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Carcinoma hepatocelular. A propósito de un caso clínico

refuerzo intenso de manera centrífuga en fase arterial solamente, comportándose en las demás fases similar al resto del parénquima hepático (washout) (fig.3).

Figura 1. Ecografía abdominal (US) de hígado, con lesión infiltrativa

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Ecografía abdominal. Cáncer higado

Figura 2. TC multifásica en fase arterial.

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Cáncer de hígado. TAC multifásica. Fase arterial

Figura 3. TC multifásica en fase venosa (washout).

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Cáncer de hígado. TAC multifásica. Fase venosa

Al evaluar los factores de riesgo del paciente y estudiarlo, se confirmó el diagnóstico de hepatocarcinoma por medio de estudios de imagen, específicamente con la tomografía computada multifásica debido al patrón característico de “washout”, y se concluye que realizar biopsia hepática es innecesario dadas las características específicas con las que éste cáncer se comporta en las fases venosa y arterial del estudio.

Discusión

El carcinoma hepatocelular (CHC), o hepatocarcinoma, es un tumor primario que se desarrolla en enfermedades crónicas del hígado. Esta neoplasia es más frecuente en varones con una relación hombre/mujer de 3.7:1 y en pacientes con hígado cirrótico. La edad de presentación más frecuente es entre los 50 y 60 años.

Al parecer, el riesgo es mayor en la cirrosis que se relacionan con hemocromatosis e infecciones por virus de la hepatitis B Y C. Estudios epidemiológicos prospectivos surgieren que su frecuencia es una 100 veces mayor en personas con virus de hepatitis B y C. En México la incidencia es relativamente baja. En la mayoría de los casos el diagnóstico se realiza en una etapa avanzada, ya que los síntomas suelen aparecer hasta un estadio avanzado de la enfermedad.

Se han identificado factores de riesgo mayores y menores; entre los factores de riesgo mayores se encuentran infección por HBV y HCV (virus de la hepatitis B y C) crónica, cirrosis, exposición repetida a Aflatoxina B1; los factores de riesgo menores corresponden a el uso frecuente de esteroide y anticonceptivos orales, tabaquismo, hemocromatosis hereditaria, enfermedad de Wilson, deficiencia de alfa-1-antitripsina y obstrucción membranosa de la vena cava inferior.

El cuadro clínico de esta enfermedad, además del síndrome general, se acompaña de ictericia obstructiva, deterioro del paciente, hepatomegalia, fiebre persistente, hipercalcemia e hipoglucemia. La fosfatasa alcalina elevada traduce trastornos en el parénquima hepático. La actividad sérica de la fosfatasa alcalina refleja las isoenzimas hepática y ósea. Cuando no hay afección ósea, el incremento es mayor (de 3 a 10 veces lo normal) suelen indicar obstrucción del flujo de bilis. En consecuencia, su determinación ofrece una prueba de detección relativamente sensible para tumores que afectan el hígado.

En cuanto el apoyo de las pruebas de laboratorio para el diagnóstico, las pruebas bioquímicas convencionales muestra hipercolesterolemia en el 11 al 38% de los casos. La determinación del marcador tumoral sérico alfa-fetoproteína es de gran ayuda para el diagnóstico, se encuentra aumentado en el 75% de los pacientes en poblaciones de alta incidencia del tumor. El nivel diagnóstico es igual o mayor a 500 µg/L . Sin embargo, el 40% de los tumores pequeños no la producen. Su sensibilidad en poblaciones con incidencia elevada es de 80-90%, mientras que en aquellas de incidencia baja es de 50-70%. Tiene una especificidad del 90%.

Las modalidades diagnósticas por imágenes utilizadas más frecuentemente son el ultrasonido con una sensibilidad del 60% y especificidad del 97%, así como la tomografía computada con una sensibilidad del 68% y especificidad del 93%. La resonancia magnética es la modalidad más valiosa para la detección del tumor primario y diseminación tumoral. La histopatología es de ayuda para influenciar el tipo de manejo a realizar.

El tratamiento quirúrgico consiste en la resección quirúrgica o el trasplante hepático. La modalidad no quirúrgica consiste en la inyección percutánea de etanol, la embolización y quimioembolización (Lipiodol). El tratamiento médico sistémico disponible es la quimioterapia, terapia molecular y hormonal.

En aquellos pacientes con hepatocarcinoma de progresión rápida con empeoramiento de la hepatomegalia, dolor, caquexia e intensificación de ictericia suelen fallecer en 4 meses. En nuestro país la supervivencia promedio es de seis meses, mientras que los pacientes estudiados al parecer pasan los dos años de vida después del diagnóstico.

Bibliografía

  1. Feldman, M. Friedman, L. Brandt, L. Sleisenger y Fordtran: Gastrointestinal and Liver Disease (2010); Saunders
  2. J Villalobos Pérez. Introducción a la gastroenterología (2006); Tercera edición