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Aborto, el debate sin fin

Aborto, el debate sin fin

Cada vez que la regulación del aborto advierte posibles modificaciones, se genera polémica, debate e incluso malestar social. La realidad es que se produce un choque entre posiciones absolutamente contrapuestas.

AUTORES:

Arantzazu Igoa Erro: Enfermera ( Centro de salud Echarri-Aranaz, Navarra) .

Rosario Izco Salinas: Médico (Centro de salud Estella, Navarra).

Eva Arana Alonso: Médico ( Centro de salud Echarri-Aranaz, Navarra).

Beatriz Otaegui Baleztena: Enfermera (Centro de salud Echarri-Aranaz, Navarra).

RESUMEN

Dos polos extremos entran en conflicto. Por un lado, los que quieren prohibir el aborto en cualquier caso. En todos los supuestos. Aquellos que defienden el derecho a la vida en cualquiera que sea la etapa en que se encuentre el embrión o feto, dando así el derecho absoluto al no nacido. Por otro, los que pretenden asignar derechos absolutos a la mujer, en cualquiera que sea el estadio del embarazo.

            Casado, ya advierte que la diversidad moral que coexiste en las sociedades actuales, exige que se llegue a acuerdos basándose en unos valores mínimos(1). No es tarea fácil, ya que en muchas ocasiones surge conflicto a la hora de establecer criterios que regulen la vida social(2). Sin embargo, el consenso y el respeto a los demás resultan fundamentales para la convivencia.

            Las modificaciones aplicadas a la ley de reproducción por parte del gobierno anterior, han puesto en tela de juicio el interés que nuestros representantes atribuyen a tal propósito. Asimismo, ha hecho que gran parte de la ciudadanía haya sentido que derechos fundamentales que hasta ahora la ley otorgaba, corran el riesgo de ser abolidos

Desde mi experiencia personal, he visto amenazado  el ejercicio de mi práctica profesional, pues como enfermera especialista en ginecología y obstetricia que soy, tales reformas impactarían directamente en mi actividad diaria. Por ello, he sentido la obligación moral de trabajar este tema, meditar y reflexionar. Tratando de entender a cada una de las partes implicadas, he creado mi propio juicio desde mi condición de mujer, matrona y ciudadana de estado democrático y  plural al que pertenezco.

Palabras clave: Aborto, discusión, opción.

ABSTRACT

Whenever the regulation of the abortion warns possible modifications, there is generated polemic, debate and enclosed social discomfort. Actually, a shock takes place between absolutely opposite positions. Two extreme poles enter in conflict. On the one hand, those which want to prohibit the abortion in any case. Those that defend the right to life, in any stage in which one finds the embryo or fetus, giving this way the absolute right not to born. On the other side, people which try to assign absolute rights to women, in any stadium of the pregnancy.

            Casado does already advise that the moral diversity that coexists in the current companies, demands that it comes near to agreements being based on a few minimum values. It is not an easy task, since in many occasions conflict arises at the moment of establishing criteria that regulates social life. Nevertheless, the consensus and the respect to others turn out to be fundamental for the conviviality.

            The threat suffered in the previous legislature of the government of modifying the abortion law, has put in fabric of judgment the interest that our representatives attribute to such an intention. Likewise, it has done that a great part of the citizenship has felt that fundamental rights that until now the law was granting, spread the risk of being abolished.

From my personal experience, I have seen threatened the exercise of my professional practice, so as a nurse specialized in gynecology and obstetrics that I am, such reforms would affect directly my daily activity. For it, I have felt the moral obligation to work this topic, to ponder and think. Trying to deal to each of the implied parts, I have created my own judgment from my condition of woman, matron and citizen of a democratic and plural state to which I belong.

KEY WORDS: Abortion, Discussion, Option.

INTRODUCCIÓN

La atención a la mujer en salud sexual y reproductiva viene desde culturas ancestrales, trasmitida de generación en generación y ligada siempre al sexo femenino.

            En la antigüedad, los métodos anticonceptivos eran muy rudimentarios y poco eficaces, por lo que la planificación familiar se llevaba a cabo realizando abortos de manera liberal, utilizando remedios herbales (como el cornezuelo de centeno, laurel, azafrán o perejil), mecánicos a través de objetos puntiagudos (huesos, agujas…) o incluso realizando lavados vaginales tras el coito con múltiples sustancias. Estos métodos, eran materia de folklore y tradición más que medicina y ciencia (3).

            El primer texto médico sobre métodos anticonceptivos se encontró en los papiros egipcios denominados Petri o Kahun, que data de 1850 a.C. En estos documentos se encontraban consejos y prescripciones ginecológicas, tales como el empleo de sustancias como el carbonato de sodio o la instrucción de sustancias similares a gomas que se insertaban en la región vaginal. (3).

            La práctica del aborto también se conoce muchos siglos antes de nuestra era. Se puede decir, que el aborto, es tan antiguo como la humanidad. Las legislaciones antiguas, no castigaban la práctica abortiva. Su represión, comenzó en Roma, cuando aparecieron sustancias nocivas para las mujeres. En la Edad Media se polemizó sobre el momento en el que el feto recibía el alma. Se diferencia la intervención sobre el feto animado y el feto inanimado(3).

            En el siglo XVII, la Iglesia se endurece y equipara el  aborto al crimen de homicidio y también penaliza los actos que persiguen la esterilidad y anticoncepción. Se promulgaron medidas rigurosas contra la mujer sujeta a esta acción, incluyendo pena de muerte, castigos corporales y exilio. En los tiempos actuales, la Iglesia, también se opone a la interrupción del embarazo en cualquiera de los supuestos, argumentando que se trataría de un homicidio. Impone así un natalismo sin control, ya que debemos recordar, que también se opone al uso de los anticonceptivos, negando así el derecho a la planificación familiar. Es decir, el derecho a que las parejas regulen el momento y número de embarazos valorando las preocupaciones sociales, psicológicas, económicas, físicas y biológicas. La planificación familiar resulta esencial para lograr el bienestar y autonomía de las mujeres. (4)

            Afortunadamente, el desarrollo de los métodos anticonceptivos ha evolucionado paralelamente al progreso de los derechos de la mujer. A pesar del desarrollo alcanzado, en la actualidad no se ha podido eliminar la práctica del aborto. El número de abortos no varía significativamente por el hecho de que este legalizado o no. Tanto si la práctica del aborto está sujeta a restricciones legales como si conlleva acceso libre, la probabilidad de que una mujer tenga un embarazo no deseado y que intente un aborto inducido es prácticamente la misma.  En los países donde no hay recursos para practicar abortos en forma segura, muchas mujeres sufren grandes complicaciones incluso fallecen. Los abortos de han realizado de forma insegura a lo largo de la historia(4).

            Según la OMS, se estima que cada año se realizaran 22 millones de abortos en forma insegura, lo que produce la muerte de alrededor de 47.000 mujeres. El 98% de los abortos inseguros se producen en países en vías en  desarrollo.  Casi cada una de estas muertes y discapacidades podría haberse evitado a través de la educación sexual, planificación familiar  y el acceso legal al aborto, lo que supondría ejecutarlo sin riesgos.

            Según un estudio realizado en la universidad de Oxford, en EE.UU., el 9%  de las adolescentes entre 15 y 19 años quedan cada año embarazadas y cerca de la mitad de estos terminan en aborto(5). El embarazo no deseado entre adolescentes es un problema común de salud pública incluso en países industrializados. Estos, se asocian con mayores riesgos de resultados adversos de salud materno infantil. El aborto inseguro y la morbi-mortalidad asociadas a las mujeres puede evitarse. En consecuencia todas las mujeres deben contar con servicios disponibles y accesibles en la medida que lo permita la ley.

Es importante analizar la bioética médica, desde la lógica y la razón histórica. Principios de “no maleficencia” y de “Beneficencia”, respectivamente. Por tanto, la ética médica ha de hacer lo posible por respetar escrupulosamente y al mismo tiempo la autonomía, beneficencia y justicia. Muchos reaccionarios, establecen que la personalidad del feto se adquiere en el momento de la concepción. En este sentido, comenta Diniz, que el debate sobre el aborto ha sido desplazado del campo de las libertades hacia una disputa simbólica sobre el inicio de la vida (3). La narrativa del milagro de la creación de la vida humana en la fecundación, es una épica válida para algunas comunidades morales. Sin embargo, desde el mundo científico no existe acuerdo.  No hay consenso sobre cuando se inicia la vida humana.

            Cuando el espermatozoide de un hombre, fecunda en ovulo maduro de una mujer, los núcleos haploides de ambos gametos se fusionarán  para formar un nuevo núcleo diploide. Así, se forma un cigoto, que en circunstancias favorables puede convertirse en el inicio de un linaje celular humano. Este organismo, pasará sus diversas etapas, mórula, blástula, embrión, feto y finalmente hombre o mujer. Por tanto, como señala Sabada, estamos ante un proceso y no ante un comienzo absoluto(6). Lo que está en potencia, podría ser, pero no es. Diniz considera que la disputa democrática no está basada en el campo de la biología, sino en campo de la ética(3). La vida surge en cascada, desde unas células indiferenciadas, hasta que si todo va bien, nazca un bebe. Solo el 60% de los blastocistos se implantan. Es aquí donde se incrusta el argumento de la potencialidad.Por tanto, la disputa no es sobre si un embrión tiene vida humana, es decir, sobre señales biológicas de vida de un embrión, sino sobre la relación entre valores religiosos y derechos fundamentales.

No es oportuno centrar la cuestión del aborto, en matar o no matar, es un conflicto de valores, una jerarquización (7). Es una cuestión de tolerancia. Así, Casado sugiere que convendría  aceptar que el concepto de persona tiene diferentes dimensiones constitutivas: el individuo biológico, el sujeto físico, la personalidad biográfica, la personalidad ética. Hasta ahora, la religión ha impuesto su concepción a la personalidad. Pero en un estado donde la ideología plural predomina, ninguna ideología puede imponerse por encima de otra.

            Por último, como indica Senoane, reducir la reflexión que ello exige  a la ética de la biotecnológica, seria encerrarse en una jaula de hierro de la racionalidad instrumental absolutizada y sobre todo, ocultar la auténtica discusión político ideológica que esta de fondo, la realización efectiva y globalizada delos derechos humanos (8).

            En el campo de la bioética se diferencian claramente dos planos: el de los hechos y el de los valores. El valor genera morales y ello exige una conducta. La mayoría de los valores son personales, se categorizan de una forma muy particular aunque sin ningún valor científico. Nosotros, como seres humanos, lo hacemos constantemente, es una actividad innata. Normalmente estos valores tienden a ser polares. Hechos y valores son intrínsecos a la actividad humana y por tanto a la actividad sanitaria. Por consiguiente, se puede concluir que la actuación ética y moral, es una actuación muy individual.

El deseo de la maternidad también responde a un hecho completamente privado. En muchas ocasiones el producto de la concepción no responde a las expectativas o deseos que la mujer tiene. Un embarazo sin proyecto de planificación afecta incondicionalmente a la vida y salud de la mujer.  Por ello, se puede entender que muchas mujeres no deseen seguir adelante con un embarazo que no buscaban. A este respecto, Casado afirma que prohibir un aborto y establecer condiciones que lo hagan casi imposible de llevar a cabo y lleno de obstáculos, implica imponer un código moral basado en las propias creencias (9). La deliberación moral, debe basarse en conflictos extremos. Buscar un curso de acción lo más respetuoso posible y lesionar lo menos posible si es que alguien debe ser lesionado.

Si una ley despenaliza el aborto en determinados supuestos, pretende, entre otras cosas, evitar abortos clandestinos. En la opinión de Clavel, “eso no significa justificar moralmente abortos” (10). Es imprescindible aclarar que el endurecimiento de las condiciones o la prohibición del aborto, implica su realización en condiciones inseguras que afectan a mujeres más social y económicamente desfavorecidas, aumentando su inseguridad. Se produce así, una discriminación entre las propias mujeres (11), ya que solo las de  mayor rango social podrían acceder a interrumpir voluntariamente su embarazo recurriendo al conocido “turismo abortivo” y una discriminación entre sexos. Ya que como dice Casado, paga una por lo que hicieron dos, en ocasiones contra su propia voluntad (7).