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Cuidados de Enfermería en la dermatitis atópica

MEDICAMENTOS

En este momento, no se utilizan vacunas para alergias para tratar la dermatitis atópica.

Los antihistamínicos tomados por vía oral pueden ayudar con la picazón o las alergias. Con frecuencia, usted puede comprarlos sin necesidad de una receta.

La dermatitis atópica generalmente se trata con medicamentos que se aplican directamente en la piel o el cuero cabelludo. Estos se conocen como medicamentos tópicos:

  • Al principio, a usted probablemente le recetarán una crema o ungüento de cortisona (esteroide) suave. Si esto no funciona, puede necesitar un medicamento más fuerte.
  • Los medicamentos llamados inmunomoduladores tópicos (IMT) se le pueden recetar a cualquier persona mayor de 2 años de edad. Pregúntele a su proveedor acerca de las preocupaciones sobre un posible riesgo de cáncer por el uso de estos medicamentos.
  • Se pueden usar cremas o ungüentos que contengan alquitrán de hulla o antralina para las zonas engrosadas.
  • Se pueden emplear cremas protectoras que contengan ceramidas.

El tratamiento de conservación de la humedad con corticosteroides tópicos puede ayudar a controlar la afección. Pero puede llevar a que se presente una infección.

Otros medicamentos que se pueden usar incluyen:

  • Cremas o pastillas antibióticas si su piel se infecta
  • Fármacos que inhiben el sistema inmunitario
  • Fototerapia, un tratamiento médico en el cual la piel se expone cuidadosamente a la luz ultravioleta (UV)
  • Uso de esteroides sistémicos por corto tiempo (esteroides administrados por vía oral o a través de una vena)

Prevención

Los niños que se alimentan con leche materna hasta los 4 meses de edad pueden ser menos propensos a padecer dermatitis atópica.

Si el niño no es alimentado con leche materna, el uso de una leche maternizada que contenga proteína de leche de vaca procesada (llamada leche maternizada parcialmente hidrolizada) puede disminuir las probabilidades de padecer dermatitis atópica.

Cuidados de Enfermería

Al tratarse de una enfermedad de causa multifactorial, los pacientes con DA requieren un tratamiento integral por parte de un equipo multidisciplinario, abordando aspectos biopsicosociales. A menudo, los pacientes tienen un concepto erróneo de su enfermedad, lo que les lleva a restar importancia al cumplimiento terapéutico, por eso es fundamental la educación terapéutica. El objetivo de la educación terapéutica es mejorar el tratamiento del paciente permitiéndole ser autónomo, adquirir y poner en práctica una serie de habilidades para vivir mejor su patología.

Diversos estudios han demostrado que la educación terapéutica ha supuesto una mejora en su calidad de vida y también una reducción en el gasto económico debido a la enfermedad. El papel de la enfermera es fundamental, tanto en la realización de técnicas y procedimientos como a nivel docente. Entre sus funciones principales se encuentran educar al paciente sobre su enfermedad o a los cuidadores en caso de que el paciente sea un niño, favorecer la relación terapéutica paciente-enfermera y conseguir adherencia al tratamiento.

El contacto directo de la enfermera con el paciente favorece un mayor conocimiento de su situación personal, social y de los aspectos psicológicos que le afectan en relación con su enfermedad. Mediante la empatía, la escucha activa y la comunicación bidireccional, se favorece la relación terapéutica lo que supone el aumento de la calidad asistencial.

La consulta individual

Se basa en la propuesta de un programa dividido en tres etapas:

-Primera etapa: la finalidad es establecer una relación terapéutica de confianza y escucha con el paciente haciendo un intercambio de conocimientos a través de una entrevista de preguntas abiertas. El objetivo no es centrarse sólo en los síntomas, sino también abordar las dificultades que encuentra el paciente, cómo afecta la enfermedad a su calidad de vida y sus necesidades. Mediante la información que proporciona se establece lo que se denomina “diagnóstico educativo”.

-Segunda etapa: en esta etapa se proponen varios objetivos con el fin de conseguir la autonomía del paciente en determinados aspectos

-Tercera etapa: la evaluación. Consiste en un seguimiento del paciente, procurando el cumplimiento de los objetivos previamente establecidos, con el fin de ayudar y acompañar al paciente hasta el final de su tratamiento.

La consulta colectiva

Los talleres o grupos de terapia interactivos se organizan en presencia de médicos, enfermeras y psicólogos, junto con un grupo de seis pacientes aproximadamente. Durante estas reuniones, los pacientes tienen la posibilidad de expresarse libremente sobre la enfermedad, sus temores, y las dificultades que encuentran en el día a día. Mediante herramientas pedagógicas, juegos de rol, folletos educativos, y actividades como “El Reloj de la Atopia”, los talleres sirven como medio de aprendizaje para compartir experiencias y conocimientos.

Además del tratamiento farmacológico, los pacientes deben llevar a cabo una serie de medidas generales en su vida diaria. Para ello, es necesario instruir a los pacientes mediante una serie de recomendaciones.

Aseo e higiene

En la actualidad se recomienda el baño breve, de unos cinco minutos, y con agua templada (30-33ºC) ya que debe evitarse el calor excesivo y el contacto prolongado con el agua. Además es preferible que el baño se lleve a cabo por la tarde o antes de dormir, para disminuir el estrés, la sequedad y el picor. También se recomienda después de practicar deporte por la aparición de sudor, causante del prurito. El lavado de manos es fundamental, especialmente en los niños es necesario instruirlos para que lleven a cabo el lavado después de jugar. Se recomienda usar jabones con un pH neutro o con tendencia a la acidez, similar al de la piel. Debe evitarse el uso de esponjas en la aplicación del gel, ya que la fricción puede irritar la piel. En caso de existir infección por lesiones de rascado, pueden utilizarse detergentes antibacterianos. Está desaconsejado el uso de perfumes. La piel debe secarse con toallas suaves de algodón, siempre “a toques” y dejándola ligeramente húmeda para la aplicación posterior de cremas hidratantes. Las uñas deben estar cortas y limpias. Es preferible el baño en el mar antes que en las piscinas, siendo imprescindible la ducha posterior para eliminar los restos de sal y cloro y la aplicación de cremas hidratantes. Se recomienda evitar el contacto con cloro en la medida de lo posible, por su efecto irritante.

Vestimenta

Se recomienda el uso de ropa suelta y de algodón, evitando la lana, plástico o fibras sintéticas tanto para vestir como para la ropa de cama. Los calcetines se recomienda que sean de hilo o de algodón para la correcta transpiración del pie. Es importante lavar la ropa antes de su uso, evitando las lejías, suavizantes y jabones perfumados. También está recomendado eliminar las etiquetas y evitar el contacto con adornos, especialmente si contienen níquel El calzado debe ser de piel, tela o loneta y en el caso del calzado deportivo, su uso debe restringirse solo a la práctica de deporte ya que la suela de estos zapatos es sintética, lo que impide la ventilación.

Hidratación de la piel

Los preparados tópicos mejoran la función de la barrera cutánea y disminuyen el uso de corticoides, por lo que son la base del tratamiento de mantenimiento. Hay que insistir en su aplicación continuada porque reducen significativamente las recaídas.

Alimentación

Actualmente, las dietas restrictivas son un tema de controversia. Algunos autores consideran que el consumo de alimentos como el huevo, cacahuetes, trigo y soja en niños menores de 2 años favorece la aparición de DA hasta en un 20% de los casos. Un estudio realizado en 2010, aconseja evitar dietas ricas en ácidos grasos poliinsaturados, ya que favorecen la producción de IgE y por el contrario, fomenta las dietas ricas en antioxidantes, como la dieta mediterránea. Desde el punto de vista preventivo, en el caso de los niños con DA algunos autores recomiendan evitar los frutos cítricos, así como el uso de chupete ya que se les desencadena con facilidad un brote en la piel de la zona peribucal. Además, en los adultos con DA, los excitantes como el café, el cacao o el alcohol pueden aumentar el prurito. También el consumo de fresas y marisco en grandes cantidades pueden desencadenar prurito debido a que son alimentos con alto contenido en histamina o liberan esta sustancia.  En relación a la lactancia materna, a pesar de que su efecto preventivo también sigue siendo objeto de controversia, se recomienda en cualquier caso durante los primeros meses de vida debido a los aspectos beneficiosos de la misma.

Ejercicio físico

La sudoración es uno de los factores que puede desencadenar el prurito, por ello está desaconsejada la realización de actividades que provocan exceso de sudor. No obstante, está demostrado que el ejercicio físico tiene influencia positiva a nivel psicológico en estos pacientes, produciendo además una mejora en su respuesta al calor tras tres semanas de ejercicio. Además, la transpiración favorece la eliminación de sustancias de desecho cutáneas, por lo que sí que se recomienda el ejercicio regular, siempre y cuando no se realice de manera intensa. Es conveniente la ducha tras la realización de deporte y el uso de calzado adecuado.

Factores medioambientales

El clima templado y húmedo (20ºC) favorece la humidificación de la piel, siendo más beneficioso que el frío y seco ya que incrementa la xerosis y el prurito.

Además se debe tener precaución con las calefacciones de aire caliente ya que resecan mucho el ambiente y pueden ser un factor agravante. La humidificación ambiental con instalaciones adecuadas es beneficiosa, sin embargo, el uso de recipientes de agua O pequeños humidificadores tiene poca eficacia, además de favorecer la colonización de hongos en sus filtros. La exposición solar también está permitida siempre que el paciente no tenga lesiones activas, ya que produce escozor, ni se observe una mala tolerancia. Se recomienda el uso de cremas protectoras para evitar las quemaduras. Deben evitarse las horas en las que el sol es más fuerte, desde las 12h a las 16h, y la exposición los días en los que el paciente recibe fototerapia. La ventilación del hábitat familiar también es muy importante, y especialmente se recomienda ventilar la habitación del paciente al menos 5 minutos cada día. Se recomienda el uso de aspiradores para limpiar el polvo a nivel del suelo pero también en aquellos lugares donde se acumula polvo con facilidad como alfombras, cortinas, peluches, etc.

Vacunas y enfermedades asociadas

Los niños con dermatitis atópica deben recibir el calendario vacunal completo, sin embargo, durante los brotes agudos debe retrasarse la vacunación hasta que estén controlados. Durante el tratamiento con corticoides sistémicos, no deben realizarse vacunas con virus vivos, procediendo a la vacunación al menos un mes después de terminar el tratamiento ya que la respuesta inmunológica está alterada. También es necesario llevar a cabo un adecuado control de las enfermedades asociadas que pueden ocasionar prurito, como por ejemplo la urticaria.

Probióticos y simbióticos

El papel de los probióticos en la DA también ha generado controversia. Se ha demostrado su papel preventivo en algunos casos, sin embargo, no se han observado efectos beneficiosos en pacientes con la enfermedad ya establecida. Por otra parte, un estudio demostró que el uso de simbióticos, en niños menores de 7 meses tras un año de seguimiento no modifica el curso de la enfermedad pero consigue reducir el riesgo de desarrollo de asma infantil, reduciendo al 50% la aparición de síntomas. Este hecho se debe tener en cuenta, ya que supone detener o retrasar la marcha atópica.

Conclusión

Los cuidados de Enfermería se basarán en la educación terapéutica y tendrán como objetivo conseguir que los pacientes adquieran los conocimientos necesarios para llevar a cabo con efectividad tanto el tratamiento como las medidas preventivas de su enfermedad. Además del control del tratamiento farmacológico, será imprescindible marcar unas pautas de comportamiento que eviten el empeoramiento de los síntomas. Esas medidas incluyen hábitos higiénicos, climatológicos, alimenticios, de vestimenta e incluso de actividad física. En el caso de que el paciente sea un niño, habrá que aplazar el uso de cualquier vacuna si coincide con un brote agudo Cuyp tratamiento se bas en corticoides.

Bibliografía

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