Alimentos dados en la ablactación a un grupo de infantes en Tlalnepantla, estado de México.
Ablactación es un término que se emplea para referirse al momento de introducir en la dieta del lactante alimentos diferentes a la leche materna. La razón para la introducción de la alimentación complementaria en la dieta del lactante es porque desde el punto de vista nutrimental…
AUTORES
Licenciada Enfermera Marina Victoria Malvaez López;
Doctora en Educación Leticia Cuevas Guajardo.
Licenciada Enfermera María Guadalupe López Sandoval;
Licenciada Enfermera Dinora Valadez Díaz;
Maestro en Ciencias Javier Alonso Trujillo y
Licenciada Enfermera Amalia Paulín Rocha.
Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México.
RESUMEN
Ablactación es un término que se emplea para referirse al momento de introducir en la dieta del lactante alimentos diferentes a la leche materna. La razón para la introducción de la alimentación complementaria en la dieta del lactante es porque desde el punto de vista nutrimental, el niño alimentado al pecho o con fórmula láctea no cubre de manera satisfactoria sus necesidades energéticas. La ablactación es un proceso clave en el desarrollo y crecimiento de los niños. Para efectos de este trabajo hemos establecido los 4 meses para el inicio de la ablactación, debido a que la digestión de los alimentos ya es efectuada por enzimas que son responsables de degradarlos y permitir su absorción.
Con una ablactación temprana se tienen riesgos como:
a) obesidad,
b) carga renal de solutos,
c) una deficiente absorción de alimentos y
d) alergias.
El estudio se llevó a cabo en una Clínica ubicada en Santa Mónica, Tlalnepantla de Baz, Estado de México con una muestra de 70 infantes, de Septiembre a Diciembre del 2010. Es un estudio cuantitativo, no experimental, exploratorio, descriptivo y transversal. Se contó con el consentimiento informado de las participantes. Se empleó estadística descriptiva e inferencial paramétrica apoyada por el programa STATSTM versión 2. La edad promedio del comienzo de la ablactación para los infantes que ya la habían iniciado se ubicó en los 4.4 meses. Algunos de los alimentos dados al iniciar su ablactación son los adecuados, sin embargo, hay una gran cantidad de alimentos que se les dan a los niños y niñas que no están apropiados para la edad que cursan.
PALABRAS CLAVE: Ablactación, alimentación adecuada en bebés, riesgos.
SUMMARY
Ablactacion is a term that is used to talk about at the time of introducing in the diet of the suckling baby foods different from maternal milk. The reason for the introduction of the complementary feeding in the diet of the suckling baby is because from the nutrimental point of view, the boy fed the chest or with milky formula does not cover with satisfactory way his power necessities. The ablactación is a key process in the development and growth of the children. For effects of this work we have established the 4 months for the beginning of the ablactación, because the digestion of foods is carried out by enzymes that are responsible to degrade them and to allow their absorption. With one early ablactación risks are had like: a) obesity, b) renal load of solutes, c) deficient food absorption and d) allergies. The study was carried out in a Clinic located in Santa Monica, Tlalnepantla de Baz, and State of Mexico with a sample of 70 infants, of September to December of the 2010. It is quantitative, no experimental, exploratory, descriptive and cross-sectional a study. It was counted on the consent informed into the participants. Descriptive and inferential statistic was used parametric supported by program STATSTM version 2. The age average of the beginning of the ablactación for the infants who already had initiated it located in the 4.4 months. Some of foods given when initiating their ablactación are the adapted ones; however, is a great amount of foods that occur to the children who are not appropriate for the age which they attend.
KEY WORDS: Ablactación, feeding adapted in babies, Risks.
INTRODUCCIÓN
La nutrición a lo largo de la vida es una de las principales determinantes de la salud, del desempeño físico y mental y de la productividad. La desnutrición durante la gestación y los primeros 2 a 3 años de vida aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas, afecta el crecimiento y el desarrollo mental durante dicho período crítico; además, la desnutrición temprana tiene efectos adversos a lo largo de la vida, como disminución del desempeño escolar, aumento en el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles y reducción de la capacidad de trabajo y del rendimiento intelectual, ESQUIVEL, R. I., MARTÍNEZ, SM. Y MARTÍNEZ, JL. 1998. Nutrición y Salud. México: El Manual Moderno.
En los países en vías de desarrollo, la desnutrición infantil se encuentra entre las primeras cinco causas de mortalidad y se inserta en un contexto de variables sociales, económicas y culturales que además de ser desfavorables, son por sí mismas, factores de riesgo que alteran el desarrollo infantil.
En México la desnutrición en menores de cinco años continúa siendo un grave problema de salud pública a pesar de que durante décadas se han llevado a cabo diversos programas nacionales con el propósito de mejorar este problema. Pero además, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2006, “en los últimos siete años los infantes en México registraron un incremento de 39.7% en sobrepeso y obesidad” ENCUESTA NACIONAL DE SALUD Y NUTRICIÓN (ENSANUT). 2006.
En particular, en nuestro país diversos estudios se han encaminado a evaluar la situación nutrimental de la población infantil, pues es evidente la trascendencia de la misma en los procesos de crecimiento y desarrollo del niño, en su morbi – mortalidad, y en la calidad de vida que éste posea cuando sea adulto, GONZÁLEZ, GJ, Y VEGA MG. Nutrición y salud: problemas pretransicionales – un menú para la familia. Cuadernos de Salud 1994; 5:7-51. Disponible en: www.who.int/nutgrowthdb/database/countries/nchs_re
Hace algunos años se tenía la creencia de que los niños con sobrepeso eran sanos y, por ello, conforme ganaban kilos, el orgullo de los padres también se acrecentaba. En efecto, se trató de una leyenda urbana que padecimos en las décadas de 1970, 1980 y 1990, época en la que el sobrepeso se estimó al grado de considerarse hasta parámetro de “belleza” en la población infantil. Fue hasta 1997 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que la obesidad es una enfermedad; sin embargo, los casos ya se habían multiplicado y hasta la fecha siguen incrementándose.
La obesidad infantil no está exenta de complicaciones, ya que se estima que un 75% de los niños obesos serán adultos obesos. La complicación más grave que se les puede presentar es el Síndrome Metabólico, el cual representa el puente para que padezcan Diabetes Mellitus tipo 2 (siendo niños o adolescentes), también pueden presentar hipertensión (en escolares) y aceleración de la aterosclerosis.
Otros problemas asociados incluyen pie plano, escoliosis (desviación lateral de la columna vertebral), hiperlordosis (aumento de la curvatura de la columna vertebral que ocasiona una alteración postural), edad ósea adelantada, menarquía precoz (primera menstruación), incremento en la talla y trastornos psicológicos a causa de la discriminación.
Así, la alimentación complementaria se define “como el proceso que comienza cuando la leche materna por sí sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutrimentales de los lactantes y por ende, es necesario introducir otros alimentos y líquidos además de la leche materna a la dieta del niño” COLEGIO DE PEDIATRAS DEL ESTADO DE SONORA, 2004. Disponible en: www.copeson.org.mx/lactancia/lactanca.htm
Por lo que la “Ablactación” es un término que se emplea para referirse a ese momento de introducir, en la dieta del lactante, alimentos diferentes a la leche materna ESQUIVEL, R. I., MARTÍNEZ, SM. Y MARTÍNEZ, JL. 1998. Nutrición y Salud. México: El Manual Moderno.
La razón más importante para la introducción de la alimentación complementaria en la dieta del lactante es porque desde el punto de vista nutrimental, el niño alimentado al pecho o con fórmula láctea llega al punto en el que este régimen alimenticio no cubre de manera satisfactoria sus necesidades energéticas. Estas necesidades energéticas aumentan desde 550 Kcal/día durante el primer mes de vida, a 765 Kcal/día durante el sexto mes de vida. A los doce meses de edad requiere 1050 Kcal/día, ESQUIVEL, R. I., MARTÍNEZ, SM. Y MARTÍNEZ, JL. 1998. Nutrición y Salud. México: El Manual Moderno.
Las prácticas de alimentación complementaria son un proceso clave en el desarrollo y crecimiento de las y los niños, ya que es el primer paso para alcanzar la alimentación completa y variada que deberá recibir durante toda su vida y mantener un desempeño físico y mental. La alimentación complementaria no supone en sí misma el cese brusco del aporte de la leche materna o de fórmula; se trata de un período de adaptación a nuevos alimentos que debe conducir en forma lenta y progresiva a la alimentación familiar debido a que la leche ya no es suficiente para proporcionar todos los nutrientes que requiere el niño o la niña. Es importante mencionar que la leche ya no tiene hierro por lo que en ocasiones se recomiendan suplementos de hierro.
En resumen, desde el punto de vista biológico y nutrimental, la edad necesaria y óptima para la introducción de otros alimentos (ablactación), se ubica, aparentemente, alrededor de los seis meses de edad. En ese momento la madre ya no produce la cantidad necesaria de leche para cubrir los requerimientos de energía de su hijo y el tubo digestivo del niño ya ha adquirido la capacidad de digerir y absorber alimentos diferentes a los de la leche. Además, coincide con el período en que se agotan los depósitos de hierro. Las necesidades del crecimiento comienzan a superar la aportación de nutrientes que da la leche materna MERINO, J. 2008. Nutrición y Salud efectiva. 3ª ed. México: Trillas.
La Norma Mexicana para el Control de la Nutrición Crecimiento y Desarrollo del Niño y del Adolescente (1994) recomienda que la introducción de alimentos distintos a la leche materna tenga lugar entre los cuatro y ocho meses de edad NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-008-SSA2-1993. 1994. Disponible en:
http://www.sideso.df.gob.mx/documentos/legislacion/NOM_008_SSA2.pdf
En México el desarrollo de obesidad entre seis y nueve años de edad se ve asociada a un 55% de prevalencia en obesidad adulta. En niños con obesidad entre los diez y catorce años la prevalencia se incrementa hasta el 75% en la edad adulta; si la obesidad infantil no se corrige y persiste en el adulto, incrementa el riesgo de morbilidad, en comparación con la obesidad que se presenta en el adulto SALUD, 2008. México superará a EU en índice de sobrepeso y obesidad infantil en el 2018. Disponible en: http://www.salud.com
México ya se colocó como el país con mayor índice de sobrepeso y obesidad; más del 70% de la población sufre de algunas de estas dos enfermedades, esta tendencia va en aumento y ya es uno de los temas protagónicos para la Secretaría de Salud; en contraste, aún existen zonas del país donde la desnutrición crónica se agrava.
Recientemente las relaciones entre los hábitos dietéticos del niño y determinadas enfermedades que se inician en la edad adulta se han establecido sobre fundamentos sólidos. Un grupo de importantes enfermedades denominadas globalmente como crónico degenerativas, aunque se expresan clínicamente de la tercera a la quinta década de la vida, se inician durante la infancia y su desarrollo no es una manifestación obligada del proceso del envejecimiento, sino que guarda relación con algunos parámetros antropométricos y con los niveles séricos de determinadas sustancias que a su vez son influidos por errores dietéticos o alteraciones de la nutrición del lactante o incluso del feto. El prototipo de estas enfermedades es la aterosclerosis, que se inicia en los primeros años de vida y cuya evolución depende entre otros factores, de la ingesta de determinados tipos de grasas y cantidades excesivas de colesterol GIL A. 2009 Alimentación y salud. Disponible en: www.unia.es/index2.php?option=com_hotproperty&task
En los últimos 20 años se ha incrementado el número de enfermedades cuya etiología se relaciona de forma directa o indirecta con los hábitos dietéticos; sin embargo, los posibles mecanismos de acción de las distintas sustancias ingeridas no están suficientemente aclarados, en algunas enfermedades carenciales la relación es directa y existen datos que prueban esta relación, por ejemplo: el déficit de vitamina B (ácido fólico y B12) produce anemia megaloblástica; la carencia de vitamina D está asociada con el raquitismo ESQUIVEL, R. I., MARTÍNEZ, SM. Y MARTÍNEZ, JL. 1998. Nutrición y Salud. México: El Manual Moderno.
En otros casos se trata de procesos de etiología multifactorial en los cuales la interacción entre factores genéticos y ambientales facilita su aparición y modula el cuadro clínico y la evolución. BOUCHARD, 1996, tomando como modelo la obesidad, ha expresado en una fórmula matemática la variabilidad del conjunto de manifestaciones clínicas:
Vf =VG +VA +VGA +e*
*En esta fórmula la expresión clínica o variabilidad fenotípica (Vf), estaría en función de la variabilidad genética (VG), de los factores ambientales (VA), de la interacción de ambas (VGA), y de un número mal definido de variables de confusión (e); pertenecen a este grupo la caries dental, aterosclerosis, hipertensión y algunos tipos de cáncer BOUCHARD C. 1996. The genetics of obesity in humans. Vol.3 Journal of Pediatrics. Pp: 29-35.
Finalmente hay otro grupo de enfermedades en las cuales existen indicios razonables del papel de la nutrición en su origen, pero esto no ha sido demostrado definitivamente, se trata de procesos que se asocian con la presencia o ausencia de algunos nutrientes en la dieta en los primeros meses de vida e incluso durante la vida intrauterina que se manifiestan tardíamente, como el retraso de crecimiento simétrico TORRES A. 2009. Crecimiento y desarrollo. Disponible en:
www.medigraphic.com/pdfs/fisica/mf-2002/mf02-2_4f
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) del 2006, realizada por el Instituto de Salud Pública (INSP), reveló cifras alarmantes: no sólo somos el primer país en obesidad, sino que esta tendencia va en aumento, en 1993 se reportaron 21.5% de obesos en México, para el 2000 la cifra ya era del 24% y en el 2006 se reportó el 30% de la población total, uno de cada tres adolescentes sufre de sobrepeso u obesidad, 25% de los niños y adolescentes son obesos.
Estas cifras ofrecen un panorama de las dimensiones que tiene este problema de salud pública, que afecta de muchas formas a la población mexicana: la dificultad motriz, la baja en el rendimiento laboral por las imposibilidades físicas consecuencia del sobrepeso, afección en la autoestima, la derivación de varias enfermedades, como es la diabetes, las crónico degenerativas, como son artritis, hipertensión, entre otras, esto también ocasiona un gasto excesivo de los recursos financieros del Sector Salud.
La ENSANUT también reveló que el 30% de la población mexicana es hipertensa. Se pasó del octavo lugar en 1993, al primer lugar mundial en mortalidad por Diabetes Mellitus en el 2006, ya que el 7% de la población la padece.
En México se observa con frecuencia un deterioro en la salud y en la ganancia de peso a partir de los tres meses de edad en lactantes alimentados exclusivamente del pecho materno, es posible que a partir de esta edad en madres desnutridas la producción láctea ya no sea suficiente para cubrir las necesidades de su hijo.
En un país de contrastes como lo es México, existen casos divergentes, más de un millón de niños mexicanos menores de cinco años de edad, 12.7% de la población de ese rango, padecen desnutrición crónica y con ello el país está fuera de las naciones consideradas bien alimentadas, dónde sólo 2% de sus infantes reporta este problema.
En las zonas rurales de la República Mexicana, la afectación en el estado nutrimental se eleva hasta 20% de los niños de esa edad, los casos de anemia se dan en un 23% de los niños menores de cinco años, así como en el 20% de las mujeres embarazadas, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) destaca que la deficiencia de hierro en menores de cinco años tiene un impacto negativo en el desarrollo mental y su futuro desempeño social. En los primeros dos años de vida, los niños tienen desarrollo cognitivo más lento y menor avance psicomotor; en tanto, en los casos severos, durante el embarazo aumenta el riesgo de muerte materna.
La obesidad es una alteración multifactorial en la que existe un claro acúmulo familiar y una evidente transmisión intrafamiliar, hasta el punto de que el riesgo para un recién nacido se eleva significativamente, cuando uno o los dos padres son obesos ESQUIVEL, R. I., MARTÍNEZ, SM. Y MARTÍNEZ, JL. 1998. Nutrición y Salud. México: El Manual Moderno.
Este hecho así como los estudios en niños adoptados daneses realizados por STUNCKARD, 1958. The results of treatment for obesity. NY State J Med ; 58:71-80, demuestran la existencia de un componente genético en la predisposición a padecer obesidad, sin embargo, estudios realizados por BOUCHARD, 1996, han puesto de manifiesto que junto al factor estrictamente genético-hereditario existe un componente extra genético que él denomina transmisión cultural; este componente no sólo afecta a la masa corporal total, sino a su distribución, lo que tiene una gran importancia como factor de riesgo independiente para determinadas enfermedades, entre ellas la cardiopatía isquémica.
Pero, ¿a qué se atribuyen todos estos problemas? Según los expertos existen varias razones; la agitada vida de las ciudades modifica los hábitos alimenticios de la gente que se ve obligada a sustituir una alimentación balanceada por alimentos que no ofrecen los nutrientes necesarios para mantener un organismo saludable, la aparición de la llamada “comida chatarra” y la “fast food” (comida rápida) en los mercados de consumo masivo y su insistente e incesante esfuerzo publicitario, la presencia de sustancias químicas que generan adicción y que son extremadamente nocivas para la salud del consumidor crean una codependencia en la población, a esto se agrega el rezago económico que no permite una alimentación adecuada GODÍNEZ, G. 2007. México, Primero Mundial en Obesidad, en tanto la desnutrición se agrava. Disponible en: http://www.desdeabajo.org.mx
En este sentido, investigadores como GÓMEZ, B. J., TEZOQUIPA I. H., CAMACHO M.A., RAMÍREZ C. Y CASTAÑEDA M.A. 2003 Rev. Enferm. IMSS; 11(2): 93-98, han hecho estudios como su trabajo titulado “La salud del niño menor de cinco años: crecimiento y desarrollo”, en el que proponen para que se realice una correcta ablactación el “orientar y capacitar a la madre como un pilar fundamental que contribuya al logro de conductas favorables en el fomento a la salud del niño”.