Inicio > Medicina de Urgencias > Atención psicológica inicial en desastres y catástrofes

Atención psicológica inicial en desastres y catástrofes

Atención psicológica inicial en desastres y catástrofes

RESUMEN:

Con este artículo pretendemos dar unas pautas de actuación claras y concisas para que el personal sanitario (Médicos, Diplomados en Enfermería, Técnicos en transporte sanitario) que participa activamente en la atención inicial a las víctimas de desastres y catástrofes puedan dar apoyo psicológico a las víctimas. Estas personas se encuentran viviendo una circunstancia vital que les hace ser muy susceptible de experimentar diversas reacciones psicológicas que en ocasiones pueden precisar intervención con el fin de evitar un afrontamiento ineficaz y consecuentemente, desarrollar problemas de salud mental.

Atención psicológica inicial en desastres y catástrofes

Mª del Castillo García Velázquez. DUE. Psicóloga C.S. Las Cabezas de San Juan. Serv. Urgencias

Juan Molinillo López. Médico. Medicina interna. Hospital Virgen del Camino. Sánlucar.

Cecilia Ruiz Guil. Médico de familia. DCCU. Sevilla Sur.

Alfredo Jesús Poley Guerra. DUE. Psicólogo. C.S. El Cuervo. Serv. Urgencias

Es difícil determinar las consecuencias de un desastre o catástrofe. A menudo se usan las cifras de muertos o heridos graves. Estas cifras se deben multiplicar si tenemos en cuenta secuelas psicológicas no solo de las víctimas directas de la tragedia, sino de las indirectas (familias, amigos habitantes del lugar, profesionales sanitarios y no sanitarios que atienden la catástrofe…)

PALABRAS CLAVE: desastre, catástrofe, apoyo psicológico, primeros auxilios

  1. 1. INTRODUCCIÓN:

Las catástrofes y desastres naturales son situaciones que provocan un gran impacto sobre aquellos que la sufren a todos los niveles, tanto físico (por las lesiones que pueden presentar) como psicológicas ( a aquellos que lo han sufrido directamente, a sus familiares o allegados , los que lo han vivido en tercera persona o al personal que ha trabajado en la ayuda directa) como social ( muerte o discapacidad de familiares y/o amigos, pérdida de bienes económicos…).

Aunque en una situación de desastre la atención inicial de los primeros intervinientes está encaminada a “salvar el mayor número de vidas”, es por eso que las actuaciones más precoces deben ser de seguridad, sanitarias (de triage) y de salvamento. Paralelamente, una vez identificadas la magnitud de la catástrofe y las posibles necesidades, se activan planes de acción social (por ejemplo, organizar realojamientos). No obstante, la respuesta debe ser integral, que contemple tanto las necesidades físicas como sociales antes señaladas así como las necesidades psicológicas.

El personal sanitario de atención directa a las víctimas (Médicos, enfermeros, Técnicos en transporte sanitario…) debemos poseer cualificación para dar una atención inicial básica psicológica a las víctimas (primeros auxilios psicológicos), que prevendrán presentes y futuras reacciones traumáticas así como la intensidad de éstas. Por otra parte, también identificarán aquellas personas que requieran una atención especializada, y sean derivadas a los psicólogos que atienden la catástrofe/desastre.

En nuestro trabajo de emergencias y catástrofes tenemos que realizar diferentes técnicas referidas a lesiones físicas (vendajes, curas, sondajes…) que requieren el establecimiento de una relación terapéutica individualizada en la que es posible realizar una evaluación psicológica inicial y prestar primeros auxilios psicológicos.

Además del escenario del desastre, hay otros donde la prestación de esta ayuda va a ser tanto o más efectivo (hospitales, centros de acogida…) ya que puede haber personas que requieran tiempo para prepararse psicológicamente para recibir la ayuda.

Objetivo: optimizar las condiciones de seguridad psíquica en las víctimas de catástrofes y desastres naturales.

  1. MÉTODO

El equipo sanitario que atiende pacientes críticos realizamos apoyo psicológico de manera natural en multitud de ocasiones en las que nos enfrentamos en nuestra práctica asistencial diaria. No obstante, debemos “profesionalizar” dicha práctica asistencial, como una técnica más, la que precisa unas pautas claras de actuación con el fin de dar una calidad en la intervención y que ésta pueda ser medible y/o cuantificable.

La sectorización de la asistencia es una realidad para que la atención a catástrofes sea adecuada. En concreto se distingue: área de salvamento, área de socorro y área base (gráfico 1, al final del artículo). Los equipos de emergencias trabajamos en todos los sectores. No obstante los primeros auxilios psicológicos serán en el área de socorro, donde se realizará un triage psicológico básico tras el triage sanitario (gráfico 2 y 3, al final del artículo).

El esquema de actuación elegido es el siguiente: (1)

  1. Identificarnos como personal de ayuda.

Posiblemente lo hayamos hecho anteriormente cuando hayamos realizado la valoración física previa o triaje (gráfico 5), pero también debemos hacerle llegar a la víctima que además de ayudarle en su dolencia física, le podemos ayudar a nivel psicológico.

Los profesionales que trabajan en la atención directa a las víctimas debe ir debidamente uniformados así como con un membrete, tanto por delante como por detrás de su uniforme, que le identifique como profesional de ayuda. Esto es fundamental para las víctimas, que sabrán a quien dirigirse, según sus necesidades, así como para la coordinación y colaboración de un gran número de profesionales que se concentrarán en el lugar. (Gráfico 4, al final del artículo)

  1. Protección y provisión de seguridad al accidentado

Reducir la estimulación estresante. Apartarlo en la medida de lo posible de visión, ruidos, olores…relacionados con la catástrofe.

  1. Conocimiento y aceptación de la vivencia de crisis

– escuchar las necesidades y molestias del afectado

– facilitar la expresión verbal y el relato de los acontecimientos: que hable del incidente, de cómo lo ha vivido y de las sensaciones que está teniendo, esto le va a permitir:

  • Ordenar lo ocurrido y evitar la desorganización cognitiva,