- Bazo blando y friable.
- Linfadenopatías generalizadas.
Sistema reproductivo: Normal
Causa de Muerte:
Bronconeumonía severa bilateral.
Leptospirosis.
Comentario:
La leptospirosis es una enfermedad infecciosa reemergente que el hombre contrae a través del contacto directo o indirecto con roedores, quienes constituyen el reservorio habitual de la leptospira. Afectando tanto a países desarrollados como subdesarrollados. Es conocida también con el nombre de enfermedad de los porqueros, fiebre de los arrozales, fiebre de los cañaverales, tifus canino, enfermedad de Stuttgar, ictericia infecciosa, fiebre canicota entre otros nombres.
Las leptospiras, son espiroquetas aerobias estricta, móvil, de 6 a 20mm de largo y de 0,1 a 0,2 mm de diámetro con extremos en ganchos; sensibles a la acción de agentes ambientales, pero ante determinadas condiciones como la alcalinidad con humedad del suelo y temperaturas adecuadas, puede vivir 3 meses o más; su requerimiento nutricional está dado por cadenas de ácidos grasos.
El género Leptospira está dividido en dos especies: la Leptospira biflexa y la LEPTOSPIRA interrogans, de esta última se reconocen más de 200 serotipos, aunque los más frecuentes hallados en las infecciones humanas son el canícola, el icterohaemorrhagiae, pomona, autumnalis, grippotyphosa, hebdominis, ballum y australis entre otras.
Es considerada una zooantroponosis a nivel mundial que afecta a mamíferos salvajes, roedores (icterohemorrahagiae) y animales domésticos como perros (canicola), cerdo (pomona), ganado bovino, ovino, y equino, ademas de los mapaches (autumnalis), ciervos, venados, ardillas y zorros. Se caracteriza por una vasculitis extensa causada por una espiroqueta del género leptospira (existen otros 2 tipos de espiroquetas capaces de infectar al hombre; la borrelia y el treponema).
Fig. 1. Microrganismo de la Leptospira
El hombre se contagia a través de la piel lesionada (fundamentalmente los pies) o de las mucosas (oral, nasal o conjuntivas); se considera por tanto una enfermedad profesional entre aquellos individuos que trabajan en los arrozales, ganaderos, veterinarios o aquellos que laboran en alcantarillados; aunque también se ha visto en los últimos tiempos asociada a la recreación como la pesca y la caza. La inhalación de aerosoles también puede transportar al organismo. directamente a los pulmones. A su vez, se encuentra claramente descrita la transmisión transplacentaria del germen; sin embargo la transmisión de persona a persona es extremadamente rara. Predomina en el sexo masculino, entre los 10 y 40 años de edad y en época estival preferentemente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado una tasa de incidencia de 4 – 100 casos x 100,000 habitantes en los países tropicales y subtropicales, con tasa de letalidad que va de 5 a 30%. Constituye un problema de salud pública en aumento como lo demuestra el incremento de brotes a nivel mundial. La incidencia anual de casos graves es de aproximadamente medio millón de humanos, cifra que la pone por encima del dengue hemorrágico y la hantavirosis severa. A pesar de su importancia, existe una gran subnotificación debido a que pocas veces se piensa en ella, en especial cuando se presenta la forma anictérica de la enfermedad.
Tiene dos formas clínicas definidas: la leptospirosis anictérica, que es la forma leve, y se observa en el 90% de los casos y la enfermedad de Weil, que es la forma grave, que se ve en el 10% restante. Tiene un período de incubación que oscila entre 2 y 20 días. Es una enfermedad bifásica; con una fase septicémica que suele durar entre 4 y 7 días y una fase inmune que oscila entre 4 y 30 días coincidiendo con la aparición de anticuerpos circulantes.
La infección subclínica se desarrolla en el 15% de los casos. Entre las personas que desarrollan manifestaciones clínicas el 90% cursa con una forma leve denominada Leptospirosis anictérica, y el 10% con una forma grave conocida como Enfermedad o Síndrome de Weil.
La Enfermedad o Síndrome de Weil, es considerada una forma grave de Leptospirosis, generalmente producida por la Leptospira icterohaemorrhagiae, se presenta en 5 a 10% de los casos caracterizándose por íctero, deterioro de la función renal, hemorragias, colapso vascular y alteraciones de la conciencia, fiebre elevada y continua entre los 4 a 7 días del comienzo de la enfermedad, tiene una mortalidad elevada por encima del 10% de los casos, reportándose anualmente más de 500,000 casos severos. Concomitantemente aparecen mialgias intensas generalizadas, cefalea e inyección conjuntival, anemia, miocarditis y bradicardia relativa.
La vasculitis, principalmente de pequeños vasos, que genera extravasación de fluidos y daño celular, puede llevar a hemorragia severa y constituye la lesión más característica de la leptospirosis.
En aquellos pacientes que presentan una ictericia intensa pueden presentar manifestaciones hemorragíparas como púrpuras, epistaxis, hemorragias gastrointestinales y pulmonares, aunque con menos frecuencia a nivel subaracnoideo y suprarrenal. En un 25% aproximadamente puede aparecer hepatomegalia y esplenomegalia.
La afección pulmonar en la leptospirosis es relativamente frecuente (20 – 70%). En las últimas décadas se ha reconocido un aumento de la frecuencia de formas pulmonares graves en pacientes portadores de leptospirosis, especialmente con hemorragia pulmonar (que algunos autores denominan síndrome de hemorragia pulmonar grave – SHPG). En el SHPG por leptospirosis la mortalidad es elevada, al menos del 50%.
Fig. 2. Pulmón con Leptospirosis.
El compromiso pulmonar puede manifestarse además como Edema Pulmonar que podría evolucionar al Síndrome de Distress Respiratorio del Adulto.
En nuestro paciente además existió la coexistencia de una infección bacteriana