Agentes Anestésicos Inhalados: Revisión de usos y complicaciones durante la cirugía
Autor principal: Luis Alberto Santín Figueroa
Vol. XIX; nº 16; 644
Inhaled Anesthetics: A Review of Uses and Complications during surgery
Fecha de recepción: 26/07/2024
Fecha de aceptación: 21/08/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 16 Segunda quincena de Agosto de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 16; 644
Autores:
Dr. Luis Alberto Santín Figueroa a
Dra. Jimena Muñoz Dada b
a Médico General, Investigador independiente, Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0009-9251-3711
b Médico General, Investigador independiente, Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0006-8558-8780
Declaración de financiamiento y conflictos de interés:
Este artículo no cuenta con financiamiento externo ni conflictos de interés que declarar.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. El manuscrito no cuenta con imágenes, gráficos ni datos específicos de pacientes.
Resumen
Los agentes anestésicos inhalados, como el sevoflurano, desflurano, isoflurano y óxido nitroso, son fundamentales en la práctica anestésica debido a su capacidad para proporcionar una inducción y recuperación rápidas. El sevoflurano es popular por su baja irritación de las vías respiratorias, mientras que el desflurano se usa para procedimientos que requieren una recuperación rápida. El isoflurano es preferido por su estabilidad hemodinámica, y el óxido nitroso se utiliza como adyuvante para mejorar la analgesia. Sin embargo, estos agentes presentan complicaciones como la hipertermia maligna, toxicidad hepática, hipotensión, náuseas y vómitos postoperatorios y neurotoxicidad. Conocer estas complicaciones y manejarlas adecuadamente es crucial para garantizar la seguridad del paciente durante el perioperatorio.
Palabras clave: anestésicos inhalados, sevoflurano, desflurano, isoflurano, óxido nitroso, hipertermia maligna, toxicidad hepática, hipotensión, náuseas postoperatorias.
Abstract
Inhaled anesthetics, such as sevoflurane, desflurane, isoflurane, and nitrous oxide, are fundamental in anesthesia practice due to their ability to provide rapid induction and recovery. Sevoflurane is popular for its low respiratory tract irritation, while desflurane is used for procedures requiring quick recovery. Isoflurane is preferred for its hemodynamic stability, and nitrous oxide is used as an adjuvant to enhance analgesia. However, these agents present complications such as malignant hyperthermia, hepatic toxicity, hypotension, and postoperative nausea and vomiting. Understanding and managing these complications are crucial to ensuring patient safety during the perioperative period.
Keywords: inhaled anesthetics, sevoflurane, desflurane, isoflurane, nitrous oxide, malignant hyperthermia, hepatic toxicity, hypotension, postoperative nausea.
Introducción
La anestesia inhalatoria ha sido una piedra angular en la práctica anestésica moderna, ofreciendo una combinación única de control, rapidez y eficacia (1). Los anestésicos inhalados permiten una inducción y recuperación rápidas, lo que los hace ideales para una amplia gama de procedimientos quirúrgicos, desde cirugías ambulatorias hasta intervenciones de larga duración. Entre los agentes más comúnmente utilizados se encuentran el sevoflurano, desflurano, isoflurano y el óxido nitroso, cada uno con sus características específicas y aplicaciones clínicas (1,2).
El sevoflurano es ampliamente preferido por su bajo nivel de irritación de las vías respiratorias y su perfil de recuperación rápida, siendo adecuado tanto para pacientes pediátricos como adultos (2). El desflurano, conocido por su rápida eliminación del cuerpo, es beneficioso en cirugías que requieren una recuperación veloz y un retorno rápido a la función cognitiva normal. El isoflurano, con su estabilidad hemodinámica, es utilizado frecuentemente en pacientes con comorbilidades cardiovasculares (1). Por último, el óxido nitroso se emplea como adyuvante debido a sus propiedades analgésicas y ansiolíticas (1).
Sin embargo, estos agentes no están exentos de riesgos y complicaciones, que van desde efectos menores como náuseas y vómitos postoperatorios hasta problemas graves como hipertermia maligna y toxicidad hepática y neurológica (1,2). El objetivo de esta revisión es proporcionar un análisis detallado de los principales agentes anestésicos inhalados, explorar sus aplicaciones clínicas y examinar las complicaciones asociadas, con el fin de ofrecer una perspectiva actualizada y completa para los profesionales de la salud.
Metodología
Para realizar esta revisión sobre agentes anestésicos inhalados, se llevó a cabo una búsqueda exhaustiva en las bases de datos PubMed, Google Scholar y Cochrane Library. Se utilizaron palabras clave como «anesthetic gases», «inhalational anesthesia», «sevoflurane», «desflurane», «isoflurane», «nitrous oxide», y «anesthetic complications». La búsqueda se restringió a artículos publicados entre los años 2018 y 2023 para asegurar la inclusión de la información más actualizada.
Se consideraron y seleccionaron estudios originales, revisiones sistemáticas, ensayos clínicos y guías de práctica clínica que abordaran tanto los usos clínicos como las complicaciones asociadas con los anestésicos inhalados. Se priorizaron aquellos trabajos que presentaran una metodología rigurosa, datos cuantitativos sólidos y análisis críticos pertinentes.
En total, se revisaron y evaluaron 10 publicaciones clave, las cuales fueron seleccionadas por su relevancia, calidad metodológica y contribución a la comprensión del tema. Cada artículo fue analizado para proporcionar una visión integral sobre los agentes anestésicos inhalados, incluyendo sus aplicaciones clínicas y las complicaciones potenciales asociadas. Esta metodología permitió una evaluación exhaustiva y actualizada de la literatura disponible sobre el tema.
Mecanismos de Acción
Los anestésicos inhalados son fundamentales en la práctica anestésica moderna debido a su capacidad para inducir y mantener la anestesia general con alta eficacia (2,3). Su acción se basa en la alteración de la actividad del sistema nervioso central, y aunque el entendimiento de estos mecanismos ha avanzado, sigue siendo un área activa de investigación (1,2).
El principal mecanismo de acción de los anestésicos inhalados es la potenciación de la actividad inhibitoria del receptor GABA (ácido gamma-aminobutírico) (1,3). GABA es el principal neurotransmisor inhibidor del cerebro, y su acción se basa en la apertura de canales de cloro en las neuronas, lo que resulta en una hiperpolarización celular y disminución de la excitabilidad neuronal. Los anestésicos inhalados aumentan la afinidad de GABA por su receptor, intensificando su efecto inhibidor y contribuyendo a la pérdida de consciencia y sedación durante la anestesia (1,3).
Además de su efecto sobre el receptor GABA, estos agentes también actúan sobre los receptores NMDA (N-metil-D-aspartato), que son cruciales para la transmisión de señales excitatorias en el sistema nervioso central (1). La inhibición de los receptores NMDA por parte de los anestésicos inhalados disminuye la excitación neuronal y contribuye a la analgesia, reduciendo la percepción del dolor durante la cirugía (1). Esta interacción con los receptores NMDA es particularmente relevante en la modulación del dolor y la prevención de la conciencia transoperatoria (1).
A pesar de estos conocimientos, la comprensión de los mecanismos de acción de los anestésicos inhalados sigue siendo incompleta. La investigación en curso está desentrañando cómo estos agentes afectan otros sistemas de neurotransmisores y receptores, y cómo su interacción con diversas vías neuronales puede influir en sus efectos clínicos (1,2,3). Por ejemplo, se ha observado que los anestésicos inhalados también pueden interactuar con canales iónicos, como los canales de potasio y sodio, y con proteínas involucradas en la regulación del flujo de iones a través de las membranas celulares. Estos hallazgos sugieren que los anestésicos inhalados tienen un perfil de acción más complejo y multifacético del que se entendía previamente (1).
En resumen, el mecanismo de acción de los anestésicos inhalados involucra una combinación de potenciación de la inhibición mediada por GABA y reducción de la excitación a través de la inhibición de los receptores NMDA (1,2). Sin embargo, la investigación continua promete revelar nuevas facetas y matices de cómo estos agentes producen sus efectos anestésicos y analgésicos, contribuyendo a una mejor comprensión y optimización de su uso en la práctica clínica (1,2).
Farmacocinética y farmacodinámica
Las propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas de los anestésicos inhalatorios son cruciales para entender su efectividad y cómo se usan en la práctica clínica (1,2). La potencia de un anestésico inhalatorio se mide mediante la Concentración Alveolar Mínima (MAC, por sus siglas en inglés) (1,3). Un MAC más bajo indica una mayor potencia del anestésico, ya que se requiere una menor concentración para lograr el efecto deseado (1). El MAC50 se define como la concentración alveolar necesaria para evitar una respuesta física a un estímulo doloroso en el 50% de los pacientes. Se considera que una dosis de 1.3 veces el MAC50 (MAC95) es suficiente para prevenir el movimiento en el 95% de los pacientes (1,3) . Además, el uso de óxido nitroso (N₂O) u otros depresores del sistema nervioso central, puede reducir el MAC de los anestésicos inhalatorios (1). Factores como anemia, hipercarbia, embarazo, edad avanzada, hipoxia, hiponatremia y hipotermia tienden a disminuir el MAC, mientras que hipertermia, hipernatremia, uso crónico de opioides, uso agudo de anfetaminas y alcoholismo tienden a aumentarlo (3).
En cuanto a la solubilidad, todos los anestésicos inhalatorios son altamente solubles en tejidos grasos y menos solubles en sangre (1,3). La solubilidad se mide mediante coeficientes de partición: un coeficiente más bajo significa que el anestésico se disuelve menos en sangre y tejidos, lo que resulta en una inducción y recuperación más rápidas de la anestesia (1). La hemodilución puede reducir la solubilidad en sangre, mientras que la hipotermia la aumenta (1). El sevoflurano y el desflurano tienen baja solubilidad en sangre, permitiendo una inducción y recuperación rápidas. Entre todos los anestésicos inhalatorios, el desflurano es el que tiene los tiempos de eliminación y recuperación más rápidos (1,3).
Para calcular el MAC total entregado a un paciente, por ejemplo, usando sevoflurano al 1.2% junto con 1 litro de oxígeno y 2 litros de N₂O, primero se determina el porcentaje de N₂O en la mezcla de gases (3) .Luego, se divide este porcentaje por el MAC50 de N₂O. Para el anestésico inhalatorio, se divide el porcentaje de sevoflurano por su MAC50. Finalmente, se suman el MAC de N₂O y el MAC del anestésico inhalatorio para obtener el MAC total entregado al paciente (3).
Principales Agentes Anestésicos Inhalados
Sevoflurano
El sevoflurano es un anestésico inhalado ampliamente utilizado en la práctica clínica moderna, destacándose por sus propiedades que lo hacen particularmente adecuado para una variedad de procedimientos quirúrgicos (1,4). Su popularidad se basa en su perfil de inducción y recuperación rápida, lo que lo convierte en una opción preferida para cirugías ambulatorias y procedimientos en pacientes pediátricos (1,2). Esta característica es crucial para minimizar el tiempo de permanencia en el quirófano y facilitar una rápida recuperación postoperatoria (1,2).
Una de las ventajas notables del sevoflurano es su baja irritación de las vías respiratorias, lo que lo hace más tolerable para pacientes con enfermedades respiratorias preexistentes, como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (1,4). Esta propiedad también contribuye a su uso en anestesia pediátrica, donde la comodidad del paciente es una prioridad importante (2,4). El sevoflurano tiene un menor impacto en los parámetros hemodinámicos y cardiovasculares, no aumenta la frecuencia cardíaca a concentraciones clínicas, a diferencia del isoflurano y desflurano que pueden causar aumentos significativos (4). Esto es beneficioso para reducir eventos adversos perioperatorios y puede extenderse al periodo postoperatorio, reduciendo la morbilidad y mortalidad (1,4).
No obstante, el sevoflurano no está exento de efectos secundarios y complicaciones. Puede inducir hipotensión, una preocupación significativa en pacientes con comorbilidades cardiovasculares. La hipotensión inducida por sevoflurano puede ser manejada con ajustes en el flujo de anestésico y monitoreo cuidadoso de la presión arterial (1,4). Además, se ha observado que el sevoflurano puede precipitar arritmias cardíacas, especialmente en pacientes con antecedentes de enfermedades cardiovasculares, lo que requiere vigilancia continua durante la anestesia (1).
Otro riesgo, aunque raro, es la posibilidad de que el sevoflurano desencadene hipertermia maligna en individuos susceptibles (1,4). Adicionalmente, se debe recalcar el riesgo sobre la función cognitiva, la cual puede verse afectada tras la cirugía, con déficits en la atención y memoria a corto y largo plazo, manifestados como delirium postoperatorio (POD) y disfunción cognitiva postoperatoria (POCD) (4). A pesar de estos riesgos, el sevoflurano sigue siendo una opción valiosa en anestesia por sus beneficios clínicos y su perfil de seguridad relativamente favorable en la mayoría de los pacientes (1,4).
Desflurano
El desflurano es un anestésico inhalado que se distingue por su baja solubilidad en sangre, lo que contribuye a una inducción y recuperación rápida (1). Esta propiedad es especialmente ventajosa en procedimientos quirúrgicos donde se requiere una rápida salida del anestésico para una recuperación postoperatoria ágil (1,5). La rápida eliminación del desflurano del cuerpo minimiza el tiempo que el paciente pasa bajo anestesia y permite una pronta recuperación del estado consciente, lo que resulta en una alta rotación de pacientes y una mayor eficiencia en entornos quirúrgicos ocupados (1,4).
A pesar de sus ventajas en términos de velocidad de recuperación, el desflurano no está exento de efectos secundarios. Una de las principales preocupaciones es su potencial para causar irritación de las vías respiratorias (1). Esta irritación puede manifestarse como tos, laringoespasmo o broncoespasmo, lo que limita su uso en pacientes con condiciones respiratorias preexistentes o en procedimientos que requieren una estabilidad respiratoria óptima (1). Además, el desflurano puede aumentar la presión intracraneal en algunos pacientes, lo que representa un riesgo adicional en aquellos con hipertensión intracraneal o lesiones cerebrales (1,5).
Debido a estos efectos adversos, el uso de desflurano debe ser cuidadosamente considerado en pacientes con antecedentes de enfermedades pulmonares o condiciones que predispongan a un aumento en la presión intracraneal (1,5) . Aunque el desflurano ofrece ventajas significativas en términos de recuperación rápida, su perfil de seguridad requiere una evaluación meticulosa para asegurar su uso adecuado en diferentes contextos clínicos (1).
Isoflurano
El isoflurano es un anestésico inhalado ampliamente utilizado en la práctica clínica, conocido por su estabilidad hemodinámica, lo que lo convierte en una opción confiable para procedimientos quirúrgicos prolongados (1,6). Su perfil de estabilidad hemodinámica permite mantener una anestesia profunda y estable durante tiempos extensos, lo cual es crucial en cirugías que requieren un control anestésico prolongado y consistente (3,6).
Sin embargo, a pesar de sus ventajas, el isoflurano presenta algunas consideraciones importantes en su administración. Una de las principales preocupaciones es su efecto sobre la presión arterial y la frecuencia cardíaca (3,6). El isoflurano puede inducir una reducción en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que demanda una monitorización rigurosa y ajustes en la dosis para evitar complicaciones hemodinámicas durante la cirugía (6). Esta necesidad de vigilancia continua puede aumentar el requerimiento de recursos y la complejidad del manejo anestésico (3,6). Además, el isoflurano puede tener efectos adversos en pacientes con enfermedades pulmonares preexistentes (1,6). En particular, en pacientes con asma o condiciones respiratorias crónicas, el isoflurano puede inducir espasmos bronquiales. Este efecto puede complicar la ventilación y requerir medidas adicionales para manejar la función respiratoria durante la anestesia (6).
Debido a estos potenciales efectos secundarios, la selección del isoflurano como anestésico inhalado debe ser realizada con atención cuidadosa a la condición cardiovascular y pulmonar del paciente, y se deben tomar precauciones adicionales para monitorear y manejar sus efectos hemodinámicos y respiratorios durante el procedimiento (6).
Óxido Nitroso
El óxido nitroso es un anestésico inhalado ampliamente utilizado como adyuvante en anestesia, especialmente para reducir la necesidad de concentraciones más altas de otros anestésicos volátiles y para mejorar la analgesia durante los procedimientos quirúrgicos (1,7). Su capacidad para potenciar los efectos analgésicos y permitir una anestesia más ligera hace que sea una opción valiosa en una variedad de situaciones clínicas (7). Además el oxido nitroso tiene la capacidad única de inducir vasodilatación pulmonar específicamente en las partes del pulmón con ventilación adecuada, mejorando así la oxigenación de la sangre y disminuyendo el shunt intrapulmonar de derecha a izquierda (7).
Sin embargo, el uso de óxido nitroso no está exento de riesgos y complicaciones. Una de las principales preocupaciones es su efecto sobre las cavidades aéreas cerradas(7). El óxido nitroso puede causar expansión de estas cavidades, lo que puede ser particularmente problemático durante procedimientos que involucran cavidades corporales cerradas, como ciertas cirugías gastrointestinales o de oído, nariz y garganta (1,7). Esta expansión puede llevar a complicaciones como la ruptura de estructuras delicadas y aumentar el riesgo de daño tisular (7). Adicionalmente, el óxido nitroso puede contribuir a la hipoxia postoperatoria, con mayor incidencia en pacientes con enfermedades pulmonares preexistentes (1,7). La difusión rápida del óxido nitroso de los tejidos al aire alveolar puede diluir el oxígeno disponible en los pulmones, lo que puede resultar en niveles de oxígeno insuficientes después de la cirugía (7).
Dada la posibilidad de complicaciones, el uso de óxido nitroso requiere una evaluación y supervisión meticulosa, particularmente en pacientes con afecciones pulmonares o en aquellos que se someten a procedimientos que implican cavidades corporales cerradas (7). Es crucial realizar una planificación detallada y mantener una vigilancia estricta tanto durante como después de la cirugía para reducir los riesgos asociados con su uso (1,7).
Monitoreo de Anestésicos Inhalados
El monitoreo durante el uso de anestésicos inhalados es crucial para asegurar una anestesia segura y efectiva y para detectar y manejar complicaciones de manera oportuna (1,9). Los aspectos clave del monitoreo incluyen :
- Monitorización de los Signos Vitales: La presión arterial, la frecuencia cardíaca y la saturación de oxígeno deben ser monitorizados continuamente. Esto permite la detección temprana de cambios hemodinámicos y la implementación de intervenciones adecuadas para mantener la estabilidad del paciente. (1)
- Monitoreo de la Profundidad Anestésica: La profundidad de la anestesia puede ser evaluada mediante la monitorización de parámetros como la actividad electromiográfica y el estado del paciente, además de la respuesta a estí La regulación precisa de la concentración de anestésico inhalado es esencial para mantener la anestesia adecuada y evitar efectos adversos. (1,3)
- Monitorización de los Gases Anestésicos: El análisis continuo de las concentraciones de gases anestésicos en el aire espirado y en el circuito de ventilación ayuda a ajustar las dosis y evitar la acumulación de gases tóxicos. Esto también permite una recuperación más controlada y segura del paciente. (3)
- Evaluación de Función Hepática y Renal: Para pacientes con riesgo de toxicidad hepática o renal, la monitorización de las enzimas hepáticas y los electrolitos es importante para detectar signos de disfunción y ajustar el plan anestésico en consecuencia. (1,3)
- Monitorización de la Temperatura Corporal: La temperatura corporal del paciente debe ser monitorizada para detectar cualquier cambio asociado con la hipertermia maligna o hipotermia inducida por anestésicos(1,3,8).
Un enfoque integral y bien coordinado en el manejo de complicaciones y en el monitoreo durante la anestesia inhalatoria es esencial para optimizar la seguridad del paciente y mejorar los resultados postoperatorios (1,3,9). La formación continua del personal y el uso de tecnologías avanzadas en monitoreo son componentes clave para alcanzar estos objetivos (1,9).
Complicaciones de anestésicos inhalados y su manejo
Hipertermia Maligna
La hipertermia maligna es una reacción adversa grave y potencialmente mortal que puede ser desencadenada por ciertos anestésicos inhalados, así como por la succinilcolina, un relajante muscular (8). Esta condición tiene una base genética y se caracteriza por una elevación rápida y severa de la temperatura corporal, rigidez muscular, y acidosis metabólica (8). La hipertermia maligna ocurre debido a una disfunción en el receptor de rianodina, que resulta en una liberación excesiva de calcio desde el retículo sarcoplásmico en el músculo esquelético, provocando contracciones musculares intensas y aumento de la producción de calor (3,8) . El manejo inmediato incluye la interrupción del anestésico o relajante desencadenante y la administración de dantroleno, un agente específico que actúa directamente sobre los receptores de rianodina para inhibir la liberación de calcio y aliviar la rigidez muscular (8). La hipertermia maligna requiere una intervención rápida y efectiva para prevenir complicaciones graves, como insuficiencia renal y daño a otros órganos (3,8).
Toxicidad Hepática
La toxicidad hepática es una complicación asociada con algunos anestésicos inhalados, siendo el halotano el más conocido por su potencial hepatotóxico (1,3). Aunque el uso de halotano ha disminuido debido a este riesgo, el sevoflurano y el isoflurano también pueden inducir daño hepático en pacientes predispuestos, con posibles consecuencias que varían desde elevaciones leves en las enzimas hepáticas hasta insuficiencia hepática severa (4,6). Para manejar la toxicidad hepática, es crucial realizar una vigilancia continua de las funciones hepáticas mediante análisis de sangre preoperatorios y postoperatorios (1,3). La selección cuidadosa de anestésicos y la monitorización de los signos de disfunción hepática son esenciales, especialmente en pacientes con antecedentes de enfermedades hepáticas. En casos de daño hepático significativo, es necesario ajustar el plan anestésico y considerar alternativas menos hepatotóxicas para minimizar el riesgo de hepatotoxicidad (1,3,9).
Hipotensión
La hipotensión es una complicación frecuente asociada con el uso de anestésicos inhalados debido a sus efectos vasodilatadores directos, que pueden provocar una dilatación de los vasos sanguíneos y una disminución de la presión arterial, comprometiendo la perfusión de órganos vitales durante la cirugía (1,2,3). Para manejar esta condición, se recomienda la administración de fluidos intravenosos para restaurar el volumen intravascular y mantener una perfusión adecuada. En casos más severos, se pueden utilizar vasopresores para estabilizar la presión arterial(1,3). La monitorización continua de la presión arterial durante la cirugía es crucial para ajustar las dosis de anestésicos y tratamientos hemodinámicos en tiempo real, especialmente en pacientes con enfermedades cardiovasculares preexistentes, donde una caída significativa en la presión arterial puede tener consecuencias graves, como infarto de miocardio o accidente cerebrovascular (1,9).
Náuseas y Vómitos Postoperatorios (PONV)
Las náuseas y vómitos postoperatorios (PONV) son complicaciones frecuentes tras el uso de anestésicos inhalados, afectando hasta un 30% de los pacientes y prolongando la recuperación postoperatoria (1). Para prevenir PONV, se recomienda la profilaxis con antieméticos preoperatorios, como el ondansetrón, junto con técnicas anestésicas multimodales que minimicen la exposición a agentes que provocan estos síntomas (1,3,9). La elección de anestésicos con menor incidencia de PONV, como el sevoflurano, también puede mejorar la experiencia postoperatoria del paciente y reducir la necesidad de tratamientos adicionales. En casos persistentes de PONV, pueden ser necesarios tratamientos adicionales para controlar los vómitos y mejorar el confort del paciente (1). La gestión proactiva de PONV es esencial para asegurar una recuperación más cómoda y eficiente (1,9).
Neurotoxicidad
Los anestésicos inhalados pueden inducir neurotoxicidad, manifestada como deterioro cognitivo postoperatorio (POCD), que puede persistir incluso después de cesar la anestesia (1,9). La neuroinflamación, exacerbada por la anestesia y la cirugía, también está implicada en la POCD, y los inhibidores inflamatorios podrían mitigar estos efectos (9). En humanos, la incidencia de POCD es notable, especialmente en pacientes adultos mayores y tras anestesia prolongada, aunque la evidencia clínica sobre la relación entre anestesia general y demencia es aún incierta (1,9). Los enfoques para manejar la POCD incluyen la minimización de la duración y profundidad de la anestesia, el uso de anestésicos con menor impacto neurotóxico, y la administración de antiinflamatorios para reducir la neuroinflamación (1,9). La monitorización continua del estado cognitivo postoperatorio y la planificación preoperatoria adecuada son esenciales para reducir el riesgo y mejorar la recuperación del paciente(1).
Papel ambiental de los anestésicos inhalados
El uso de anestésicos inhalados, aunque ha sido fundamental en la práctica clínica durante más de 150 años, enfrenta un creciente cuestionamiento debido a sus riesgos ambientales (10). Estos anestésicos no solo presentan riesgos inherentes como cualquier otro medicamento, sino que también son potentes gases de efecto invernadero (GEI), contribuyendo significativamente al cambio climático (10). A pesar de la evidencia científica que demuestra el impacto negativo de estos gases en el clima, las medidas de control se han implementado lentamente, subrayando la necesidad de que todos los sectores, incluido el de la salud, reduzcan al máximo las emisiones de GEI (1,10).
Para mitigar el impacto ambiental de los anestésicos inhalados, se recomienda evitar el uso de óxido nitroso y desflurano, optar por anestesia intravenosa total o regional, y promover el desarrollo de tecnologías que reduzcan el consumo de anestésicos volátiles (10). Además, la implementación de sistemas de captación y destrucción de gases residuales es crucial. Aumentar la conciencia dentro de la comunidad médica sobre el impacto climático de los anestésicos inhalados es esencial para fomentar un cambio en las prácticas actuales y reducir su huella ambiental (10).
Conclusión
Los agentes anestésicos inhalados son cruciales en la anestesia moderna, destacándose por su control preciso y rápida recuperación. Ofrecen ventajas significativas en diversos procedimientos quirúrgicos, permitiendo ajustes rápidos en la profundidad de la anestesia. Sin embargo, su uso conlleva riesgos, como hipertermia maligna, toxicidad hepática, hipotensión y náuseas postoperatorias, que requieren monitorización cuidadosa y manejo adecuado para garantizar la seguridad del paciente.
La investigación continua es esencial para mejorar los perfiles de seguridad de estos agentes y para desarrollar nuevos anestésicos con menos efectos adversos. La evolución en las prácticas y la tecnología ayudará a optimizar el uso de anestésicos inhalados, beneficiando tanto a pacientes como a profesionales de la salud
Los agentes anestésicos inhalados han transformado significativamente la práctica de la anestesia moderna, proporcionando herramientas esenciales para la inducción y mantenimiento de la anestesia general con eficacia y rapidez. Cada uno de los anestésicos inhalados más comunes —sevoflurano, desflurano, isoflurano y óxido nitroso— ofrece características únicas que los hacen adecuados para diferentes contextos clínicos. El sevoflurano destaca por su perfil de recuperación rápida y baja irritación de las vías respiratorias, mientras que el desflurano es valorado por su rápida eliminación. El isoflurano, con su estabilidad hemodinámica, es ideal para procedimientos prolongados, y el óxido nitroso proporciona un valioso efecto analgésico adicional. Sin embargo, la administración de estos agentes debe ser cuidadosamente monitoreada para gestionar complicaciones como hipertermia maligna, toxicidad hepática y efectos secundarios respiratorios.
A medida que la práctica anestésica avanza, es crucial equilibrar los beneficios clínicos con los riesgos potenciales y considerar el impacto ambiental de los anestésicos inhalados. Las complicaciones como la hipotensión y los vómitos postoperatorios requieren estrategias de manejo proactivas, mientras que la neurotoxicidad y hepatotoxicidad exigen una evaluación continua. La evolución de la tecnología y las prácticas anestésicas, junto con una mayor conciencia sobre el impacto ambiental, contribuirán a una anestesia más segura y eficiente. El enfoque en la seguridad del paciente y la sostenibilidad ambiental garantizará que la anestesia inhalatoria siga siendo una opción valiosa en la práctica clínica futura.
Referencias
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