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Diagnóstico de la Tuberculosis en muestras no convencionales

Pleural. La confirmación en el 100% de los casos fue mediante el cultivo de las muestras obtenidas. El porcentaje de utilidad de la baciloscopia fue muy baja, con respecto al cultivo.

Discusión: Se estudiaron un total de 22 pacientes, el 66,5% pertenecieron al sexo masculino y el 33,5% al sexo femenino. El grupo de edad más afectado en el hombre fue el de 60 y más años, seguido de los grupos de 30-39 y de 40-49 ambos representado un 14,2 %, seguido de los pacientes entre 50 y 59 años de edad, se observó menor incidencia en los pacientes menores de 30 años, sin embargo, en la mujer hubo predominio de los grupos de 30-39 años y 40-49 años. (2, 9,10)

Se plantea que las enfermedades respiratorias en este caso la Tuberculosis es más frecuentes en las edades límites de la vida sobre todo los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 65-70 años (2). Esto puede estar parcialmente justificado por el discreto grado de inmunodeficiencia que se puede tener en estas edades. No es conocido, sin embargo, por qué el grupo de edad de los 6-14 años tiene una menor predisposición a padecer la enfermedad, hecho constatado epidemiológicamente en todas las zonas del mundo.(2)

En todas las series estudiadas a nivel mundial la tuberculosis afecta más frecuentemente a varones (60-70%) que a mujeres, hecho que ha sido imputable a los distintos hábitos sociales de éstos, aunque cada vez son más los trabajos que intentan demostrar una ligera predisposición genética de la mujer. (11-13)

Del total de casos estudiados 7 pacientes fueron de localización pulmonar para un 31,8%. Todos los casos fueron diagnosticados por obtención de muestras no convencionales (3 casos por lavado gástrico, 3 piezas quirúrgicas y una Baaf de pulmón) y 15 pacientes fueron de localización extrapulmonar para un 68,2%. Las localizaciones extrapulmonares más frecuentes fueron la pleural con 7 casos para un 33%, seguida de las localizaciones en ganglio y riñón con 2 casos cada una para un 9,8%., se aisló un caso en oído, uno a nivel de una fístula y otro caso en piel. La tuberculosis extrapulmonar, en su conjunto, supone el 10-20% de total de tuberculosis que padecen los enfermos inmunocompetentes, aunque esta frecuencia de presentación se incrementa notablemente en las personas que son portadoras de algún grado de inmunodeficiencia. Es destacable que los enfermos con SIDA severamente inmunodeprimidos que están afectos de tuberculosis, hasta en un 60% pueden presentar localizaciones extrapulmonares de la enfermedad. (2, 8,14)

En la práctica en la totalidad de los casos de tuberculosis extrapulmonar existe un foco primario en el pulmón, que puede ser visible o no en la radiografía de tórax. Se admite que desde este foco primario pulmonar se puede producir una diseminación, bien por contigüidad (tuberculosis pleural, etc), bien por vía linfática (tuberculosis linfática, etc), o bien por vía hematógena a (cualquier localización). La localización más frecuente es la tuberculosis pleural. Le sigue, en orden de frecuencia, la localización linfática. Posteriormente, y por este orden, le siguen en frecuencia la tuberculosis urogenital y la osteoarticular. El resto de posibles localizaciones de la tuberculosis extrapulmonar es ya mucho menos frecuente, aunque ninguna persona está libre de poderlas presentar. (2,15)

La rentabilidad de los estudios microbiológicos sobre el líquido pleural se incrementa con la cantidad de líquido estudiado, admitiéndose que lo ideal sería poder procesar 1 litro. La baciloscopia directa de esta muestra solo es positiva en menos del 10% de los pacientes y el cultivo, según las distintas series, evidencia crecimiento de M. tuberculosis en el 11-70% de ellos. Esta baja sensibilidad del frotis y la demora excesiva que supone el cultivo conlleva, en un elevado número de pacientes, la necesidad de realizar biopsia pleural a ciega, técnica sencilla y de baja morbilidad con las actuales agujas disponibles. (2,15,16)

Para llegar al diagnóstico de certeza de la tuberculosis ganglionar se debe intentar obtener muestras de biopsia de las zonas afectas, para enviarlas al laboratorio de microbiología donde es necesario realizarle baciloscopía y cultivo, y al de anatomía patológica. También se ha mostrado rentable el estudio de aspiraciones realizadas por punción con aguja fina, bien de las zonas periféricas o, a través del broncoscopio para obtener muestras procedentes de las cadenas ganglionares mediastínicas. (17-18)

La tuberculosis del tracto urinario es, esencialmente, una enfermedad del parénquima renal. Se produce por diseminación hematógena de un foco a distancia, generalmente pulmonar. En casi todos los casos hay una lesión pulmonar curada o activa. El diagnóstico de certeza debe hacerse únicamente por la demostración de M. tuberculosis en los cultivos de orina, siendo éste un requisito absoluto y no la detección de lesiones típicas en la urografía intravenosa o la de bacilos acido alcohol resistentes en el estudio microscópico de la orina, que solo serán datos sugestivos. (15, 17,18)

La Tuberculosis de la piel es una localización poco común, por lo que con frecuencia no se diagnostica. Su presentación clínica es tremendamente variable, siempre con lesiones no patognomónicas de la enfermedad. Pueden existir desde pápulas y eritemas pequeños hasta grandes tuberculomas. En cualquier caso, siempre se debe pensar en tuberculosis ante lesiones crónicas e indoloras de la piel. El diagnóstico lo dará la biopsia de la zona, que

siempre debe ser cultivada para micobacterias. (19-20)

Tal como se ha expuesto, la tuberculosis puede afectar a cualquier órgano o tejido. Sin embargo, muchas de las localizaciones de la tuberculosis extrapulmonar son muy infrecuentes e, incluso, anecdóticas como es el caso de su localización en oído, pero lo importante es pensar en esta enfermedad y descartarla siempre que se hayan excluido otras causas más frecuentes.

Tablas – Resultados microbiológicos en el diagnóstico de la Tuberculosis en muestras no convencionales