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El colecho como práctica segura y su relación con la muerte súbita del lactante

RESULTADOS

Según el psiquiatra inglés John Bowlby, el vínculo madre-hijo se define como una relación íntima que se establece entre el bebé y su madre, que cumple la función biológica de proteger y promover la supervivencia, así como la replicación de la especie. Este vínculo está estrechamente relacionado con la práctica del colecho.

La teoría del apego está íntimamente relacionada con el fomento del contacto físico durante la infancia, ya que constituye una necesidad básica en el ser humano y que, debido a la inmadurez al nacimiento, necesita ser aportada por los progenitores, para así desarrollarse física y psíquicamente de forma satisfactoria. Se trata de una estrategia para la supervivencia.

En el Instituto de Investigación del Tacto de la Universidad de Miami, se ha demostrado que el contacto físico mejora la salud y favorece el desarrollo físico y psicológico.

El método Madre Canguro también avala su eficacia.

Numerosos estudios evidencian que existe una relación directa entre la teoría del apego con el desarrollo neuronal del bebé y con los cambios neuroendocrinos de la madre. La liberación de la prolactina favorece conductas de protección de la madre respecto a su bebé, agudiza la audición materna y posee efecto ansiolítico.

Al mismo tiempo, la oxitocina  que se libera durante la lactancia para favorecer la salida de la leche materna posee un efecto protector frente a la depresión postparto, además de favorecer el descanso y relajación en el recién nacido.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) define el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) como «la muerte de un niño de menos de un año de edad que ocurre aparentemente durante el sueño y que permanece sin explicación después de la realización de una minuciosa investigación postmortem, que incluye la práctica de la autopsia, el examen del lugar del fallecimiento y revisión de la historia clínica».

En cuanto al colecho, los bebés que duermen con sus padres, están constantemente supervisados, tocados, besados, cambiados de posición, ya que sus madres presentan el instinto de protección 5 veces más desarrollado que las que no practican colecho.

Niños que duermen solos carecen de los pequeños despertares nocturnos, como el contacto con la madre y su respiración, ruidos, etc, aumentando así la probabilidad de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

Numerosos estudios inciden en el factor protector frente al Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) que posee la lactancia materna, especialmente si se trata de lactancia materna exclusiva.

Algunos recomiendan que se coloque al bebe en «agarre de Koala», ya que se considera una posición segura al no haber riesgo de sofocación con el pecho.

Pese a sus beneficios, muchas instituciones no aconsejan su práctica. Entre ellas se encuentra el Grupo de Trabajo para el Estudio y Prevención de la Muerte Súbita del Lactante de la AEP. En su guía publicada en 2014 afirman que «la forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. Esta práctica disminuye en un 50% el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)». No debe recomendarse el colecho practicado de forma poco segura, como sucede en los siguientes casos:

  • Lactantes de menos de tres meses.
  • Prematuridad y bajo peso.
  • Padres que consuman alcohol, tabaco, drogas o fármacos sedantes.
  • Cansancio extremo, como el puerperio inmediato.
  • Colecho sobre superficies blandas.
  • Compartir cama con otros familiares.
  • Padres con obesidad.

Resulta un tanto paradójico, ya que el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), conocido como «muerte en la cuna», sea el sitio de referencia para el descanso del bebé.

En cuanto a los factores que favorecen el colecho, se ha demostrado que madres sin estudios son las que más lo practican, así como el mayor porcentaje de colecho ocasional corresponde a madres con estudios primarios.

Respecto al nivel de ingresos, mujeres con ingresos inferiores a 600 euros al mes expresaron tener la intención de practicar colecho con sus hijos.

En cuanto a la paridad, las primíparas son las que menos intención tienen de practicarlo, mientras que madres de 3 o más hijos son las que más la utilizan.

Respecto a la literatura revisada, existe una amplia evidencia científica que relaciona el colecho con los casos de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), aunque no todos lo relacionan del mismo modo.

Numerosos estudios pusieron de manifiesto la importancia del consumo de tabaco, alcohol y drogas por los padres como factor de riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) en la práctica de colecho, siendo éste más fuerte en las primeras semanas de vida y estableciéndose como mayor factor de riesgo el tabaquismo materno.

Un estudio realizado en 2012 evidenció que el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) era mayor en aquellos lactantes que practicaban colecho, siendo el riesgo mayor en casos de madres fumadoras y en niños de menos de 12 semanas.

En 2013 otro estudio evidenció que el peligro que implicaba compartir cama en ausencia de los factores de riesgo anteriormente mencionados no era llamativo.

En relación con la lactancia materna (LM), muchos estudios afirman que actúa como factor protector del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y ésta se ve favorecida por la práctica de colecho, ya que aumenta el número de despertares nocturnos del bebé.

En cuanto a la influencia del colecho en el comportamiento del bebé, muchas culturas tienen la idea de que el colecho hace que los niños sean más dependientes. Sin embargo, un estudio realizado en 2004 demostró que los niños que practicaban colecho tenían mayor capacidad de jugar alejados de sus padres.

Pese a todo lo expuesto anteriormente, numerosos profesionales de la salud consideran el colecho una práctica negativa en aspectos como la privación de la intimidad de la pareja, mal hábito o síntoma de pobreza, sin tener en cuenta los aspectos positivos que presenta como el amor, cariño, protección y comodidad, lo que lleva a no recomendar a los usuarios su práctica.

Hay que destacar que en IHAN-España (Iniciativa para la Humanización de la asistencia al parto y la lactancia) consideran que se deben hacer recomendaciones generales en base a evidencias científicas sólidas. Privar a las madres de practicar colecho sin una evidencia científica de peso significa quitarle numerosos minutos de contacto estrecho, que tantos beneficios tiene.

Por otro lado la Academia Americana de Pediatría recomienda compartir cama sólo para alimentarlos o confortarlos, pero deben volver a su propia cama cuando los padres vayan a dormir.

En conclusión, son los profesionales sanitarios como matronas, enfermeras o médicos de familia los que tienen que asesorar a los padres interesados en la práctica de colecho, basándose en las últimas recomendaciones, entre las que cabe destacar el tipo de cunas unido a la cama de los padres (tipo side-car). Este modelo de cunas permite que ambos colchones sean independientes sin tener una baranda que los separe y por tanto, se considera una opción segura que además favorece la instauración de la lactancia materna.

DISCUSIÓN/CONCLUSIÓN

Es responsabilidad y competencia de los profesionales sanitarios en contacto con la maternidad y crianza, como son matronas, enfermeras, médicos de atención primaria, pediatras..informar y asesorar a las familias sobre las recomendaciones basadas en la evidencia para poner en práctica un colecho seguro, así como de informar de los numerosos beneficios que posee, informando además de las alternativas disponibles como es la cohabitación.

Las normas para la práctica de un colecho seguro son, por tanto:

  • El bebé debe dormir boca arriba.
  • La superficie debe ser firme sin cojines, almohadones ni peluches. Asegurarse de que no existen huecos donde el bebé pueda quedar atrapado.
  • Evitar abrigar al niño en exceso.
  • No dormir con el bebé en un sillón o sofá.
  • No practicar colecho si el padre o la madre es fumador o fumadora.
  • No practicar colecho si los padres toman alcohol, drogas o fármacos que alteren la capacidad de respuesta.

También hay que mencionar la alternativa de las cunas tipo «side-car», como una forma segura de práctica de colecho.

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