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Cuidado de Enfermería en pacientes con Alzheimer

Cuidados de Enfermería en pacientes con Alzheimer

El Alzheimer  es un trastorno cerebral que afecta seriamente las capacidades de una persona para llevar a cabo sus actividades diarias. Comienza lentamente y avanza de manera insidiosa hasta llegar a estados de dependencia absoluta. No hay una causa concreta sino unos factores de riesgo bien reconocibles como el genético, edad avanzada o hipertensión arterial de larga evolución entre otros. No existe una prueba específica para diagnosticarla, así que se hace necesaria la valoración de pruebas neurológicas, psíquicas y físicas.

Autores:

  1. Ana Hermosín Alcalde DUE. Centro de diálisis Diaverum (Cartaya).
  2. Elena Pereira Jiménez DUE. Interclinik
  3. Mª Dolores Loro Padilla DUE. Servicio andaluz de Salud(SAS)

Resumen

El síntoma más característico es la pérdida de memoria y capacidad cognitiva que con el paso del tiempo conlleva incapacidad comunicativa, espacial y temporal. No existe cura pero sí medicamentos que ayudan a frenar los síntomas de la enfermedad. En este sentido, los cuidados de enfermería facilitarán, en la medida de lo posible, la calidad de vida del paciente a través de actividades que incentiven la memoria y las competencias cognitivas y comunicativas del paciente. Se hará imprescindible la información detallada sobre el avance y consecuencias de la enfermedad y el apoyo anímico tanto al paciente como a los familiares para afrontarla con entereza y efectividad.

Palabras clave: demencia, neuronas, afasia, comunicación y lenguaje.

Introducción

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores. La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias.

El Alzheimer comienza lentamente. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Las personas con el mal pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen. Un problema relacionado, el deterioro cognitivo leve, causa más problemas de memoria que los normales en personas de la misma edad. Muchos, pero no toda la gente con deterioro cognitivo leve, desarrollarán Alzheimer.

Con el tiempo, los síntomas del Alzheimer empeoran. Las personas pueden no reconocer a sus familiares. Pueden tener dificultades para hablar, leer o escribir. Pueden olvidar cómo cepillarse los dientes o peinarse el cabello. Más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos o deambular lejos de su casa. Finalmente, necesitan cuidados totales. Esto puede ser muy estresante para los familiares que deben encargarse de sus cuidados.

El Alzheimer suele comenzar después de los 60 años. El riesgo aumenta a medida que la persona envejece. El riesgo es mayor si hay personas en la familia que tuvieron la enfermedad.

Ningún tratamiento puede detener la enfermedad. Sin embargo, algunos fármacos pueden ayudar a impedir por un tiempo limitado que los síntomas empeoren.

Causas

No existe una causa concreta a la que se le pueda atribuir la responsabilidad de la aparición de la Enfermedad de Alzheimer. Al contrario, su etiología es multifactorial, es decir, existen una serie de factores de riesgo, tanto genéticos como ambientales que, al interferir entre sí, dan lugar a una serie de acontecimientos que resultan en el inicio de la enfermedad.

Los principales factores de riesgo implicados en la etiopatogenia del Alzheimer son:

  • Influencia genética: Existen varios genes implicados, sobre todo en el tipo de inicio precoz. En los casos en los que un familiar directo padece la enfermedad, la probabilidad de que su descendencia la desarrolle es 2-4 veces mayor.
  • Edad: El riesgo se duplica cada 5 años. A los 65 la probabilidad de padecerla es del 10%, llegando hasta el 50% a los 85 años.
  • Sexo: Cuestión controvertida. Existe un mayor porcentaje de mujeres que presentan la enfermedad, sin embargo, se cree que puede ser debido a su mayor esperanza de vida.
  • Escolarización y nivel educativo: La ejercitación cognitiva y el aprendizaje estimulan la comunicación neuronal (plasticidad neurológica), con lo que un bajo nivel educativo viene relacionado con un aumento del riesgo de desarrollar la enfermedad.
  • Hipertensión Arterial de larga evolución:
  • Antecedentes de Traumatismo Craneal
  • Nutrición: Una dieta basada en productos de gran contenido calórico, con altos niveles de ácidos grasos saturados y/o de ácidos grasos omega 6, están relacionados con un mayor riesgo de sufrir Alzheimer. Hay dietas especializadas para la prevención y tratamiento del Alzheimer
  • Niveles elevados de Homocisteína. Esta sustancia es un aminoácido orgánico que interviene en procesos fundamentales para el organismo, pero que, en concentraciones altas, está íntimamente relacionada con la aparición de cardiopatías y neuropatías.
  • Antecedentes de procesos depresivos o síndrome de Down.
  • Otros: Tabaco, estilo de vida sedentaria, diabetes y obesidad

Es importante mencionar que, obviamente, algunos de estos factores como son la edad, la predisposición genética o el sexo, no se pueden evitar. Sin embargo, otros muchos como el sedentarismo, la conducta alimenticia, el hábito tabáquico, etc, son factores de riesgo potencialmente modificables en los que se debe incidir a la hora de desarrollar planes preventivos que promuevan un estilo de vida saludable y un envejecimiento activo.

Diagnóstico

En la actualidad no existe ninguna prueba específica para el Diagnóstico de Certeza de la Enfermedad de Alzheimer, sino que es necesario realizar una valoración integral que abarque las áreas neurológica, psíquica y física del paciente, para llegar a un Diagnóstico. De manera general, se realiza una anamnesis completa y se elabora una Historia Clínica personal que incluya todos los datos de interés para el médico. Del mismo modo, se lleva a cabo una exploración física integral detallando la funcionalidad de cada uno de los sistemas y aparatos.

El Neuropsicólogo, por su parte, realiza una batería de pruebas, test y cuestionarios destinados a valorar el estado cognitivo del paciente. De ser necesario, y tras llegarse a un consenso entre el equipo médico y el de neuropsicología, se programarán las pruebas complementarias que dichos profesionales consideren adecuadas.

Finalmente, cobra especial relevancia en este punto la figura de la familia, pues se considerarán como los informadores más fiables a la hora de exponer al médico cuál es la evolución del paciente, y hacer un “seguimiento” durante el periodo de tiempo comprendido entre consulta y consulta, lo cual es de vital importancia a la hora de prescribir un tratamiento correcto acorde a las necesidades del mayor.

Síntomas

En un principio, surgen pequeñas e imperceptibles pérdidas de memoria, pero con el paso del tiempo, esta deficiencia se hace cada vez más notoria e incapacitante para el afectado, que tendrá problemas para realizar tareas cotidianas y simples, y también, otras más intelectuales, tales como hablar, comprender, leer, o escribir.

Síntomas neurológicos

La enfermedad de Alzheimer afecta a la memoria en sus diferentes tipos. Estos son los deterioros sufridos:

  • Pérdida de memoria a corto plazo: incapacidad para retener nueva información.
  • Pérdida de memoria a largo plazo: incapacidad para recordar información personal como el cumpleaños o la profesión.
  • Alteración en la capacidad de razonamiento.
  • Afasia: pérdida de vocabulario o incomprensión ante palabras comunes.
  • Apraxia: descontrol sobre los propios músculos, por ejemplo, incapacidad para abotonarse una camisa.
  • Pérdida de capacidad espacial: desorientación, incluso en lugares conocidos.
  • Cambios de carácter: irritabilidad, confusión, apatía, decaimiento, falta de iniciativa y espontaneidad.

Tratamiento

Actualmente no hay tratamiento curativo para la Enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, hay medicamentos y estrategias no farmacológicas que ayudan  y mejoran las manifestaciones de la enfermedad.

Se están investigando diferentes drogas para cambiar el curso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente y su familia

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO / BIOLÓGICO

1.- Fármacos para la memoria y otras funciones intelectuales

A medida que la enfermedad de Alzheimer progresa las neuronas se van muriendo y las conexiones entre ellas se van perdiendo produciendo la pérdida de memoria y alterando las otras funciones intelectuales.

Si bien los fármacos no curan el Alzheimer pueden reducir el daño que se produce en las neuronas y estabilizar la enfermedad por un tiempo.

  • Los fármacos más usados y aprobados para el tratamiento del Alzheimer son los: inhibidores de la acetilcolinesterasa.
    • Previenen la ruptura de la acetilcolina, un químico importante del cerebro que tiene que ver con el aprendizaje y la memoria y permite que los niveles de esta sustancia permanezcan altos.
    • Retrasan el empeoramiento de los síntomas en la mayoría de personas con Alzheimer
    • Generalmente son bien tolerados. Los efectos colaterales  más comunes son: náuseas, vómitos, pérdida de apetito y diarrea.
    • Los inhibidores de acetilcolina más usados son:
      • Rivastigmina
      • Galantamina
      • Donepecilo

SEGURIDAD CON LOS FÁRMACOS: «Antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico debe de tener una evaluación médica con un facultativo que conozca de estos fármacos para que elija el mejor para usted y que evalúe las interacciones medicamentosas y efectos secundarios que se pudieran dar».

Memantina, aprobado por la FDA para el tratamiento de Alzheimer en estadío moderado a avanzado. Se recomienda usarlo  junto con un Inhibidor de acetil colinesterasa. Contribuye con la mejoría de la memoria, atención y otras funciones intelectuales superiores. Regula la actividad del glutamato, mensajero químico que está involucrad en el aprendizaje y la memoria.

Como efectos secundarios puede producir dolor de cabeza, confusión, mareos, estreñimiento.

Vit E. Es un antioxidante y algunos estudios han probado su efectividad en el rendimiento de actividades de la vida diaria de los pacientes con Alzheimer. Por los riesgos de interactuar con otros fármacos debe tomarse por indicación médica luego de una evaluación.

2.- TRATAMIENTOS INNOVADORES

  • RENACENZ (Cerebrolysina). Desarrollado por científicos austríacos, el nuevo fármaco basado en una sustancia llamada cerebrolysina, una proteína natural, permitiría detener el proceso degenerativo de las neuronas al acrecentar el desarrollo, fortalecimiento y protección de las neuronas, mejorando notoriamente la calidad de vida de los pacientes.
  • Tiene un mecanismo de acción DUAL, ya que tiene efectos tanto neurotróficos como neuroprotectores sobre la Neurona. El perfil preclínico y los resultados de pruebas clínicas previas brindan la base para evaluar los efectos del tratamiento con Renacenz en pacientes con problemas orgánicos, metabólicos y neurodegenerativos del cerebro, especialmente demencia senil del tipo Alzheimer, demencia vascular, accidente cerebrovascular y traumas cráneo cerebrales.
  • Su aplicación es por vía endovenosa  y debe de estar indicada por un médico.
  • IMPLANTE DE CÉLULAS MADRE

Prevención

Las recomendaciones de los expertos se centran fundamentalmente en dos puntos clave: detección precoz de los primeros síntomas, y ejercitar la memoria y la función intelectual. Además, mantener una dieta equilibrada, baja en grasas, protege frente al deterioro cognitivo, además, la vitamina E ejerce un efecto protector. En general, mantener unos hábitos de vida saludables puede reducir el 40 por ciento de los casos de Alzheimer, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Existen además algunos factores de riesgo no genéticos que pueden determinar el momento en el que comienza a aparecer el Alzheimer:

  • Nivel educacional: cuantos más años de formación tenga una persona, más tarde aparecerán los posibles efectos del Alzheimer, pues el haber estado ejercitando la memoria fortalece el cerebro.
  • Salud cardiovascular: existen alteraciones del sistema cardiovascular que pueden afectar al sistema cognitivo de una persona, como la hipertensión arterial, la diabetesmellitus, la obesidad, la falta de ejercicio físico o el tabaquismo.
  • Traumatismo craneoencefálico: se puede perder conocimiento en el impacto.
  • Depresión: puede favorecer la aparición del Alzheimer o una enfermedad vascular cerebral.

El ejercicio de la memoria y de la actividad intelectual no tiene por qué ir parejo al nivel de educación o cultural de la persona. La Prueba de los siete minutos se utiliza para la detección precoz de la enfermedad, e indaga en las zonas que con más frecuencia aparecen alteradas en el mal de Alzheimer: la orientación, memoria, percepción visual y lenguaje. La prueba se divide en varias áreas:

  • Orientación: Pide a la persona de la que sospecha estar afectada, que identifique en que día, mes y año se encuentra. El grado menor de error es confundirse en el día de la semana o el día del mes, el mayor, una confusión en el mes o el año.
  • Memoria: El sujeto observado tiene que identificar 16 figuras presentes en 4 láminas de imágenes diferentes. Debe indicar qué tipo de objeto o figura ha de buscar. Cuando haya identificado correctamente el objeto, se guarda la lámina y se saca otra, sobre la que se pregunta otro objeto. Al identificar las 16 figuras, se le hace descansar, pensar en otra cosa y después, se le pide que repita las 16 figuras y objetos identificados que pueda recordar.
  • Percepción visual: pide el dibujo de un reloj, con las manecillas marcando las cuatro menos veinte. Valora el resultado, según la corrección del dibujo.
  • Lenguaje: Para evaluar la fluidez oral, tiene que nombrar todos los animales que pueda en un minuto.