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Complejidad epistemológica y ontológica en el aprendizaje del cuidado de Enfermería

Complejidad epistemológica y ontológica en el aprendizaje del cuidado de Enfermería

La complejidad propone un pensamiento para integrar, relacionar, unir, enlazar, conectar el conocimiento de las diferentes ciencias de la vida, de la salud, sociales, humanas, cosmología, para el aprendizaje del cuidado de Enfermería a la persona, familia y comunidad, implica un pensamiento de redes, se plantea como alternativa una unidad compleja, complejidad/epistemología/ontología/aprendizaje/cuidado, implica una unidad compleja del conocimiento, porque es una entidad hegemónica no homogénea; está constituida por elementos diversos, dotados de caracteres propios que tiene en su poder.

Complejidad epistemológica y ontológica en el aprendizaje del cuidado de Enfermería

Dra. Luisa Bravo Sánchez, Dra. Dulce María Guillén Cadena, Dra. Guillermina Arenas Montaño, Dra. Alba Luz Robles Mendoza, Dra. Leticia Cuevas G. Mtra. María Guadalupe López Sandoval.

Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de México.

Resumen

Hay una pluralidad de instancias, cada una de éstas es decisiva; cada una es insuficiente; y comportan su principio de incertidumbre. La epistemología de la complejidad, permite visualizar el conocimiento en un mundo de relaciones, como una red de fenómenos interconectados e interdependientes. Además, la Ontología significa «el estudio del ser» y que visualiza la existencia, vida y la forma del ser, para generar la acción de cuidar de sí mismo. Por otro lado, concebir el aprendizaje a partir de la unidad ser/cerebro/espíritu/cultura, es decir, el aparato neurocerebral es el constructor a priori que dispone de la capacidad de aprender; supone lo innato, es una dialógica no solamente de lo innato/adquirido, sino también de lo construido.

En este sentido, el espíritu es el conjunto de actividades cerebrales que comportan nociones e ideas, y constituyen la esfera relativamente autónoma de la vida del espíritu. Además, la cultura organiza el vehículo cognitivo que es el lenguaje, de los conocimientos adquiridos, instituye las reglas/normas que organiza la sociedad y gobiernan, los comportamientos individuales. Asimismo, el cuidado de Enfermería es una totalidad provista de unidad, que no puede pensarse separada del “todo”, o sea que este “todo” es el ser, es una unidad cuidado-ser-cuerpo-cerebro-espíritu.

La contribución que la investigación proporciona un conocimiento actual, para reflexionar sobre la ciencia moderna, porque en la actualidad ha predominado el positivismo es decir el conocimiento fragmentado del cuidado de Enfermería.

Objetivo Identificar y analizar la complejidad epistemológica y ontológica en el aprendizaje del cuidado de Enfermería.

Metodología: investigación cualitativa fenomenológica descriptiva, participaron nueve estudiantes, de la carrera de Enfermería, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Los datos fueron obtenidos a través entrevista a profundidad, y el análisis de los datos se realizó de acuerdo a la propuesta de Krugger: transcripción, lectura, relectura, codificación, e identificación de temas y subtema.

Hallazgos: el tema principal fue el Aprendizaje epistemológico y ontológico que orientan el aprendizaje del cuidado Enfermería; de la cual se derivan dos subtemas a) Aprendizaje epistemológico del cuidado de Enfermería, b) Aprendizaje ontológico del cuidado de Enfermería.

Conclusiones la relación cuidado/ser/cuerpo/cerebro/espíritu, permite integrar el conocimiento, para conservar la vida y la salud y se potencializa con la epistemología clásica y compleja, para la administración, educación, investigación, y el cuidado de Enfermería.

Palabras clave: Complejidad, Epistemología, Ontología, Aprendizaje, Cuidado de Enfermería

Introducción

La complejidad es un tejido (complexus: lo que está tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. Al mirar con más atención la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico (1). Por esto, la complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad (2). Por otra parte, la concepción compleja nos permite considerar, que la fuente de todo conocimiento, es a la vez la actividad del sujeto cognoscente y la realidad del mundo objetivo ( 2).

En este sentido, la conexión de sus elementos que la integran: de lo uno y lo múltiple se relaciona con complejidad/ epistemología/ ontología/ aprendizaje/ cuidado de Enfermería, es una unidad global está constituida por partes diversas interrelacionadas, porque asocia, no podemos reducir ni el todo a las partes, ni las partes al todo, sino es preciso concebir juntas, de forma a la vez complementaria y antagonista. Es una entidad hegemónica, no homogénea, está constituida por elementos diversos, dotados de caracteres propios que tiene en su poder (2).

De tal forma, que la noción de conocimiento se diversifica y multiplica, contiene en sí diversidad y multiplicidad. En adelante, el conocimiento para el aprendizaje del cuidado de Enfermería, ya no podría ser reducido a una sola noción, como información, percepción, descripción, idea, o teoría; más bien hay que concebir en él diversos modos o niveles. Es evidente, que las actividades cognitivas humanas necesitan un aparato cognitivo, el cerebro, que es una formidable máquina bio-físico-química, necesita la existencia biológica de un ser humano; las aptitudes cognitivas humanas solo pueden desarrollarse en el seno de una cultura que ha producido, conservado, transmitido un lenguaje, una lógica, un capital de saberes, de criterios de verdad. Es en este marco donde el espíritu humano elabora y organiza su conocimiento utilizando los medios culturales de que dispone. Por último en toda la historia humana, la actividad cognitiva se ha visto en interacciones a la vez complementarias y antagonistas con la ética, el mito, la religión la política y el poder del saber (3).

En consecuencia, por ser el acto de conocimiento a la vez biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social, histórico, el conocimiento no puede ser disociado de la vida humana ni de la relación social. Finalmente lo que se halla implicado en el conocimiento es cualquier relación entre el hombre, la sociedad, la vida, y el mundo. A partir de ahí, el conocimiento de la complejidad/ epistemología/ ontología/ aprendizaje/ cuidado de Enfermería, no puede encerrarse dentro de fronteras estrictas. Los conocimientos se hallan en un estado de avance totalmente desigual y, en lo que concierne a lo más importante como la organización del cerebro, la naturaleza del espíritu, la relación cuerpo/espíritu (4).

Entonces, durante el cuidado de Enfermería se establece una relación sujeto/sujeto, y está inserto el fenómeno de la comunicación en un amplio sentido ontológico, donde el habla es algo constitutivo de la existencia, cuyo estado abierto articula en significaciones que tiene la forma de ser del “ser en el mundo” y referido al mundo(5). Por ende, el aprendizaje ontológico del cuidado, demanda que la estudiante comprenda el lenguaje que produce el ser; y que el ser es una organización activa, porque genera sus potencialidades de autonomía, individualidad, para sí mismo.

De este modo, sostiene Watson la conexión humano a humano contribuyen a que la persona desarrolle la esencia espiritual. Entonces, el comportamiento es básicamente el intento de la persona dirigido a los esfuerzos básicos para darnos cuenta de nuestro “yo” espiritual, y establecer armonía y una correcta relación. En la primera etapa de la vida, una persona está más atenta al sentido de armonía entre la(s) mente/emociones y el cuerpo. Sin embargo, cuando se crece permite que se desarrolle el lado existencial y espiritual, la persona se vuelve más preocupada por la incongruencia o falta de armonía dentro su yo, si no se encuentra en la correcta relación con el alma. En la medida que una persona madura, se vuelve más diferenciada y su sentido del “yo” interno se desarrolla más. En aquel momento, la persona busca un mayor grado de armonía con su alma debido a un sentido más amplio de discriminación; es otra clase especial de relación de cuidado humano –una conexión/unión con otra persona, una elevada consideración por la persona integral y su forma de ser (estar) en el mundo. El cuidado humano comienza cuando la estudiante ingresa en el espacio vital o en el campo fenomenológico de otra persona, es capaz de detectar la condición del ser de la otra persona (el espíritu, el alma), siente esta situación dentro de ella, y responde a dicha condición de un modo en el que el receptor tiene una liberación de sentimientos subjetivos y pensamientos que hace mucho tenía anhelos de liberar. Como tal, hay un flujo intersubjetivo sujeto/sujeto, se liberan los sentimientos, los pensamientos y las energías que son menos armoniosos con el “yo” de cada persona, ellos se reemplazan por otros sentimientos, pensamientos y energías que son más armoniosos con uno mismo, más sensatos sobre el bienestar de cada persona y, finalmente, de la humanidad. La presencia de la estudiante muy centrada en la intencionalidad consciente crea un espacio abierto donde algo nuevo puede suceder, más grande de lo que se puede haber asumido.

En este complejo pero compasivo ser y la conexión, la estudiante está ayudando a situar al ser, en la mejor condición para acceder a sus propios recursos sanadores interiores, conectándolo con una fuente universal de generatividad y renovación, e incluso permitiendo los milagros (Por milagros, yo me refiero a permitir y abrirse a que algo suceda, que esté más allá de las expectativas y más allá de la ocurrencia normal de lo que uno podría anticipar). Este proceso es congruente con el modelo de Nightingale de poner a la persona en la mejor condición para que la naturaleza lo sane.

Una relación de cuidado transpersonal depende de varios factores: el intento y la voluntad de la estudiante por afirmar la significancia subjetiva y espiritual de la persona. La capacidad de la estudiante para darse cuenta y detectar de manera exacta los sentimientos y la condición interna de los demás. Buscar “ver” y conectarse espíritu con espíritu con los demás, incluso en el momento determinado. Esto puede ocurrir a través de que se abra la verdadera presencia, intencional y concienzudamente con acciones, palabras, comportamientos, la cognición, el lenguaje corporal, los sentimientos, el pensamiento, los sentidos, la intuición y otros. La habilidad de la estudiante para evaluar y darse cuenta de la condición del otro de “estar en el mundo”. La estudiante debe ser capaz de expresar la condición y/o atender a la misma a través de varios medios, tales como el movimiento, los gestos, las miradas, los actos, los procedimientos, la información, el contacto, los sonidos, las palabras, los colores y la forma, y otros medios científicos, estéticos y humanos. Se asume la subjetividad del paciente como un todo, y así como tan válida al igual que la de la estudiante.