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La artrosis, una enfermedad cada vez más prevalente

La repetición de movimientos articulares concretos forzados puede llevar a largo plazo a la sobrecarga articular; por eso, determinadas actividades laborales (peluqueras, albañiles, modistas, la exposición a vibraciones como los martillos neumáticos, etc.) y ciertos deportes pueden inducir la aparición de artrosis en algunas articulaciones.

CÓMO SE DIAGNÓSTICA LA ARTROSIS

El diagnóstico se realiza a través de los síntomas que cuenta el paciente y en la exploración física, y complementariamente con radiografías.

Es importante remarcar que no sirve para nada solicitar más radiografías porque no aportarán nuevos datos ni harán cambiar el tratamiento. Por otro lado, aunque la artrosis también se puede ver en otras pruebas de imagen, como ecografías o resonancias, estas no son necesarias para el diagnóstico. Los análisis de sangre tampoco son precisos para el diagnóstico de la artrosis. Únicamente se utilizan para descartar otras enfermedades reumáticas que pueden cursar también con dolor en manos u otras articulaciones.

El hallazgo más frecuente que se puede observar en la radiografía es el crecimiento de hueso en los bordes de la articulación a modo de callo. Dependiendo de la articulación se le da un nombre otro y técnicamente se conoce como osteofito.

Se denomina pinzamiento articular a la disminución del espacio articular que aparece como consecuencia del adelgazamiento o desgaste del cartílago. Es muy importante no confundirlo con lo que la gente llama “pinzamiento”, que suele ser un músculo que por un movimiento o postura extraños queda pinzado o atrapado en una posición dolorosa.

En general, para cualquier médico es sencillo diagnosticar la artrosis, aunque generalmente un reumatólogo es capaz de distinguirla de otras enfermedades articulares menos frecuentes.

TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS

Existen tres tipos de tratamientos: las correcciones físicas y de hábitos de vida, el tratamiento farmacológico y el quirúrgico.

1- CORRECCIONES FÍSICAS Y DE HÁBITOS DE VIDA

  1. A) EJERCICIO, ACTIVIDAD FÍSICA Y DEPORTE

Si no hay contraindicación por parte del cardiólogo, se recomienda la realización de ejercicio diario y moderadamente vigoroso unos 30 minutos al día durante al menos 3 días a la semana, dado que el ejercicio aeróbico proporciona un alivio del dolor similar al de la medicación analgésica suave. Evitando ejercicios que sobrecarguen las articulaciones, como correr o hacer pesas de pie, en general los deportes de impacto o que desencadenen dolor.

En cuanto a las recomendaciones específicas para tipos de artrosis, caminar por un terreno llano o ir en bicicleta es positivo para la artrosis de la rodilla y cadera, mientras que hacer ejercicios con las manos lo es para los dedos.

Durante los periodos en los que el dolor sea importante, es preferible guardar un reposo relativo o cambiar el ejercicio vigoroso por movimientos más suaves en casa y de higiene postural durante unos días. Si la persona es deportista, se debe llevar a cabo programas de entrenamiento específicos, según la propia movilidad deportiva, para la prevención de lesiones osteoarticulares utilizando siempre un material deportivo y calzado adecuados que amortigüen la sobrecarga articular.

  1. B) CONTROL DE PESO

Evitar la sobrecarga producida por el exceso de peso. Pérdidas de peso moderadas suelen mejorar claramente los síntomas de la artrosis y permiten dejar la medicación analgésica.

Evitar la realización de dietas que provoquen una pérdida rápida de peso y sin control por parte de un profesional. La idea no es hacer una dieta para perder peso, sino convertir en un hábito el comer de forma sana y de acuerdo a las necesidades del organismo, para conseguir esto es personal clave el personal sanitario.

El control de peso es muy complicado si la reducción de la ingesta calórica o el cambio en la forma de comer no se acompañan de un aumento ligero o moderado de la actividad física, que a su vez suele ser complicado si no se está habituado.

  1. C) AYUDAS FÍSICAS Y CORRECCIÓN DE POSTURAS

Un buen rehabilitador, un fisioterapeuta o un terapeuta ocupacional pueden enseñarle a hacer un uso cuidadoso de las articulaciones con artrosis, evitando así las sobrecargas y los sobreesfuerzos.

2- TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

No existe en la actualidad ningún medicamento curativo de la artrosis, pero se dispone de medicamentos que disminuyen el dolor, mejoran la movilidad de la articulación y pueden ralentizar el proceso artrósico. Si se puede reducir, tiene poco sentido soportar el dolor, sobre todo porque afecta a nuestra forma de ver la vida y a nuestro entorno.

Algunos de los fármacos más usados para los síntomas de la artrosis son:

  1. A) PARACETAMOL

Se utiliza para el control del dolor leve cuando no existe inflamación en tratamientos a largo plazo y en pacientes mayores, a pesar de su limitada eficacia en el tratamiento de la artrosis.

La dosis oscila entre 1 y 3 g/día. En general, el paracetamol presenta menos efectos secundarios gastrointestinales que los antiinflamatorios. Es destacable, la posibilidad de aparición de toxicidad en el hígado, sobre todo con dosis altas.

  1. B) ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS (AINE)

En la artrosis son útiles en el control del dolor, la rigidez y en la mejoría de la funcionalidad de los pacientes.

En un proceso crónico como es la artrosis, deben recomendarse a la menor dosis posible y durante el menor tiempo posible, debido a los efectos secundarios que presentan. Igualmente, debemos revaluar su indicación o periódicamente en función de la respuesta y de los posibles efectos secundarios. Los efectos secundarios más frecuentes son los gastrointestinales, los cardiovasculares y los renales, sin olvidar otros de tipo hematológico, pulmonar, etc.

  1. C) ANTIRREUMÁTICOS DE ACCIÓN SINTOMÁTICA LENTA

Presentan una respuesta más tardía que los AINE y una eficacia clínica parecida que se prolonga durante más tiempo y con mayor seguridad que estos, es decir, sin prácticamente efectos secundarios. Los principales son el condroitín sulfato y la glucosamina, ambos constituyentes naturales del cartílago.

Son útiles en aquellas personas que tengan contraindicaciones para el uso de AINE, debido a su bien perfil de seguridad. Es necesario mantener su toma continuada al menos entre 3 y 6 meses, revaluando su eficacia y continuidad posteriormente, aunque pueden utilizarse de forma crónica.

  1. D) OPIOIDES

El tratamiento con opioides se recomienda en la artrosis cuando el paracetamol y los AINE están contraindicados, son mal tolerados o son ineficaces. Su eficacia se basa sobre todo en el control del dolor.

Hay que tener en cuenta que su uso continuado puede crear adicción. Los efectos secundarios son frecuentes, aunque en la mayor parte de los casos leves: mareo, somnolencia, prurito, estreñimiento, náuseas y vómitos.

  1. E) TRATAMIENTOS TÓPICOS

Los AINE tópicos son eficaces en el control del dolor y en la mejoría de la movilidad durante las 2 primeras semanas del tratamiento.

Después de 2 semanas de tratamiento, no hay evidencia de que sean más eficaces que el placebo.

  1. F) CORTICOIDES INTRAARTICULARES

Este tratamiento debe considerarse como un tratamiento complementario para le alivio del dolor moderado-grave en la artrosis. El beneficio es de corta duración, no más de 4 semanas, y es más eficaz cunado hay signos inflamatorios como derrame articular. No es recomendable realizar más de 3 infiltraciones en 1 año.

  1. G) ÁCIDO HIALURÓNICO INTRAARTICULAR

Éste proporciona viscoelasticidad al líquido sinovial, fundamental para sus propiedades lubricante y amortiguadora, y esencial para la correcta estructura del cartílago articular. El alivio sintomático que proporciona este tratamiento es de inicio más lento que los corticoides, pero suele perdurar más tiempo y presenta una menor toxicidad.

3- TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Los síntomas pueden reducirse significativamente sin necesidad de una operación. Cuando la artrosis de rodilla o cadera impide el movimiento, el dolor es intenso y no se calma con los medicamentos, se debe plantear la intervención quirúrgica. Antes de tomar esta decisión se debe valorar la edad de la persona y su estado general de salud.

Se ha comprobado que las artroscopias de lavado articular no mejoran el resultado en comparación con los tratamientos farmacológicos, por lo que solo debería realizarse en caso de bloqueo mecánico de la articulación. Sin embargo, las osteotomías o las prótesis, tanto de rodilla como de cadera, cuando están bien indicadas, pueden resultar soluciones muy convenientes.