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Acercamiento al tratamiento con cámara hiperbárica

Acercamiento al tratamiento con cámara hiperbárica

Objetivo principal: analizar en qué consiste este tratamiento, así como sus antecedentes y principales usos, desventajas y cuidados.

AUTORES

Pablo Solana Clemente (Graduado en Enfermería. Universidad de Zaragoza)

Alejandra Pérez Martínez (Graduada en Enfermería. Universidad de Zaragoza)

Ana Cecilia Tarragüel Gracia (Graduada en Enfermería. Universidad de Zaragoza)

Natalia Sánchez Gallego (Graduada en Enfermería. Universidad de Zaragoza)

Laura Pueyo Galindo (Graduada en Enfermería. Universidad de Zaragoza)

Lucía Largo Sola (Graduada en Enfermería. Universidad de Zaragoza)

Judith Vera Bailon (Graduada en Enfermería. Universidad de Zaragoza)

Palabras clave: oxígeno, hiperbárica, presión

Keywords: oxygen, hyperbaric, pressure

Resumen: La importancia del uso de la cámara hiperbárica es cada vez mayor debido a su gran cantidad de usos y beneficios en distintas patologías. Analizar el conjunto, comenzando desde el fundamento físico de este tratamiento, hasta los usos y precauciones del tratamiento así como las funciones del personal de enfermería resulta muy interesante para poder sacar el máximo beneficio.

Abstract: The importance of the use of the hyperbaric chamber is increasing due to the large number of uses and benefits in different pathologies. Analyzing the whole, starting from the physical bases of the treatment, to the uses and precautions of the treatment as well as the functions of the nursing staff is very interesting to be able to get the maximum benefit.

Introducción

El oxígeno fue descubierto en el siglo XVIII gracias a Priestly y Scheele, el cual le dio un nombre al ver la luminosidad de su llama.

Más tarde, Lavoisier, investigó que los animales no podían vivir sin el mismo, ratificando así su necesidad y del mismo modo su poder tóxico.

Por aquellas fechas, también aparecieron investigadores como Beddoes y Foucroy, que defendieron el uso terapéutico y medicinal que éste podía tener, de modo que para el año 1840, fueron inaugurados en Montpellier y en Lyon, los primeros centros terapéuticos de oxigeno, dónde se llevaban a cabo baños de aire comprimido para las afecciones respiratorias y pulmonares, apareciendo años después el empleo de la rama hiperbárica para la intoxicación por monóxido de carbono, gracias a Paul Bert.

En cuanto a España, la primera cámara hiperbárica, fue adquirida por la armada para el tratamiento de los accidentes de buceo.

Dicho todo esto, podemos afirmar, que se trata de un tratamiento médico, el cual administra al organismo oxígeno a presiones mayores, siendo de gran utilidad para las patologías descritas hace siglos y para otras muchas que ya han sido investigadas. Su efecto, se basa en la ley de Boyle Mariotte y en la Ley de Dalton y Henry.

La experiencia, nos muestra unos resultados favorables a partir de 1,6-1,8 atmósferas absolutas.

Método

A través de una amplia búsqueda bibliográfica, se realiza la confección de este trabajo basado en las aplicaciones de dicha terapia, sus efectos y riesgos, así como las indicaciones de la misma.

Las bases consultadas fueron diversas, como índex de enfermería, cuiden, Scielo, Science Direct y Pubmed.

Resultados

Las indicaciones de la oxigenoterapia hiperbárica, poseen escasas diferencias entre investigadores, existiendo un amplio acuerdo como norma general.

A día de hoy, dicho tratamiento resulta útil como terapia coadyuvante en la prevención de necrosis óseas de tratamientos con radiación, colgajos que no evolucionan favorablemente y en la mionecrosis clostridial.  Así mismo, es terapia de elección en todas intoxicaciones graves por monóxido de carbono, la enfermedad descompresiva, los embolismos por gases y la anemia hemorrágica aguda.

En las quemaduras de distinta índole, no esta justificado el uso de la oxigenoterapia hiperbárica, a pesar de que si que puede ser útil.

Todas las aplicaciones en las distintas patologías, tendrán un tiempo, frecuencia, duración y presión, determinadas para cada una de ellas y adaptadas al propio paciente.

Como todo tratamiento, la oxigenoterapia hiperbárica puede producir efectos tóxicos en el organismo. De modo que en concentraciones superiores produce la denominada hiperoxia.

Se denomina hiperoxia al exceso de oxigeno altos, lo que provoca una producción de radicales libres de oxigeno.

Esta patología es habitual en prácticas de buceo con equipos cerrados, así como en el buceo profundo, y en situaciones de descompresión, de manera que estas sustancias producen una clara afectación de la peroxidación lipídica, afectando a la bomba sodio potasio y a la formación de adenosina trifosfato y las bases que contienen nitrógeno y que forman parte de los ácidos nucleicos.

Se ponen de manifiesto otros factores tanto propios de cada persona como externos, es decir, ambientales, que modifican la toxicidad causada por el oxigeno. Algunos de ellos son el estado físico, la edad, la nutrición, antecedentes, fármacos administrados previamente, etcétera.

Dentro de este grupo de intoxicaciones encontramos por un lado la intoxicación aguda por oxígeno, producida por periodos de exposición cortos, es decir, minutos u horas, en la que aparece una afectación neurológica con síntomas muy característicos como son las fasciculaciones, acufenos, midriasis, ritmo cardíaco elevado, vómitos, así como una posterior crisis tónico clónica.

La intoxicación crónica por oxigeno, va a requerir periodos de exposición largos, es decir, horas o días con unas presiones superiores a 0,5 atmósferas absolutas. Se ve caracterizado por la aparición de síntomas vegetativos, y otros como dolor torácico, cefalea, conjuntivitis y rinitis.

El uso de la oxigenoterapia hiperbárica tiene contraindicación en patologías de tipo obstructivo respiratorio, tal como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y en otras del sistema otorrino como los vértigos de Menière, la otoespongiosis y el laringocele.

Algunos antecedentes de ciertas enfermedades también pueden ser causa de contraindicación de este tratamiento. Con ellos nos referimos, a cardiomiopatías, problemas cardíacos, desprendimientos de retina, narcolepsia y enfermedades mentales.

Pero sí que existe una contraindicación absoluta de esta terapia, de modo que bajo ningún concepto debe aplicarse si el paciente sufre un neumotórax que no ha sido tratado previamente.

Los efectos secundarios de este tratamiento, más allá de la toxicidad del oxígeno a presiones hiperbáricas, varían desde que complicaciones pulmonares hasta en pacientes con tumbos de ventilación o también llamados timpanostomías, que puede producir desde otalgias leves a roturas del tímpano o barotraumas auditivos.

Previo al inicio del tratamiento, hay que explicar al paciente qué es el tratamiento y educarle sobre los ambientes hiperbáricos. De modo que es necesario una ingesta adecuada antes de la terapia, ya que los ambientes hiperbáricos disminuyen de manera considerable los niveles de glucemia.

También deberán ir vestidos de manera adecuada, lo que implica que los tejidos sean únicamente de algodón y porten unas calzas desechables. Y del mismo modo, estará prohibida la entrada de cualquier aparato electrónico y de ningún cosmético.

Debemos asegurar que el paciente se ha quitado las gafas, prótesis en los dientes, audífonos y cualquier otro tipo de objeto metálico.

Cuando hablamos de educar al paciente, incluimos el hecho de enseñar los cambios que se producen, indicándole la señales por las que podrá comunicarse con los responsables en caso de efecto adverso.

Los pacientes suelen ver una sesión previa a la suya, para evitar la ansiedad, el miedo y que pueda adaptarse de mejor manera al medio.

Igualmente, se incluye en este apartado de educación al paciente, el enseñar a realizar correctamente la maniobra de valsalva. Este maniobra, consiste en una espiración forzada, y al mismo tiempo mantener nariz, boca, cuerdas vocales y glotis cerradas, produciéndose un aumento de la presión torácica y abdominal, lo que produce una disminución de la frecuencia cardiaca, de la precarga cardíaca y un aumento de la presión venosa. El aprendizaje de esta maniobra será de gran ayuda al paciente para equilibrar la presión exterior y el oído.

El enfermero es el encargado de realizar las mediciones de presión transcutánea de oxígeno así como la cura de las distintas heridas de los pacientes y de vigilar las posibles manifestaciones adversas del tratamiento por la toxicidad que puede producirse como ya se ha comentado anteriormente.

Los pacientes portadores de sondas y tubos, merecen especial cuidado. Las sondas de nasogástricas tienen que pinzarse para que así se evite la entrada de aire a presión. Del mismo modo, todas las sondas, drenajes y cualquier tubo, debe estar abierto durante la sesión.

Si se requiere monitorización, se realizará de forma exterior con conectores eléctricos que atravieses la cámara hiperbárica. Si hubiera algún imprevisto, se dispone de unos 7 minutos aproximadamente para proceder a la desfibrilación del paciente en el exterior de la cámara.

Para la administración de medicación, como sueroterapia, siempre será en recipientes de plástico frente a los de cristal, cuyos equipos diseñados para perfundir, no pueden contener nada de aire, ya que durante el ciclo de despresurización podría producirse un embolismo aéreo. La pestaña de la cámara de goteo, también tiene que estar abierta, con el fin de evitar que en ese ciclo de descompresión el gotero mantenga el aire a presión.

Los fármacos destinados para su uso durante el tratamiento, tendrán que ser precargados en el exterior, y la vía preferente de administración será la intravenosa, puesto que la oxigenoterapia hiperbárica produce una vasoconstricción de los vasos periféricos que por tanto, enlentecerá la absorción de los fármacos.

Conclusión

La oxigenoterapia hiperbárica, tratamiento descubierto hace siglos pero hasta hoy todavía muy desconocido, ya sea por la escasez de cámaras hiperbáricas en los hospitales o por su complejidad, es de gran eficacia en distintas patologías.

La educación por parte de enfermería al paciente, explicándole la técnica, riesgos, y modos de actuación es fundamental para el éxito del tratamiento.

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