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Enfermería en la realización del triaje en urgencias hospitalarias

Enfermería en la realización del triaje en urgencias hospitalarias

El objetivo principal de este trabajo es el de ampliar el conocimiento de los profesionales de Enfermería sobre la realización del “triaje” llevado a cabo en urgencias hospitalarias.

Marta Rodríguez García

Saray Mojarro Girol

Carlos Manuel Marín Cañado

Diplomados y Másters en Ciencias de la Enfermería

RESUMEN

Metodología: hemos realizado una búsqueda y revisión bibliográfica en las bases de datos más importantes, así como en revistas científicas.

Conclusión: El triaje debe extenderse a todos los ámbitos de la asistencia urgente y su desarrollo debe ir de la mano con el de los sistemas de información y con el de la tecnología.

Palabras claves: Enfermería; triaje; urgencias; emergencias; clasificación

INTRODUCCIÓN

El término triage o triaje proviene de la palabra francesa “trier” que se define como escoger, separar, clasificar, seleccionar o elegir. Podemos decir que se denomina así al proceso con el que se selecciona a las personas a partir de su necesidad de recibir tratamiento médico inmediato cuando los recursos disponibles son limitados.

Originalmente se utilizó en las batallas napoleónicas para la clasificación de pacientes ante situaciones de catástrofe como concepto de clasificación o priorización de la atención urgente de pacientes. Sin embargo, el uso rutinario de los servicios de urgencia de clínicas y hospitales por parte de personas que enfrentan situaciones de salud que no constituyen en sí mismas una emergencia ha llevado a que este sistema también sea usado para designar prioridades en este tipo de atención.

Los servicios de urgencias en España vienen padeciendo un aumento permanente de la demanda, de tal forma que hemos pasado de los 18 millones de urgencias en 1977 a 26,2 en los últimos años, hecho que dificulta la atención rápida y eficaz que se les exige. Esto es debido, al menos en parte, a la elevada utilización de los servicios de urgencias para la atención de situaciones no urgentes, según estudios hasta el 70%, que pueden condicionar demoras en la asistencia de pacientes graves además de generar consecuencias negativas para el conjunto del hospital, incluyendo el incremento de costes asistenciales.

DESARROLLO DEL TEMA

En esencia, “triaje” representa la evaluación rápida de los pacientes y su ubicación en la lista de espera para la atención médica. Por desgracia, muchas personas insisten en ser atendidas de inmediato por orden de llegada y no de gravedad de sus síntomas.

El sistema de triaje divide los estados de gravedad en varias categorías incluyendo desde estados críticos a situaciones menos urgentes.

La aplicación de la priorización es de responsabilidad del equipo de Enfermería del Servicio de Urgencias. Así, cuando un paciente ingresa es recibido por una enfermera o enfermero, quien controla signos vitales y aplica un cuestionario que apunta determinar el grado de urgencia.

Las categorías son las siguientes:

  • Triaje 1 o atención inmediata: El paciente debe ser evaluado y atendido de manera inmediata dado que su condición representa un serio riesgo para su vida. Se aplica en casos de paro cardiorrespiratorio, apnea, quemaduras de la vía aérea, insuficiencia respiratoria severa, estatus convulsivo, intoxicaciones y hemorragias severas, entre otros.
  • Triaje 2 o manejo dentro de 10 minutos como máximo: El paciente debe ser evaluado y atendido en segundo orden de prioridad. Se aplica en pacientes con dolor severo, particularmente si se trata de personas mayores o factores de riesgo asociados como diabetes, cardiopatías o hipertensión arterial. También en personas con compromiso respiratorio, dolor de cabeza intenso y de comienzo súbito, compromiso de conciencia, signos de deshidratación en niños pequeños, hemorragia mayor, trauma ocular, entre otros.
  • Triaje 3 o atención médica dentro de los siguientes 30 minutos: El paciente puede esperar un tiempo razonable para ser atendido. Se aplica en personas cuya condición no implica un riesgo inmediato para su vida. Se aplica en pacientes con crisis hipertensiva sin otros factores de riesgo cardiovascular significativos, hemorragias recientes, pero que no están activas en el momento; niños con saturación de oxígeno entre 90% – 95%, convulsiones en paciente epiléptico, vómitos persistentes en niños, TEC, fractura de cadera o alguna extremidad, heridas en niños que requieran sutura con sedación, heridas abrasivas extensas, entre otros.
  • Triaje 4 o atención médica dentro de los siguientes 60 minutos: En esta categoría caben todos los consultantes que no están en las categorías anteriores y que, además de la atención médica, requieren de un procedimiento diagnóstico o terapéutico para su resolución. Por ejemplo, pacientes adultos con cuadros gastrointestinales, torsiones de tobillo, dolor de espalda, cuadros respiratorios simples o pacientes pediátricos con cuadros bronquiales obstructivos simples, aspiración de cuerpo extraño sin dificultad respiratoria, diarreas simples, etc.
  • Triaje 5 o evaluación y manejo dentro de 120 minutos: Son pacientes que requieren sólo de la intervención del médico para el diagnóstico y resolución de su condición de salud y que podrían haberla requerido en una consulta ambulatoria. Por ejemplo, pacientes adultos con estados gripales, amigdalitis, picaduras de insectos, cuadros de angustia o requerimiento de recetas médicas por enfermedades crónicas. O niños con dolor de oídos, episodios de diarreas intermitentes, laringitis, etc.

De acuerdo con esta clasificación, se inicia el proceso mismo de atención.
El triaje supone también una reevaluación y asistencia continua así como la recategorización si el plazo máximo de espera es superado por la demanda de atención.

Dado que el triaje no se fundamenta en diagnósticos y la concordancia interobservador hallada en las diferentes escalas ha resultado muy satisfactoria, el triaje es reivindicado desde sus inicios por Enfermería, que consigue muy buenos resultados incluso con escalas de 4 niveles de prioridad. Hay, sin embargo, sistemas que defienden que debe ser un médico experimentado de urgencias el encargado de realizarlo.

Actualmente es el personal de Enfermería el que con más frecuencia lo realiza, con o sin ayuda del facultativo. En este sentido algunos estudios concluyen que el triaje de Enfermería con apoyo médico es más eficiente que el triaje de Enfermería aislado sobre todo para los casos de alta urgencia y complejidad.

No obstante, otros modelos definen el «triaje avanzado», en el que el profesional de Enfermería ejecuta un procedimiento o administra una medicación en base a directrices médicas con protocolos, circuitos y órdenes médicas preestablecidas. Estos protocolos se han de poner en práctica una vez consensuados y establecidos y después de que la mayoría de los profesionales de Enfermería hayan recibido la formación adecuada y se haya verificado su capacitación. También deben ser aprobados por la estructura hospitalaria competente.

Ventajas del triaje:

Para los pacientes:

  • Proporciona información al paciente sobre su estado y el tiempo aproximado de espera.
  • Crea un primer contacto de su demanda con la estructura sanitaria.
  • Se atiende antes al más grave.

Para el servicio de urgencias: 

  • Orienta los flujos de pacientes en función de su gravedad.
  • Permite la reordenación de los recursos en el área de urgencias en función de la demanda.
  • Genera información útil para la orientación de los recursos de los que deben disponer en el área de urgencias.
  • Disminuye la congestión del servicio, mejorando el flujo de pacientes dentro del servicio.

Para la organización:

  • Permite realizar controles de calidad.
  • Permite políticas dirigidas a dotar de recursos estables al área de urgencias en función de la gravedad y tipología de los casos vistos.

Funciones del triaje:

  • Identificar rápidamente a los pacientes en situación de riesgo vital, mediante un sistema estandarizado de clasificación.
  • Asegurar la priorización en función del nivel de clasificación, acorde con la urgencia de la condición clínica del paciente.
  • Determinar el área más adecuada para tratar a un paciente que se presenta en un servicio de urgencias.
  • Informar a los pacientes y sus familias sobre el tipo de servicio que necesita y el tiempo de espera probable.

Funciones de la ENFERMERÍA de triaje:

La enfermera de triaje, debe tener acceso rápido o estar en contacto con el área de recepción administrativa del servicio y con el área de espera de los pacientes. Debe recibir a los pacientes y sus familiares en un ambiente seguro, íntimo, privado y con la máxima confidencialidad, realizando así una rápida evaluación clínica, recogiendo los datos expresados por el paciente para objetivar al máximo el motivo clínico de consulta y la citación fisiológica del paciente.

Debe dar la información registrada al equipo multidisciplinar encargado del proceso diagnóstico y terapéutico en el área asignada, así como también reevaluar periódicamente a los pacientes del área de espera teniendo un control visual del área de espera y de admisión de pacientes.

CONCLUSIONES

Se destaca y se define la importancia de Enfermería para liderar y administrar el área de triaje servicios de urgencias del país. En la organización de servicios de urgencias, es necesario contar con un sistema de clasificación inicial de pacientes procurando un acceso rápido, ordenado, dirigido, atendiendo con prioridad a  los pacientes de mayor gravedad.

El triaje, como centro de la organización de la asistencia en el servicio, mejora el pronóstico general de los pacientes, nos ha de indicar cuándo ha de ser tratado un paciente y que es lo que el paciente necesita, es una de las claves de la eficiencia y efectividad clínica del servicio.

Una correcta clasificación evitará el perjuicio de tiempos de espera prolongados para las urgencias reales en beneficio de patologías insignificantes permitiendo una actuación más adecuada en relación a la urgencia del paciente, teniendo en cuenta que todo este proceso se ve influenciado por los recursos humanos, materiales y organizativos del propio servicio.

El triaje se ha convertido en el sello de identidad del servicio de urgencias hospitalario que lo aplica, siendo además una herramienta objetiva que permite medir, evaluar y mejorar el funcionamiento y el rendimiento de dicho servicio.

Los actuales sistemas de triaje deben ser estructurados y basados en escalas de clasificación de cinco niveles. La asignación de dichos niveles debe fundamentarse en decisiones objetivas, apoyarse en algoritmos y sistemas informáticos que automaticen estas decisiones y permitir al mismo tiempo ajustes por parte del profesional que lo realiza.

Los profesionales de Enfermería han demostrado capacidad para llevar a cabo el triaje pero se valora positivamente la participación del médico en las decisiones relativas a los cuadros de mayor relevancia clínica.

El triaje debe extenderse a todos los ámbitos de la asistencia urgente y su desarrollo debe ir de la mano con el de los sistemas de información y con el de la tecnología.

REFERENCIAS

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