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Terapia de presión negativa: manejo enfermero aplicado en heridas

Terapia de presión negativa: manejo enfermero aplicado en heridas

RESUMEN

La terapia con presión negativa (TPN) es una manera de actuar positivamente en el ambiente de la herida aplicando presión subatmosférica, acelerando el proceso de curación de la misma. La terapia fue patentada por KCI como Vacuum Assisted Closure (cierre asistido por vacío) y se le conoce como VAC.

Autores:

Andrea Santisteban Zamora: enfermera en el Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza.

Lorena Castellot Perales: enfermera en el Hospital Infantil de Zaragoza.

Beatriz Sánchez Lomba: enfermera en el Hospital San Jorge de Huesca.

Sonia Sancho Salazar: enfermera en el Hospital General de la defensa de Zaragoza.

Palabras clave:

Terapia de presión negativa, VAC, herida y Enfermería.

La terapia VAC es un tratamiento avanzado de cicatrización de heridas que se puede integrar en la práctica terapéutica del personal sanitario para la cicatrización de heridas, la optimización del cuidado del paciente y la reducción de costes. Se trata de una terapia flexible que puede utilizarse en el hospital y en el domicilio.

El VAC se utiliza para ayudar a estimular la cicatrización de heridas a través de la acción multimodal, bajo la influencia de una presión negativa continua o intermitente, junto con un control de retroalimentación en la zona de la herida. La terapia VAC es un sistema integrado que utiliza un apósito de esponja de poliuretano o alcohol polivinílico que actúa como interfaz entre la superficie de la herida y la fuente de vacío. El apósito de esponja se cubre mediante una lámina selladora adhesiva transparente semioclusiva. Se aplica después una almohadilla con tubos integrados y se conecta a la unidad VAC.

Aplicar la terapia VAC a la herida ayuda a favorecer la cicatrización al preparar el lecho de la herida para el cierre, reducir el edema, favorecer la formación de tejido de granulación, aumentar la perfusión y eliminar el exudado y los materiales infecciosos.

Palabras clave: terapia de presión negativa, VAC, herida y Enfermería.

INTRODUCCIÓN

La terapia con presión negativa (TPN) se empezó a utilizar a mediados del siglo XX, sin embargo, no ha sido hasta la década de los noventa cuando su aplicación se ha extendido en el medio hospitalario. En el año 1993 los doctores L. Argenta y M. Morykwas lo introdujeron como tratamiento complementario en heridas crónicas y úlceras, viendo que aplicar presión subatmosférica era una manera de actuar positivamente en el ambiente de la herida. La terapia reconoce diferentes nomenclaturas incluyendo: curación o terapia subatmósferica (subatmospheric dressing, subatmosperic therapy), técnica de sellado al vacío (vacuum sealing technique), cierre de heridas mediado por vacío (vacuum assited closure), mechado al vacío (vacuum packing), entre otros. 1,2,3,4,5

OBJETIVO

El objetivo principal de esta revisión bibliográfica es ampliar el conocimiento de los profesionales de Enfermería sobre la aplicación y manejo de la terapia de presión negativa en múltiples heridas.

Otro objetivo es conocer cuándo no es aconsejable utilizar esta terapia y las complicaciones que pueden suceder.

METODOLOGÍA

Buscar información y hacer una revisión del tema de la terapia de presión negativa en diversas revistas internaciones y nacionales y en guías clínicas y páginas web.

MATERIAL Y MÉTODOS

Antes de todo para comenzar con la terapia de presión negativa es fundamental preparar el lecho de la herida, el cual se define como el proceso de eliminación de los factores que impiden la curación. La eliminación de estos factores favorece la progresión del proceso de la reparación de la herida. Hay que preparar el lecho de la herida antes, durante y después del tratamiento.

Para un plan efectivo hay 3 aspectos fundamentales: el desbridamiento, cuándo comenzar la terapia con presión negativa (TPN) y cuándo interrumpirla.

Antes de la terapia con presión negativa (TPN) hay que desbridar la herida, puesto que un desbridamiento efectivo puede:

  • Reducir el desequilibrio bioquímico.
  • Reducir la carga bacteriana.
  • Reducir el mal olor.
  • Optimizar el potencial de curación.

Los mecanismos de acción de la TPN son:

  • Eliminar el exudado.
  • Ayudar a contraer la herida.
  • Estimular el tejido de granulación.
  • Proteger los contaminantes externos.
  • Incrementar la perfusión vascular.
  • Puede reducir la carga microbiana de la herida.
  • Remodelar la matriz de tejido conectivo.
  • Estimular la maduración de las células epiteliales.
  • Mantener un ambiente húmedo de la herida.

Cuándo interrumpir o cambiar el tratamiento:

  • Se ha logrado el objetivo establecido del tratamiento.
  • No se ha observado mejoría o reducción del volumen de la herida durante aproximadamente 2 semanas consecutivas.

Los factores individuales del paciente y de la herida pueden hacer variar la decisión clínica de interrumpir la terapia con presión negativa (TPN).

Consideraciones generales del tratamiento:

La herida debe evaluarse detenidamente al inicio de la TPN y, a partir de entonces, cada vez que se cambie el apósito. Los siguientes aspectos deben analizarse en cada evaluación de la herida.

  • Tamaño de la herida: longitud, anchura, profundidad.

La TPN contribuye a la eliminar el líquido intersticial y los esfacelos necróticos. Con la eliminación de los materiales de relleno, el volumen de la herida puede aumentar ligeramente en los primeros cambios de apósito.

  • Epitelización: cantidad y descripción.

La epitelización es delgada y, frecuentemente, de apariencia brillante o plateada y puede ser difícil de observar. Las células nuevas son muy frágiles.

  • Tejido necrótico: tipo y cantidad.

Utilizar la terapia con presión negativa (TPN) en heridas con tejido necrótico con escaras está contraindicada. El tejido necrótico es un tejido desvitalizado y frecuentemente es de color negro o marrón, duro y seco. La TPN, junto con el ambiente autolítico creado por el film transparente, puede hacer disminuir los esfacelos necróticos.

Es tejido necrótico o desvitalizado de color amarillo y puede ser seco o húmedo.

  • Exudados: tipo, cantidad y consistencia.

Evaluar el tipo, la cantidad, el color y la consistencia del exudado de la herida. Determinar si las características de exudado son coherentes con el tipo de herida y el exudado que cabe esperar. Los cambios significativos del exudado justifican la reevaluación de la herida.

  • Mal olor: presente/ausente, descripción.

Es importante tener en cuenta que los líquidos corporales contenidos en un entorno cerrado durante un largo período de tiempo pueden presentar un olor desagradable. Dicho olor no es un signo directo de infección de la herida. Retirar el apósito y limpiar la herida según el protocolo del centro. Si el mal olor persiste se debe descartar la infección de la herida y, si fuera necesario, tratarla y aumentar la frecuencia de cambio del apósito hasta que el mal olor esté bajo control.

Protocolo de cura de pacientes con terapia de presión negativa (TPN)

Recursos humanos:

Colaborar juntos el graduado de Enfermería, el médico y el auxiliar de Enfermería.

Material:

  • Empapadores.
  • Guantes estériles.
  • Gasas estériles.
  • Solución salina fisiológica.
  • Bisturí o tijeras estériles.
  • Apósito hidropolimérico con plata si es herida infectada y de abundante exudado.
  • Todos los componentes en bolsa estéril, desechables del sistema VAC son:
    • Apósito esponja negro o blanco según necesidad.
    • Disco de la almohadilla y la almohadilla con el tubo conector, que va al contenedor.
    • Contenedor para residuos.
    • Lámina selladora.