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Virus de la Influenza. Acciones del personal de Enfermería

la conducta de los demás.

Esta afección se caracteriza por fiebre, cefalea, mialgias, postración, coriza, dolor de garganta, tos; en niños crup, bronquiolitis, manifestaciones gastrointestinales, otros síntomas generales como secreción nasal abundante. Motiva riesgo de complicaciones en: niños, ancianos, personas debilitadas por enfermedades crónicas, cardiopulmonares, renales, metabólicas, anémicos e inmunodeprimidos. Pese a su rápida transmisión la mayor parte de las enfermedades no se diseminan con eficiencia gracias a la infraestructura sanitaria que hace énfasis en las medidas de control; sin embargo existe el potencial de brotes epidémicos, lo que obliga a mantener una vigilancia activa para controlar la incidencia de esta enfermedad, vigilancia cuyos resultados son exitosos.

De ahí la importancia de que el enfermero incluya en sus actividades prioritarias la educación e información a las autoridades sanitarias, así como también la comunicación con contactos y convivientes, y el seguimiento de los enfermos. El tratamiento incluye: notificación, tratamiento sintomático, medidas de control y el aislamiento.

El enfermero encaminara acciones hacia: medición de signos vitales con énfasis particular en la temperatura sobre todo en niños para evitar estados convulsivos, la aplicación de medidas antitérmicas y el no uso de antipiréticos en los niños para prevenir síndrome de Reye, administración de analgésicos como tratamiento del dolor, la vigilancia y tratamiento de complicaciones potenciales hace que el enfermero mantenga observación estricta de su paciente, valorar los niveles de conciencia e interpretar los resultados del laboratorio caracterizan el accionar de este grupo de salud, emprender la terapia adecuada tan pronto se prescriba sin esperar horarios convencionales en busca de alcanzar niveles sanguíneos a la mayor brevedad, mantenerlo en un reposo adecuado sirve además para reducir la diseminación hacia otros pacientes si se halla ingresado o hacia la comunidad si se encuentra en su hogar.

Las medidas de control se irradian al paciente, los contactos y convivientes y comprende hacia el ambiente inmediato, no requiere desinfección, ni cuarentena, si vigilancia por las autoridades sanitaria, reajuste de ingresos, uso racional de antibióticos y la valoración en caso de desastres.

Inmunización: Se recomienda para quienes tienen riesgo máximo de complicaciones graves, a personas mayores de 65 años, diabéticos, enfermos cardiopulmonares crónicos, inmunodeprimidos o con disfunción renal. Deben recibir también la vacuna el personal asistencial y los militares.

En 1945 quedo registrada la primera vacuna prospera contra la influenza, iniciándose un proceso obligado de selección anual de las cepas que circulan a nivel mundial para la vacuna de cada temporada y mejoramiento tecnológico de su producción. Se han ensayado vacunas tales como: vacunas de virus completo, vacunas de antígenos superficiales y vacunas de virus atenuados aplicándose a personas de riesgo. Su inmunidad es de corta duración, en los últimos años la vacuna recomendada es la inactiva y trivalente, introduciéndose cada vez más refináncienles en su elaboración, su única contraindicación es que haya antecedentes de alergia a la proteína del huevo. Debe aplicarse antes del comienzo de la temporada de influenza. Después de esta vacunación las infecciones clínicas se reducen en 70-90% en niños y adultos jóvenes, pero solamente en 30-40% en personas de edad avanzada, aunque evita la presencia de cuadros graves y la muerte en más o menos un 70%.

El enfermero que presta sus servicios en la atención primaria de salud aplica esta vacunación en dosis de 0.5 ml por vía IM en el deltoides, producto que se presenta cargado en la misma jeringuilla desechable.

El enfermero podrá ofrecer la atención de este paciente, ya sea en las instituciones o en su hogar. Tendrá presente el establecimiento de políticas que reduzcan las visitas a los pacientes. La práctica estratégica de la higiene personal y ambiental, sin olvidar jamás el frecuente lavado de las manos. En su quehacer educativo insistirá en una nutrición adecuada sin restricciones y con el ofrecimiento frecuente de líquidos a ingerir, lo cual recupera las pérdidas motivadas por la fiebre, además de facilitar el flujo de secreciones respiratorias hacia el exterior, enfatizar que los útiles y fómites de que haga uso el enfermo, después de un aseo normal puede contaminar su uso familiar.

No debe prescindirse en el proceso educativo delas orientaciones correspondientes al uso de pañuelos, así como su cambio frecuente. La circulación adecuada de aire en los locales resulta necesaria para controlar la transmisibilidad. La permeabilidad de las fosas nasales es otra medida necesaria en el cuidado general de estos pacientes. No obviar la supresión de la aspirina en la edad pediátrica como método de prevención del Síndrome de Reyé.

CONCLUSIONES

  • La Influenza es una de las afecciones respiratoria aguda cuya información se encuentra en cambio continuo, al tiempo que su epidemiología real cambia con la adaptación del microorganismo a las modificaciones de conducta en las personas y los centros y prevención de las enfermedades.
  • El enfermero tanto en el nivel primario como el secundario juega un importante rol con su programa educativo, el cual debe ser tan abarcador que se irradie a los centros escolares con una actuación asesora y consejera.
  • La higiene es de capital importancia en el control de la afección.
  • La aplicación de la vacunación previa temporada estimada, en las edades extremas de la vida, reduce complicaciones y muerte.