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Principales líneas de tratamiento y posibles efectos secundarios en el cáncer de pulmón

Principales líneas de tratamiento y posibles efectos secundarios en el cáncer de pulmón

Resumen:

El cáncer de pulmón, al igual que la mayoría de los cánceres tiene tres tratamientos principales, que son la radioterapia, la quimioterapia y la cirugía, y se pueden utilizar de forma aislada o combinados. La elección del tratamiento dependerá de la etapa y de la extensión del cáncer, del tamaño del tumor o el tipo de cáncer de pulmón. Estos tratamientos tienen numerosos efectos secundarios como son las nauseas y vómitos, dolor al tragar, caída del cabello, etc.

Principales líneas de tratamiento y posibles efectos secundarios en el cáncer de pulmón

Eva Barroso Santamaría.

Palabras claves: cáncer pulmón, quimioterapia pulmón, radioterapia pulmón, cirugía pulmón.

Introducción: Los pulmones son órganos del aparato respiratorio que se encargan de realizar la función respiratoria, suministrando oxígeno al cuerpo a través de las vías respiratorias y expulsando el dióxido de carbono. El cáncer de pulmón se produce cuando hay un crecimiento exagerado de células malignas en los pulmones. Si no se diagnostica a tiempo se puede producir la metástasis, en estos casos las células cancerosas se desplazan hacia otros órganos del cuerpo.

Principales líneas de tratamiento: Los tratamientos que, de forma aislada o en combinación, se utilizan para el cáncer de pulmón son: cirugía, radioterapia y quimioterapia.

  • Cirugía. El tratamiento quirúrgico intenta curar la enfermedad, y lo consigue en el 50% de los pacientes diagnosticados en estadios iniciales. El objetivo de la cirugía debe ser la extirpación completa de todo el tejido tumoral y del territorio de drenaje linfático y obtener unos márgenes libres de tumor. Las resecciones quirúrgicas adecuadas para tratar a los pacientes con cáncer de pulmón en estadios iniciales son la neumonectomía (resección de un pulmón), lobectomía (resección de un lóbulo pulmonar) y la segmentectomía (se extirpa sólo el tumor junto con una pequeña parte del pulmón. Se utiliza cuando el tumor es relativamente pequeño o cuando el paciente no tiene suficiente capacidad respiratoria como para realizar una cirugía de mayor).

La Linfadenectomía mediastínica es un tipo de intervención quirúrgica que complementa a cualquiera de las tres anteriores. Consiste en extirpación de los ganglios linfáticos que se encuentran situados entre los dos pulmones (mediastino).

  • Es un tratamiento oncológico que se basa en la administración de radiaciones ionizantes de alta energía, capaces de eliminar las células cancerosas y detener su crecimiento y su división en la zona donde son aplicadas.

Las células malignas son más sensibles a la radiación que las sanas, además mientras que las células neoplásicas tienen limitada la capacidad de reparación tras la radiación; las sanas podrían lesionarse, pero posteriormente se recuperan. En el caso del cáncer de pulmón se utiliza con dos intenciones: una intención curativa que busca controlar localmente este tipo de cáncer, y otra intención paliativa, con la intención de mejorar un síntoma determinado causado por la enfermedad y que afecta a la calidad de vida del paciente.

El planteamiento de la radioterapia dependerá también de la extensión del cáncer de pulmón. En estadios iniciales el tratamiento de elección es la cirugía, pero la radioterapia puede ser una alternativa para los casos que impidan la intervención o por la negativa del paciente.

En estadios avanzados en los que no es posible la extirpación de todo el tumor sin que corra peligro la vida del paciente, la radioterapia, junto con la quimioterapia, colabora activamente en el control local de la enfermedad e incluso facilitar una cirugía posterior. Cuando se ha producido alguna metástasis, el papel de la radioterapia se basa en un control sintomático local, es decir previniendo las posibles complicaciones por el crecimiento local del tumor.

La radioterapia es administrada por especialistas en oncología radioterápica. En la mayoría de los casos se aplica radioterapia externa, es decir, las radiaciones se administran desde el exterior mediante unos equipos generadores de radiación que no contactan con el paciente.

La radioterapia externa no precisa ingreso hospitalario ni resulta dolorosa para el paciente. La duración de cada una de ellas puede variar de un enfermo a otro, aunque por lo general suele ser de unos minutos, 15 aproximadamente. La duración total del tratamiento oscila entre 3 y 6 semanas. Previamente a recibir el tratamiento es necesario realizar una planificación del mismo para calcular la mejor dosis de radiación que recibirá la zona del tumor y obtener así la mayor eficacia sobre el mismo, esto se hace mediante un escáner o TAC. La colocación debe ser la misma en todas las sesiones, para lo cual se utilizan sistemas de inmovilización.

La dosis prescrita no se puede administrar en una única sesión ya que, en ese caso, se producirían efectos secundarios graves. Para minimizar dichos efectos indeseables, la dosis total se divide o fracciona, repartiéndose en un número determinado de sesiones que se administran diariamente, durante cinco días a la semana, descansando dos.

  • La quimioterapia es la utilización de fármacos vía intravenosa o vía oral, para el tratamiento del cáncer. Su objetivo es destruir las células tumorales con el fin de lograr reducir la enfermedad, empleando una gran variedad de fármacos -antineoplásicos o quimioterápicos-. Las finalidades de la quimioterapia pueden ser curativa o paliativa.

Dependiendo de cuándo se administre la quimioterapia podemos hablar de: quimioterapia de inducción -se administra en primer lugar, antes de cualquier tratamiento local y su objetivo es disminuir el tamaño del tumor, lo que permite realizar tratamientos locales menos agresivos-, quimioterapia concomitante -se administra de forma simultánea a la radioterapia, permitiendo mejorar la eficacia del tratamiento- y la quimioterapia adyuvante -se realiza de forma complementaria después de la cirugía, para prevenir la recaída de la enfermedad-.

La quimioterapia se administra en forma de ciclos, alternando periodos de tratamiento con periodos de descanso. En la mayoría de las ocasiones es necesario el ingreso, ya que la infusión de los fármacos suele durar varios días. Este tratamiento se repite cada tres semanas. Antes de iniciar un nuevo ciclo es necesario realizar un control de sangre y orina para asegurarse de que la quimioterapia no está dañando los riñones o alterando los niveles de hematíes y leucocitos de la sangre. Si esto fuera así, sería necesario retrasar la administración del siguiente ciclo de quimioterapia hasta que se haya recuperado la función renal y los valores de la sangre. En ocasiones, para evitar pinchar repetidamente una vena, se emplea un catéter por donde se administran los fármacos.

Los medicamentos usados en la quimioterapia se agrupan en cinco categorías amplias: agentes alquilantes, nitrosoureas, antimetabolitos, antibióticos antitumorales, alcaloides de plantas y hormonas esteroides.

El tratamiento adecuado para el cáncer de pulmón de diferentes tipos y en diferentes estadios sería el siguiente:

El tratamiento para un paciente con cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadios iniciales consistiría en cirugía que consiga eliminar todo el tumor, ya sea por lobectomía o por neumonectomía. Solo debe administrase radioterapia cuando la resección haya sido incompleta, o cuando sea imposible una intervención debido a su estado general, su mala capacidad pulmonar, o problemas cardíacos, entre otras causas. Hasta el momento actual no se ha demostrado que en tumores iniciales la administración de quimioterapia preoperatoria mejore los resultados.

En un cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio III o localmente avanzado cabe distinguir dos grupo, estadios IIIA y estadios IIIIB.

El estadio IIIA lo forman los pacientes cuyo tumor se ha diseminado a los ganglios del mediastino. El tratamiento consiste en radioterapia y quimioterapia, previas a la cirugía. Los pacientes de este estadio que no pueden ser sometidos a cirugía, y los del estadio IIIB, que son los que presentan tumores que invaden estructuras mediastínicas -corazón, esófago, etc.-, el tratamiento consiste en una combinación de quimioterapia y radioterapia administrada de una forma concomitante.

El enfoque terapéutico del cáncer de pulmón en estadio IV de células no pequeñas debe de ser paliativo, los efectos secundarios de los tratamientos deben de ser menos tóxicos que los síntomas que ocasiona la propia evolución de la enfermedad.

En estos pacientes el tratamiento de elección es la quimioterapia. La radioterapia puede ser eficaz como tratamiento paliativo en pacientes con problemas como: compresión traqueal, esofágica o bronquial, metástasis óseas o cerebrales, dolor, parálisis de las cuerdas vocales, hemoptisis o síndrome de la vena cava superior.

En cuanto al cáncer de pulmón de célula pequeña o carcinoma microcítico de pulmón, a diferencia del resto, es un tumor extraordinariamente agresivo, muchas veces con metástasis en el momento del diagnóstico, y en el que salvo contadas excepciones, no está indicado el tratamiento quirúrgico. Este tumor se trata casi siempre con quimioterapia, y a veces se realizan tratamientos combinados con quimioterapia y radioterapia.

Además de estas técnicas, existen nuevas terapias para tratar el cáncer de pulmón, como el laser intrabronquial, la prótesis endobronquiales y la radiofrecuencia.

  • Láser intrabronquial. Cuando el desarrollo del tumor es intrabronquial, es decir dentro del conducto del bronquio, puede obstaculizar el paso del aire dificultando gravemente la respiración. En estos casos puede tratarse la lesión con láser, para destruir parte del tumor, permitir el paso del aire, y disminuir así el ahogo del paciente. El láser se aplica con la ayuda de un endoscopio introducido en las vías respiratorias.
  • Prótesis endobronquiales. Esta técnica, como la anterior, se utiliza cuando el desarrollo del tumor ocupa el interior de los bronquios impidiendo el paso del aire. Consiste en colocar mediante endoscopia una especie de tubo más o menos rígido a la altura de la zona del bronquio obstruida por el tumor, con el objetivo de facilitar la respiración del paciente.
  • En los últimos años han aparecido técnicas de ablación con catéter para lesiones únicas pulmonares en pacientes inoperables. Esta técnica consiste en quemar la lesión mediante un catéter que se introduce en el pulmón. Suele usarse en tumores menores de 4 cm y todavía no es una técnica estándar de tratamiento.