfatizan que la evaluación semiológica cuidadosa permite priorizar a los pacientes para intervenciones quirúrgicas, evitando retrasos que podrían aumentar la mortalidad (6). Este enfoque es especialmente relevante en entornos con acceso limitado a tecnologías avanzadas, donde la semiología sigue siendo la principal herramienta diagnóstica.

La decisión entre manejo conservador y quirúrgico se basa en una combinación de hallazgos clínicos, estudios de imagen y respuesta al tratamiento inicial. En pacientes con síntomas leves o moderados sin evidencia de complicaciones, se prefiere el manejo conservador con antibióticos y reposo intestinal. Por otro lado, aquellos con abscesos grandes, perforaciones o falla en la terapia inicial suelen requerir intervención quirúrgica (11).

Metodología

Para desarrollar este análisis sobre la semiología en la valoración de la enfermedad diverticular, se empleó un enfoque descriptivo y analítico, utilizando como base una revisión bibliográfica exhaustiva. La metodología incluyó los siguientes pasos:

Se identificaron y seleccionaron artículos académicos y guías clínicas relevantes, publicados entre 2019 y 2023, que abordaran el diagnóstico, la presentación clínica y el manejo de la enfermedad diverticular. La búsqueda se realizó en bases de datos reconocidas como PubMed, Scopus y Nature, utilizando palabras clave como «diverticular disease», «semiology», «diagnosis» y «surgical management». Solo se consideraron estudios con DOI y que estuvieran revisados por pares.

Criterios de inclusión y exclusión

Inclusión: Artículos en inglés y español que discutieran aspectos de la semiología clínica, el diagnóstico avanzado y las implicaciones quirúrgicas en la enfermedad diverticular. Se priorizaron publicaciones de América Latina para integrar perspectivas regionales.

Exclusión: Estudios publicados antes de 2019 o que no contaran con acceso completo. También se descartaron artículos que no ofrecieran evidencia clara o conclusiones aplicables al contexto clínico.

Se realizó un análisis cualitativo de los textos seleccionados para identificar patrones recurrentes en los hallazgos clínicos, métodos diagnósticos y estrategias de manejo quirúrgico. Se categorizaron los datos en temáticas principales:

Para establecer una comparación entre Costa Rica y el contexto global, se analizaron fuentes locales, incluyendo reportes del Ministerio de Salud de Costa Rica y estudios epidemiológicos regionales, junto con literatura internacional. Esta comparación permitió identificar similitudes en el manejo inicial basado en la semiología, así como disparidades en el acceso a tecnologías avanzadas.

La información recopilada se organizó en secciones temáticas, destacando los hallazgos más relevantes y su aplicabilidad clínica. El documento fue revisado en varias etapas para garantizar la precisión de los datos, la claridad de las interpretaciones y la correcta integración de las referencias bibliográficas. Esto incluyó un análisis crítico de las implicaciones clínicas y recomendaciones prácticas derivadas de los hallazgos.

Esta metodología asegura un enfoque riguroso y equilibrado, combinando datos empíricos con análisis crítico, para ofrecer una visión integral sobre la semiología en la enfermedad diverticular y su relevancia en la práctica médica.

Resultados y su análisis

El análisis de los resultados obtenidos en el diagnóstico y manejo de la enfermedad diverticular revela importantes hallazgos que destacan las fortalezas y áreas de oportunidad en los enfoques actuales, tanto a nivel local en Costa Rica como en el contexto global.

Presentación Clínica y Diagnóstico Inicial

En el 85% de los casos de enfermedad diverticular estudiados, el dolor abdominal localizado en el cuadrante inferior izquierdo fue el síntoma principal (4).Otros signos frecuentes incluyeron fiebre (67%) y cambios en los hábitos intestinales (43%) (5).

Los datos revisados confirman que la semiología continúa siendo una herramienta central para el diagnóstico inicial de la enfermedad diverticular. En Costa Rica, el enfoque basado en la evaluación de signos clínicos, como el dolor abdominal en el cuadrante inferior izquierdo, fiebre y alteraciones en los hábitos intestinales, es esencial en áreas rurales donde las herramientas tecnológicas avanzadas son limitadas. Este patrón se alinea con las prácticas internacionales, subrayando la universalidad de la semiología como un pilar diagnóstico. Sin embargo, las limitaciones en la formación clínica especializada en ciertas áreas pueden retrasar el diagnóstico y el tratamiento oportuno.

El acceso desigual a tecnologías como la tomografía computarizada (TC) destaca una importante brecha en los sistemas de salud. En Costa Rica, los hospitales de referencia en áreas urbanas cuentan con acceso a estas herramientas, lo que permite diagnósticos más precisos y una planificación quirúrgica mejorada. Sin embargo, en regiones rurales, la dependencia de pruebas menos sensibles, como la ecografía, limita la capacidad de detección temprana de complicaciones graves, como abscesos y perforaciones. Este problema es común en países en vías de desarrollo y resalta la necesidad de inversión en infraestructura y la implementación de telemedicina como alternativa viable.

Métodos Diagnósticos Utilizados

La tomografía computarizada (TC) fue el método preferido en contextos urbanos, mientras que la ecografía se empleó en regiones rurales debido a su mayor accesibilidad. Según Foppa et al. «aunque la ecografía tiene menor sensibilidad que la TC, es una alternativa válida en manos experimentadas» (p. 233) (12).

Los resultados clínicos de pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas por complicaciones de la enfermedad diverticular reflejan una correlación directa entre el acceso a diagnósticos avanzados y la reducción de complicaciones graves. En entornos donde la TC es de uso rutinario, se observa una disminución en la tasa de cirugías de emergencia, lo que mejora los resultados postoperatorios. En Costa Rica, aunque los hospitales principales muestran resultados similares a los de países desarrollados, los pacientes en áreas rurales presentan mayores tasas de complicaciones debido al diagnóstico tardío (3).

Las campañas preventivas, enfocadas en la promoción de dietas ricas en fibra y estilos de vida activos, han mostrado eficacia limitada en la práctica debido a una falta de alcance y recursos consistentes. Sin embargo, los datos internacionales respaldan la efectividad de estas estrategias para reducir la incidencia de enfermedad diverticular y sus complicaciones. En Costa Rica, existe un potencial significativo para mejorar los resultados mediante programas educativos y de prevención más robustos, especialmente en comunidades vulnerables (3).

El uso de biomarcadores como la proteína C reactiva y el recuento de glóbulos blancos ha demostrado ser una herramienta complementaria efectiva para diferenciar entre diverticulitis leve y complicada(1). En los hospitales costarricenses con laboratorios bien equipados, estos marcadores se utilizan ampliamente, mientras que en entornos rurales su disponibilidad es limitada. Esto sugiere la necesidad de priorizar el acceso a pruebas de laboratorio básicas para optimizar la evaluación clínica.

A nivel global, la integración de la semiología con tecnologías avanzadas ha mejorado significativamente los tiempos de diagnóstico y los resultados clínicos. En Costa Rica, aunque se comparten similitudes en el manejo inicial basado en la semiología, las disparidades tecnológicas entre áreas urbanas y rurales siguen siendo un desafío significativo. Este análisis resalta la importancia de políticas públicas orientadas a cerrar estas brechas, garantizando una atención equitativa y de calidad.

En Costa Rica, la semiología clínica sigue siendo el pilar del diagnóstico en áreas rurales. Los hospitales urbanos, como el Hospital México, reportaron un uso rutinario de la TC para confirmar casos complicados, mejorando los tiempos de diagnóstico en un 35% (3).

El análisis confirma que la semiología sigue siendo una herramienta fundamental para el diagnóstico inicial, especialmente en contextos con recursos limitados. Sin embargo, las disparidades en el acceso a tecnologías avanzadas impactan negativamente los resultados clínicos. Según (5) «la integración de biomarcadores y estudios de imagen avanzados ha reducido significativamente las tasas de complicaciones graves en países desarrollados» (p. 383).

En Costa Rica, los médicos rurales enfrentan desafíos para diferenciar la diverticulitis de otras patologías abdominales debido a la falta de acceso a la TC (3). Esto resalta la necesidad de fortalecer la capacitación en semiología y ampliar la infraestructura diagnóstica.

Conclusiones

La semiología en la valoración de la enfermedad diverticular es un pilar esencial en el diagnóstico y manejo de esta condición, especialmente en entornos donde los recursos tecnológicos son limitados. A través de una evaluación clínica detallada, los médicos pueden identificar patrones sintomáticos clave que diferencian esta enfermedad de otras patologías abdominales, permitiendo una intervención oportuna y adecuada.

Uno de los aspectos más relevantes de la semiología es su universalidad. En Costa Rica, como en otras regiones del mundo, los hallazgos clínicos iniciales, como el dolor abdominal en el cuadrante inferior izquierdo, la fiebre y los cambios en los hábitos intestinales, constituyen la base para sospechar la enfermedad diverticular. Esta similitud en el manejo inicial refleja la importancia de la semiología como una herramienta básica y accesible, independientemente del nivel de desarrollo económico o tecnológico de una región.

Sin embargo, la comparación entre Costa Rica y países desarrollados evidencia disparidades significativas en el acceso a herramientas diagnósticas avanzadas. Mientras que en regiones desarrolladas la tomografía computarizada (TC) es de uso rutinario para confirmar diagnósticos y planificar tratamientos, en contextos rurales de Costa Rica la dependencia de la semiología y las pruebas de laboratorio básicas es mucho mayor. Estas limitaciones subrayan la necesidad de invertir en infraestructura diagnóstica y capacitar a los profesionales de la salud para maximizar el uso de los recursos disponibles.

El impacto de estas diferencias tecnológicas se observa claramente en los resultados quirúrgicos. En entornos con acceso a TC y otras tecnologías avanzadas, las tasas de complicaciones graves, como perforaciones y abscesos, son significativamente menores debido a diagnósticos más precisos y oportunos. En Costa Rica, la falta de acceso equitativo a estas herramientas puede llevar a diagnósticos tardíos y, por ende, a una mayor incidencia de complicaciones quirúrgicas. Esto refuerza la importancia de fortalecer la semiología clínica como un componente crítico del diagnóstico, especialmente en áreas donde las tecnologías avanzadas no están disponibles.

Además, la evaluación semiológica no solo tiene un valor diagnóstico, sino que también orienta las decisiones terapéuticas. En casos complicados de enfermedad diverticular, como perforaciones o peritonitis purulenta, la semiología ayuda a identificar los pacientes que necesitan intervención quirúrgica inmediata. Esto es particularmente relevante en entornos con recursos limitados, donde la capacidad para realizar estudios de imagen avanzados puede ser limitada. La habilidad de los médicos para reconocer signos de alarma clínicos, como sensibilidad abdominal generalizada y rebote positivo, es fundamental para reducir la mortalidad y las complicaciones graves.

En el ámbito internacional, la integración de métodos diagnósticos avanzados con la semiología clínica ha demostrado ser la estrategia más efectiva para mejorar los resultados en pacientes con enfermedad diverticular. Sin embargo, esta combinación sigue siendo un desafío en regiones en vías de desarrollo, donde las desigualdades en el acceso a tecnologías persisten. Por ello, es necesario promover iniciativas globales que fomenten la equidad en la atención médica, incluyendo la provisión de equipos diagnósticos y programas de capacitación para el personal sanitario.

Otra área importante de enfoque es la educación del paciente y la prevención. La semiología no solo sirve como herramienta diagnóstica, sino también como un medio para identificar factores de riesgo y promover cambios en el estilo de vida que puedan reducir la incidencia de la enfermedad diverticular. En Costa Rica, por ejemplo, campañas educativas que enfatizan la importancia de una dieta rica en fibra y un estilo de vida activo podrían tener un impacto significativo en la reducción de casos nuevos.

Finalmente, este análisis destaca la necesidad de continuar investigando y desarrollando guías clínicas que integren la semiología con tecnologías avanzadas y estrategias de manejo personalizadas. Esto incluye el desarrollo de protocolos específicos para contextos de bajos recursos, donde la semiología clínica es la herramienta más accesible y efectiva. La colaboración entre profesionales de la salud, instituciones gubernamentales y organizaciones internacionales será crucial para abordar los desafíos que presenta la enfermedad diverticular, tanto en Costa Rica como en el ámbito global.

La semiología en la valoración de la enfermedad diverticular es una herramienta invaluable que permite un diagnóstico oportuno, guía el manejo terapéutico y mejora los resultados clínicos en pacientes. Aunque las tecnologías avanzadas han transformado el diagnóstico en regiones desarrolladas, la semiología sigue siendo esencial, especialmente en entornos con recursos limitados. Invertir en educación, infraestructura médica y capacitación profesional es fundamental para garantizar una atención equitativa y efectiva para todos los pacientes con esta enfermedad.

Para abordar de manera integral la enfermedad diverticular, es crucial implementar una serie de recomendaciones orientadas a mejorar la capacitación, acceso a diagnósticos, manejo clínico y estrategias preventivas. En primer lugar, se debe fortalecer la capacitación en semiología clínica, invirtiendo en la formación continua de los profesionales de la salud, especialmente en áreas rurales y de bajos recursos. Esta formación debe enfocarse en el reconocimiento de signos clave como dolor abdominal localizado, sensibilidad peritoneal y fiebre, además del uso adecuado de herramientas complementarias como biomarcadores y pruebas de laboratorio básicas.

Paralelamente, es fundamental promover la equidad en el acceso a tecnologías diagnósticas avanzadas, como la tomografía computarizada (TC). Estrategias como la implementación de telemedicina pueden facilitar la colaboración entre especialistas en centros urbanos y médicos en regiones alejadas, garantizando una interpretación adecuada de los estudios y una mejor planificación terapéutica.

En el manejo clínico, resulta indispensable desarrollar protocolos estandarizados que integren la semiología con métodos diagnósticos avanzados, adaptados a las capacidades de cada región. Estas guías clínicas deben incluir criterios claros para identificar pacientes con signos de alarma que requieran derivación a centros especializados, así como para definir estrategias de manejo conservador y quirúrgico.

Además, fomentar la prevención mediante campañas educativas es esencial. La promoción de hábitos saludables, como una dieta rica en fibra y actividad física regular, puede reducir significativamente la incidencia de la enfermedad diverticular. En Costa Rica, la integración de educación sobre salud en el sistema educativo y campañas comunitarias podrían ser herramientas efectivas para fomentar estos cambios.

La inversión en infraestructura médica también es una prioridad. Los gobiernos deben garantizar la disponibilidad de equipos diagnósticos y quirúrgicos en hospitales de segundo y tercer nivel, asegurando su mantenimiento adecuado y la capacitación del personal en su uso. De igual forma, fomentar la investigación en contextos locales permitirá comprender mejor las características específicas de la enfermedad diverticular en regiones como Costa Rica y América Latina, identificando factores de riesgo locales y evaluando la efectividad de diversas estrategias diagnósticas y terapéuticas.

Asimismo, se deben implementar programas de seguimiento en atención primaria para monitorear a pacientes con antecedentes de diverticulitis, con evaluaciones periódicas que detecten recurrencias tempranas y ofrezcan intervenciones oportunas. En paralelo, es vital garantizar el acceso a medicamentos y tratamientos esenciales, fomentando la colaboración entre el sector público y privado para crear soluciones sostenibles.

La promoción de la colaboración internacional también puede ser un factor clave, permitiendo el intercambio de conocimientos, tecnologías y recursos. Iniciativas como programas de formación y donaciones de equipos médicos pueden contribuir a reducir las desigualdades en el manejo de esta enfermedad. Finalmente, se recomienda implementar sistemas de auditoría y monitoreo para evaluar la efectividad de las intervenciones, permitiendo ajustar las estrategias según las necesidades de la población y los recursos disponibles. Estas acciones integrales garantizarán una mejora sustancial en la atención y manejo de la enfermedad diverticular.

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