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Abordaje integral de la enfermedad de Parkinson

Abordaje integral de la enfermedad de Parkinson

Autora principal: Elisa Pilar Gómez Rodríguez

Vol. XVI; nº 1; 37

Comprehensive approach to Parkinson’s disease

Fecha de recepción: 26/11/2020

Fecha de aceptación: 04/01/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 1 –  Primera quincena de Enero de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 1; 37

AUTORES

Elisa Pilar Gómez Rodríguez. Diplomada Universitaria en Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de Zaragoza. Licenciada en Filología Hispánica. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

Marina Gabás Arbués. Graduada Universitaria en Enfermería, Universidad San Jorge de Zaragoza. Máster Universitario en Urgencias, Emergencias y Críticos. Experto en Cuidados Avanzados. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

Beatriz Pobo Sanz. Graduada Universitaria en Enfermería, Escuela Universitaria de Enfermería de Huesca. Experto Universitario de Enfermería ante las actuaciones de Urgencias y Emergencias. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

Laura Reinado Lansac. Graduada en Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza. Experto Universitario de Enfermería en Alteraciones vasculares y arteriales. Experto Universitario en Geriatría y Cuidados en la edad adulta para enfermería. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

Marta Polo Ruiz. Diplomada Universitaria en Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de Zaragoza. Experto Universitario en accidentes de tráfico: Emergencias, Reanimación y Transporte Sanitario. Experto Universitario en Patología Vascular para Enfermería. Experto Universitario en Farmacología para Enfermería. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

Cristina Domingo Rúa. Diplomada Universitaria en Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza. Experto Universitario en accidentes de tráfico: Emergencias, Reanimación y Transporte Sanitario. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

RESUMEN

            La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo progresivo del sistema nervioso central que se produce por un aumento de la formación de acetilcolina y por un déficit de dopamina. Por razones que se desconocen se produce la muerte o el deterioro de ciertas neuronas (nombre dado a las células del sistema nervioso) de la sustancia negra del mesencéfalo que origina un déficit del neurotransmisor dopamina.

            Los primeros síntomas aparecen tras la pérdida del 80% de la producción de dopamina.

            Se caracteriza por un cuadro de hipocinesia o déficit de movimiento y temblor, rigidez muscular y alteración de los reflejos posturales. La dopamina es el mensajero químico encargado de transmitir señales entre la sustancia negra y el siguiente “puesto de retrasmisión” en el cerebro, lo que permite el funcionamiento coordinado y sin problemas.

Palabras clave: Enfermedad de Parkinson, temblor, rigidez, levodopa.

ABSTRACT

            Parkinson’s disease is a progressive degenerative disorder of the central nervous system that is caused by increased formation of acetylcholine and a deficiency of dopamine. For unknown reasons, the death or deterioration of certain neurons (the name given to the cells of the nervous system) of the substantia nigra of the midbrain occurs, causing a deficiency of the neurotransmitter dopamine.

            The first symptoms appear after the loss of 80% of dopamine production.

            It is characterized by a picture of hypokinesia or deficit of movement and tremor, muscular rigidity and alteration of postural reflexes. Dopamine is the chemical messenger responsible for transmitting signals between the substantia nigra and the next «relay station» in the brain, allowing for smooth and coordinated functioning.

Keywords: Parkinson’s disease, tremor, rigidity, levodopa

ETIOLOGÍA

            Aunque el 70 por ciento de las personas diagnosticadas supera los 65 años de edad, no es una enfermedad exclusivamente de personas de edad avanzada ya que el 30 por ciento de los diagnosticados es menor de 65 años. A pesar de todos los avances de la neurología, a día de hoy se desconoce la etiología o causa de la enfermedad de Parkinson. Aparece con más frecuencia en varones, a partir de los 50-60 años y la mayoría de los casos son esporádicos, siendo el envejecimiento el principal factor de riesgo, pero existen otros factores que parecen influir, tales como:

            – La herencia genética. Aunque son poco comunes, se han identificado mutaciones genéticas específicas que pueden causar la enfermedad, sobre todo en los casos de inicio joven (<40 años) que se asocian a una herencia autosómica recesiva.

            – Los Factores ambientales. La exposición continua a herbicidas y pesticidas puede aumentar ligeramente el riesgo de tener la enfermedad en un futuro, pero el riesgo es relativamente menor.

            – La edad se ha considerado un factor de riesgo siendo la edad media del diagnóstico entre los 55-60 años, por lo tanto la prevalencia aumenta exponencialmente a partir de la sexta década de vida.

            – Los traumatismos craneoencefálicos repetidos han sido asociados a un aumento del riesgo de padecer la enfermedad.

            También se ha observado que se producen muchos cambios en el cerebro de las personas con la enfermedad de Parkinson, como la presencia de los cuerpos de Levy (masas de sustancias específicas dentro de las neuronas cerebrales), considerados por los investigadores como un indicio importante de la causa de la enfermedad.

CLÍNICA

            Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden ser diferentes para cada persona. Los primeros signos pueden ser leves y pasar desapercibidos. Con frecuencia, los síntomas comienzan en un lado del cuerpo y normalmente continúan empeorando en ese lado, incluso después de que los síntomas comienzan a afectar a ambos lados.

            Los tres síntomas más característicos de la enfermedad son el temblor de reposo, la rigidez y la bradicinesia, que es lo que se llama la triada parkinsoniana.

            – El temblor aparece en el 70% de los pacientes. Generalmente comienza en una mano aunque a veces también puede afectar primero a un pie o a la mandíbula Se denomina temblor de reposo porque se nota más cuando la extremidad afecta está en reposo o cuando la persona está estresada o fatigada y desaparece con los movimientos voluntarios y durante el sueño. Los pacientes

            – La rigidez muscular se puede presentar en cualquier parte del cuerpo, casi nunca es el síntoma principal en las primeras etapas y se presenta como el entumecimiento de los brazos o piernas, aunque también puede darse en el torso. Con el tiempo, los músculos del cuerpo pueden contraerse y ponerse rígidos, lo que dificulta la movilidad provocando incapacidad a la persona para realizar tareas simples, como alimentarse, ponerse de pie o caminar. Normalmente aparece aumento de la rigidez en el brazo pasivo cuando se realiza de forma activa y voluntaria algún movimiento con el otro brazo.

            – La bradicinesia es el síntoma más incapacitante de la enfermedad. Conforme va avanzando la enfermedad se produce un enlentecimiento de los movimientos y una pérdida de movimientos espontáneos y automáticos. Con el tiempo las tareas simples se convierten en difíciles, llevan más tiempo, los pasos son más cortos al caminar, resulta difícil levantarse de una silla, se arrastran los pies al intentar caminar…

            También son característicos de la enfermedad los siguientes síntomas:

            – Anomalías posturales: Debido a la inestabilidad postural o la falta de equilibrio, se produce una inclinación del tronco y la cabeza hacia delante o hacia, los codos y las rodillas están como encogidos.

            – Anomalías en la marcha: la marcha se enlentece, se arrastran los pies, se dan pasos rápidos y cortos (festinación), con dificultad para pararse y se producen también episodios de bloqueo (los pies parecen que están pegados al suelo).

            – Trastornos del equilibrio: hipotensión ortostática, reflejos alterados, fáciles caídas,..

            – Trastornos del sueño: Trastornos de conducta del sueño REM, sueño muy fragmentado en la noche, despertarse muy temprano y no volver a dormirse, hipersomnia diurna excesiva, síndrome de piernas inquietas, movimientos periódicos de las piernas,…

            – Síntomas neuropsiquiátricos: Depresión, ansiedad, apatía, alucinaciones (sobre todo visuales), ilusiones y delirios que pueden ser inducidos por la medicación. Deterioro cognitivo leve y demencia. Trastorno del control de impulsos. Ataques de pánico.

            – Síntomas sensitivos: Dolor, hiposmia, trastornos visuales (visión borrosa, diplopia, alteración en la visión de los colores).

            – Hiponimia: pérdida de la expresividad del rostro debido a la rigidez de los músculos faciales

            – Fatiga.

            – Disfunción autonómica: Urgencia y frecuencia miccional, nicturia, disfunción sexual, hiperhidrosis e hipotensión ortostática.

            – Síntomas gastrointestinales: Sialorrea, disfagia, estreñimiento.

            – Caligrafía pequeña y apretada, llamada micrografía.

Progresión de la enfermedad

            La velocidad de progresión de la enfermedad es muy variable de unos pacientes a otros. Aunque es una patología progresiva avanza con lentitud y su evolución está muy condicionada por la medicación que reciben los pacientes para paliar los síntomas. Con la medicación antiparkinsoniana adecuada a cada caso y las terapias de rehabilitación complementarias, se puede frenar la velocidad de avance y la intensidad de los síntomas. La calidad de vida cotidiana puede ser satisfactoria durante muchos años. Normalmente las formas rígido-acinéticas son más molestas y menos controlables que las formas temblorosas de la enfermedad.

            Hohen y Yhar establecieron los 5 niveles (“estadíos”) clásicos de progresión de la enfermedad de Parkinson:

Estadío 1: Enfermedad unilateral, síntomas leves que afectan sólo a una mitad del cuerpo.

Estadío 2: Enfermedad bilateral sin afectación del equilibrio.

Estadío 3: Enfermedad bilateral de leve a moderada, con signos de deterioro del equilibrio y bradicinesia. Físicamente el paciente es capaz de tener una vida independiente.

Estadío 4: Incapacidad considerable, equilibrio bastante afectado pero el paciente aún es capaz de andar y permanecer de pie sin ayuda. Necesitará ayuda constante para algunas de las actividades básicas de la vida diaria.

Estadío 5: Invalidez total. Necesita ayuda para todo. Pasa el tiempo sentado o en la cama a no ser que reciba ayuda.

DIAGNÓSTICO

            El diagnóstico de la enfermedad es fundamentalmente clínico y se realiza teniendo en cuenta la historia clínica y realizando una exploración física y neurológica de la persona, ya que no existe una prueba que confirme el diagnóstico. Por lo tanto se basa en la detección de una serie de síntomas motores y en la exclusión de otros posibles trastornos a través de pruebas complementarias.

            Al principio de la enfermedad el diagnóstico no es fácil porque los síntomas son leves y poco específicos, apareciendo dolores articulares, cansancio, dificultades en la escritura, arrastrar un pie,  cuadro depresivo, que pueden llevar a confusión y retrasar el diagnóstico. El paciente debe experimentar al menos 2 de los 4 síntomas motores principales: bradicinesia, temblor de reposo, rigidez muscular e inestabilidad postural.

            Existen otros criterios diagnósticos de soporte, los más usados son los publicados por el Banco de Cerebros del Reino Unido (UK Parkinson´s Disease Society Brain Bank) y deben estar presentes al menos tres para un diagnóstico definido, estos criterios son:

            – Comienzo unilateral de los síntomas

            – Asimetría persistente con mayor afectación en el lado donde empezaron los síntomas.

            – Buena respuesta al tratamiento con levodopa. La mejoría clínica al tratamiento con levodopa apoya el diagnóstico.

            – Respuesta a la levodopa durante más de 5 años.

            – Curso progresivo.

            – Evolución clínica durante 10 años o más.

            – Hiposmia (afectación de la capacidad para percibir olores).

            – Alucinaciones visuales (percepciones visuales que ocurren en ausencia de un estímulo).

            En resumen, el médico llegará a la conclusión de la existencia de parkinson basándose en los signos clínicos externos (las “quejas” del paciente y la exploración directa) y confirmará el diagnóstico por la respuesta del paciente a la medicación con levodopa y a la posterior evolución del cuadro clínico hacia un párkinson típico.

TRATAMIENTO 

            La enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero hoy día hay diferentes recursos para paliar los síntomas, ralentizar la evolución de la enfermedad y mejorar eficazmente la calidad de vida de los pacientes. Los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas de forma notable y en algunos casos más avanzados, se puede aconsejar la cirugía. También son importantes los cambios en el estilo de vida.

Tratamiento farmacológico

            Casi todos los síntomas de la enfermedad son causados por las concentraciones bajas de dopamina en el cerebro, por eso los fármacos se centran en reestablecer el contenido de dopamina en el cerebro con el objetivo de mejorar los síntomas y la calidad de vida de la persona.

            Después de comenzar el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, los síntomas pueden mejorar considerablemente, sin embargo, con el tiempo, los beneficios de los medicamentos con frecuencia disminuyen o se vuelven menos constantes. Aún así se pueden controlar los síntomas bastante bien.

            La elección fármaco depende de factores como la edad, las características clínicas, la gravedad de la enfermedad y los trastornos asociados. En ocasiones se emplea una combinación de fármacos para conseguir un control más eficaz de los síntomas. Actualmente se emplean los siguientes:

            – Precursores de la dopamina (Levodopa): Es un fármaco que en nuestro organismo se transforma en dopamina. Se suele administrar junto a otros medicamentos para que su eficacia sea mayor. La aparición de complicaciones motoras limita parcialmente su uso en personas jóvenes y/o con síntomas leves. Su efectividad se ve reducida con el paso de los años.

            – Inhibidores de la MAO-B/COMT: Son fármacos que permiten aumentar la disponibilidad de la dopamina en el cerebro.

            – Agonistas de la dopamina: Actúan como si fueran dopamina activando sus receptores. Resultan eficaces para controlar los síntomas en estados iniciales. Pueden administrarse solos o en combinación con dosis bajas de levodopa, que permite reducir sus efectos secundarios.

            – Anticolinérgicos: Reducen o anulan los efectos producidos por el neurotransmisor acetilcolina y ayudan a reducir el temblor y la rigidez. También se usan para reducir el exceso de salivación.

            – Amantadina: Aumenta la liberación de dopamina y disminuye las discinesias. Se suele administrar en etapas tempranas para retrasar el inicio del tratamiento con levodopa.

Tratamiento quirúrgico

            Está indicado cuando los síntomas motores no responden adecuadamente al tratamiento farmacológico. Se trata de la estimulación cerebral profunda (ECP) o deep brain stimulation (DBS), que consiste en la implantación de unos electrodos en un área concreta del cerebro para administrar estimulación eléctrica y así se consigue modular las señales que causan los síntomas motores. Los electrodos están conectados a un neuroestimulador que se coloca en el tórax (como un marcapasos) a través de una extensión que se conduce bajo la piel, desde la cabeza pasando por el cuello.

            Es un procedimiento reversible, puede ajustarse o interrumpirse de forma no invasiva. No se trata de un tratamiento curativo, pero sirve para mejorar los síntomas motores mejorando así la calidad de vida de la persona.

Tratamiento no farmacológico

            Además del tratamiento farmacológico y el quirúrgico, las terapias rehabilitadoras ( fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, psicología,..) son fundamentales en el manejo global de la enfermedad y han de ser adaptadas a las necesidades de cada persona. El objetivo es conseguir una mayor autonomía e independencia de la persona, que le permita afrontar las dificultades en la vida diaria derivadas de la enfermedad.

CONCLUSIONES

            La enfermedad de Parkinson se está convirtiendo en un problema de salud pública debido a su elevada frecuencia,  por lo que es importante conocer los aspectos clínicos de la enfermedad, el manejo del diagnóstico y los distintos tratamientos para ofrecer la mejor asistencia a los pacientes y que su calidad de vida se vea lo menos condicionada posible.

            A pesar de que no existe cura, el objetivo consiste en un enlentecimiento de la progresión de la enfermedad y un buen control terapéutico con las nuevas terapias farmacológicas y quirúrgicas.

BIBLIOGRAFÍA

1)  https://medlineplus.gov/spanish/parkinsonsdisease.html

2) https://www.esparkinson.es/espacio-parkinson/conocer-la-enfermedad/

3) Dr. Martínez Fernández, Raúl; Dra. Gasca Salas C., Carmen; Dr. Sánchez Ferro, Álvaro; Dr. Obeso, José Ángel.  Actualización en la enfermedad de Parkinson. Pakinson´s disease: a review. Revista Médica Clínica Las Condes [Internet] Volume 27, Issue 3, May 2016, pages 363-379. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/journal/ HYPERLINK «https://www.sciencedirect.com/journal/revista-medica-clinica-las-condes/vol/27/issue/3» HYPERLINK «https://www.sciencedirect.com/journal/revista-medica-clinica-las-condes/vol/27/issue/3» HYPERLINK «https://www.sciencedirect.com/journal/revista-medica-clinica-las-condes/vol/27/issue/3″revista-medica-clinica-las-condes/vol/27/issue/3

4)https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/parkinsons-disease/symptoms-causes/syc-20376055

5) Paul Nausieda, MD; Glorida Bock, MSN, RN, CS. Enfermedad de Parkinson: Lo que usted y su familia deben saber [Internet]. Disponible en: https://www.parkinson.org/

6) https://es.familydoctor.org/condicion/enfermedad-de-parkinson/

7) https://www.esparkinson.es/espacio-parkinson/