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Cuidados de Enfermería al paciente anciano: cuidemos al cuidador

DIFICULTADES SOCIO-FAMILIARES

  • Cambios en las relaciones familiares: Muchas veces el hecho de que se tenga que reestablecer la jerarquía de cuidar, puede suponer un cambio en los papeles que cada cual tenía asumidos hasta el momento. De forma que el que ahora es el cuidador verá como la persona que antes asumía el rol de máximo responsable en la familia ahora es la persona cuidada y dependiente. Este hacho puede provocar algunas dificultades, en el cuidador:
    • Tomar decisiones respecto al cuidado del otro.
    • Asumir el grado de responsabilidad que implica la tarea de cuidar, puede representar una carga llena de sentimientos contradictorios de rechazo y sobreprotección.
    • Acompañar la persona en la etapa de la vejez exige aceptar y afrontar los miedos del propio envejecimiento.
    • La experiencia de cuidar comporta revisar la historia de la relación que se mantiene con la persona cuidada, respetando su manera de ser y de hacer.
    • La tarea de cuidar una persona dependiente puede implicar cambios en la relación con la pareja y los hijos, por el tiempo que el cuidador deja de dedicarles y por las dificultades que ellos puedan tener para comprender la relación entre el cuidador y la persona mayor y el proceso de envejecimiento.
  • Aislamiento y soledad: El cuidador, al tiempo, deja de hacer actividades que formaban parte de su vida para dedicar todas sus energías en el cuidado del otro. La preocupación por la persona mayor aumenta cuando el cuidador no puede estar en el domicilio o a su lado. Se crean sentimientos de culpabilidad y aparece el miedo que pueda ocurrir algún contratiempo mientras se está ausente. A la vez, se reduce el círculo de amistades y se pueden distanciar las relaciones familiares, cosa que acentúa el sentimiento de soledad.
  • Cansancio: Cuidar muchas veces implica un gran esfuerzo físico y psíquico. El cansancio dificulta esta tarea y afecta el propio bienestar y la relación con la persona que se cuida. Pueden aparecer signos de irritabilidad, apatía y tristeza.
  • Incertidumbre por el futuro: El desconocimiento de la evolución de las pérdidas que sufre la persona anciana, puede hacer aparecer un sentimiento de incertidumbre. No sabemos cómo evolucionará el envejecimiento, qué nuevas dependencias pueden aparecer y qué nuevas respuestas se tendrán que dar para qué la persona mayor pueda mantener su calidad de vida.
  • Dificultades económicas: En algunos casos, es imprescindible que el cuidador deje de trabajar. Los ingresos familiares disminuyen y aparecen sentimientos de insatisfacción personal y limitaciones económicas.

Sentimientos que pueden vivir los cuidadores familiares con la experiencia de cuidar:

La familia continúa siendo hoy en día la principal cuidadora de las personas mayores que necesitan ayuda. Este hecho, provoca sentimientos muy diversos, pero a su vez comunes en la mayoría de las situaciones.

No podemos definir el papel del cuidador sólo con términos de procedimientos y las tareas que realiza. Pues, el hecho de cuidar, muchas veces se ve menospreciado porque se acostumbra a atribuir el concepto a solo cuidados instrumentales del paciente, cuando en realidad, la persona cuidadora es un apoyo moral y emocional para el paciente, realiza una tarea de vigilancia médica y de administración de medicación muy importantes, tiene un dominio de los signos y los síntomas de la enfermedad y sabe gestionar algunas crisis médicas, entre otras.

En muchas ocasiones atribuimos este tipo de cuidado a las leyes de la naturaleza, al hacho de que porque nuestro familiar sea dependiente, nos pertenece a nosotros o cualquier miembro de la familia tener cuidado del mismo. Este hecho es fiel a la realidad hasta cierto punto, pues el que no deberíamos permitir nunca es que el cuidador se sienta obligado o que se llegue a sentir sobrepasado por la situación de tener esta obligación moral que viene marcada por la sociedad y las normas culturales tradicionales, ya que si se llega a este extremo, lo que provocaremos será que el paciente, el que en teoría es la persona dependiente, reciba un mal cuidado, así como la posible consecuencia de que el cuidador acabe siendo también un paciente.

El hecho de cuidar puede provocar al cuidador, sentimientos contradictorios de afecto y repulsión, en el caso que sintamos que tenemos que cuidar por el supuesto afecto que deberíamos de sentir hacia ese familiar, y que no siempre tenemos, la que provoca un sentimiento de culpa muy marcado, sobre todo por la visión sociocultural a la que estamos sometidos constantemente.

También se debe de tener en cuenta que a pesar de la gran capacidad que tienen los cuidadores familiares, nos podemos encontrar con que a veces se sientan impotentes delante de una situación que no sepan resolver, o que se vean capaces de dar respuesta a las necesidades físicas, pero no a las psíquicas o emocionales, lo que podría llegar a provocar, también, un desgaste importante, depresión o claudicación de este cuidador.

Por norma general estos cuidadores no son solo personas que necesitan apoyo, sino que también tienen recursos y formas de afrontar con éxito las tareas de cuidar de otro. Son personas que soportan el estrés, la frustración y la mayoría de las veces consiguen fuerzas para continuar cuidando del que lo necesita.

¿Cómo detectar los casos de claudicación a la consulta de Enfermería, o su riesgo?

Cuidar a personas ancianas, sobre todo cuando se encuentran en condiciones de discapacidad, supone un desgaste para el cuidador, razón por la cual se tienen que establecer medidas para el apoyo de la atención a los cuidadores.

En los últimos años, la atención en el domicilio va aumentando cada vez más, y por lo tanto, nos encontramos con que los familiares tienen que hacerse cargo de los pacientes en el domicilio. Esta situación genera importantes cambios en la estructura familiar, así como en los roles y los hábitos. Por estas razones aparece la figura del “cuidador principal”, que es la figura de referencia, el principal proveedor de cuidados en el domicilio.

Cuidar muchas veces implica un gran esfuerzo tanto físico como psicológico. El cansancio dificulta esta tarea y afecta al propio bienestar y a la relación con la persona que se cuida.

Como enfermeros y enfermeras, nos debemos de dar cuenta de los varios signos que pueden aparecer en este cuidador principal, y que no siempre estarán a primera línea, sino que muchas veces se verán cubiertos por una fortaleza artificial que la propia persona se habrá construido para poder sobrellevar la situación, por el miedo de enfrentarse a ella o de pedir ayuda; por el miedo de ser juzgados.

Los signos que se han mencionado antes pueden aparecer en forma de alteraciones en la salud física y emocional (claudicación), manifestadas por signos de irritabilidad, apatía, tristeza, etc. También tendremos que tener en cuenta, que cuando hay una perturbación del estado mental y la falta de autonomía del paciente aumenta, hay más riesgo de alteraciones de la dinámica familiar y social, y la aparición de problemas físicos y psíquicos en el cuidador o los cuidadores principales pueden aumentar, y por lo tanto en estas ocasiones hay más riesgo de claudicación.

En esta agravación del riesgo de claudicación, también pueden traer cambios en la dependencia del paciente, el tiempo que el cuidador lleva ejerciendo su papel o el nivel socioeconómico de la familia con la que nos encontramos.

Para establecer un buen diagnóstico, en la consulta de Enfermería, tenemos que estar alerta de estos indicadores de sobrecarga o de claudicación del cuidador. Esta situación se puede valorar a partir de la presencia del diagnóstico enfermero “cansancio del ejercicio del rol de cuidador”, de la detección del riesgo social “familia con dificultades para asumir la responsabilidad de atención al enfermo” y mediante la escala de Zarit.

DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA RELACIONADOS CON EL CUIDADOR

El colectivo enfermero, tenemos que potenciar nuestro sentido de observación, dejando atrás prejuicios y estereotipos para contribuir a ayudar a la cuidadora/or principal y así poder ayudarlo a solucionar sus problemas.

Algunos diagnósticos que creemos que se pueden identificar en las persones cuidadoras que no reciben un apoyo necesario pueden ser, entre otros:

  • Cansancio del rol del cuidador (00061):
    • Definición: Dificultad para desempeñar el papel de cuidador de la familia.
    • Características definitorias:
      • Recursos inadecuados para desarrollar los cuidados necesarios.
      • Dificultad para llevar a cabo las actividades de cuidados específicos.
      • Preocupación por el receptor de cuidados. (Salud, traerlo a una institución, que pasará si él le falta?)
      • Sentimientos de que ofrecer los cuidados interfiere con otros roles importantes de la vida del cuidador.
      • Sentimientos de pérdida, puesto que el receptor de cuidados ya no es la persona que era antes.
      • Depresión
    • Factores relacionados:
      • Aislamiento del cuidador.
      • Duración o necesidad de cuidados.
      • Complejidad o cantidad de cuidasos.
      • Inexperiencia a la hora de cuidar.
      • Falta de ocio o diversión por parte del cuidador

Orientación de las intervenciones de Enfermería:

En este caso, planificaremos un plan informativo para la familia, para que sean conscientes del qué comporta ser el cuidador principal. También haremos una valoración sobre las diferentes estrategias de afrontamiento que tiene el cuidador, intentando potenciarlas para reducir el estrés. Valoraremos los recursos de los cuales dispone e intentaríamos ayudar a que los amplié. Haremos una valoración de los factores estresantes, para poder analizar cuáles de ellos podemos modificar y cuáles no.