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Agranulocitosis asociada al uso de metamizol: evidencia actual y consideraciones clínicas

Agranulocitosis asociada al uso de metamizol: evidencia actual y consideraciones clínicas

Autora principal: Isabel Moreno Lucente

Vol. XIX; nº 23; 967

Agranulocytosis associated with the use of metamizole: current evidence and clinical considerations

Fecha de recepción: 27/10/2024

Fecha de aceptación: 28/11/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 23 Primera quincena de Diciembre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 23; 967

Autores: Isabel Moreno Lucente, Carlos Gimillo Monterde

Centro de trabajo: Hospital Obispo Polanco, Teruel,

Resumen:

La agranulocitosis es una complicación hematológica grave caracterizada por una importante disminución en el recuento de neutrófilos en la sangre periférica, lo que conlleva un aumento significativo del riesgo de contraer infecciones potencialmente mortales. Entre los diversos fármacos implicados en la inducción de agranulocitosis, el metamizol (también conocido como dipirona) ha sido asociado con esta reacción adversa en varios casos reportados en la literatura médica. En este artículo, revisamos la evidencia disponible sobre la asociación entre el metamizol y la agranulocitosis, así como las implicaciones clínicas de este fenómeno.

Palabras clave: agranulocitosis, metamizol, hematología, neutrófilos.

Abstract:

Agranulocytosis is a serious hematological complication characterized by a significant decrease in the count of neutrophils in the peripheral blood, which leads to a significantly increased risk of contracting life-threatening infections. Among the various drugs implicated in the induction of agranulocytosis, metamizole (also known as dipyrone) has been associated with this adverse reaction in several cases reported in the medical literature. In this article, we review the available evidence on the association between metamizole and agranulocytosis, as well as the clinical implications of this phenomenon.

Keywords: agranulocytosis, metamizole, hematology, neutrophils.

Declaración de buenas prácticas

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.

Introducción

La agranulocitosis es una complicación hematológica poco común pero grave, caracterizada por una marcada disminución en el recuento de neutrófilos en la sangre periférica, lo que predispone a los pacientes a infecciones potencialmente mortales. Entre los diversos fármacos implicados en la inducción de agranulocitosis, el metamizol (también conocido como dipirona) ha suscitado una considerable atención debido a su asociación con esta reacción adversa. A pesar de su amplio uso en todo el mundo como analgésico y antipirético, el metamizol conlleva un riesgo potencial de inducir agranulocitosis, lo que ha generado preocupación y debate en la comunidad médica.

La historia del metamizol está marcada por su eficacia en el alivio del dolor y la fiebre, así como por preocupaciones sobre su seguridad. Desde su descubrimiento en el siglo XIX, el metamizol ha sido objeto de controversia debido a su asociación con reacciones adversas hematológicas, especialmente agranulocitosis. Aunque su mecanismo de acción no está completamente elucidado, se postula que la formación de metabolitos reactivos puede desencadenar una respuesta inmunitaria adversa que resulta en la supresión de la médula ósea y la disminución del recuento de neutrófilos.

El propósito de este artículo es realizar una revisión exhaustiva de la evidencia actual sobre la agranulocitosis asociada al uso de metamizol, con el objetivo de proporcionar una comprensión integral de este fenómeno clínico. Se explorarán aspectos clave como la epidemiología, los mecanismos patofisiológicos subyacentes, la presentación clínica, el diagnóstico, el manejo terapéutico y las estrategias de prevención. Además, se discutirán las consideraciones éticas y legales relacionadas con el uso de metamizol en la práctica clínica.

En última instancia, se espera que esta revisión contribuya a una mejor comprensión de la agranulocitosis por metamizol entre los profesionales de la salud, promoviendo así una prescripción más informada y una atención más segura para los pacientes que requieren tratamiento con este fármaco.

Definición y Epidemiología de la Agranulocitosis

La agranulocitosis se define como una complicación hematológica caracterizada por una marcada disminución en el recuento de neutrófilos en la sangre periférica, generalmente inferior a 500 células por microlitro. Los neutrófilos desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria del organismo, siendo fundamentales en la defensa contra infecciones bacterianas. Por lo tanto, la reducción significativa en el recuento de neutrófilos aumenta el riesgo de infecciones potencialmente mortales, convirtiendo a la agranulocitosis en una condición clínica grave que requiere una atención médica urgente.

La incidencia exacta de agranulocitosis varía según la población estudiada y las definiciones utilizadas, pero se estima que es una reacción adversa relativamente rara. Los estudios epidemiológicos sugieren una incidencia de aproximadamente 1-5 casos por millón de personas por año en la población general. Sin embargo, esta incidencia puede ser considerablemente mayor en poblaciones específicas o en aquellos expuestos a ciertos factores de riesgo, como el uso de ciertos medicamentos.

Entre los fármacos implicados en la inducción de agranulocitosis, el metamizol ha sido identificado como uno de los principales agentes desencadenantes. Aunque la agranulocitosis inducida por metamizol es una reacción adversa poco común, su asociación con este fármaco ha sido bien documentada en la literatura médica. La epidemiología de la agranulocitosis por metamizol muestra una variabilidad significativa entre diferentes regiones geográficas y poblaciones, con tasas de incidencia que oscilan entre 1 y 10 casos por millón de personas expuestas.

Es importante destacar que la agranulocitosis puede tener consecuencias clínicas graves, incluyendo sepsis, choque séptico e incluso la muerte, si no se diagnostica y trata adecuadamente. Por lo tanto, la comprensión de la epidemiología de esta condición, así como de los factores de riesgo y los agentes desencadenantes, es fundamental para una prescripción segura de medicamentos y una atención médica óptima.

Mecanismos Patofisiológicos de la Agranulocitosis por Metamizol

La agranulocitosis inducida por metamizol es un fenómeno complejo que implica múltiples mecanismos patofisiológicos, aunque aún no se ha elucidado completamente su etiología. Se postula que la formación de metabolitos reactivos del metamizol puede desencadenar una cascada de eventos inmunológicos y hematológicos que resultan en la supresión de la médula ósea y la disminución del recuento de neutrófilos.

Uno de los metabolitos del metamizol que se ha implicado en la patogénesis de la agranulocitosis es el 4-metilaminoantipirina (4-MAA), que se forma durante el metabolismo hepático del fármaco. Se ha demostrado que el 4-MAA puede actuar como un hapteno, uniendo proteínas en la superficie de los neutrófilos y desencadenando una respuesta inmunitaria mediada por linfocitos T. Esta respuesta inmunitaria puede conducir a la destrucción de los neutrófilos y la supresión de la producción de nuevos neutrófilos en la médula ósea.

Además de la respuesta inmunitaria, se ha sugerido que el metabolismo del metamizol puede generar especies reactivas de oxígeno y otros radicales libres, que pueden causar daño directo a los precursores de los neutrófilos en la médula ósea. Este daño celular puede interferir con la proliferación y maduración de los neutrófilos, contribuyendo a la disminución del recuento de estas células en la sangre periférica.

Se ha postulado que ciertos factores genéticos pueden influir en la susceptibilidad individual a la agranulocitosis por metamizol. Se han identificado polimorfismos genéticos en genes relacionados con la respuesta inmunitaria y la detoxificación de metabolitos, que podrían predisponer a ciertos individuos a desarrollar una reacción adversa al fármaco. Estos factores genéticos pueden interactuar con factores ambientales y de exposición, como la dosis y la duración del tratamiento con metamizol, para determinar el riesgo de agranulocitosis en un paciente dado.

En resumen, la agranulocitosis por metamizol es el resultado de una interacción compleja entre la respuesta inmunitaria del huésped, la toxicidad directa del fármaco y factores genéticos individuales. Aunque se ha avanzado en la comprensión de los mecanismos patofisiológicos subyacentes, todavía se necesita más investigación para identificar completamente los determinantes de esta reacción adversa y desarrollar estrategias para prevenirla y tratarla de manera efectiva.

Presentación Clínica y Diagnóstico

La agranulocitosis inducida por metamizol puede presentarse de manera aguda y potencialmente mortal, con manifestaciones clínicas que reflejan la susceptibilidad del paciente a infecciones graves y la incapacidad del sistema inmunitario para combatirlas eficazmente. La presentación clínica típica incluye síntomas generales inespecíficos, como fiebre, malestar general y astenia, que pueden progresar rápidamente a signos de infección sistémica grave.

Uno de los hallazgos característicos de la agranulocitosis es la presencia de úlceras bucales y faríngeas, que pueden ser dolorosas y dificultar la alimentación y la ingesta de líquidos. Estas úlceras pueden ser el resultado de la mucositis secundaria a la infección o la inflamación local, y son una manifestación clínica importante que debe alertar al médico sobre la posible presencia de agranulocitosis.

Además de las úlceras bucales, los pacientes con agranulocitosis pueden presentar otros signos de infección localizada o sistémica, como dolor de garganta, tos, secreción nasal, dolor abdominal, diarrea o disuria. La presencia de signos de infección en cualquier sitio del cuerpo debe ser evaluada cuidadosamente, ya que la agranulocitosis puede predisponer a los pacientes a infecciones bacterianas, fúngicas o virales graves y potencialmente mortales.

El diagnóstico de agranulocitosis se basa en la identificación de una marcada reducción en el recuento absoluto de neutrófilos en la sangre periférica, generalmente inferior a 500 células por microlitro. Este hallazgo es confirmado mediante un hemograma completo, que también puede mostrar otros cambios hematológicos secundarios, como anemia o trombocitopenia. Es importante realizar un diagnóstico diferencial para descartar otras causas de neutropenia, como enfermedades hematológicas o infecciosas, efectos secundarios de otros medicamentos, o deficiencias nutricionales.

Además del hemograma completo, pueden ser necesarias pruebas adicionales para evaluar la presencia de infección o complicaciones secundarias. Esto puede incluir cultivos de sangre y otros fluidos corporales, radiografías de tórax, estudios de imagen o pruebas de función hepática y renal. El diagnóstico y manejo de la agranulocitosis deben realizarse en estrecha colaboración con un equipo multidisciplinario, incluyendo hematólogos, infectólogos y otros especialistas según sea necesario.

En resumen, la agranulocitosis por metamizol se caracteriza por una presentación clínica aguda y grave, que requiere una evaluación diagnóstica y un manejo terapéutico oportunos y adecuados. El diagnóstico se basa en la identificación de una marcada reducción en el recuento de neutrófilos en la sangre periférica, junto con la evaluación de signos de infección u otras complicaciones. Un enfoque integral y multidisciplinario es esencial para optimizar los resultados clínicos y reducir el riesgo de complicaciones graves.

Manejo y Tratamiento de la Agranulocitosis Inducida por Metamizol

El manejo de la agranulocitosis por metamizol implica una intervención inmediata y multidisciplinaria para abordar tanto la neutropenia aguda como las complicaciones infecciosas asociadas. Las medidas terapéuticas se centran en la suspensión inmediata del metamizol y en el tratamiento de las infecciones concurrentes, con el objetivo de restaurar los niveles de neutrófilos y prevenir complicaciones graves.

El primer paso en el manejo de la agranulocitosis es la interrupción inmediata del metamizol y cualquier otro medicamento potencialmente implicado en la reacción adversa. Se debe evitar la administración futura de metamizol y se deben considerar alternativas terapéuticas para el control del dolor y la fiebre, como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroides, en función de la situación clínica del paciente.

Una vez suspendido el metamizol, es crucial realizar una evaluación exhaustiva del estado clínico del paciente y de la presencia de signos de infección u otras complicaciones. Se deben tomar muestras para cultivos de sangre y otros fluidos corporales, y se debe iniciar el tratamiento antibiótico empírico de amplio espectro para cubrir las posibles infecciones bacterianas. La elección del antibiótico y la duración del tratamiento dependerán de los factores de riesgo del paciente, los patógenos sospechados y la gravedad de la enfermedad.

Además del tratamiento antibiótico, pueden ser necesarias medidas de apoyo, como la administración de factores estimulantes de la médula ósea, como el factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF), para acelerar la recuperación de los niveles de neutrófilos. Estos agentes pueden ayudar a aumentar la producción y liberación de neutrófilos de la médula ósea, acortando la duración de la neutropenia y reduciendo el riesgo de infecciones recurrentes.

El manejo a largo plazo de la agranulocitosis por metamizol puede requerir un seguimiento clínico estrecho para monitorizar la recuperación de los recuentos de neutrófilos y detectar cualquier recurrencia de la neutropenia o las infecciones. Se recomienda educar al paciente sobre los signos y síntomas de agranulocitosis y proporcionar pautas claras sobre el uso seguro de medicamentos en el futuro.

En resumen, el manejo de la agranulocitosis por metamizol implica una intervención rápida y coordinada para suspender el fármaco, tratar las infecciones concurrentes y apoyar la recuperación de los recuentos de neutrófilos. Un enfoque multidisciplinario que involucre a diferentes especialidades médicas es esencial para optimizar los resultados clínicos y reducir el riesgo de complicaciones graves en estos pacientes.

Conclusiones

La agranulocitosis inducida por metamizol es una complicación hematológica grave que puede presentarse de manera aguda y potencialmente mortal. Aunque es una reacción adversa poco común, su asociación con el uso de metamizol ha sido bien documentada en la literatura médica. Los mecanismos patofisiológicos subyacentes implican una interacción compleja entre la respuesta inmunitaria del huésped, la toxicidad directa del fármaco y factores genéticos individuales. La presentación clínica suele incluir fiebre, úlceras bucales y signos de infección sistémica, lo que requiere una evaluación diagnóstica y un manejo terapéutico oportunos y adecuados. El tratamiento de la agranulocitosis por metamizol implica la interrupción inmediata del fármaco, el tratamiento de las infecciones concurrentes y el apoyo a la recuperación de los recuentos de neutrófilos. Un enfoque multidisciplinario es esencial para optimizar los resultados clínicos y reducir el riesgo de complicaciones graves en estos pacientes.

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