la determinación de la frecuencia con que se presenta B. pertussis y B. parapertusis como agentes etiológicos (InDRE, 2015).
Respecto al tratamiento de pacientes positivos a B. pertussis la discusión se centra en el tratamiento del antibiótico óptimo. Algunos autores prefieren comenzar con eritromicina y otros con azitromicina. La administración inicial en la fase catarral de un macrólido logrará la reducción de la intensidad y duración de los síntomas y contagio de esta fase, siempre y cuando se inicie antes del comienzo de la fase paroxística considerando que en las tres primeras semanas existe la expulsión de Bordetella (Dotres et al, 2012).
Existe discordancia entre el inicio del antibiótico, sin embargo se sabe que en países desarrollados se inicia con azitromicina siempre y cuando sea el caso menor de seis meses de edad. En contraste con algunos lugares de México, con distintos grados de marginación, el tratamiento de elección es la eritromicina, esta se puede usar en esquema alargado de 14 días o acortado de 5-7 días, en ambos casos son de igual utilidad (Tiwari et al, 2005).
Otros autores en décadas pasadas (Olson, 1975 y López, 1991) mencionan que el antibiótico de elección es la eritromicina a base de 30-50mg/kg/día por 10 días, siendo efectivo únicamente en la fase catarral concordando con otros autores que en esta fase el uso de antibióticos es de prioridad máxima para disminuir la gravedad de las otras etapas.
Objetivo.
Analizar el proceso diagnóstico del síndrome coqueluchoide y su relación con determinantes hospitalarios.
Métodos.
El presente estudio, retrospectivo, analizó los expedientes clínicos de enero-septiembre del 2015 del área de urgencias pediátricas, del Hospital General Bicentenario de Villaflores (HGBV-CH-MX), de la Jurisdicción Sanitaria número IV, Región Frailesca, Chiapas, México.
Estos expedientes fueron sometidos a una revisión detallada de relación cualitativa de variables identificadas como de orden diagnóstico incluyendo a pacientes positivos a Bordetella pertussis, datos generales, ingreso, diagnóstico, tratamiento, laboratoriales y profesionales de la salud identificados.
Las distintas variables fueron sometidas a evaluación por Metodología de Eslabones Críticos, para evaluar los procesos de atención médica, en específico lo relacionado con diagnóstico y tratamiento asignados.
Resultados:
De la revisión de los expedientes clínicos de enero-septiembre del 2015 del área de urgencias pediátricas, del Hospital General Bicentenario de Villaflores (HGBV-CH-MX), de la Jurisdicción Sanitaria número IV, Región Frailesca, Chiapas, México, se encontraron dos casos positivos por laboratorio para Bordetella pertussis:
Primer caso: edad tres meses, sexo masculino, habita con 10 personas más, de diversos grupos etarios, sin que se reporte algún otro caso con el problema de salud que él presenta y por el que acude a los servicios de salud. Los padres reportan haber acudido a un hospital dentro de esta misma región dependiente de la misma institución de salud, para la atención del menor; pero no fue hospitalizado. El ingreso y hospitalización al HGBV-CH-MX, fue el mismo día.
Es de importancia resaltar que este paciente no contaba con el esquema de vacunación acorde a su edad, dato otorgado por la madre del caso de forma verbal al no tener la Cartilla Nacional de Vacunación.
El paciente durante su estancia, tuvo cuatro diagnósticos clínicos: síndrome de dificultad respiratoria, bronquitis, neumonía y tosferina. Los síntomas registrados fiebre, accesos de tos y estridor laríngeo por más de 8 días; tos paroxística apareciendo 24 horas anteriores a la defunción. El paciente falleció 4 días después al día de su ingreso. Los resultados del diagnóstico de laboratorio, se obtuvieron postmortem (12 días posteriores a su ingreso) y fue positivo a Bordetella pertussis. Los diagnósticos de muerte emitidos y plasmados en el certificado de defunción son de ascendente a descendente: neumotórax bilateral, neumonía complicada, síndrome coqueluchoide grave.
Personal que atendió al menor, según horarios de guardia, dos médicos generales y seis pediatras.
El tratamiento que recibió durante su hospitalización (cinco días) fue de eritromicina 65mg v.o cada 8 horas y un segundo antibiótico cefotaxima 220mg i.v cada 8 horas.
Los resultados de laboratorio clínico_1 fueron: leucos 139.3, eritrocitos 3.3, hb 9.9, hto 33.5, plaquetas 817mil, neutrófilos 42.8, linfocitos 35.6, monocitos 14.5, basófilos 6.1, obtenidos el mismo día de su ingreso. Clínico_2: negativo. Clínico_3: proteína total 5.5, albumina 3.0, AST 91, ALKP 1,434, BT 132, leucos 135.6, eritrocitos 3.45, hb 10, hto 32, plaquetas 887, neutrófilos 50, linfocitos 28.8, monocitos 13.2, basófilos 5.6, proteína C reactiva 6 mg/dl.
Exudado nasofaríngeo para Síndrome coqueluchoide: Bordetella pertussis con valor positivo de 20.57, con fecha de toma de muestra dos días antes del deceso por el área de vigilancia epidemiológico hospitalaria y recibiendo resultados 8 días posteriores a la muerte (InDRE).
Segundo caso: edad 15 meses, sexo masculino, habita con cinco personas más, sin que se reporte algún otro caso con el problema de salud que él presenta y por el que acude a los servicios de salud. Los padres reportan haber acudido a otro centro de salud en tres ocasiones antes de acudir al HGBV-CH-MX. La fecha de ingreso y hospitalización fue tres días posteriores a la aparición de los síntomas.
El caso no cuenta con Cartilla Nacional de Vacunación, por lo que de forma verbal la madre del caso informa vacunación nula para su edad.
El paciente durante tu estancia tuvo un solo diagnóstico, síndrome coqueluchoide. Los síntomas registrados fueron fiebre, accesos de tos y tos paroxística desde tres días antes de haber sido hospitalizado. El paciente fue dado de alta por mejoría cuatro días