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Control del embarazo normal

Control del embarazo normal

Autora principal: María Plumed Tejero

Vol. XVI; nº 8; 435

Control of normal pregnancy

Fecha de recepción: 03/03/2021

Fecha de aceptación: 21/04/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 8 –  Segunda quincena de Abril de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 8; 435

Autores: María Plumed Tejero (Diplomada Universitaria en Enfermería, Especialista en Enfermería Obstétrico Ginecológica, Especialista en Enfermería Familiar y comunitaria. Centro de Salud Almozara, Zaragoza, España), Raquel de Jorge Martínez (Graduada en Enfermería, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España), Ester Boira Muñoz, Graduada en enfermería, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España), Jana Rivas Cantín, Graduada en enfermería, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España), José Miguel García Bruñen, Licenciado en Medicina, Especialista en Medicina Interna. F.E.A en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España), David Parra Olivar, Graduado en Enfermería, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España), Patricia Royo Tolosana (Graduada en Enfermería, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España)

Resumen: Los centros de salud suelen ser la puerta de entrada natural al control sanitario del embarazo, desde donde se debe ofrecer una captación temprana de la gestante, tanto desde las consultas de medicina y enfermería como desde las de las matronas. El control del embarazo normal se lleva a cabo de manera coordinada entre los profesionales de atención primaria (médicos, matronas, enfermeras) y los especialistas de obstetricia.

La evidencia científica ha demostrado que la atención de calidad durante el embarazo disminuye las complicaciones maternas y fetales. En este artículo se describen los principales controles recomendados durante la gestación, para asegurar que el embarazo se desarrolla dentro de la normalidad y para detectar tempranamente cualquier problema.

Palabras clave: Embarazo normal, Control

Abstract: Health centers are usually the natural gateway to the sanitary control of pregnancy, from where an early capture of the pregnant woman must be offered, both from the medical and nursing consultations and from those of midwives. The control of normal pregnancy is carried out in a coordinated way between primary care professionals (doctors, midwives, nurses) and obstetric specialists.

Scientific evidence has shown that quality care during pregnancy reduces maternal and fetal complications. This article describes the main recommended controls during pregnancy, to ensure that the pregnancy develops within normality and to detect any problems early.

Keywords: Normal pregnancy, Control

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/

El manuscrito es original y no contiene plagio

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

CONTROL DEL EMBARAZO NORMAL

El embarazo se define como el estado de la mujer gestante, en el cual se desarrolla un feto en el útero. Comprende desde la fecundación del óvulo por parte del espermatozoide hasta el parto o expulsión del feto al exterior. Tiene una duración normal de 38 semanas desde la fecundación, es decir 40 semanas desde la fecha de la última regla. (1)

Consulta preconcepcional (2, 3)

En el caso de que una pareja manifieste un deseo expreso de conseguir una gestación suelen surgir dudas respecto a los cuidados, actividades, fármacos que se pueden tomar o cómo mejorar la salud antes de que una paciente quede embarazada. En estos casos es muy útil la consulta preconcepcional. En ella se identifican y modifican posibles factores de riesgo tanto médicos, como sociales, para mejorar las condiciones del embarazo. Su objetivo es aumentar las posibilidades de un embarazo sano.

Está ampliamente demostrado que la implantación de programas de atención sanitaria preconcepcional mejora la salud de la madre y del bebé. Sin embargo, según datos de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), en 2010 tan solo el 50% de los embarazos en España fueron planificados, y de ellos solamente el 10% de estas mujeres acudieron de forma voluntaria a un programa de atención preconcepcional.

Se calcula que el 50% de los embarazos programados y dos tercios de los no programados presentan algún factor de riesgo como el tabaco, alcohol u obesidad. De ahí la importancia de este tipo de consulta.

Suplementación farmacológica

  • Yodo (4): debe recomendarse la utilización de sal yodada. Además, durante el embarazo y la lactancia se recomienda la suplementación farmacológica con una dosis de 200 μg/día.
  • Hierro (5): se recomienda seguir una dieta equilibrada y con alimentos ricos en hierro. En general, en las mujeres sin antecedentes de riesgo de ferropenia con reservas adecuadas, se recomiendan los suplementos de dosis bajas de hierro oral durante la segunda mitad del embarazo. En mujeres con déficit previo la administración de hierro debería iniciarse cuanto antes. La dosis recomendada de hierro elemental al día durante el embarazo (30 mg), se encuentra en 150 mg de sulfato ferroso, o 300 mg de gluconato ferroso. Es preferible tomar los suplementos en ayunas o entre comidas para favorecer su absorción y no deberían tomarse con té, leche o café.
  • Calcio (5): se deben incluir tres raciones de lácteos al día para cubrir las necesidades de calcio de la mujer gestante. Los suplementos serán necesarios únicamente cuando se considere que el aporte a través de la alimentación es insuficiente.
  • Folatos (5): El Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e Igualdad recomienda la ingesta de un suplemento de 0,4 mg de ácido fólico al día a toda mujer que esté planeando un embarazo. Aquellas con antecedentes de defectos del tubo neural la dosis será de 4 mg/día. Independientemente de esto, se aconseja a todas las embarazadas la ingesta de alimentos que aporten ácido fólico, especialmente vegetales de hoja verde, hígado, frutas, cereales, legumbres, levaduras y frutos secos. Se deberá empezar al menos un mes antes de la concepción, y mantenerse como mínimo hasta el final del primer trimestre.
  • Complejos polivitamínicos (5): se necesitan más datos que permitan poder valorar la necesidad o no de una suplementación durante la gestación con complejos polivitamínicos y el papel de éstos en la prevención de defectos congénitos y otras complicaciones del embarazo.

Primera visita (6, 7, 8)

Durante la primera consulta prenatal se entrega la Cartilla Maternal y se debe obtener y documentar mediante anamnesis la historia clínica de la forma más completa posible, obteniendo información sobre:

  • Antecedentes familiares: enfermedades crónicas, hereditarias e infectocontagiosas en convivientes; cromosomopatías.
  • Antecedentes personales: vacunas recibidas, intervenciones quirúrgicas, enfermedades crónicas, infecciosas, alergias, toxicomanías, consumo de fármacos, riesgos profesionales. Grupo sanguíneo y Rh.
  • Antecedentes obstétrico-ginecológicos: Menarquia y fórmula menstrual, métodos contraceptivos. Embarazos previos (abortos o fetos muertos, legrados, profilaxis anti-D, cesáreas, prematuridad, bajo peso) Partos anteriores (espontáneo, inducido, instrumental, eutócico). Hijos vivos: estado de salud.
  • Gestación actual: Fecha de la última regla (FUR). Cálculo de la edad gestacional y fecha probable del parto por la fórmula de Naegele (FUR-3meses+7 días+1 año). Fecha del test de gestación positivo.
  • Valoración del riesgo obstétrico (7): Se propone la clasificación de las gestantes en cuatro grupos
    • Riesgo bajo o 0: Por exclusión de los factores incluidos en los demás grupos de riesgo.
    • Riesgo medio o 1: Anomalía pélvica identificada clínica y/o radiológicamente, Baja estatura materna (< 1,5 metros), Cardiopatía I (no limita su actividad física), condiciones socioeconómicas desfavorables, control insuficiente de la gestación (< 4 visitas prenatales en total ó1ª visita tras semana 20 de gestación), edad extrema (< 16 o > 35 años), embarazo no deseado, esterilidad previa de dos o más años, fumadora habitual, FUR incierta, gestante con Rh negativo, gran multiparidad (5 o más fetos de por lo menos 28 SG), hemorragia del primer trimestre, incompatibilidad Rh, incremento de peso excesivo o insuficiente (> 15 kg o < 5 kg en todo el embarazo) , infección urinaria baja o bacteriuria asintomática, obesidad, período intergenésico menor de 12 meses
    • Riesgo alto o 2: Anemia grave (Hb < 9 g/dl o hematocrito < 25%), cardiopatía 2 (paciente obligada a una limitación ligera de su actividad física), cirugía uterina previa, diabetes gestacional, embarazo gemelar, embarazo prolongado (más de 42 SG), endocrinopatía (tiroidea, suprarrenal, hipotalámica…), hemorragia 2º y/o 3º trimestre, hidramnios u oligoamnios, historia obstétrica desfavorable (dos o más abortos, uno o más prematuros, partos distócicos, deficiencia mental o sensorial de pro-bable origen obstétrico, antecedentes de retardo del crecimiento), infección materna (Hepatitis B o C, Toxoplasmosis, Pielonefritis, Rubéola, Sífilis, VIH, Estreptococo B), obesidad mórbida, preeclampsia leve (TAD ≥90 mmHg, TAS ≥140mmHg), sospecha de malformación fetal, presentación anómala constatada tras la semana 38.
    • Riesgo muy alto o 3: Amenaza de parto prematuro, cardiopatías 3 o 4 (paciente obligada a una limitación acentuada de su actividad física), diabetes pregestacional, drogadicción y alcoholismo, gestación múltiple, incompetencia cervical, isoinmunización (coombs indirecto positivo en paciente Rh negativo), malformación uterina, malformación fetal confirmada, muerte perinatal recurrente, placenta previa, preeclampsia grave (TAD ≥110 mmHg, TAS ≥160mmHg), patología asociada grave, CIR, Rotura prematura de membranas, SIDA clínico.

Las gestantes de riesgo bajo serán controladas desde atención primaria, estableciendo las interconsultas protocolizadas para el seguimiento del embarazo normal. Las de riesgo medio, tras la valoración por el especialista, también podrán ser controladas desde atención primaria, individualizando cada caso. Las de riesgo alto y muy alto se controlarán en atención especializada. La evaluación de los riesgos debe ser un procedimiento continuo durante todo el embarazo y parto. En cualquier momento pueden aparecer complicaciones que pueden inducir a tomar la decisión de derivar a la mujer a un nivel de cuidados más especializado.

  • Exploración física: peso, talla, tensión arterial, estado nutricional, edemas, exploración mamaria.
  • Exploración obstétrica: examen con espéculo, altura uterina, perímetro abdominal.
  • Citología: No es imprescindible en el embarazo, simplemente es un buen momento para hacer un cribado aprovechando el obligado contacto con los servicios sanitarios. Por tanto, se realizará cuando no existan datos de una citología reciente, o si habiéndola aparezca en ella alguna patología
  • Análisis de orina: Confirmación de embarazo cuando no haya diagnóstico analítico previo. Glucosa, proteínas, cuerpos cetónicos, sedimento, y cultivo si procede.
  • Analítica del primer trimestre Se realiza sobre las 10 semanas de embarazo. Valora algunos elementos por separado (glucosa, hemoglobina), y se hace junto a una de anticuerpos para valorar la situación de inmunidad de la madre frente a determinadas enfermedades infecciosas (hepatitis víricas, rubeola, VIH y sífilis) El cribado no se repite a no ser que la madre haya vivido situaciones de riesgo durante el embarazo (cortes con material contaminado, sexo sin protección, etc.). También se estudia si la madre tiene inmunidad o no frente a la toxoplasmosis, ya que, si no es así, existiría riesgo de infectarse durante el embarazo y por tanto se deberían de tomar medidas de precaución.
  • Grupo sanguíneo y Rh y test de Coombsindirecto: Si la madre es Rh negativo y el bebé Rh positivo, la madre formará anticuerpos contra el factor Rh positivo presente en la sangre del bebé, que pueden atravesar la placenta en un próximo embarazo y dañar al feto si es Rh positivo de nuevo. Para poder valorar si la madre ha desarrollado esta inmunidad frente a un factor Rh positivo, se realiza el test de Coombs indirecto a todas las embarazadas. Si este es negativo al principio de la gestación, las mujeres Rh negativas se deberán de repetir esta prueba entre las semanas 24 y 34 de embarazo, para tener la seguridad de que no se han formado anticuerpos anti-Rh positivo en ese tiempo. Si el test de Coombs indirecto es positivo hay que valorar el riesgo que tiene el embarazo, sobre todo el riesgo del feto de padecer anemia. El control del embarazo será entonces más estricto, con consultas y ecografías más frecuentes.
  • Educación sanitaria individual: Es importante que la gestante acuda acompañada de su pareja si es posible. La vivencia conjunta de todo el proceso del embarazo y parto, facilitará la adaptación de ambos a la nueva situación y permitirá afrontar mejor los cambios que se van a producir con la llegada del bebé. Es necesario prestar atención a determinados hábitos y conductas:
    • Alimentación: debe ser completa, equilibrada y variada. El aumento de requerimientos diarios de nutrientes en mujeres adultas que siguen una dieta equilibrada es de 300-400 Kcal/día durante el embarazo y 500 Kcal/día en la lactancia.
    • El incremento total de peso debe oscilar entre 10 y 12 kg.
    • Tabaco, alcohol y otras drogas: Estas sustancias deben suprimirse durante la gestación.
    • Medicamentos y radiaciones: Evitar la automedicación, las exploraciones radiológicas, y en todo caso avisar del embarazo para que se tomen las medidas de protección necesarias.
    • Trabajo: Es importante conocer el tipo de trabajo que realiza la embarazada y su posible exposición a riesgos. En caso necesario, la gestante debe solicitar el cambio en la actividad que venía desempeñando si ésta pudiera comprometer su salud o la de su hijo.
    • Ejercicio físico y descanso: Se deben evitar deportes bruscos o peligrosos.
    • Higiene, vestido y calzado: Es recomendable el uso de calzado y ropa cómoda
    • Relaciones sexuales: En gestaciones normales no deben modificarse los hábitos sexuales, salvo que resulten molestos a la mujer, o se presenten hemorragias vaginales, amenaza de parto prematuro o rotura prematura de membranas, en cuyo caso se evitarán las relaciones coitales.
    • Viajes: Se puede viajar siempre que no suponga un cansancio excesivo para la mujer. Evitarlos en las últimas 6 semanas.
  • Toxoplasmosis y embarazo (9): La toxoplasmosis es una infección causada por el parásito Toxoplasma gondii. La fuente por la cual entra el parásito en los humanos con mayor frecuencia es a través de los alimentos contaminados: la carne poco cocinada y fruta y verdura mal lavada. La última vía de contagio suele producirse en personas que trabajan la tierra con las manos. La mayoría de los bebés infectados durante el embarazo no presentan síntomas al nacer, pero pueden manifestar síntomas posteriormente, como ceguera o retraso mental. Un pequeño porcentaje de recién nacidos infectados presentan daños graves en los ojos o daño cerebral al nacer.
    • Recomendaciones generales para evitar el contagio de la toxoplasmosis:
      • Cocinar bien la carne.
      • Lavar bien las manos después de manipular carne cruda.
      • No tomar leche ni huevos crudos.
      • Higienizar frutas y verduras.
      • Evitar trabajos de jardinería.
      • Evitar el contacto con gatos. Si ya se tienen gatos:
        • Darles alimentos preparados comercialmente o sino alimentos bien cocinados y no crudos
        • Encargar la limpieza de sus excrementos a otras personas, utilizando siempre el cajón, vaciándolo diariamente y desinfectándolo periódicamente.
        • Lavarse bien las manos después de tener contacto con ellos
      • Signos de alarma: Explicar a la gestante que ante cualquiera de estos síntomas debe consultar inmediatamente:
        • Vómitos repetidos o intensos
        • Desmayos o mareos
        • Orina escasa o molestias al orinar
        • Dolor abdominal, calambres o contracciones
        • Dolor de cabeza intenso o permanente
        • Secreción acuosa vaginal
        • Hemorragia vaginal
        • Hinchazón o dolor en zona varicosa
        • Ausencia o disminución drástica de movimientos fetales

Primera ecografía (7)

La primera ecografía se realizará entre la semana 8 y 14 de gestación, que con el objetivo de datar correctamente la edad gestacional y calcular la fecha probable de parto. Además, permitirá valorar el número de embriones, la longitud céfalocaudal del embrión y presencia de actividad cardíaca.

En todos los casos, se recomienda realizar un cribado de cromosomopatías para detectar los embarazos en los que existe un riesgo elevado de alteraciones. En estas situaciones se pueden utilizar técnicas invasivas que proporcionarán un diagnóstico certero.

Visitas sucesivas (6)

Se recomienda que una mujer con un embarazo que evoluciona sin complicaciones acuda a consulta con la siguiente periodicidad:

  • Hasta la 36 semana: cada 4-6 semanas.
  • De la 37 a las 40 semanas: cada 1-2 semanas.
  • Después de las 40 semana: de 1 a 3 veces por semana

En estas visitas se controla la evolución del embarazo y se detectan posibles riesgos que no se haya puesto de manifiesto en la primera visita.

  • Anamnesis: Se actualizará periódicamente la historia clínica de la gestante, estando atentos a la aparición de signos de alarma.
  • Exploración: Peso, tensión arterial, y presencia de edemas.
  • Altura de fondo uterino (10): Es un método simple y rápido para detectar alteraciones en el crecimiento fetal. Se define como la distancia en centímetros entre la parte media del fondo uterino y la parte superior de la sínfisis del pubis, a través de la pared anterior del abdomen. La altura del fondo uterino incrementa progresivamente a lo largo del embarazo y refleja el crecimiento normal del feto. Para efectuar la medición de la altura del fondo uterino, es necesario que la gestante se encuentre en posición supina y se necesita una cinta métrica flexible, graduada en centímetros.
  • Latido cardiaco fetal (11): Se realizará en cada consulta a partir de la semana 16. La frecuencia cardiaca fetal media es de 140 latidos por minuto (120-160 lpm). Se realiza con un Doppler obstétrico de bolsillo

Ecografía morfológica (1)

Se realiza en torno a las 20 semanas de gestación y sirve para valorar la estructura del feto y su biometría. Las medidas más habituales son el diámetro biparietal (DBP) que mide la distancia entre huesos parietales del cráneo, el perímetro o circunferencia del abdomen (CA) y la longitud del fémur (LF). Se determina la morfología e inserción de la placenta, se visualiza el cordón, se determina su inserción en la placenta y se verifica la cantidad de líquido amniótico.

Se realiza en este momento es porque el límite legal para la interrupción del embarazo por malformaciones fetales graves en nuestro país está fijado por el momento en la semana 22.

Test de O’ Sullivan (12)

El Grupo Español de Diabetes y Embarazo clasifica en dos grupos a las gestantes según su riesgo de desarrollar diabetes a lo largo del embarazo:

  • Gestantes de alto riesgo:con edad igual o superior a 35 años, obesidad (IMC >30 Kg/m2), macrosomía en partos anteriores (>4 Kg), antecedentes personales de diabetes gestacional, alteraciones del metabolismo de la glucosa o antecedentes familiares de diabetes en primer grado. En ellas se recomienda hacer el despistaje con el test de O’ Sullivan en la primera visita del embarazo y también entre las semanas 24-28 y 32-36 de la gestación
  • Gestantes de riesgo moderado-bajo: son todas las que no tienen ninguno de los factores de riesgo anteriores. La recomendación es realizar un único test de O’ Sullivan entre las semanas 24-28 del embarazo.

El test de O’ Sullivan consiste en la determinación de la glucemia plasmática una hora después de la administración de 50 g de glucosa por vía oral.  No es necesaria una dieta especial en los días anteriores a la prueba.

Si el valor de la glucemia plasmática al cabo de una hora es igual o superior a 140 mg/dl (7,8 mmol/L), se considera el test de O’ Sullivan positivo y se deberá realizar una sobrecarga oral de glucosa (SOG) con 100 g de glucosa para confirmar el diagnóstico de diabetes gestacional.

La SOG se debe realizar por la mañana, en ayuno de aproximadamente 10-12 horas, con una dieta que contenga una cantidad igual o superior a 150 g/día de hidratos de carbono los tres días previos a la prueba y habiendo desarrollado una actividad física normal. Durante la prueba, es necesario mantenerse en reposo, sentada y abstenerse de fumar.

Se realizará determinación de glucemia al inicio, 1ª, 2ª y 3ª hora.  Se diagnostica diabetes gestacional si dos o más de estos valores son iguales o superiores a lo normal. Si solamente un valor excede los límites sería diagnosticada de intolerancia a la glucosa en el embarazo y se repetiría la prueba en tres o cuatro semanas.

Además, la paciente será diagnosticada de diabetes gestacional si la glucemia basal es >125 mg/dl en dos ocasiones o si presenta una glucemia al azar >200 mg/dl y síntomas típicos de diabetes.

Segunda analítica (1)

Se realizará entre la semana 24-28, con la petición de un hemograma, además de un análisis de orina básico y urocultivo. En las mujeres Rh (-) en las que la detección de anticuerpos irregulares fue negativa en la primera determinación al inicio del embarazo, se recomienda repetir la prueba en las semanas 24-28 de gestación.

Profilaxis de la Isoinmunización Rh (13)

Si el Coombs indirecto en el segundo trimestre persiste negativo, se realizará profilaxis sistemática de la isoinmunización Rh, administrando Inmunoglobulina Anti-D en estos casos:

  • En todas las pacientes primigestas Rh negativas, con anticuerpos irregulares negativos. Administración de 250 mcg vía intramuscular en la semana 28 de gestación.
  • A todos los parturientas Rh negativas no sensibilizadas, con un hijo Rh positivo. Se administra por vía intramuscular, en las 72 horas siguientes al parto una dosis estándar de 250 mcg
  • A todas las mujeres Rh negativas no sensibilizadas, tras aborto, gestación extrauterina o embarazo molar.
  • Siempre que se realice cualquier procedimiento quirúrgico sobre el útero gestante en paciente Rh negativa no sensibilizada (amniocentesis, biopsia corial, cerclaje…)

Ecografía tercer trimestre (1)

Se realiza entre las semanas 32 y 36. En esta ecografía se estima el peso aproximado del feto y se comprueba la posición de la placenta.

Se estudia el funcionamiento de la arteria umbilical para verificar que la oxigenación del bebé sea la correcta. Se miden los niveles de líquido amniótico.

Cultivo para despistaje del estreptococo B (14)

Aproximadamente entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas son portadoras del estreptococo del grupo B (EGB) en la vagina o el recto y el área circundante.

Los estreptococos del grupo B son una causa importante de infecciones bacterianas perinatales que se pueden manifestar desde el nacimiento hasta los 3 meses de edad.

Sin embargo, su prevención es posible con el empleo de una adecuada profilaxis en el momento del parto, en aquellas mujeres que presentan mayor riesgo de transmisión de la infección al recién nacido.

Se debe realizar un cultivo para el despistaje del EGB a todas las embarazadas en la semana 35-37 de gestación. Se realizarán dos tomas. La primera, del tercio externo de la vagina y la segunda muestra ano-rectal.

Deben tratarse todas las mujeres que presenten bacteriuria sintomática o asintomática por EGB durante el embarazo, las cuales también recibirán quimioprofilaxis intraparto, dada la colonización masiva que suelen presentar. También debe administrarse quimioprofilaxis intraparto a las mujeres que hayan dado a luz previamente a un niño con enfermedad por estreptococo del grupo B.

Si los resultados del cultivo no se conocen en el momento del parto, se administrará profilaxis antimicrobiana si está presente alguno de los siguientes factores:

  • Menos de 37 semanas de gestación
  • Duración de la ruptura de membranas igual o superior a 18 horas
  • Temperatura igual o superior a 38 ºC.

Para la quimioprofilaxis intraparto se recomienda la utilización de penicilina G intravenosa (5 millones de unidades al principio y 2,5 millones de unidades cada 4 horas hasta la terminación del parto). En caso de alergia a la penicilina puede utilizarse clindamicina (900 mg. Intravenosa cada 6 horas hasta el parto) o eritromicina (500 mgr. Intravenosa cada 6 horas hasta el parto).

Educación maternal en grupo (7, 8)

La existencia de una educación estructurada para el parto y la maternidad ha ido surgiendo a medida que ha disminuido el uso de otros métodos tradicionales para comunicar esta información. Así, algunos cambios sociales ocurridos en España en las últimas décadas, como la disminución del número de hijos, la edad tardía de maternidad, los cambios en los modelos de familia o el aumento de embarazos mediante técnicas asistidas, han contribuido a que la población necesite, cada vez más, unos recursos apropiados para afrontar la gestación, el parto y el puerperio, y que éstos se vivan de forma positiva desde el punto de vista físico y emocional.

Los cursos se estructurarán en dos tipos de sesiones, unas de contenido teórico y otras destinadas a la preparación física de la gestante.

En estas charlas se tratarán temas como los cambios fisiológicos y psicológicos en la gestación, alimentación y hábitos higiénicos en el embarazo, el proceso de parto, el puerperio y la lactancia, así como los cuidados del recién nacido

Cardiotocografía basal (11)

El test basal es un método de evaluación del estado de salud fetal durante el embarazo, basado en el estudio de las características de la frecuencia cardíaca fetal, en condiciones basales, sin estrés materno ni fetal. Su objetivo fundamental es la evaluación del estado de salud fetal durante el embarazo, identificando el feto sano y el que posiblemente pueda estar en situación comprometida, para poder corregir la situación antes de que se produzcan daños irreversibles en el feto.

El test basal está indicado, fundamentalmente, en los embarazos de alto riesgo obstétrico. La Sección de Medicina Perinatal de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda en el embarazo normal, de bajo riesgo obstétrico, que, de forma opcional, pueda realizarse un test basal para evaluar el estado de bienestar fetal a partir de las 40 semanas del embarazo.

Inducción del parto (1, 15)

Hay casos en los que las circunstancias materno-fetales no permiten esperar a que el parto se desencadene de forma natural. El trabajo de parto se induce para estimular las contracciones del útero y tratar de lograr un parto vaginal. La inducción del trabajo de parto se puede recomendar si la salud de la madre o el feto está en peligro.

Algunos motivos para inducir el trabajo de parto son los siguientes:

  • Indicaciones médicas: diabetes tipo I, Preeclampsia, nefropatías o neumopatías crónicas, colestasis intrahepática del embarazo
  • Indicaciones obstétricas: Ruptura prematura de membranas, hiperdatia, corioamnionitis, riesgo fetal, Crecimiento Intrauterino Retardado (CIR), muerte fetal.

BIBLIOGRAFÍA

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