Inicio > Enfermería > Atención de enfermería en situaciones de desastres. Revisión bibliográfica

Atención de enfermería en situaciones de desastres. Revisión bibliográfica

Atención de enfermería en situaciones de desastres. Revisión bibliográfica

Autora principal: María Álvarez Sariego

Vol. XVIII; nº 23; 1093

Nursing care in disasters. Bibliographic review

Fecha de recepción: 31/10/2023

Fecha de aceptación: 04/12/2023

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 23 Primera quincena de Diciembre de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 23; 1093

Autor principal

María Álvarez Sariego, Hospital Monte Naranco, Oviedo, Asturias, España.

Autor secundario

Elena Andión Torralba, Hospital Universitario Cabueñes, Gijón, Asturias, España.

RESUMEN
Los desastres, ya sean naturales o provocado por el hombre, están presente en la historia de la humanidad. Estos eventos provocan unos daños materiales y humanos que traen como resultado múltiples víctimas y colapso de hospitales, además de las destrucciones a infraestructuras y afectación económica de los países afectados. Las profesiones de enfermería, como parte del equipo sanitario de atención inmediata en caso de desastres, debe conocer las actuaciones en las diferentes etapas de los desastres partiendo de la fase anterior a los desastres mediante la planificación y realización de protocolos. Durante el desastre empleando sistemas de triage y la identificación de las intervenciones en base al tipo de desastre y si la atención de las víctimas se realiza en el lugar de los hechos o en un centro hospitalario, y después del desastre mediante procesos de rehabilitación tanto física como psicológica para las víctimas y todos los profesionales que hayan intervenido en el proceso.

Palabras clave: desastres, enfermería, plan de cuidados

ABSTRACT
Disasters, whether natural or man-made, are present in the history of humanity. These events cause material and human damage that results in multiple victims and the collapse of hospitals, in addition to the destruction of infrastructure and the economic impact of the affected countries. Nursing professions, as part of the health team providing immediate care in the event of disasters, must know the actions in the different stages of disasters, starting from the pre-disaster phase through planning and carrying out protocols. During the disaster using triage systems and the identification of interventions based on the type of disaster and whether the care of the victims is carried out at the scene or in a hospital center, and after the disaster through physical rehabilitation processes. as psychological for the victims and all the professionals who have intervened in the process.

Keywords: disaster, nursing, care plans

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define desastre como “un evento o eventos considerados una amenaza grave para la salud, seguridad y bienestar de una sociedad, generalmente afectando a un área extensa” (1). Las emergencias sanitarias causadas tanto por desastres naturales como por el hombre generan múltiples víctimas que tienden a colapsar los hospitales, precisando un aumento de recursos y capacidad de estos, para ello deben contar con personal cualificado e instalaciones adecuadas (2). La actuación de enfermería en un desastre debe incluir la clasificación, tratamiento, asesoramiento e información tanto a las víctimas como a los familiares y el suministro y gestión de los recursos disponibles (3).
Clasificación de los desastres
Los desastres pueden ocurrir de forma natural o ser provocados por el hombre, además se pueden manifestar de diversas formas presentando una serie de características que permite clasificarlos en categorías: desastres naturales, químicos, biológicos, radiológicos o nucleares e incidentes explosivos (4). Los desastres naturales son causados, especialmente, por fenómenos climáticos extremos, que han sufrido un significativo aumento en los últimos años y como resultado se han incrementado los daños, siendo los terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas los eventos que más destrucción causan, especialmente en áreas marginadas y con mayor índice de pobreza siendo especialmente vulnerables mujeres y niñas y dándose el 40% de desastres naturales en Asia (5). Más de 1,35 millones de personas han muerto en los últimos 2 20 años como consecuencia de los desastres naturales y más de 4000 millones han sufrido desplazamientos forzosos y daños físicos que requerían asistencia inmediata (6). En 2004, un gran terremoto provocó el levantamiento del fondo oceánico en el océano Índico provocando un tsunami que afecto a 19 países, causando la muerte de más de 300.000 personas (7), en 2010 un seísmo sacudió Haití dejando unas 222.570 muertes y afectando a 3,5 millones de personas. En el territorio nacional, la cuidad murciana de Lorca sufrió dos terremotos consecutivos en 2011 causando la muerte de 9 personas y gran cantidad de heridos, además de pérdidas materiales y desplazamientos a más de 7500 personas. Los desastres causados por el hombre pueden ser accidentales o intencionados, estos últimos incluyen los conflictos armados, guerras y atentados terroristas, y dejan alarmantes cifras como las casi 3000 víctimas mortales del atentado del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York, las 191 muertes de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid o los 52 muertos del atentado del 7 de julio de 2005 en Londres, les siguieron los atentados de Paris en 2015, Bruselas en 2016 y Barcelona 2017 entre otros muchos, constituyendo el terrorismo una de las mayores amenazas hacia la justicia, seguridad y libertad humana, además, desde comienzos del siglo XXI las guerras se han multiplicado en diversas zonas de África y Oriente medio afectando especialmente a Yemen, Irak, Siria, Sudan, Somalia, Afganistán y Ucrania (8-11). A nivel mundial, anualmente, en torno a 1,6 millones de personas pierden la vida a consecuencia de acciones violentas. Según la OMS, unas 35 personas mueren cada hora como resultado directo de un conflicto armado y aproximadamente 191 millones de personas fallecieron por causa directa e indirecta de conflictos en el siglo XX. Dentro de este grupo podemos incluir el bioterrorismo que se fundamenta en el empleo intencionado de agentes biológicos infecciosos para ocasionar enfermedades y la muerte en humanos, reciben el nombre de armas biológicas y suelen ser de fácil difusión y causantes 3 de elevada morbilidad y mortalidad (12-15).

Consecuencias de los desastres
Los principales problemas derivados de un desastre son las consecuencias físicas, la mayoría de los daños causados son debidos a traumatismos provocados por el impacto del desastre. Las heridas abiertas y rotura de huesos son las lesiones más comunes tras un desastre siendo la afluencia masiva de víctimas el principal obstáculo para el tratamiento, ya que el número de víctimas tiende a superar a los recursos sanitarios disponibles. Las elevadas tasas de muertes que dejan los desastres siguen siendo el principal problema y, por lo tanto, la prioridad a la hora de actuar y estar bien preparados para dar la respuesta más adecuada tratando de reducir el número de fallecidos (16-18). Igualmente se deben considerar las consecuencias psicológicas y emocionales de las pérdidas generadas tras el desastre y los desplazamientos forzosos. Los trastornos mentales más comunes son el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la ansiedad, siendo más notables en el caso de desastres causados por el hombre y en accidentes con múltiples víctimas frente a los desastres naturales. También se generan enormes pérdidas medioambientales y de infraestructuras, afectando a la actividad económica de la comunidad o país perjudicado.  Los desastres suelen ser impredecibles, sin embargo, con las medidas necesarias de preparación, tratamiento de las secuelas sobre la salud y reducción de los efectos a largo plazo, el daño ocasionado podría reducirse. La vulnerabilidad del área afectada aumenta cuando los sistemas sanitarios se saturan, siendo incapaces de afrontar la situación (19).
Ciclo del desastre
Los eventos de múltiples víctimas, indistintamente del tipo que sea, presentan una serie de características y patrones que se deben reconocer de cara a elaborar planes de atención a las necesidades básicas. Los profesionales de enfermería pueden tener diversos papeles en la respuesta a un desastre, bien actuando como primera persona en el lugar del accidente, o atendiendo a las víctimas a su llegada al llegar al hospital u otra organización receptora. El nivel de respuesta dependerá del tipo y gravedad de desastre (4). Podemos dividir cronológicamente los desastres en tres etapas, es importante que los profesionales de la salud encargados de atender a las víctimas conozcan e identifiquen cada una para saber actuar correctamente en todas las fases; además deben poseer los conocimientos y habilidades apropiadas para ofrecer una atención individualizada a las víctimas y poder actuar de forma flexible en situaciones estresantes. La primera fase englobaría las actividades encaminadas a la prevención y preparación, entre las que se incluirían educación sanitaria y protocolización previa al desastre que permitan elaborar planes de cuidados y evacuación y evaluar los riesgos y medidas necesarias para mitigarlos (20); en esta fase también se deberían realizar preparaciones mediante simulacros de desastres que permitirán a los profesionales de enfermería ser conscientes de sus funciones y responsabilidades y solucionar necesidades y suministrar los cuidados imprescindibles. La preparación y alerta dependerán de la magnitud del desastre e incluirán medidas estructurales y de organización necesarias para responder a la emergencia de la manera más eficiente posible para salvar el mayor número de vidas, minimizar el sufrimiento y las pérdidas materiales y económicas. La segunda fase abarcaría las actuaciones desarrolladas inmediatamente después del desastre y buscarán dar una respuesta eficiente a la emergencia a través de actividades de valoración, protección, clasificación de las víctimas y evacuación (21). Una herramienta fundamental a la hora de tratar un desastre es el triage ya que es el primer contacto que se establece con el paciente, este proceso deberá ser dinámico, permanente a lo largo de todo el proceso, adaptado al número de víctimas y recursos disponibles, preciso y seguro. El triage en desastres se diferencia del tradicional en que en muchas ocasiones la identificación de los pacientes y despliegue de atención se realizará in situ y además de cuidados inmediatos a las víctimas, implica la atención psicológica a familiares, así como el suministro de alimentos, agua potable y refugio temporal. Generalmente, en la zona afectada, se utilizarán dos tipos de triage. En el triage inicial se puede utilizar el método START o el método SHORT para una clasificación rápida y sencilla con asignación de prioridad por colores, valoración de las necesidades de las víctimas y aplicación de los primeros cuidados a aquellos pacientes con signos de compromiso vital ya que durante esta primera evaluación solo se permiten maniobras para mantener la permeabilidad de la vía aérea y comprimir hemorragias. El triage START (Simple Triage And Rapid Treatment) incluye exclusivamente la evaluación de la deambulación, la frecuencia respiratoria, el pulso y la actividad mental en un máximo de un minuto, facilitando al profesional la atención a un mayor número de víctimas, la reubicación de estas y la aplicación de los recursos disponibles 6 a los pacientes con mayores posibilidades de supervivencia. El triage SHORT tiene como objetivo determinar si la víctima sale caminando, habla sin dificultad, obedece a órdenes sencillas, respira y taponar posibles hemorragias. El triage secundario se realizará en el Puesto Médico Avanzado (PMA) basándose en la prioridad de evacuación y traslados al área hospitalaria una vez se hayan estabilizado a las víctimas. Posteriormente se realizará el triage terciario en el hospital, derivando a las víctimas a la unidad correspondiente para la aplicación del tratamiento definitivo (21). Durante el desastre, la coordinación y comunicación entre los profesionales de la salud forma parte de las competencias de enfermería; se ha observado en casos como los incendios forestales de Victoria, Australia, en 2009, que los profesionales de enfermería, desplegados en equipos asistenciales, además de ejercer un rol clínico asumieron el de liderazgo y supervisión y en el terremoto de 2010 de Haití, el trabajo en equipo, no solo entre el personal sanitario sino también con el resto de la población y voluntarios, fue un pilar imprescindible para llevar a cabo una labor exitosa. Además, en estas situaciones es fundamental la creatividad e improvisación en la aplicación de las prácticas de enfermería a partir de los recursos disponibles teniendo en cuenta las creencias y cultura de la población. En la tercera fase se plantean una serie de circunstancias que se magnifican ante la vulnerabilidad de los afectados, pasando por problemas de movilidad hasta alteraciones psicológicas y cognitivas, por lo que los profesionales de enfermería deberán elaborar planes de cuidados que faciliten la recuperación, así como la comunicación con los pacientes y sus familias para difundir las competencias para una rehabilitación eficaz. Algunos autores consideran que este periodo post desastre se podría dividir en tres fases: fase aguda (menos de un mes), intermedia (de uno a 12 meses) y crónica o de largo plazo (más de 12 meses). La mayoría de los cuidados y de atención se dan durante el primer mes, siendo inapropiados en las fases restantes. Además del apoyo a las víctimas, también debemos tener en cuenta que alguno de los profesionales de enfermería encargados de la zona, podrían haber perdido algún familiar durante el desastre por lo que se requerirá apoyo psicosocial para todos los trabajadores (22-24).

OBJETIVOS

  • Describir las actuaciones de enfermería antes de una situación de desastre
  • Describir las actuaciones de enfermería durante una situación de desastre
  • Describir las actuaciones de enfermería después de una situación de desastre

METODOLOGIA

Para la elaboración de este trabajo se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica, la búsqueda de artículos se llevó a cabo en un periodo de tiempo comprendido entre octubre de 2018 y marzo 2019 consultando las bases de datos de Pubmed, Web of Science (WoS), Cinhal y Cuiden. Además, se han consultado organismos oficiales como son la OMS, Naciones Unidas, ACNUR o ANA (American Nurses Associatio). La búsqueda se efectuó combinando los descriptores «disaster planning”, “disaster” “nursing care”, “nursing education” y “mass casualty incidents», y sus respectivas traducciones “planificación de desastres”, “desastres”, “cuidados de enfermería”, “educación en enfermería” y “accidentes de múltiples víctimas”, recogidos de la plataforma DeCS y utilizando los operadores booleanos “AND”, “OR” y “NOT”.

DESARROLLO

Los profesionales de enfermería actúan como personal de primera respuesta en un desastre, es por ello que deben ser capaces de demostrar sus habilidades y conocimientos, no solo durante el desarrollo del desastre, sino también en la fase previa y posterior al mismo (3).

  1. Actuación de enfermería antes del desastre
    La preparación previa es una de las funciones principales para llevar a cabo una buena actuación en el momento del desastre. La capacitación previa permite desarrollar habilidades y capacidades para poder actuar ante situaciones difíciles y en entornos duros, por lo tanto, uno de los objetivos de la enfermería de desastres es la gestión, planificación y coordinación de los profesionales de enfermería con los demás equipos de rescate (sanitarios y no sanitarios). La identificación previa de las funciones de enfermería y la educación sanitaria a las poblaciones más vulnerables facilita la actuación en el momento del desastre, donde se deben tomar decisiones rápidas (25). La educación en desastres es importante para los profesionales de enfermería, tanto para conocer sus funciones como para promover la seguridad y prevenir daños entre las víctimas afectadas. Además de la formación basada en las intervenciones que deben realizar los profesionales de enfermería para solventar los problemas generados por el desastre, es importante una preparación emocional y buena salud psicológica, ya que en el caso de tener que realizar una actuación in situ, las condiciones no serán favorables y las necesidades diarias pueden ser difíciles de conseguir (alimentos, agua, refugio). En escasas ocasiones, los servicios hospitalarios hacen pruebas que evalúen la preparación personal física, psicológica y social de los profesionales de enfermería antes de ser enviados al área afecta por el desastre, lo que se ve reflejado en baja confianza y peor respuesta. Todos los hospitales deberán tener manuales y planes de gestión e intervención para actuar en un desastre. Desde el gobierno de algunos países, especialmente los que tienen más riesgo de sufrir un desastre, se exige la participación de los profesionales sanitarios en simulacros y cursos de formación como parte de los planes de respuesta nacional en desastres. Los planes y protocolos de actuación ante desastres incluirán los riesgos existentes para los profesionales de enfermería que participen en la respuesta (17,26,27). También deben abarcar componentes conductuales para enfocar correctamente los problemas generados por el impacto psicológico tanto de las víctimas como en los propios profesionales. La participación y práctica de los planes de actuación es tan importante como la realización del propio plan. Dentro de estos protocolos se debe incluir el equipamiento, personal e infraestructura mínima que requiere un hospital para ser considerado una institución segura y capaz de responder a un desastre y asegurar su funcionamiento ininterrumpido después. Además, se deben revisar periódicamente estos planes para que estén actualizados continuamente. Varios artículos confirman la efectividad de la realización de simulacros de desastres, naturales y/o humanos. La demostración de situaciones basadas en casos reales, recreando desastres con actores en vivo, maniquíes y escenificando un entorno realista y catastrófico posible, favorece la implicación de los estudiantes mejorando sus competencias, ya que les permite experimentar las sensaciones de un desastre de la forma más cercana a la realidad. Los profesionales de enfermería con experiencia previa (tanto en otros desastres anteriores como en simulacros) muestran mayor probabilidad de responder, ya que se sienten más seguros y capaces de actuar ante situaciones de riesgo que implican protegerse a ellos, además del paciente. Otro método útil de formación a los profesionales de enfermería es mediante el aprendizaje online. Este tipo de educación combina la capacitación a partir de programas educativos y la posterior evaluación de los conocimientos adquiridos. La formación de los estudiantes de enfermería con la introducción de planes de estudios como parte de su grado universitario es un punto fuerte para educar y capacitar a futuros profesionales. El contenido de los programas de formación debe incluir temas básicos con nociones de desastre y tener un componente práctico que les permita usar habilidades y conocimientos adquiridos. También son beneficiosos para aumentar la autoconfianza y determinar las necesidades que los propios estudiantes consideran importantes en la preparación para el desastre. Para diseñar y elaborar un plan de estudios que pueda aplicarse en universidades y escuelas de enfermería para capacitar a los estudiantes sobre su participación en respuesta a desastres, los docentes y educadores seleccionarán aquellas competencias y funciones propias de los profesionales de enfermería y los objetivos que se esperan cumplir en una catástrofe. Desarrolladas las bases del plan de estudios, se seleccionará un grupo específico al que se impartirá la capacitación y luego se evaluará su efectividad, mediante ensayos prácticos y exámenes, para aplicarla en un futuro a todos los estudiantes. Dentro de sus funciones, los profesionales de la salud también tienen un papel activo en la promoción de la salud y educación sanitaria para los miembros de su comunidad. Para ello deben tener los suficientes conocimientos sobre aspectos sanitarios relacionados con la vulnerabilidad de la población y el posible impacto del desastre sobre la zona con el fin de transmitir a los ciudadanos la información necesaria sobre los desastres y sus consecuencias para que sean capaces de asumir las funciones y medidas necesarias para reducir los efectos de este (3,28,29).
  2. Actuación de enfermería durante el desastre
    En el proceso de atención de enfermería durante un desastre, se pueden identificar diferentes intervenciones en función de si se trata de atención in situ, los profesionales de enfermería junto con otros miembros del personal sanitario se desplazan hasta el área afectada para actuar como personal de primera respuesta, e intrahospitalaria, cuando las víctimas comienzan a llegar al hospital. La fase de respuesta puede durar días e incluso semanas, y su objetivo principal es salvar al mayor número de víctimas. La primera fase se inicia con la notificación del suceso al hospital u hospitales encargados de asumir la función de rescate, se trata de un momento de incertidumbre en el que los profesionales de enfermería desconocen la situación a la que se enfrentan. En esta etapa las instituciones activarán los protocolos de actuación ante desastres, preparar todos los recursos y asignar las funciones que cada profesional deberá asumir en el hospital y enviarlo al área afectada, además, los turnos se prolongan y el personal de enfermería se reclamará para aumentar la plantilla. A veces, el proceso de notificación no se puede realizar, y la primera información de los profesionales es la llegada de una o varias víctimas por su propio pie, por lo que activarán el protocolo de actuación e informarán al resto del personal y demás hospitales. La llegada de las víctimas al hospital es caótica, especialmente cuando los pacientes, por la gravedad de su situación, son evacuados del área afectada antes de conocerse la causa del desastre, suponiendo un riesgo de catástrofes que puedan provocar intoxicaciones o contaminación del paciente, en este caso se analizará cautelosamente la sintomatología de que presenten. Primero se valorará la información disponible sobre el desastre para determinar las funciones y recursos apropiados para gestionar la situación de la forma más adecuada. Se nombrará a un profesional de enfermería con el rol de líder que supervisará la situación general y asegurará que se cumplan todas las funciones, también se encargará de la comunicación con los centros sanitarios y el contacto con los demás miembros del equipo, tanto los del área afectada como los del hospital. Se designará a uno o varios asistentes, que además de ayudar al enfermero líder, se encargarán de obtener los recursos y suministros necesarios para llevar a cabo las intervenciones de enfermería. Otros profesionales de enfermería estarán encargados del triage y llevarán a cabo la evaluación y clasificación de las víctimas, esta actuación se realizará tanto in situ facilitando así la evacuación en función de su gravedad, como una vez que llegan al hospital. El objetivo del triage convencional es la evaluación individualizada del paciente, sin embargo, durante un desastre se busca el beneficio del mayor número de personas, identificando rápidamente a los pacientes que se encuentre en una situación más crítica y que presenten mayor probabilidad de supervivencia empleando el mínimo tiempo y recursos. Se pueden utilizar diversos métodos de triage como START, Manchester o SALT, pero todos ellos siguen una clasificación de etiquetado por colores con el fin de determinar la rapidez de atención que requieren y la prioridad seguirá centrándose en la vía aérea, la respiración y la circulación sanguínea. En el triage realizado en la zona donde ha tenido lugar el desastre se clasificará a las víctimas con una marca roja o verde en la frente, en función de la gravedad de sus síntomas. Siempre que sea posible, aquellas personas afectadas que puedan caminar por sí mismas serán trasladados a otra zona con heridos de lesiones mínimas o se les enviará a un centro cercano. Los fallecidos deben ser trasladados, sin embargo, este proceso no se realizará hasta que no estén tratados las demás víctimas vivas, por lo que los profesionales de enfermería deben marcarlos y taparlos para evitar causar más ansiedad entre las demás víctimas. Las características y acontecimientos que acompañan al desastre pueden facilitar la intervención y actuación de enfermería a las víctimas, por lo que un diagnóstico riguroso permitirá a los profesionales prepararse para dar la respuesta más adecuada. Los signos y síntomas que presentan las víctimas de un desastre pueden resultar difíciles de reconocer y evaluar por parte de los profesionales de enfermería, ya que no son habituales en el servicio hospitalario (30,31). Uno de los traumatismos típicos son los causados por explosiones, que pueden generar lesiones penetrantes y traumáticas. Podemos clasificar este tipo de lesiones en cuatro categorías en función de la gravedad (26,32):
    -Lesión por explosión primaria: surge como resultado directo de la explosión, cuando la fuerza provocada golpea al cuerpo generando daños viscerales o lesiones pulmonares.
    -Lesión por explosión secundaria: es el resultado de productos y fragmentos que en ocasiones se insertan en las bombas con el fin de aumentar los daños.
    -Lesión por explosión terciaria: ocurre cuando la víctima es empujada por el impacto de la explosión y choca con algún objeto ajeno, provocando fracturas y amputaciones.
    -Lesión por explosión cuaternaria: engloba el resto de las lesiones provocadas durante la explosión incluyendo quemaduras o asfixia. Otra lesión característica de los desastres es la causada por aplastamiento, como el síndrome de aplastamiento resultante de la compresión de una o varias partes del cuerpo que conlleva la isquemia de la zona, si permanecer atrapado varias horas, se puede producir la muerte muscular con la consiguiente liberación de tóxicos al liberar el miembro afectado, este cuadro puede evolucionar generando insuficiencia renal, así que las actividades de enfermería se encaminarán a prevenir este fracaso renal mediante la hidratación adecuada del paciente y el tratamiento médico adecuado. Los traumatismos en las extremidades son las lesiones más frecuentes durante cualquier tipo de desastre, afectando a los tejidos blandos y sistema musculoesquelético. Los profesionales de enfermería se encargarán del cuidado de las heridas y lesiones mediante vendajes y suturas, además de la monitorización de las víctimas. Además, será su responsabilidad la detección de las hemorragias a través de medidas hemostásicas como la colocación de un torniquete. Los torniquetes se colocarán cerca del punto de sangrado y no superará las dos horas desde su colocación. En las situaciones requeridas, y si los recursos disponibles lo permiten, se tratará en último lugar a la cateterización y posterior infusión de medicación intravenosa y a la intubación traqueal de las víctimas más graves que tengan más posibilidad de supervivencia, y a evacuarlos a un hospital que ofrezca cuidados intensivos, mientras que quienes estén en situación muy grave con probabilidades mínimas de sobrevivir. Además de los daños físicos, una de las consecuencias inmediatas de un desastre son los daños psicológicos, bien por el impacto que este genera por sí solo sobre una persona como por el que provoca en los familiares o seres más cercanos. El asesoramiento a las víctimas es efectivo para paliar la ansiedad del momento, que muchas veces esta generada por el desconocimiento hacia la situación a la que se enfrentan (16,33). Si el desastre afecta a las instalaciones hospitalarias, se evacuará a los pacientes que estén ingresados, cada unidad debería contar con su propio plan de evacuación según las necesidades y recursos de las personas hospitalizadas. El mayor problema es la evacuación de los pacientes críticos hospitalizados en las unidades de cuidados intensivos, para ello se considerará el número de pacientes, la gravedad y las necesidades de cada uno. En estas situaciones se requerirá usar material específico para los pacientes, como oxígeno y equipos de ventilación portátil, que deberán estar disponibles en las unidades de críticos de los hospitales para proceder a una evacuación rápida y efectiva. El estrés generado por el desastre implica que muchos de los pacientes hospitalizados en ese momento, y cuya enfermedad no les impida desplazarse, traten de actuar por sí mismos interponiéndose en la función de los profesionales sanitarios y poniendo en peligro su propia vida (17). Además de las funciones anteriores, los profesionales de enfermería deberán manejar los procedimientos de gestión de desechos que abarcaría todo el material clínico empleado, la ropa y enseres de las víctimas y los fallecidos, que en muchas ocasiones podrían estar contaminados por motivo del desastre, para esta labor, se requiere el uso de trajes de protección (30).
  3. Atención de enfermería después del desastre
    En la fase posterior al desastre, los profesionales de enfermería deben ser capaces de realizar las intervenciones necesarias para la recuperación y rehabilitación de la población afectada. Además, en este periodo se elaborarán y actualizarán los planes de gestión de desastre mediante conocimientos y experiencias adquiridos para mejorar la preparación para futuras situaciones. La restauración de la comunidad afectada puede ser larga, por eso una de las funciones de los profesionales de enfermería tras un desastre, especialmente los profesionales de enfermería comunitaria, es formar un equipo que favorezca la recuperación de la comunidad mediante los propios miembros de la población afectada, grupos de apoyo de voluntarios y organizaciones que ofrezcan sus servicios de ayuda, principalmente a las víctimas que han sufrido desplazamientos forzosos por los destrozos de la catástrofe. No se descarta que tras un desastre se eleve el riesgo de sufrir epidemias y brotes de enfermedades, especialmente por el desplazamiento de las poblaciones y la necesidad de convivir en condiciones de hacinamiento en refugios durante largos periodos. Por ello, los profesionales de enfermería también vigilarán a los desplazados en los refugios asignados y suministrarán los recursos necesarios para coordinar y valorar las medidas sanitarias y de higiene que se dan allí. También realizarán con periodicidad visitas domiciliarias a los supervivientes del desastre, estas funciones las llevarán a cabo los profesionales vinculados a la enfermería comunitaria y atención primaria. Aunque ciertos problemas de salud se solventan durante el desastre, otros permanecen en el tiempo, especialmente en pacientes pediátricos con alguna enfermedad previa al desastre y ancianos con enfermedades crónicas. Por ello, los profesionales de enfermería deben evaluar y vigilar el estado de salud de las comunidades afectadas para definir los principales problemas existentes y su prevalencia y los recursos necesarios para rehabilitar a la población. El periodo posterior al desastre también puede verse marcado por importantes problemas de salud mental tanto de las víctimas directas como de los voluntarios y equipos de rescate, por lo que los profesionales de enfermería deben suministrar atención integral, tanto para paliar los daños físicos como psicológicos. Los profesionales implicados en la respuesta al desastre habrían presenciado la muerte de muchas víctimas, entre las que se pueden incluir familiares o miembros de su entorno cercano, por lo que se generarían situaciones de estrés que afectarían a su vida y trabajo. Por ello, uno de los deberes de los directivos sanitarios de los hospitales, cuyos profesionales participaron en las tareas de rescate y atención, planificar la recuperación posterior para normalizar la vuelta a sus puestos habituales, ya que durante la respuesta habría presenciado la muerte de muchas personas, familiares y/o compañeros. Es común que después de los desastres los hospitales y demás centros sanitarios implicados en la respuesta, necesiten aumentar el personal y los recursos, así como hacer esfuerzos financieros para cubrir los destrozos generados en el caso de que el desastre afectara a sus instalaciones, como ocurrió en los hospitales neoyorquinos tras el huracán Sandy (34,35).

CONCLUSIÓN

La educación previa incluida en los planes de estudio de enfermería favorecería la confianza y gestión de un desastre por parte de los estudiantes y futuros profesionales. Además, la elaboración de planes de actuación específicos para los hospitales, basados en los desastres más probables de la zona, ayudaría a ofrecer a las víctimas la mejor atención para solventar sus necesidades. Durante el desastre, los profesionales de enfermería generalmente actuarán como profesionales de primera respuesta, es por ello por lo que deben conocer las técnicas empleadas para gestionar correctamente la situación: triage, soporte vital y evacuación de las víctimas. Las actividades de enfermería realizadas pueden asimilarse a las habituales en un servicio de urgencias con la diferencia de que se tratarán a oleadas de víctimas en el lugar del desastre, lo que implicará un riesgo adicional ya que las condiciones no son las adecuadas y se pueden generar réplicas del mismo. La restauración y rehabilitación del estado de salud tras el desastre también será función de los profesionales de enfermería, ya que son los que tienen una actuación más cercana con las víctimas. Actualmente, pocos países y gobiernos tienen políticas sanitarias con planes hospitalarios de actuación, pero quienes implementan estas medidas mediante evaluaciones, cursos y simulacros, tienen mejores resultados al enfrentarse a un desastre. Esto es beneficioso tanto para las víctimas, que recibirán una atención adecuada adaptada a sus necesidades, como para los profesionales de enfermería que tendrán más seguridad en sí mismos favoreciendo la respuesta al desastre.

RELEVANCIA CLINICA

En base al creciente número de desastres naturales, como consecuencia del cambio climático, y desastres causados por el hombre, generalmente por ataques de grupos terroristas, y teniendo en cuenta que pueden darse en cualquier lugar del mundo sin previo aviso, los profesionales de enfermería deben contar con la adecuada preparación para responder adecuadamente a las necesidades de la población afectada. En esta revisión bibliográfica se pretende recopilar actuaciones de enfermería en las diferentes fases de un desastre para dar una respuesta adecuada y facilitar la gestión de un desastre.

BIBLIOGRAFIA

  1. Zarea K, Beiranvand S, Sheini-Jaberi P, Nikbakht-Nasrabadi A. Disaster nursing in Iran: challenges and opportunities. Australas Emerg Nurs J AENJ. 2014;17(4):190-6.
  2. Stangeland PA. Disaster nursing: a retrospective review. Crit Care Nurs Clin North Am. 2010;22(4):421-36.
  3. Pang SMC, Chan SSS, Cheng Y. Pilot training program for developing disaster nursing competencies among undergraduate students in China. Nurs Health Sci. 2009;11(4):367- 73.
  4. American Nurses Association [Internet]. ANA Enterprise [acceso 1 de marzo de 2019]. Disaster Preparedness. Disponible en: https://www.nursingworld.org/practicepolicy/work-environment/health-safety/disaster-preparedness/
  5. OMS [Internet]. 2009 [acceso 25 de noviembre de 2018]. Situaciones de emergencia: efectos a nivel mundial y local. Disponible en: http://www.who.int/world-healthday/2009/emergencies_impact/es/
  6. Naciones Unidas [Internet]. 2017 [acceso 2 de diciembre de 2018]. Día Internacional para la Reducción de los Desastres Disponible en: http://www.un.org/es/events/disasterreductionday/
  7. Ghobarah A, Saatcioglu M, Nistor I. The impact of the 26 December 2004 earthquake and tsunami on structures and infrastructure. Eng Struct. 2006;28(2):312-26. 41
  8. Bris Marino P, Muñoz de Cuerva FB, Ceano-Vivas MS-S. Planificación de la vivienda de emergencia en desastres naturales: Terremotos de Haití y España. Rev INVI. 2016;31(87):115-41.
  9. Jordán J. Incidencia del terrorismo de inspiración yihadista en Estados Unidos y Europa Occidental: un análisis comparado. Revista Española de Ciencia Política. 2015;30:89-117.
  10. Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión europea y cooperación [Internet]. España: Gobierno de España. Política exterior y cooperación: Terrorismo. [acceso 2 de diciembre de 2018]. Disponible_en:_http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/PoliticaExteriorCooperacion/Ter rorismo/Paginas/inicio2.aspx
  11. ACNUR [Internet]. España: Comité español; 2018 [acceso 2 de diciembre de 2018]. Países en guerra actualmente en 2018. Disponible en: https://eacnur.org/blog/paises-enguerra-actualmente-en-2018/
  12. OMS [Internet] 2002 [acceso 29 de diciembre de 2018]. Se publica el primer informe mundial sobre la violencia y la salud. Disponible en: https://www.who.int/mediacentre/news/releases/pr73/es/
  13. Franco-Paredes C, Rodríguez-Morales A, Santos-Preciado JI. Agentes del bioterrorismo: preparándose para lo impensable. Rev Investig Clínica. 2005;57(5):695-705.
  14. Martínez-Carpio PA, Corominas Vilardell A. La amenaza bioterrorista. Aspectos básicos para el médico asistencial. Med Integral. 2002;39(6):289-91.
  15. Saber DA, Strout K, Caruso LS, Ingwell-Spolan C, Koplovsky A. An Interprofessional Approach to Continuing Education With Mass Casualty Simulation: Planning and Execution. J Contin Educ Nurs. 2017;48(10):447-53.
  16. VandenBerg SL, Davidson SB. Preparation for mass casualty incidents. Crit Care Nurs Clin North Am.2015;27(2):157-66.
  17. Wenji Z, Turale S, Stone TE, Petrini MA. Chinese nurses’ relief experiences following two earthquakes: implications for disaster education and policy development. Nurse Educ Pract. 2015;15(1):75-81.
  18. Giarratano G, Savage J, Barcelona-deMendoza V, Harville EW. Disaster research: a nursing opportunity. Nurs Inq.2014;21(3):259-68. 22. Oh CH, Reuveny R. Climatic natural disasters, political risk, and international trade. Glob Environ Change-Hum Policy Dimens.2010;20(2):243-54.
  19. World Health Organization [Internet]. Europa: Regional Office for Europe; 2018 [acceso 25 de noviembre de 2018].
  20. Evans CA, Baumberger-Henry M. Readiness: how prepared are you?. J Emerg Nurs JEN Off Publ Emerg Dep Nurses Assoc. 2014;40(5):448-52.
  21. Menchaca Anduaga MA, Huerta Arroyo A, Cerdeira Valera JC, Matínez Tenorio P. Manual de Enfermería SUMMA 112 [Internet]. Madrid: Comunidad de Madrid; 2015 [acceso 25 43 de noviembre de 2018]. Disponible en: http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM017720.pdf
  22. Ranse J, Lenson S, Aimers B. Black Saturday and the Victorian bushfires of February 2009: a descriptive survey of nurses who assisted in the pre-hospital setting. Coll R Coll Nurs Aust. 2010;17(4):153-9.
  23. Chally PS, Hernke DA, Scaz L. Perspectives of nurse executives: lessons learned in Haiti. J Nurs Adm. 2010;40(6):283-6. 32. Miller ET, Farra S. Disaster preparedness, a rehabilitation nursing priority. Rehabil Nurs Off J Assoc Rehabil Nurses.2012;37(3):95-6.
  24. Spurlock WR, Brown SC, Rami JS. Disaster care: delivering primary health care to hurricane evacuees. Am J Nurs.2009;109(8):50-3.
  25. Bulson JA, Bulson T. Nursing process and critical thinking linked to disaster preparedness. J Emerg Nurs JEN Off Publ Emerg Dep Nurses Assoc. 2011;37(5):477-83.
  26. Gómez Ortega M, Dimas Altamirano B, Sánchez Arias AG. Enfermería en la prevención de desastres a nivel hospitalario. Enferm Trab. 2015;5:14-17.
  27. Grimes DE, Mendias EP. Nurses’ intentions to respond to bioterrorism and other infectious disease emergencies. Nurs Outlook. 2010;58(1):10-6.
  28. Chiu M, Polivka BJ, Stanley SAR. Evaluation of a disaster-surge training for public health nurses. Public Health Nurs Boston Mass. 2012;29(2):136-42.
  29. Elgie R, Sapien R, Fullerton L, Moore B. School nurse online emergency preparedness training: an analysis of knowledge, skills, and confidence. J Sch Nurs Off Publ Natl Assoc Sch Nurses. 2010;26(5):368-76.
  30. Mitchell CJ, Kernohan WG, Higginson R. Are emergency care nurses prepared for chemical, biological, radiological, nuclear or explosive incidents?. Int Emerg Nurs. 2012;20(3):151-61.
  31. Shannon CC. Using a Simulated Mass Casualty Incident to Teach Response Readiness: A Case Study. J Nurs Educ. 2015;54(4):215-9.
  32. VandenBerg SL, Davidson SB. Preparation for mass casualty incidents. Crit Care Nurs Clin North Am.2015;27(2):157-66.
  33. Yin H, He H, Arbon P, Zhu J, Tan J, Zhang L. Optimal qualifications, staffing and scope of practice for first responder nurses in disaster. J Clin Nurs. 2012;21(1-2):264-71. 46
  34. Prosdocimi Menegat R, Witt RR. Primary health care nurses’ competencies in rural disasters caused by floods. Rural Remote Health. 2018;18(3):4450.
  35. Cross-sectional survey of long-term care facilities in the Rockaway peninsula: preparedness and response during Hurricane Sandy