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Adherencia al tratamiento antihipertensivo y su relación con la funcionalidad familiar

descompensados en función de la patología padecida; el sexo también resultó significativamente asociado a la descompensación, observándose que son las mujeres quienes mayormente se encuentran descompensadas en sus patologías. (Concha & Rodriguez, 2010).

En España en el 2016 se realiza un estudio donde se concluye que la adherencia al tratamiento no se relaciona con la edad, el sexo ni el número de comprimidos/día. Los pacientes que toman ARAII (13%) presentan un mejor cumplimiento (p<0,01), al igual que. los pacientes con alto RCV (p<0,05). Los pacientes mal cumplidores tienen mayor porcentaje de disfunción familiar (43% vs 12%; p<0,001) y presentan medias de TA superiores. (Pérez et al., 2006)

En el 2006 en Cuba, se realizó un estudio descriptivo de corte transversal por Médicos de Familia donde se confirma que la adherencia terapéutica es mayor en pacientes que asumen bien los comportamientos saludables; así mismo se plantea que es mayor la adherencia en pacientes con apoyo familiar y social ya que esto los anima a mantener el régimen médico. (La Rosa, Martin, & Bayarre, 2006).

En el año 2007 en México se realiza un estudio donde se obtienen como resultados que el 87,9% de los pacientes con disfuncionalidad familiar tienen un descontrol de la hipertensión arterial. (García, 2007).

En Colombia en el 2007, se realiza un estudio en pacientes hipertensos con edad promedio de 59 años, obteniendo que al aumentar la adherencia al tratamiento y disminuyendo el estrés, la PAS disminuye del promedio en 4,93 mmHg. La PAD se controla en un 88,6%. (Quintero, Varela, Cáceres, Sanchez, & Holguin, 2007).

Hablando del continente europeo, en España en el año 2008, se realiza un estudio clínico controlado, aleatorizado y multicéntrico para evaluar la adherencia al tratamiento en pacientes hipertensos, donde encontramos un porcentaje de incumplidores globales del 33,8% y un porcentaje de incumplidores diarios del 41,7%, (Márquez Contreras et al., 2009).

En el 2009 en México, otro estudio transversal, nos indica que el 73% de la población tiene alta adherencia terapéutica y el 63.3% alto apoyo familiar. El apoyo familiar es un factor importante para el éxito del tratamiento, destacando que ni las cuestiones económicas, edad, nivel académico o estado civil actúan como limitantes para ello. (Arreola & Gómez, 2009).

Así mismo en Inglaterra en el año 2010 se concluye con un estudio en el que se investigó las asociaciones entre síntomas afectivos en las edades de 36, 43, 53 y 60-64 años y PAS y PAD en 60-64 años. Obteniendo los siguientes resultados: PAS disminuyó en pacientes con síntomas de ansiedad y depresión a nivel de uno a dos puntos temporales [1.83mmHg; 95% intervalo de confianza (IC)3.74 a ,01] y de tres a cuatro puntos en el tiempo (3,93 mmHg, IC del 95% 7,19 a 0,68). (Tikhonoff et al., 2014). Debemos tomar en cuenta que la ansiedad y la depresión forman parte esencial de la calidad de vida y el funcionamiento familiar.Volviendo a Latinoamérica, en el año 2009 en Chile, se realiza una investigación mediante un programa de salud cardiovascular obteniendo una PA controlada en el 47% de paciente (p=0.52). La adherencia al tratamiento farmacológico antihipertensivo fue de 35,8%, siendo significativamente mayor en las mujeres que en los hombres (38,6% vs 28,7%, p=0.03), a pesar de no mostrar diferencias en control de la PA. (Garrido, Sandoval, & Ahlers, 2013).

En USA en el 2010, se realiza un estudio en Misisipi donde se observa que la presión arterial sistólica mejora significativamente cuando se obtiene una mejora en la calidad de vida de los pacientes hipertensos, esto se logra mejorando los estilos de vida. (Zoellner, Thomson, Landry, Connell, & Molaison, 2014).En Noruega en el año 2011 se concluye un estudio de 22 años de seguimiento donde se encontró al inicio de la investigación un alto nivel de los síntomas ( ≥80th percentil ) de la ansiedad y la depresión y frente a esto se asocia la PAS disminuida( -0,67 mm Hg , p = 0,044 ) y PAD disminuida ( -0,25 mm Hg , p = 0,201 ) al finalizar el estudio. (Hildrum, Romild, & Holmen, 2011).En el año 2012 en USA se realiza un estudio de cohorte longitudinal en pacientes de 20-70 años, donde se obtienen los siguientes resultados: El riesgo de no adherencia fue 52,6 % en 12 meses (intervalo de confianza del 95 % (IC): 46,1, 59,1 ) . Después de evaluar otros factores de riesgo , los individuos depresión leve (BDI-II ≥14 ) y aquellos con ansiedad leve ( puntuación de ansiedad PGWB < 22 ) tienen 2,48 (IC del 95 % : 1,47 , 4,18 ) y 1,59 ( 95 % IC : 0,99 , 2,56 ) veces más probabilidades de ser adherente en los siguientes 3 meses , respectivamente. (Bautista, Vera-Cala, Colombo, & Smith, 2012). Analizando esto la funcionalidad familiar de estos pacientes deprimidos no es la mejor, pero se reflejan mejoras en la PA.En el mismo país en el año 2013, se realiza otro estudio tomando en cuenta a la depresión en los pacientes hipertensos no controlados, donde se concluye que la inercia clínica fue más común entre los pacientes deprimidos que no deprimidos (70 % vs. 51%; p = 0,015).

Por lo tanto, la inercia clínica puede ser un mecanismo por el cual los pacientes deprimidos tienen resultados cardiovasculares peores. (Moise, Davidson, Chaplin, Shea, & Kronish, 2015).En el mismo año en México se realiza un estudio en el que se comprueba que en las familias de hipertensos no controlados predomina la percepción moderadamente funcional y la disfuncional en relación a los paciente con TA controlada y las áreas de mayor disfunción familiar son la permeabilidad y la adaptabilidad. (Castañeda, 2013).Volviendo a Sur América, en Brasil en el año 2013, se estudia la calidad de vida en los pacientes hipertensos, donde se corrobora que los pacientes normotensos tienen una mejor calidad de vida comparada con los hipertensos. (Carvalho, Siqueira, Sousa, & Jardim, 2013).En USA en el año 2013, se lleva a cabo un estudio longitudinal donde se obtiene como resultado que mayores síntomas de depresión se asoció significativamente con una mayor presión arterial sistólica promedio para las mujeres (b = 2,238 ; p = 0,006 ), pero no los hombres. Otros estudios analizados demuestran una menor prevalencia de depresión entre las personas mayores que entre los adultos jóvenes en las sociedades occidentales. (Shah, Zonderman, & Waldstein, 2013).En el 2014 en Chile, se realiza un estudio transversal aleatorio, que nos informa que la adherencia terapéutica fue 36,6% , mayor en las mujeres (38,4 % vs 28,9 % ; p <0,001). Tras el análisis multivariante, la ausencia de la adherencia se asoció con el sexo masculino (OR : 1,76 [ IC 95%: 1,21 a 2,56 ]) , bajo nivel educativo (OR : 1,72 [ IC 95%: 1,18 a 2,53 ]) , inadecuada relación médico-paciente (OR : 1,56 [IC del 95%: 1,13 a 2,27 ]) , y el alto nivel de estrés emocional y la depresión (OR : 1,93 [IC del 95%: 1,27 a 2,94 ]). (Sandoval, Chacon, Muñoz, et al., 2014).

En Lima- Perú en el mismo año se realiza un estudio donde se muestra una correlación positiva entre la funcionalidad familiar y el automanejo de la hipertensión arterial, lo mismo que influye en el comportamiento de los pacientes con enfermedades crónicas. (Lagos-méndez & Flores-rodríguez, 2014).

En Australia en el mismo año 2014, un estudio transversal nos informa que el 26% de los pacientes diagnosticados de hipertensión suspendió el uso de medicamentos. La