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Disartria infantil: evaluación clínica y propuestas terapéuticas

Disartria infantil: evaluación clínica y propuestas terapéuticas

Autora principal: Yolanda Serrano Espallargas

Vol. XX; nº 20; 1029

Childhood dysarthria: clinical assessment and therapeutic approaches

Fecha de recepción: 15 de septiembre de 2025
Fecha de aceptación: 23 de octubre de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 20 – Segunda quincena de Octubre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 20; 1029

Autores:

Yolanda Serrano Espallargas, Logopeda Loga Salud, Logopeda Hospital de Alcañiz

Resumen

La disartria infantil es un trastorno motor del habla originado por lesiones o disfunciones en el sistema nervioso central o periférico, que afecta la fuerza, tono y coordinación de los músculos implicados en la producción del habla. Su presentación clínica es heterogénea y puede incluir alteraciones en la respiración, fonación, resonancia, articulación y prosodia. El diagnóstico diferencial requiere una evaluación clínica exhaustiva que contemple tanto los aspectos motores como los lingüísticos y comunicativos. El tratamiento debe ser individualizado y centrado en mejorar la inteligibilidad del habla, utilizando estrategias compensatorias, ejercicios motores específicos y apoyos comunicativos cuando sea necesario. Este artículo revisa los principales métodos de evaluación clínica y las propuestas terapéuticas basadas en la evidencia para la intervención logopédica en la disartria infantil.

Palabras clave

disartria infantil, evaluación clínica, terapia del habla, trastornos motores del habla, logopedia.

Abstract

Childhood dysarthria is a motor speech disorder caused by lesions or dysfunctions in the central or peripheral nervous system, affecting strength, tone, and coordination of the muscles involved in speech production. Its clinical presentation is heterogeneous and may include alterations in respiration, phonation, resonance, articulation, and prosody. Differential diagnosis requires a comprehensive clinical assessment that considers both motor and communicative aspects. Treatment must be individualized and focused on improving speech intelligibility through compensatory strategies, specific motor exercises, and communicative supports when needed. This article reviews the main clinical assessment methods and evidence-based therapeutic proposals for speech therapy intervention in childhood dysarthria.

Keywords

childhood dysarthria, clinical assessment, speech therapy, motor speech disorders, logopedics.

Introducción

La disartria infantil se define como un trastorno motor del habla consecuencia de una alteración neurológica que afecta la planificación y/o ejecución de los movimientos musculares necesarios para la producción del habla. Se diferencia del trastorno fonológico o de la apraxia infantil en que la dificultad radica en la ejecución motora, más que en la programación del movimiento.

Las causas incluyen parálisis cerebral infantil (PCI), traumatismos craneoencefálicos, enfermedades neuromusculares, tumores cerebrales o malformaciones congénitas. Su prevalencia es difícil de estimar debido a la heterogeneidad de los casos, aunque se considera una de las alteraciones del habla más frecuentes en niños con daño neurológico.

El impacto de la disartria en la comunicación es significativo: reduce la inteligibilidad, afecta la interacción social y limita el rendimiento académico. Por ello, la evaluación y la intervención logopédica tempranas son fundamentales.

Metodología

Este trabajo se elaboró mediante una revisión narrativa de la literatura entre 2000 y 2023 en bases de datos como PubMed, Scopus y Dialnet.

Criterios de inclusión:
Publicaciones en español e inglés.
Estudios sobre evaluación clínica y tratamiento logopédico de la disartria infantil.
Revisiones sistemáticas, guías de práctica clínica y manuales especializados.

Criterios de exclusión:
Artículos sobre disartria adquirida en adultos.
Estudios centrados exclusivamente en apraxia del habla sin componente disártrico.

Resultados

La revisión de la literatura especializada sobre disartria infantil ha permitido identificar una serie de hallazgos relevantes que se organizan en cinco grandes ejes: características clínicas, clasificación de los subtipos, herramientas de evaluación, propuestas terapéuticas basadas en evidencia y factores asociados al pronóstico.

1. Manifestaciones clínicas de la disartria infantil

Los estudios revisados coinciden en que la disartria infantil no es un trastorno homogéneo, sino un conjunto de alteraciones del habla con gran variabilidad en su expresión clínica. Esta heterogeneidad se explica por la diversidad de etiologías (parálisis cerebral, traumatismos craneoencefálicos, enfermedades neuromusculares, malformaciones congénitas, entre otras) y por la localización y extensión del daño neurológico.

Las principales dimensiones afectadas en la producción del habla son:

Respiración: Los niños con disartria suelen presentar un control limitado del aire espirado. Esto genera frases cortas, habla entrecortada o necesidad de pausas frecuentes. En casos graves, el habla puede depender de respiraciones poco profundas que reducen la proyección vocal.

Fonación: Se describe una voz débil, ronca, áspera o con inestabilidad tonal. También se documentan dificultades para iniciar y mantener la fonación, lo que repercute en la inteligibilidad del discurso.

Resonancia: La hipernasalidad, causada por insuficiencia velar, es una de las manifestaciones más frecuentes, especialmente en disartrias de origen flácido. La hiponasalidad, en cambio, se asocia a problemas de cierre velofaríngeo o congestión crónica.

Articulación: Constituye la alteración más llamativa. Incluye imprecisión consonántica, omisiones y sustituciones de fonemas que no obedecen a un patrón fonológico evolutivo, sino a limitaciones motoras. En ocasiones, la lengua presenta movimientos limitados o descoordinados, lo que dificulta la producción de fonemas linguales.

Prosodia: Se observa un ritmo monótono, pausas inadecuadas, entonación reducida o acentuación incorrecta. Estos problemas afectan la naturalidad del habla y reducen la comprensión por parte de los interlocutores.

La inteligibilidad del habla aparece como el principal indicador de severidad: en casos leves se conserva la comunicación oral funcional, mientras que en los graves se recurre a sistemas alternativos de comunicación.

2. Clasificación de los subtipos de disartria

Los resultados muestran que, al igual que en la población adulta, en la infancia pueden identificarse distintos subtipos de disartria en función de la localización neurológica de la lesión:

Disartria espástica: caracterizada por rigidez muscular, movimientos lentos y forzados, voz tensa y articulación imprecisa. Es la más frecuente en niños con parálisis cerebral espástica.

Disartria flácida: se asocia a hipotonía, voz débil y nasalizada, y pobre cierre velofaríngeo. Aparece en lesiones del nervio craneal o enfermedades neuromusculares.

Disartria atáxica: se observa en lesiones cerebelosas. El habla presenta descoordinación, ritmo irregular, excesivas variaciones de intensidad y entonación «escandida».

Disartria hipocinética: menos frecuente en población infantil, vinculada a lesiones extrapiramidales. El habla es monótona, con voz reducida y articulación acelerada.

Disartria hipercinética: asociada a movimientos involuntarios, como los presentes en corea o distonías, que interrumpen la producción del habla.

La clasificación es útil no solo para el diagnóstico diferencial, sino también para orientar la intervención, ya que cada subtipo requiere énfasis terapéutico en aspectos distintos.

3. Evaluación clínica

Los hallazgos muestran que la evaluación de la disartria infantil debe ser exhaustiva e incluir tanto medidas perceptivas como instrumentales.

a) Examen motor oral
La exploración clínica incluye la valoración de la fuerza, tono, coordinación y amplitud de movimiento de labios, lengua, mandíbula y paladar blando. Se aplican tareas como soplar, inflar mejillas, mover la lengua en distintas direcciones o mantener fonación prolongada.

b) Análisis perceptivo del habla
El logopeda analiza la calidad de la voz, la resonancia, la articulación y la prosodia en habla espontánea y en tareas dirigidas. La inteligibilidad se evalúa a través de escalas (por ejemplo, medir el porcentaje de palabras entendidas por un oyente no familiarizado).

c) Pruebas estandarizadas
Frenchay Dysarthria Assessment (FDA-2): ampliamente utilizada, evalúa funciones motoras y aspectos del habla.
Batería de Exploración de los Trastornos Motores del Habla (BETMH): validada en español, adaptada para población infantil.

d) Medidas instrumentales
En casos complejos, se utilizan herramientas de análisis acústico de la voz, nasometría para medir el grado de nasalidad, o videofluoroscopia y endoscopia para estudiar los movimientos velofaríngeos, especialmente cuando hay disfagia asociada.

Los estudios coinciden en que el análisis perceptivo clínico, realizado por logopedas experimentados, sigue siendo el estándar de oro, complementado por medidas objetivas según disponibilidad.

4. Propuestas terapéuticas

Los resultados de la revisión identifican varias líneas de intervención, que suelen combinarse en función del perfil del niño:

a) Ejercicios motores orofaciales
Incluyen actividades para mejorar la fuerza, tono y coordinación de los órganos fonoarticulatorios. Sin embargo, la evidencia reciente advierte que los ejercicios deben ser funcionales y aplicados dentro de tareas de habla, evitando la práctica aislada sin transferencia.

b) Terapia respiratoria y fonatoria
Se utilizan ejercicios de control del soplo, incremento de la capacidad vital y entrenamiento en la coordinación fonorrespiratoria. También se trabaja la voz mediante técnicas de higiene vocal, emisión sostenida y control de la intensidad.

c) Entrenamiento articulatorio
Los programas basados en la práctica repetida de fonemas específicos, contrastes mínimos y secuencias silábicas muestran mejoras en la precisión articulatoria. Se recomienda un enfoque jerárquico, desde sonidos aislados hasta habla espontánea.

d) Intervención prosódica
El trabajo en ritmo, entonación y acentuación ayuda a mejorar la naturalidad del habla. Se utilizan actividades como marcar acentos con palmadas, lectura rítmica o uso de software de análisis prosódico.

e) Estrategias compensatorias
Incluyen técnicas para mejorar la inteligibilidad sin necesidad de modificar el déficit motor: hablar más despacio, utilizar frases cortas, enfatizar palabras clave, mantener contacto visual.

f) Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC)
En los casos más severos, se introducen pictogramas, tableros de comunicación o dispositivos electrónicos. La literatura subraya que los SAAC deben presentarse como apoyo, no como sustituto, permitiendo al niño comunicarse eficazmente mientras se estimula la producción oral.

g) Intervención interdisciplinar
Se recomienda que la terapia logopédica se complemente con fisioterapia, terapia ocupacional y tratamiento médico cuando sea necesario, con el fin de abordar de manera integral los déficits neuromotores asociados.

5. Factores asociados al pronóstico

Los resultados indican que el pronóstico en disartria infantil depende de múltiples factores:

Severidad de la lesión neurológica: los casos leves presentan buena evolución con intervención intensiva, mientras que en los graves la inteligibilidad puede seguir comprometida.

Edad de inicio de la intervención: cuanto más temprana sea la intervención logopédica, mayores son las posibilidades de compensación funcional.

Nivel cognitivo y lingüístico: un desarrollo cognitivo preservado facilita la adquisición de estrategias compensatorias.

Implicación familiar: la práctica diaria de ejercicios y el refuerzo en casa son determinantes para consolidar avances.

Acceso a tecnologías de apoyo: los SAAC mejoran la participación social y escolar, reduciendo la frustración comunicativa.

En general, los estudios concluyen que la intervención temprana, intensiva y centrada en la comunicación funcional mejora significativamente la calidad de vida de los niños con disartria.

Discusión

Los hallazgos revisados confirman que la disartria infantil requiere un abordaje integral y personalizado. La heterogeneidad clínica implica que no exista un único protocolo de tratamiento válido para todos los casos. La evaluación debe considerar tanto el perfil motor como el impacto comunicativo y social del trastorno.

La evidencia señala que las intervenciones más eficaces son aquellas que combinan ejercicios motores específicos con estrategias funcionales centradas en la comunicación. La terapia debe realizarse de forma intensiva, progresiva y adaptada a la edad y motivación del niño.

Otro punto destacado es la importancia del trabajo interdisciplinar: logopedas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y neurólogos deben coordinarse para abordar los aspectos motores y comunicativos de forma integral.

Asimismo, los estudios muestran que la incorporación de SAAC no debe verse como un sustituto del habla, sino como un complemento que facilita la comunicación funcional mientras se trabaja en la mejora de la inteligibilidad.

Conclusiones

La disartria infantil es un trastorno motor del habla de origen neurológico, con gran heterogeneidad clínica.
Su evaluación debe incluir tanto exploraciones motoras como análisis perceptivos e instrumentales del habla.
La intervención logopédica debe centrarse en mejorar la inteligibilidad y la funcionalidad comunicativa, combinando ejercicios motores, estrategias compensatorias y apoyos alternativos cuando sea necesario.
El enfoque interdisciplinar y la implicación familiar son claves para optimizar resultados.
La investigación futura debe centrarse en la validación de protocolos estandarizados y en la eficacia de terapias combinadas para distintos subtipos de disartria.

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