Avances en el Tratamiento de la Diabetes Tipo 1: Desde la Insulina hasta las Terapias Inmunomoduladoras
Autora principal: Sofía Gómez Rodríguez
Vol. XX; nº 03; 85
Advances in the Treatment of Type 1 Diabetes: From Insulin to Immunomodulatory Therapies
Fecha de recepción: 12/01/2025
Fecha de aceptación: 07/02/2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 03 Primera quincena de Febrero de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 03; 85
Autores:
Autor 1. Sofía Gómez Rodríguez
Autor independiente
Autor 2. Emmanuel Leonardo Araya Umaña
Autor independiente
Autor 3. Ernesto Madriz Obando
Autor independiente
Autor 4. Daniel Andrés Montenegro Cerdas
Autor independiente
Autor 5. Viviana del Carmen Sánchez Sala
Autor independiente
RESUMEN
La diabetes tipo 1 (DT1) es un tipo de inflamación crónica que se puede clasificar como enfermedad autoinmunitaria. El tratamiento de la diabetes tipo 1 ha evolucionado desde los primeros días y hoy en día, el tratamiento de la diabetes tipo 1, presenta un gran cambio para el control de los niveles de glucosa. Y ha sido posible gracias a la administración sostenida de insulina por millones de personas en el mundo. Se aplicó una revisión narrativa manera integral a través de la búsqueda en bases de datos como PubMed, Cochrane Library, Springer, EBSCO y Taylor y Francis. El tratamiento de la DT1 ha cambiado desde el uso de la insulina hasta el uso de las modernas terapias inmunomoduladoras, lo cual fue responsable por un avance en la tecnología como sistemas de monitoreo continuo de glucosa y bombas de insulina que mejoraron el control del nivel de azúcar en la sangre y la calidad de vida del paciente. Al mismo tiempo, las inmunomoduladoras prometen ser una buena estrategia para poder atacar la causa autoinmune de la enfermedad, sin complicaciones por la variabilidad de la respuesta mediada por las inmunomoduladoras. La sinergia de estas estrategias radicales, sin duda, va a cambiar radicalmente el control de la DT1 en los próximos años, y esto va a requerir de la combinación de nuevas líneas de investigación y de políticas de salud que aseguren su investigación y uso.
Palabras clave: Diabetes tipo 1, terapia con insulina, terapia inmunomoduladora, innovaciones en la terapia DT1, CGMS, bombas de insulina.
ABSTRACT
Type 1 diabetes (DT1) is a type of chronic inflammation that can be classified as an autoimmune disease. The treatment of type 1 diabetes has evolved since the early days and today, the treatment of type 1 diabetes presents a great change for the control of glucose levels. And it has been possible thanks to the sustained administration of insulin by millions of people in the world. A comprehensive narrative review was applied through the search in databases such as PubMed, Cochrane Library, Springer, EBSCO and Taylor y Francis. The treatment of DT1 has changed from the use of insulin to the use of modern immunomodulatory therapies, which was responsible for an advance in technology such as continuous glucose monitoring systems and insulin pumps that improved blood sugar level control and the quality of life of the patient. At the same time, immunomodulators promise to be a good strategy to attack the autoimmune cause of the disease, without complications due to the variability of the response mediated by immunomodulators. The synergy of these radical strategies will undoubtedly radically change the control of DT1 in the coming years, and this will require the combination of new lines of research and health policies that ensure their research and use.
Keywords: Type 1 diabetes, insulin therapy, immunomodulatory therapy, innovations in DT1 therapy, CGMS, insulin pumps.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCIÓN
La diabetes tipo 1 (DT1) es una enfermedad inflamatoria crónica y autoinmune que tiene como rasgo principal el daño de las células β pancreáticas. Desde su primera descripción, el tratamiento de esta enfermedad ha estado indisolublemente relacionado con la inyección de insulina de fuentes externas, lo que ha permitido que millones de individuos tengan control sobre su glucosa, así como la prevención de varios problemas derivados de esto (1). Pero, a pesar de los grandes logros en las formulaciones de insulina y en las tecnologías de administración, el tratamiento de esta enfermedad todavía presenta grandes retos, entre ellos, los episodios de hipoglucemia, la fatiga del paciente y el hecho de que no se puede recuperar la función endocrina de la pancreatitis (2).
En los últimos años la investigación sobre la terapia para la diabetes tipo 1 ha ido más allá del control de la glucosa intentando entender y modificar los mecanismos autoinmunes que destruyen las células β. Como resultado, se han desarrollado técnicas de tratamiento que buscan conservar la parte no dañada de las células de insulina para prevenir el avance de la enfermedad y en un futuro llegar a una fase de remisión. Algunos de estos avances incluyen el uso de agentes biológicos, el trasplante de células madre, y tratamientos por medio de la vacunación, entre otros, que representan una nueva etapa en el tratamiento de la diabetes tipo 1 más allá del tratamiento de los síntomas (3).
En esta revisión, se trata de mostrar el desarrollo reciente sobre el tratamiento de la diabetes tipo 1, desde los avances en la insulina terapéutica hasta las nuevas inmunoterapias. Una serie de exploraciones amplían la literatura actual sobre la amplia gama de estrategias, incluyendo sus modos de acción, efectividad clínica y posibles inconvenientes. De esta manera, se espera que consolidar estas ideas permita a los profesionales, investigadores y pacientes en el futuro tener una base sólida sobre las perspectivas terapéuticas que cambiarían el manejo de la diabetes tipo 1 en los próximos años.
METODOLOGÍA
Esta revisión narrativa se ejecutó mediante búsqueda activa en bases de datos como PubMed, Cochrane Library, Springer, EBSCO y Taylor y Francis con el fin de encontrar artículos de investigación originales publicados en el periodo de 2018 a 2024 cuyo contenido y contexto estuviesen relacionados con el abordaje de la Diabetes Tipo 1, desde la Insulina hasta las Terapias Inmunomoduladoras. Para dichas búsquedas se usaron descriptores de idioma inglés como: “Diabetes Type 1”, “insulin therapy”, “immunomodulatory therapy”, “DT1 therapy innovations”, “CGMS”, “insulin pumps”, “artificial pancreas”, “monoclonal antibodies in type 1 diabetes”, “regulatory T cell therapies”, “therapeutic vaccines for Type 1 diabetes”. Se incluyeron estudios tanto clínicos como preclínicos que aportaran información relevante sobre la eficacia, seguridad y avances tecnológicos en el manejo de la DT1. También, fue necesario incluir revisiones sistemáticas y metaanálisis con el fin de complementar las evidencias ya existentes y ofrecer un panorama completo sobre las tendencias actuales y futuras en el tratamiento de esta patología. Dos revisores seleccionaron los artículos de forma independiente, se resolvieron las incongruencias por consenso, cumpliendo así con los objetivos de calidad y pertinencia de la literatura incorporada a esta revisión.
RESULTADOS
Diabetes tipo 1
La Diabetes Tipo 1 se considera una enfermedad autoinmune, crónica, que se origina debido a la destrucción de células beta que pertenecen a los islotes de Langerhans del Páncreas, las cuales producen insulina. Cabe destacar que la Diabetes Tipo 1 inicia en relación más remota que el Tipo 2, aunque también se puede padecer en cualquier etapa de la vida. Debido a la ausencia de insulina, los pacientes deben inyectarse o disponer de dispositivos que les apliquen insulina por medio de bomba para intentar normalizar sus niveles de glucosa puesto que sin insulina el equilibrio en el uso de glucosa, fisiológicamente no funciona(4).
Desde un punto de vista fisiológico, la Diabetes Tipo 1 (DT1) implica una disfunción autoinmune donde el sistema inmunológico ataca erróneamente las células beta en el páncreas. Este proceso inflamatorio conduce a una deficiencia absoluta de insulina, lo que resulta en un estado continuo de hiperglucemia. La insulina es clave para permitir que la glucosa entre en las células para ser utilizada como fuente de energía. En ausencia de insulina, la glucosa se acumula en la sangre y el cuerpo comienza a utilizar grasas y proteínas para obtener energía, lo que puede resultar en complicaciones graves como la cetoacidosis diabética. Además, la ausencia de insulina afecta a múltiples sistemas orgánicos, aumentando el riesgo de múltiples complicaciones a largo plazo de la diabetes, como enfermedades cardiovasculares, neuropatías, retinopatías y nefropatías (5).
Epidemiológicamente, la diabetes tipo 1 (DT1) representa aproximadamente el 5%–10% de los casos globales de diabetes. Ha ido en aumento en las últimas décadas, especialmente en países desarrollados, pero también en algunas áreas en desarrollo. La edad de diagnóstico es típicamente durante la infancia, adolescencia o adultez joven, pero puede ocurrir a cualquier edad. Hay fuertes influencias genéticas en la susceptibilidad a la DT1, con varios genes del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) contribuyendo al riesgo. Además, factores ambientales, como ciertas infecciones virales, exposiciones dietéticas tempranas y ciertas floras intestinales también están relacionados con el incremento de la enfermedad. La creciente incidencia de la DT1 justifica una mayor investigación sobre sus mecanismos etiológicos y la mejora de opciones preventivas y terapéuticas efectivas (6).
Etiología de la DT1
La Diabetes Tipo 1 (DT1) es una enfermedad autoinmune, es decir, el sistema inmune ataca las células beta del páncreas. Existen diferentes factores que propician la aparición de la DT1. Sabemos que existe un componente genético, esto es si un familiar cercano tiene la DT1, la probabilidad de que se desarrolle en otras personas esa mutación es mayor a las que no tienen un familiar cercano afectado. Las mutaciones en los alelos del MHC tipo II, como el HLA DR3 y DR4, aumentan el riesgo a desarrollar la enfermedad; sin embargo, la existencia sola de estos alelos no garantiza el desarrollo de la enfermedad (7). Aún no se saben a ciencia cierta los factores que propician la activación de la enfermedad; hay muchas teorías que lo intentan explicar, pero es necesario seguir investigando, por ejemplo, en el caso de alteraciones presentes en el microbioma o virus como el Coxsackie B. También se ha demostrado que la epigenética y el estrés oxidativo juegan un papel importante en el riesgo a desarrollar la enfermedad y comenzarla. En conclusión, la patología es compleja y se deben utilizar diversos enfoques para su tratamiento y para prevenir su aparición (2).
La DT1 en la historia
La evolución en el tratamiento de la Diabetes Tipo 1 (DT1) desde las primeras evidencias de su presencia en la antigüedad, a la llegada de la insulina, es una secuencia en la que hay que incluir muchas dificultades y un entendimiento incremental que permite apreciar una condición de enfermedad. Desde distintas culturas, la diabetes era enfermedad reconocida, en el caso de los egipcios, indios y griegos, entre otros. La terminología diabético deriva del griego: diabainein es “pasar a través”, palabra que se refiere a la poliquiria que acompaña la enfermedad. La configuración de los tratamientos se basaba en gran medida en relatos orales o la medicina popular, caracterizada por dietas muy severas, plantas medicamentosas, defensas ocultas, sin ninguna noción sobre los mecanismos de las enfermedades (8).
A lo largo de los años, se consideró que DT1 era un trastorno incurable, ya que no había esquemas efectivos para manejar la hiperglucemia y sus complicaciones involucradas. Durante la Edad Media y el Renacimiento, algunos médicos buscaron manejar los signos de la hiperglucemia con un estricto corte en la ingesta de carbohidratos y azúcares, lo que, en algunos casos, ayudó a los pacientes a vivir un poco más. Sin embargo, estos métodos no explicaban la reproducción y, por lo tanto, no proporcionaban ninguna visión real sobre la gestión. La falta de comprensión anatómica y fisiológica no permitió una clara comprensión del papel del páncreas y la insulina en el control de la glucosa en sangre (9).
El trabajo teórico relacionado con la diabetes tipo 1 se ha desarrollado a lo largo de la historia, aunque han sido varios los hitos clave que han marcado su evolución. Uno de ellos fue el avance en el conocimiento sobre funciones del páncreas, ya que se lograron aislar, sintetizar y purificar insulinas de diferentes orígenes. En 1921, Frederick Banting y Charles Best lograron aislar la insulina a partir del páncreas de perros, un descubrimiento revolucionario que transformó el manejo de la diabetes. Este hallazgo permitió la administración exógena de insulina a pacientes con DT1, controlando eficazmente los niveles de glucosa en sangre y convirtiendo una enfermedad previamente fatal en una condición manejable(10). Sin duda, esta ha sido una de las épocas más importantes en la historia de la diabetes. Esto constituyó un hito en la historia clínico-epidemiológica de esta enfermedad, ya que a partir de este momento las posibilidades de control y manejo de diabetes T1 cambiaron radicalmente.
Desarrollo de insulinoterapia
El tratamiento de la Diabetes Tipo 1 ha mejorado gracias al descubrimiento de la insulina en 1921 por Frederick Banting y Charles Best. Durante mucho tiempo, la insulina que se extraía de cerdos o vacas se consideraba la principal opción, aunque presentaba muchas limitaciones. La imposibilidad de tener una insulina completamente pura, llevó a la biotecnología a la fabricación de insulinas humanas recombinantes que resultaron en menos reacciones alérgicas y mayor uniformidad. Todos estos avances lograron que el control glucémico fuera mucho más efectivo y accesible para los pacientes muy pobres de regiones menos desarrolladas(11).
A lo largo de los años, se han desarrollado diferentes tipos de insulina para imitar más de cerca la fisiología endógena de la insulina. Las insulinas de acción rápida como lispro, aspart y glulisine pueden promover un control más efectivo de los niveles de glucosa post-comida con mayor facilidad; por lo tanto, permiten una mejor adherencia a los regímenes dietéticos y modificaciones en el estilo de vida. La NPH y otras insulinas de acción intermedia proporcionan algún grado de cobertura basal que dura varias horas, proporcionando así niveles estables de glucosa durante los períodos entre comidas e incluso durante la noche. Por último, los productos de insulina de acción prolongada como la insulina glargina, detemir y degludec, en particular, proporcionan una entrega continua que imita la secreción diaria espontánea continua del páncreas, evitando así la necesidad de inyectarse varias veces al día y mejorando el manejo a largo plazo (12).
Con respecto a las vías de administración de insulina, han mejorado de manera significativa en comparación con las tradicionales jeringas y ampollas. En la actualidad, existe la opción de utilizar plumas de insulina prellenadas. Estas plumas hacen que el proceso de dosificación sea más sencillo y también ayudan a reducir el dolor que algunas personas sienten con las inyecciones. También existe la opción de utilizar bombas que proporcionan insulina de manera controlada mediante un catéter que se coloca debajo de la piel. Esto proporciona más comodidad, así como un mejor control de los niveles de glucosa en sangre. También se han diseñado sistemas de administración automatizados y dispositivos considerados como páncreas artificial, que cuentan con un sensor de glucosa y una bomba de insulina, que integra ambos componentes y mejora el tratamiento de DT1 (13). Existen otros tratamientos como la insulina inhalada, a medida que los pacientes ganen confianza, estos tratamientos se irán incorporando poco a poco.
Sin embargo, la terapia con insulina se enfrenta a varios problemas que tardan en resolverse. Las dimensiones que la insulina resuelve son una de las complicaciones más comunes, que es el riesgo de desarrollar hipoglucemia al inyectarse insulina. Por otro lado, el uso de insulina a largo plazo puede estar relacionado con el aumento de peso, lo que podría complicar el control general de la diabetes. La adherencia al tratamiento, por otro lado, es una tarea variada y aumenta el riesgo de complicaciones asociadas con la integración en el uso. Además, hay que tener en cuenta que estas preocupaciones destacan la necesidad urgente de ayudar en la búsqueda de soluciones para mejorar el tratamiento en equilibrio de los pacientes con DT1(14).
Surgimiento de los sistemas de monitoreo de glucosa
Los sistemas de monitoreo continuo de glucosa (MCG) permiten la medición constante de los niveles de glucosa en el líquido intersticial el cual se encuentra de forma subcutánea. Estos dispositivos insertan un sensor bajo la piel que detecta la glucosa mediante una reacción electroquímica u óptica. Los datos recolectados por el sensor son utilizados mediante un receptor, iPhone u otro dispositivo adecuado que permite al paciente mirar en tiempo real la cantidad de glucosa en su cuerpo, además de transmitir la información al usuario (15). Este monitoreo continuo permite conocer las tendencias y patrones de los niveles de glucosa, que como resultado ayudan a optimizar el manejo de la diabetes.
Existen diversos tipos de MCG, cada uno con especificaciones que se ajustan a la necesidad del paciente. “Desechables” son sistemas de MCG de un solo uso, en su mayoría solo es requerido su uso por un espacio de 7 a 14 días antes de ser cambiados. Por el contrario, con los sistemas de MCG que son multiuso se puede cambiar el sensor mientras el transmisor y el receptor continúen operando, así se ahorran costos a largo plazo. Para más razones, algunos MCG se encuentran embebidos en dispositivos inteligentes y aplicaciones móviles que facilitan la visualización y el análisis de los datos, mientras que algunos proporcionan alertas automáticas para niveles de glucosa altos o bajos, aumentando la seguridad y el control del usuario (16).
Los MCG tienen muchas ventajas y son importantes en el control de la diabetes tipo 1. Estos sistemas permiten que ya no sea necesario pincharse el dedo para controlar la glucosa tantas veces, ya que realizan un seguimiento 24 horas durante todo el día. Mediante el MCG, los pacientes pueden administrar insulina, comer o realizar actividades en caso de que la glucosa suba o baje demasiado rápido, lo que mejora el control del azúcar en sangre y reduce las posibilidades de complicaciones en el futuro. También, observar tendencias o patrones del pasado ayuda a que el paciente y el equipo de salud se comuniquen mejor y así los tratamientos se adapten mejor a las necesidades del paciente(17).
La integración de dispositivos de monitoreo continuo de glucosa (MCG) con bombas de insulina, logra un avance sumamente importante en la automatización del tratamiento de la Diabetes Tipo 1, generando lo que se han denominado sistemas de páncreas artificial. A raíz de esta integración, es posible establecer que la bomba de insulina modifica la dosis de insulina que debe aplicarse, por motivos de que se asegura de instante monitorear los niveles de glucosa dentro de un umbral objetivo por el MCG. De esta forma, al controlar este proceso, la carga diaria del manejo de la diabetes se hace más sencilla para los pacientes, así se reduce el riesgo de hipoglicemias e hiperglicemias y se mejora la calidad de vida. Además, esta tecnología de avanzada desarrollada ayuda a que se cumpla mejor el tratamiento y brinda mayor seguridad y control al usuario(18).
Terapia inmunomoduladora
La terapia inmunomoduladora en la Diabetes Tipo 1 (DT1) se basa en la visión de la enfermedad como una que posee un aspecto autoinmune, en la que el páncreas presenta la destrucción de las células β productoras de insulina, a causa del sistema inmunológico. La cavidad científica de estas terapias se halla en la detección y en la obsesión que hay que ejercer sobre los mecanismos del sistema inmunitario que hacen perdurable dicha respuesta autoinmune. En este caso, al cambiar estos procesos, se intenta conservar la lenta evolución de las células β, parar el desarrollo de la enfermedad, o en su más nivel extremo, conseguir que haya una desaparición de la misma. Este caso se considera un ejemplo de una evolución importante que se inicia desde el tratamiento sintomático por insulina hacia posibilidades de intervenciones que aborden las causas de la deficiencia de la insulina en pacientes(19).
Se están llevando a cabo investigaciones en torno a varias terapias inmunomoduladoras. Entre estas, se pueden encontrar anticuerpos monoclonales como teplizumab y abatacept que atacan a las células T autoreactivas autoconfiguradas. Otra categoría incluye terapias con células reguladoras que intentan lograr un estado homeostático mediante la expansión de células T reguladoras (Tregs). Además, hay candidatos que silencian las citoquinas que secuestran ataques parásitos, como la interleucina-2 (IL-2), que aceleran la respuesta tolerogénica y causan alivio de la inflamación. También se ha estudiado la vacuna terapéutica humana con el propósito de desencadenar una respuesta inmune tolerante contra autoantígenos liberables en la diabetes tipo 1 (20).
Recientemente, algunos ensayos clínicos han demostrado resultados prometedores con respecto a la efectividad de los agentes inmunomoduladores para el tratamiento de la diabetes tipo 1. Por ejemplo, el ensayo con teplizumab mostró que un porcentaje significativo de pacientes que fueron diagnosticados recientemente tenía una duración de preservación de las células β mucho más prolongada y, por lo tanto, nunca se volvieron completamente dependientes de la insulina para su tratamiento. Otro estudio con abatacept destacó el mantenimiento de la función de las células β en un seguimiento a largo plazo. Incluso la regulación con células supresoras ha mostrado resultados igualmente alentadores con respecto a la seguridad y también al fomento de un tipo de respuesta inmune más supresiva. Sin embargo, aunque estos resultados son prometedores, la mayoría de estas terapias todavía están en investigación clínica y se necesitan más estudios para evaluar su efectividad y seguridad durante un período más prolongado .
Para la terapia inmunomoduladora, a pesar de los avances, todavía enfrenta varios desafíos y limitaciones que deben solventarse para su uso generalizado en el manejo de la DT1. Así, por ejemplo, la variabilidad en la respuesta de los pacientes es un gran reto. Nos referimos a que no todos los pacientes responden de igual forma a las diferentes estrategias inmunomoduladoras empleadas. El manejo de estos efectos secundarios inmunológicos, como infecciones o reacciones autoinmunes no deseadas, también hay que planearlo bien. Otro problema es la durabilidad de los efectos terapéuticos de diversas intervenciones, ya que muchas de estas pueden necesitar ser administradas repetidamente para obtener los beneficios. El costo y la complejidad de estas terapias también sirven como barreras importantes para su accesibilidad y uso en la práctica clínica cotidiana. Por último, hay una necesidad de esclarecer mejor los mecanismos subyacentes y los biomarcadores predictivos que permitirían ajustar y dirigir el mejor tipo de terapia disponible a los pacientes correctos, lo que mejoraría los resultados clínicos y reduciría los riesgos(21).
CONCLUSIONES
En conclusión, ha habido cambios sustanciales en el tratamiento de la Diabetes Tipo 1, comenzando con el descubrimiento de métodos empíricos hasta las terapias de inmunomodulación modernas que incluyen insulina. El hallazgo de este fármaco tuvo un impacto tan grande que permitió la transformación y normalización de millones de personas cuyas vidas se creían previamente inalcanzables. En los años posteriores, la variedad de insulinas y el avance en los mecanismos de entrega mejoraron tanto los niveles de glucosa alcanzados como la facilidad con la que los pacientes administraban los medicamentos. Pero incluso con estos éxitos, alcanzar los niveles de glucosa deseados utilizando la terapia con insulina tiene barreras robustas a su adopción, como el riesgo de niveles bajos de glucosa, aumento de peso y esquemas de dosificación complicados, lo que indica que se deben buscar otras terapias posibles.
La aparición de los sistemas de monitoreo continuo de glucosa (MCG) y la integración con bombas de insulina han sido un gran salto tecnológico, ya que son capaces de gestionar la glucemia con mayor precisión y administrar insulina de forma automática, lo que facilita el manejo de la enfermedad y disminuye la carga diaria del paciente. Estos sistemas no solo se limitan a mejorar la adherencia al tratamiento, sino que también presentan datos importantes que permiten una mejor individualización de la enfermedad. Sin embargo, la adopción generalizada de estas tecnologías se enfrenta a varios obstáculos que están relacionados con el precio, la disponibilidad y el requerimiento de más educación y apoyo a los usuarios.
Por el contrario, las terapias inmunomoduladoras emergen como una frontera interesante en el manejo de la diabetes tipo 1, ya que atacan la causa autoinmune de la enfermedad. La experiencia inicial de los ensayos clínicos con estas terapias dio los resultados que se esperaban: se mantuvo la función de las células β y se retrajo la evolución de la enfermedad, lo que abrió las puertas a la posibilidad de que aparezcan largos períodos libres de la enfermedad. Sin embargo, hay hombres, mujeres y niños que se ven sometidos a retos enormes como la variabilidad en las respuestas de los clientes, los eventuales efectos y la optimización de las estrategias terapéuticas para alcanzar la eficacia y la seguridad.
Como corolario, el tratamiento para la diabetes tipo 1 está cambiando debido a los avances tecnológicos y científicos que se esperan transformen el control de esta patología. Por su parte, el uso de tratamientos tradicionales junto a nuevas herramientas como los Medidores Continuos de Glucosa, y las terapias inmunomoduladoras ofrecen un panorama que podría cambiar los paradigmas asistenciales y robustecer la calidad de vida de los pacientes. Pero, sin lugar a dudas, es necesario continuar la investigación, la interacción entre disciplinas y la creación de políticas que enriquezcan el acceso a estas innovaciones, de tal manera que todos los que se ven afectados por la diabetes tipo 1 en la comunidad puedan apoderarse de los beneficios que dichos avances traen consigo.
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