Trastornos de la alimentación en la gestación. Revisión bibliográfica
Autora principal: María Castillo Lozano
Vol. XVIII; nº 16; 875
Feeding disorders in pregnancy. Bibliographic review
Fecha de recepción: 09/07/2023
Fecha de aceptación: 16/08/2023
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 16 Segunda quincena de Agosto de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 16; 875
Autores:
María Castillo Lozano. Graduada en Enfermería. Especialista en enfermería obstétrico-ginecológica. Zaragoza, España. Hospital Universitario Miguel Servet.
Irene Lobatón Gallardo. Graduada en Enfermería. Especialista en enfermería obstétrico-ginecológica. Zaragoza, España. Hospital Universitario Miguel Servet.
Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Resumen:
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales complejas que afectan significativamente la relación de una persona con la comida, el peso corporal y la imagen corporal. Aunque los TCA son más comunes en mujeres jóvenes, es importante reconocer que estas condiciones también pueden presentarse durante el embarazo, lo que plantea desafíos adicionales tanto para la madre como para el feto en desarrollo.
En esta revisión se explorará de manera actualizada los Trastornos de la Conducta Alimentaria en el embarazo, analizando los efectos potenciales en la salud materna y fetal, los factores de riesgo y las consideraciones clave para el manejo y tratamiento de estas condiciones durante esta etapa crucial.
Palabras clave: trastornos de alimentación, embarazo, anorexia, bulimia
Abstract
Eating Disorders (EDs) are complex mental illnesses that significantly affect a person’s relationship with food, body weight and body image. Although EDs are most common in young women, it is important to recognise that these conditions can also occur during pregnancy, posing additional challenges for both the mother and the developing foetus.
This review will provide an updated exploration of Eating Disorders in Pregnancy, looking at the potential effects on maternal and fetal health, risk factors and key considerations for the management and treatment of these conditions during this crucial time.
Keywords: feeding disorders, pregnancy, anorexia, bulimia
1. Introducción
Es fundamental comprender los desafíos únicos que enfrentan las mujeres embarazadas con TCA, así como las implicaciones para la salud tanto a corto como a largo plazo. Además, explicaremos el papel del equipo médico y la importancia de la atención integral para abordar de manera efectiva estos trastornos durante el embarazo.
Si bien es necesario abordar los aspectos médicos y clínicos de los TCA en el embarazo, también es esencial tener en cuenta el impacto emocional y psicológico que estos trastornos pueden tener en las mujeres embarazadas.
En última instancia, al comprender mejor los TCA en el embarazo y al promover una mayor conciencia y comprensión de estos trastornos, esperamos fomentar una atención de calidad y un enfoque integrado en la atención médica para las mujeres embarazadas afectadas por los TCA. Al hacerlo, podemos trabajar juntos para garantizar una experiencia de embarazo saludable y segura para todas las mujeres y sus hijos en gestación.
2. Definiciones
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V-TR):
- Anorexia nerviosa: reacción adversa a la alimentación debido a la búsqueda de la delgadez, la negativa a mantener el peso corporal normal y la distorsión de la imagen corporal (tamaño y forma).
- Bulimia nerviosa: episodios repetidos de atracones, seguidos de métodos compensatorios inadecuados para evitar el aumento de peso: vómitos, abuso de laxantes, diuréticos y otras drogas, ayuno y actividad física excesiva
- Trastornos por atracón: gran cantidad de ingesta de alimentos, mayor que la que la mayoría de las personas llevaría a cabo durante ese tiempo y No es seguida por conductas compensatorias.
- Otros: el trastorno muscular dismórfico, el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos, la pica, la rumiación, la AN atípica, la subumbral de BN, trastorno por atracón por debajo del umbral, trastorno de purga y síndrome de alimentación nocturna
- Trastornos alimentarios no específicos (EDNOS): cuadros incompletos de AN y BN, con síntomas similares, que incluyen el uso de conductas compensatorias después de la ingesta de cantidades normales de alimentos o episodios de alimentación compulsiva sin conductas compensatorias
Para establecer el diagnóstico de trastorno de la conducta alimentaria, una de las herramientas utilizadas es el Índice de Masa Corporal (IMC). El índice de masa corporal según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el rango en el que se encuentran los adultos según su peso y su talla. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). Se clasifica mediante intervalos la condición en la que se encuentra una persona:
Para valorar el IMC en una mujer embarazada, debemos tomar el peso de la mujer al inicio del embarazo y en base a ello, realizar recomendaciones específicas.
Según la SEGO, las gestaciones únicas las recomendaciones de ganancia de peso según el IMC son:
- Con un peso normal (IMC: 18,5 y 24,9 kg/m2 ): entre 11,5 y 16 kg de peso
- Con un sobrepeso (IMC: 25 y 29,9 kg/m2 ): entre 7 y 12,5 kg de peso
- Con una obesidad (IMC ≥ 30 kg/m2 ): entre 5 y 9 kg de peso
En mujeres con gestaciones gemelares son algo distintas a las de las gestaciones únicas, con lo que se asume que la ganancia de peso debe ser mayor:
- Con un peso normal (IMC: 18,5 y 24,9 kg/m2 ): entre 16,8 y 24,5 kg de peso
- Con un sobrepeso (IMC: 25 y 29,9 kg/m2 ): entre 14,1 y 22,7 kg de peso
- Con una obesidad (IMC ≥ 30 kg/m2 ): entre 11 y 19,1 kg de peso
3. Prevalencia y clasificación
En mujeres gestantes y en España, saber con exactitud los datos relativos a los Trastornos de Conducta Alimentaria es complicado. Hay actualmente pocos estudios que traten este tema y estudien la prevalencia de esta afección.
La revisión sistemática llevada a cabo Martínez, M et al. (2020) sugiere que hasta el 7,5 por ciento de las mujeres embarazadas sufren un trastorno alimentario. Estas enfermedades pueden cronificarse y ser debilitantes, además de asociarse con un aumento de la mortalidad. La prevalencia de trastornos de la alimentación durante el embarazo es: 0,5 % AN, 0,1 % BN y 1,8 % atracón, 0,1 % utiliza purgas y 5 % EDNOS, aproximadamente 5,1-7,5 % de las mujeres durante el embarazo.
Según la NICE, la prevalencia de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa es menor en las mujeres embarazadas, aunque la prevalencia del trastorno por atracón es mayor.
4. TCA en embarazo
Según Mackenna et al. (2022) afirma que como las alteraciones menstruales en mujeres que sufren un trastorno de conducta alimentaria son muy frecuentes, hay una idea errónea de que estas mujeres no pueden lograr embarazo, por lo que se producen más embarazos no planificados con una prevalencia mayor que en la población general.
Este mismo autor refiere que debido a la disfunción hormonal es muy difícil que coexista un caso de anorexia nerviosa en fase aguda durante el embarazo, pero sí es posible otros trastornos como bulimia nerviosa, sobrepeso/obesidad, trastorno por atracón o que debute en la propia gestación. Pueden pasar desapercibidos y ser vividos en silencio por las gestantes, acompañado de miedo al
estigma y ser detectados por los profesionales de salud. Entre estos profesionales de salud existe una falta de conocimiento sobre estas patologías, su diagnóstico y como ser tratadas durante el embarazo.
Este artículo además añade que el embarazo ya es caracterizado por ser muy estresante, hecho que agrava los síntomas en esta etapa por el cambio en la imagen corporal y hormonal que no pueden ser controlados. La mayoría de signos y síntomas empiezan a ser visibles en el segundo trimestre del embarazo, por ello la gran importancia de su detección a tiempo. Los principales signos que deben ser detectados por los profesionales expresados en este artículo son: historial de trastorno de conducta alimentaria, hiperémesis gravídica y peso insuficiente durante el embarazo.
En este estudio realizado por Behar et al. se afirma que los síntomas o conductas bulímicas durante el embarazo sufren una mejoría o remisión por la presión social sobre el cuidado del feto y la ganancia normal ponderal que debe ocurrir en el embarazo.
Otro estudio realizado en 2013 por Behar señala que si en el momento de la concepción hay una remisión de los síntomas el embarazo tiene un mejor desarrollo. Sin embargo, en algunas ocasiones estos síntomas pueden volver a aparecer en el embarazo o si ya existían, un empeoramiento de los mismos. Si hablamos de los trastornos específicos, la gestantes con bulimia suelen mejorar sus hábitos alimentarios en el tercer trimestre (75%). Sólo el 25% de ellas se mantienen en remisión de estos síntomas en el postparto. Por lo cual, este estudio concluye que en gestantes con bulimia el desarrollo del embarazo es mejor que en gestantes con anorexia.
5. Factores de riesgo maternos y fetales
- Maternos
Estas patologías tienen un origen multifactorial, por lo que Martínez el al. en 2022 describe los siguientes factores de riesgo maternos:
- Edad materna: a mayor edad mayor riesgo de anorexia nerviosa
- Peso materno: relación entre el IMC y la aparición de anorexia nerviosa o bulimia nerviosa en la descendencia
- Tabaquismo materno y alcoholismo: se asocia el tabaquismo materno con la aparición de bulimia nerviosa en la descendencia
- Estrés materno durante el embarazo: se relaciona con la aparición de anorexia nerviosa en la descendencia
- Factores genéticos.
- Disfunción familiar y social
- Enfermedades mentales como el Trastorno Obsesivo-Compulsivo de la Personalidad (en anorexia nerviosa) y el Trastorno Límite de la Personalidad (en bulimia nerviosa), o trastornos psiquiátricos como la ansiedad, depresión y abuso de sustancias
En 2020, Andreu-Fernández et al. declaran que es de difícil diagnóstico a pesar de la descripción de estos factores de riesgo por los siguientes motivos:
- No existen marcadores bioquímicos específicos ni instrumentos precisos para el diagnóstico de los TCA en la población embarazada.
- Difícil reconocer la aparición de un trastorno alimentario porque las mujeres a menudo mantienen su condición en Vergüenza y culpa por estigma social.
- Síntomas clínicos durante el embarazo pueden estar enmascarados debido a una reducción de las características clínicas o a la presencia de enfermedad del embarazo e hiperémesis gravídica.
- Fetales
Según Mackenna et al. (2022) los factores de riesgo fetales son los siguientes:
- 3 veces más riesgo de aborto en gestantes que sufran trastorno de conducta alimentaria y 2,6 veces más riesgo en bulimia nerviosa activa en gestación.
- En el riesgo de parto prematuro hay 2 a 3 veces más riesgo en pacientes con trastorno de conducta alimentaria en general y 4,6 veces más riesgo en mujeres con anorexia nerviosa
- En la restricción de crecimiento intrauterino existe 3 veces más riesgo en pacientes con antecedentes de trastorno de conducta alimentaria, aumentando este riesgo en anorexia nerviosa activa
- En los trastornos por atracón aumenta el riesgo de aparición de recién nacidos grandes para la edad gestacional
6. Implicaciones para la salud materna
Rodriguez-Blanque et al. (2018) manifestaron que existen problemas obstétricos y ginecológicos que influyen en la salud materna entre los que se incluyen:
- Infertilidad
- Embarazo no planificado
- Aborto espontáneo.
- Malestar psicológico, depresión y ansiedad posparto
- Anemia
- Hiperémesis gravídica.
- Problemas en cuanto a la reparación de desgarros/episiotomía.
- Mayores dificultades con la lactancia materna
Un estudio realizado en 2016 por Watson et al. aportó la evidencia pertinente de que los trastornos de conducta alimentaria durante el embarazo estaban asociados a complicaciones durante el trabajo de parto. Este estudio comparó a mujeres con trastorno de conducta alimentaria y mujeres control sanas y los resultados fueron que las mujeres con anorexia nerviosa y bulimia nerviosa tuvieron bebés de bajo peso y las mujeres con trastorno por atracón tuvieron bebés macrosómicos. Las gestantes con anorexia nerviosa aparecieron más complicaciones derivadas de un crecimiento fetal lento, contracciones prematuras, partos prematuros y muerte perinatal. La embarazadas con bulimia nerviosa se asociaba con contracciones prematuras, mayor tasa de resucitaciones del recién nacido, puntuaciones de APGAR bajas y mayor riesgo de abortos espontáneos.
Con respecto a los problemas en las mujeres con trastornos de conducta alimentaria, Martinez et al. (2021) declararon que 40,2% de las gestantes tenían una preocupación por su peso, que junto con la aparición de los atracones (17,3%), ansiedad y depresión fueron los síntomas más frecuentes en estos casos. Además, añaden que en algunos casos se reducen las conductas inapropiadas en esta etapa por la preocupación por su descendencia, pero declaran que pueden aumentar de nuevo los síntomas tras el parto, postparto y lactancia. Algunas dificultades y complicaciones que sacaron en claro en estas mujeres son:
- El desequilibrio entre el deseo de restringir la ingesta calórica y los impulsos por comer provoca en la anorexia nerviosa un aumento en pérdida de peso y desnutrición.
- En los comportamientos de purga en bulimia nerviosa pueden llevar a un desequilibrio hidroelectrolítico.
- En trastornos por atracón se relaciona con obesidad en embarazo y postparto, consecuencia de la ganancia y retención excesivas en esta etapa.
7. Implicaciones para la salud fetal
Según el estudio de Mackenna, M. et al (2021), En el feto se asocia frecuentemente a prematuridad, restricciones en el crecimiento, fetos pequeños para la edad gestacional, circunferencia cefálica menor, microcefalia, macrosomía, muerte fetal, diversas afectaciones del desarrollo neurocognitivo, incluyendo defectos en el lenguaje.
En el estudio realizado por Mantel, A. et al. se vió un aumento del riesgo de hemorragia anteparto en pacientes con anorexia nerviosa, siendo los factores etiológicos asociados:
- Placenta
- Desprendimiento prematuro de placenta: tener bajo peso antes del embarazo aumenta el riesgo. El desprendimiento prematuro de la placenta se ha asociado con ciertas deficiencias de vitaminas y La desnutrición también se asocia con un mayor riesgo de infección, y la corioamnionitis está descrita como un factor de riesgo para el desprendimiento prematuro de placenta.
- Sangrado no
Los mecanismos fisiopatológicos no están bien definidos, dificultando así la causa de la asociación entre la anorexia nerviosa y estas afecciones.
8. Barreras para identificar trastornos alimentarios
En el estudio cualitativo llevado a cabo por Bye, A. et al. (2018) en el que se encuestó a mujeres embarazadas, puérperas y profesionales de la salud, encontraron que las principales barreras para identificar los TCA son: estigma, la falta de oportunidades, la preferencia por el autocontrol, la sintomatología actual del trastorno y la conciencia de enfermedad, además de la falta de formación de los profesionales.
Estigma social: Muchas mujeres informaron que se sentían avergonzadas y temían ser juzgadas. Algunas describieron sentirse juzgadas por los profesionales en función de su apariencia física, como por ejemplo una mujer que afirmó: “Tenía sobrepeso según mi IMC. No pensé que me creerían al decirles que tenía un problema real.» “Me dio la impresión de que pensaban que era una vaga y que comía comida basura todo el tiempo cuando no era así».
Falta de oportunidad: Varias mujeres expresaron la falta de oportunidad de revelar y discutir su problema con un profesional ya que «no preguntaron y no me lo planteé como una preocupación». Expresan dificultades para establecer una relación con los profesionales: “No tuve la misma matrona durante el tiempo suficiente para hablar con ellas».
Preferencia por la autogestión: Algunas mujeres informaron no hablar de su TCA con un profesional porque según ellas no necesitaban ni querían atención especializada y preferían controlar su trastorno: «No me gusta hablar de eso y creo que puedo manejarme sola».
Sintomatología actual de TCA: Algunas mujeres que experimentaron TCA antes de quedar embarazadas no consideraron necesario planteárselo al profesional que le hacía el seguimiento de embarazo: “No pensé que fuera relevante ya que estoy bien desde hace algunos años”. Otras mujeres informaron mejoras en los síntomas del TCA durante el embarazo, por lo que tampoco
consideraron relevante contarlo: » No me afectó durante el embarazo, me ayudó » y » Sentí que estaba mucho mejor cuando quedé embarazada».
Conciencia de la enfermedad: El que contasen algo a un profesional de la salud depende del conocimiento de cada mujer sobre los TCA y del reconocimiento de que sus síntomas son los de un TCA.
Formación de los profesionales: En cuanto a la formación de los profesionales, tanto matronas/ginecólogos informaron que no incluían de forma rutinaria preguntas sobre los TCA cuando hacen una anamnesis, contaban que “no tiene sentido hacer la pregunta si no sabes qué decir a continuación” refiriéndose a la falta de conocimiento sobre las vías de atención.
Otro punto que añadieron son las limitaciones de tiempo en las consultas prenatales junto a que la comunicación entre los servicios, en especial dentro de la Atención Primaria, por ejemplo entre el médico de cabecera y la matrona era limitada.
Muchos médicos estaban a favor de preguntar sobre los TCA, pero varios consideraron que su confianza y competencia para identificar problemas complejos de salud mental eran limitadas y que su función debería ser más de asesoramiento y apoyo. Todo esto junto a que algunos se refirieron al tema como un tema tabú tanto para las mujeres como para los profesionales describiendo cierta ansiedad al formular preguntas sobre este tema se traduce a un infradiagnóstico de los TCA durante el embarazo.
9. Medidas a tomar
Es muy difícil tratar a los pacientes con TCA, ya que tienen bajas tasas de recuperación y un alto riesgo de recaída.
En este estudio realizado por Makino et al. (2020) encontramos que el 67% de estos pacientes experimentaron una recaída temporal de los TCA dentro de los primeros 3 meses después de concebir, pero se recuperaron después del asesoramiento. Encontramos que independientemente de la recaída, las complicaciones maternas e infantiles fueron las mismas. Sin embargo, la incidencia de depresión posparto fue menor y el peso del lactante fue mayor en el grupo sin recaídas. Después del parto, se encontró que la tasa de depresión y complicaciones posparto era la misma en el grupo con recaídas y sin recaídas.
Se vió que los profesionales no siempre podían predecir quién era vulnerable a una recaída. Mostró que la recaída podría prevenirse mediante:
- desarrollo de un sistema de apoyo que incluya a los miembros de la familia
- reducción de las influencias negativas
- identificación de los desencadenantes
- creación de un plan de afrontamiento personal
Se debe proporcionar asesoramiento y educación a las mujeres con un trastorno alimentario que planean concebir, para aumentar la probabilidad de concepción y reducir el riesgo de aborto espontáneo, ayudando a que se encuentren recuperadas al máximo antes de comenzar un embarazo.
También debemos hablar de dieta y hábitos alimentarios de la mujer gestante en las primeras etapas del embarazo, y averiguar y abordar cualquier preocupación que pueda tener sobre su dieta. Además, proporcionar información sobre los beneficios de una dieta saludable y consejos prácticos sobre cómo comer de forma saludable durante el embarazo.
Se recomienda proporcionar un apoyo continuo durante un periodo de tiempo suficiente para permitir cambios sostenidos en el estilo de vida. Se debe:
- Ofrecer una intervención psicológica (derivación)
- Monitorear cuidadosamente la condición de la mujer
- Reforzar la autonomía, la autocomprensión, la competencia para la crianza y para el manejo de estresores y tensiones propias de la maternidad
- Evaluar la necesidad de exploraciones de crecimiento fetal
- Alentar sobre el retorno de ciertas presiones sociales que sobrevaloran la delgadez
- Asesorar sobre la alimentación del bebé
- Identificar factores de riesgo postparto de forma precoz para evitar recaídas
Explicar a las gestantes con trastorno por atracón que la psicoterapia destinada a tratar los atracones tiene un efecto limitado sobre el peso corporal y que la pérdida de peso en sí misma no es un objetivo.
En cuanto a las mujeres con un IMC superior a 30, informarles sobre los mayores riesgos que esto supone para ellas y sus bebés y animarlas a perder peso antes de quedarse embarazadas o después del embarazo, no recomendando la pérdida de peso durante el embarazo.
Todos los consejos deben adaptarse siempre a las circunstancias de la mujer.
10. ¿Quién debe actuar?
El abordaje de este tipo de trastornos debe hacerse dentro del contexto de un equipo multidisciplinar, catalogando el embarazo de riesgo y haciendo un seguimiento apropiado por parte de cada uno de
los integrantes del equipo, que lo conforman: Obstetras, ginecólogos, médicos de cabecera, matronas, enfermeras y dietistas.
Es necesaria la intervención de distintos profesionales que permitan un mejor control tanto de la enfermedad de base como un correcto desarrollo del embarazo, así como aprovechar este periodo donde se está con una mayor predisposición para integrar hábitos saludables para hacer un tratamiento sobre la conducta alimentaria. Además, se debe considerar la posibilidad de una atención prenatal más intensiva para las mujeres embarazadas con anorexia nerviosa actual o recidivante, a fin de garantizar una nutrición prenatal y un desarrollo fetal adecuados.
11. Lactancia materna
La calidad y la cantidad de leche de la madre dependen de su nutrición y estilo de vida. El estudio de Martínez G, et al. (2020) muestra que las deficiencias nutricionales tienen como consecuencia concentraciones más bajas de nutrientes en la leche materna, por lo que para proporcionar todos los macro y micronutrientes necesarios para el recién nacido, la madre debe mantener una dieta completa y variada.
Aunque como hemos comentado antes, muchas veces los síntomas de los TCA a menudo disminuyen durante el embarazo, pero en muchos casos regresan después del parto, coincidiendo con el inicio de la lactancia materna, pudiendo tener dificultades para cumplir con las recomendaciones nutricionales durante esta.
En el estudio de Martínez G, et al. (2020) se vió que las gestantes españolas seguidas durante el tercer trimestre de embarazo y lactancia evidencian que las madres con ingestas insuficientes de vitaminas A, E, C, B2, B1, calcio y zinc en el tercer trimestre de gestación tuvieron menores niveles de estos micronutrientes en leche materna respecto a las madres con ingestas adecuadas, pudiendo verse así afectada la salud del recién nacido.
En una revisión sistemática llevada a cabo por Mackenna et al. (2022) sobre las prácticas de lactancia materna en mujeres con TCA, se ha visto que algunas mujeres no podían iniciarla debido a la fuerte necesidad de perder peso o de mantener patrones alimentarios restrictivos y por otro lado, había mujeres que sí la iniciaron ya que ellas dar el pecho significaba quemar calorías, La evidencia expresa una ambivalencia de estas madres entre las preocupaciones y comportamientos relacionados con TCA por un lado y el deseo de satisfacer las necesidades del bebé por el otro.
Según la NICE se debe aconsejar a las mujeres en periodo de lactancia que perder peso comiendo de forma saludable y haciendo ejercicio de forma regular no afectará a la cantidad o calidad de su leche
12. Pregorexia
Hoy día se ha acuñado por parte de medios de comunicación y algunos autores el término Pregorexia (PG) para hacer referencia a los TCA en embarazadas.
Esta palabra procede de la unión de los términos en inglés ‘pregnancy’ y ‘anorexia’. Es un trastorno alimentario presente en las embarazadas que quieren mantener o disminuir su peso corporal durante el embarazo, ya sea restringiendo la ingesta de calorías, realizando ejercicio extremo o combinando los atracones con las purgas.
Frecuentemente, las embarazadas que padecen pregorexia son mujeres que han padecido algún trastorno alimentario previo, pero no parece ser un factor necesario para padecer pregorexia durante el embarazo.
Según la Asociación de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Irlanda la pregorexia no es una condición médica en ningún caso, si no un término utilizado principalmente en los medios de comunicación para describir la situación de TCA en el embarazo, donde el término médico es la conducta en sí, anorexia nerviosa o bulimia.
En España, éste término tampoco está consolidado como un término médico de carácter real, por lo que seguiremos haciendo referencia a él como TCA en el embarazo.
13. Conclusiones
Existen escasos estudios y aún menos estudios concluyentes sobre la relación entre los TCA y el embarazo. Las implicancias clínicas y fisiológicas que tienen los TCA en las mujeres embarazadas y en su descendencia, hacen necesario la asignación de recursos para la detección precoz y el manejo de estas pacientes a través de un enfoque multidisciplinar.
De este modo, toma gran importancia la formación en este tema de profesionales que se enfrentan al seguimiento y manejo de estas pacientes, debido al desconocimiento generalizado de estas patologías y de su impacto a corto y largo plazo en la salud materna y fetal.
Es de vital importancia trabajar con protocolos específicos, programas de prevención, detección precoz y tratamiento adecuado para estas pacientes, mejorando así el curso y pronóstico del embarazo, parto y puerperio.
14. Referencias bibliográficas
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