Inicio > Reumatología > La dieta en las enfermedades reumáticas

La dieta en las enfermedades reumáticas

La dieta en las enfermedades reumáticas

Resumen:

Los pacientes con enfermedades reumáticas, deben realizar una dieta equilibrada y mantener un peso ideal, reduciendo el azúcar y las grasas especialmente las saturadas. Deben reemplazar carnes por pescado, tomar a diario unas 5 piezas de fruta y verduras, así como alimentos ricos en calcio, ingerir cantidades adecuadas de hidratos de carbono (pan, arroz, pasta y patatas) y alimentos con fibra (pan integral, cereales con fibra, etc.). También evitar bebidas alcohólicas o consumirlas con moderación.

Autoras:

(1) María del Carmen León Bravo.

(2) Tránsito Pilar Torres Roldán.

(3) Inmaculada Herrera Torres.

(1) DUE de Quirófano de Urgencias del H. General Reina Sofía de Córdoba.

(2) DUE de Quirófano de CCV del H. General Reina Sofía de Córdoba.

(3) DUE de unidad de cuidados intensivos del HG Reina Sofía de Córdoba.

DIRECCIÓN DE CONTACTO: María del Carmen León Bravo. Quirófano de URGENCIAS, planta baja

Hospital Universitario Reina Sofía. Avda. Menéndez Pidal s/n. CP. 14.004, Córdoba.

Los alimentos que el paciente note que empeora la enfermedad reumática será conveniente abandonarlos.

Palabras clave: Alimentación, Reumatología, patrón funcional, patrón nutricional metabólico, dieta.

METODOLOGÍA:

Búsqueda y revisión bibliográfica en las bases de datos más importantes: cuiden, PubMed, Cochrane plus; así como en revistas científicas y libros especializados en enfermedades reumáticas.

INTRODUCCIÓN:

La enfermera de atención especializada y de atención primaria juega un rol fundamental en la capacitación del paciente para su autocuidado y en la promoción de la salud.

La dieta del enfermo reumático debe ser adecuada a su patología, con especial cuidado en la importancia de evitar el sobrepeso.

Valoración de Enfermería:

El papel de la enfermera en Reumatología ha cobrado aún mayor importancia por la necesidad de un personal formado en el manejo y tratamiento de estos enfermos.

Se realiza una valoración física, funcional, de la dieta, calidad de vida y dolor. Todo ello recogiendo información de los diferentes patrones funcionales.

En este artículo nos centramos en el patrón nutricional-metabólico con:

– Hábitos alimenticios.

– Estado nutricional (hay una tendencia a la mala nutrición.

– Control de índice de masa corporal (IMC), y falta de apetito. (Observar si hay pérdidas de peso).

– Ingestas de líquidos.

– Aspecto de piel y mucosas (color, temperatura y turgencia)

– Posibles alteraciones y molestias gastrointestinales.

ALIMENTACIÓN Y ENFERMEDADES REUMÁTICAS:

Para delimitar los escenarios del tema, definiremos dos de sus palabras clave.

En primer lugar, alimentación mediante la cual aportamos a nuestro organismo los nutrientes necesarios que él no es capaz de sintetizar. Los nutrientes son necesarios en cantidades variables según la edad y estado fisiológico de la persona, aportando la energía indispensable mediante los principios inmediatos, vitaminas, minerales y agua. Por tanto, si dentro del campo de la alimentación la nutrición es el fondo, la dieta sería la forma o manera de nutrirse o alimentarse.

En segundo lugar, la Reumatología es la especialidad encargada del estudio y tratamiento de las enfermedades del aparato locomotor compuesto por los huesos, articulaciones, ligamentos y tendones de las enfermedades sistémicas autoinmunes. Se excluyen aquellas que tienen su origen en deformidades y traumatismos, que entran dentro del campo de la cirugía ortopédica, equiparando a la Traumatología como la cirugía del aparato locomotor.

La frase de Ortega y Gasset «Yo soy yo y mi circunstancia» es perfectamente asumible al tema que estamos desarrollando, ya que es de todos conocido que muchas enfermedades, incluidas las reumáticas, son consecuencia o están influenciadas por factores intrínsecos o inherentes al propio enfermo, las alteraciones genéticas, hormonales o inmunitarias, y otros externos a él o ambientales, dentro de los cuales están el estilo de vida como la dieta o el ejercicio físico, las infecciones, etc.

En algunas enfermedades, con diferente influencia, se constatan estos dos aspectos siendo ejemplo de ello la Artritis Reumatoide, la Espondilitis anquilosante y las espondiloartropatías, la osteoporosis, etc.

¿COMO ACTÚA LA DIETA EN LAS ENFERMEDADES REUMÁTICAS?

Hay numerosas evidencias que implican a la dieta y desarrollo de numerosas enfermedades reumáticas. Dentro de las enfermedades reumáticas metabólicas recordamos a la Gota como enfermedad articular y a la osteoporosis como enfermedad ósea.

La Gota es una enfermedad que afecta al metabolismo de las purinas o proteínas que origina el acumulo de ácido úrico, producto de desecho final de estas, dando lugar a crisis características de artritis en el dedo gordo de los pies, o de cálculos renales que originan cuadros de cólicos nefríticos.

Aunque se pueda pensar que eliminando las proteínas de la dieta la enfermedad se controla, se ha observado que dietas estrictas pobres no logran bajar más allá de 1 mg las cifras en plasma de ácido úrico. Las proteínas son nutrientes indispensables que no se pueden eliminar totalmente.

La osteoporosis, es una enfermedad que afecta a los huesos y se caracteriza por provocar en ellos una disminución de su contenido en calcio, llevando al hueso a un estado de fragilidad que favorece su ruptura. EL único síntoma de esta enfermedad, es el dolor que aparece cuando se rompe el hueso y posteriormente, por la deformidad secundaria. Es una enfermedad de alto coste social y económico ya que el 30% de las fracturas de cadera mueren dentro del primer año y más de la mitad de las restantes necesitan ayuda del fisioterapeuta.

Se han descrito que la cuarta parte de los casos de osteoporosis, casi 500.000, podrían ser evitados con una dieta rica en contenido de calcio y vitamina D, y estilo de vida saludable durante la adolescencia y juventud de las mujeres.

¿Qué evidencias científicas tenemos sobre la influencia que la dieta ejerce en la artritis y sobre todo la artritis reumatoide?

La inflamación articular se genera en gran medida como consecuencia de la síntesis de diversas moléculas inflamatorias (prostaglandinas E2, TNF, interleuquina-1) a partir de las células implicadas y reclutadas en los focos inflamatorios.

A- Ácidos grasos insaturados.

Numerosas evidencias científicas otorgan beneficios clínicos a las dietas ricas en Ácidos grasos omega-3 cuyas fuentes son sobre todo los pescados de los océanos.

Estas dietas y suplementos ricos en Ácidos grasos mejoran parámetros clínicos de los pacientes con artritis al inducir un cambio en los fosfolípidos de la membrana de las células implicadas y generar otras moléculas responsables de la inflamación menos activas como, las prostaglandinas serie 3, tromboxano-3, etc.

Estas dietas ricas en omega-3 también han demostrado eficacia en la interferencia con desarrollo de la arterioesclerosis y sus consecuencias cardiovasculares.

B- Dieta mediterránea y aceite de oliva.

Evidencias epidemiológicas.

Hay algunas evidencias científicas que indican que la dieta mediterránea con consumo de vegetales cocinados y aceite de oliva son responsables de una incidencia menor de Artritis reumatoide en los países mediterráneos.

Evidencias de la influencia de la dieta mediterránea en su desarrollo y consecuencias.

El mecanismo de acción antiinflamatorio del aceite de oliva se ejerce, a través del ácido Oleico, ácido graso monoinsaturado principal constituyente (80%). Por su riqueza en Polifenoles, el aceite de oliva tiene un alto poder antioxidante, que contribuye en su labor de interferencia en el desarrollo de la arterioesclerosis donde la inflamación está Implicada en sus primeros estadios tras la oxidación de la LDL.

Hay sólidas evidencias del efecto protector de la dieta mediterránea y del aceite de oliva sobre la arterioesclerosis responsable mayor de los eventos cardiovasculares que constituyen la primera causa de mortalidad del hombre.

También hay evidencias que implican a la Artritis reumatoide como causa favorecedora de la arterioesclerosis independiente de otros factores de riesgo conocidos, describiéndose en estos pacientes un número mayor de eventos cardiovasculares (infartos en mujeres con AR mayor que en mujeres sanas) y el desarrollo precoz de arterioesclerosis en la carótida mediante ultrasonografía.

Confirmando este aspecto publicaciones recientes describen que las causas cardiovasculares no solo son la primera causa de mortalidad en AR evolucionadas sino también de las iniciales. Dentro de las moléculas responsables de la inflamación, el TNF- alfa, es el responsable de la manifestación extra-articular más frecuente de la AR, la anemia, al interferir con la maduración, dentro de la médula, de los precursores de los hematíes

Por tanto, a la vista de lo anterior, además de tratar precoz y adecuadamente a nuestros pacientes con AR, con el control de la actividad inflamatoria, parecen razonables las siguientes recomendaciones dietéticas:

Restricción de grasas de origen animal.

Dieta mediterránea: con vegetales crudos o cocinados, aceite de oliva (> 45cc), etc.

Alimentos ricos o enriquecidos omega-3, en dietas pobres en-6 (< 10 gr): salmón, bacalao, atún. Algunos médicos australianos recomiendan hoy día a sus pacientes con artritis reumatoide el aceite de hígado de bacalao como fuente barata de omega-3

Alimentos con suficiente contenido en hierro: carnes, espinacas…

Dado que el Metotrexato, primer fármaco modificador de la enfermedad, eleva los niveles de homocisteina, nuevo factor implicado en la arterioesclerosis, se deberían de añadir suplementos de ácido fólico, que impiden su formación.

La frecuente y necesaria utilización de corticoides, metotrexato, ciclosporina,…, que originan osteopenia por mecanismos diversos nos obligan a recomendar dietas ricas en calcio y vitamina D.

Por último, deberíamos incentivar en la familia, cuidadores y en pacientes la dieta mediterránea, preconizando el consumo de vegetales cocinados y el aceite de oliva.

Cambios en el estilo de vida son necesarios para completar estas medidas con actividad física siempre que sea posible y tomar el sol.

Con todo ello, se conseguirá una vida plena, que es lo que más desean los pacientes con enfermedades reumáticas.

Conclusiones:

Las enfermedades reumáticas, cuya prevalencia aumentan cada año, se relaciona con nuestra alimentación, pero lo cierto es que si bien, los alimentos a través de los nutrientes, condicionan directamente nuestras estructuras corporales y su funcionamiento, no es menos cierto, que la forma de alimentarse es la que contribuye a la aparición de enfermedades reumáticas.

La alimentación cobra una dimensión especial y se configura como un aspecto relevante del estilo de vida.

Promover y conseguir un estilo de vida saludable es el objetivo general y resultado principal de cualquier plan de cuidado de Enfermería.

“QUE TU MEDICINA SEA TU ALIMENTO Y EL ALIMENTO TU MEDICINA»

Hipócrates (Grecia)

BibliografÍa:

– A. Alonso Ruiz. Manual SER de las enfermedades reumáticas. Tercera edición. Editorial medica panamericana. Capitulo 1, páginas 3-5.

– A. Perote Alejandre. Nutrición y dietética en los estados fisiológicos del ciclo vital. Fuden. Capitulo 3 páginas 27-33.

– La enfermera en reumatología. Open reuma. Grupo de trabajo oficial afines a la reumatología.

– Guía de Nutrición para las personas con AR. Arthritis Foundation.

– Revista Sociedad española de reumatología. La dieta y las enfermedades reumáticas. Capítulo 38.

– F.J. Ballina García. A. López Robles. Enfermedades reumáticas. Las preguntas de los pacientes. Sociedad Española de Reumatología, páginas 91-96.

– Patrones funcionales de Margory Gordon. Observatorio metodología Enfermera. FUDEN.

– Kelley Tratado de reumatología. Volumen 1. Edward D. Harris, Jr. Sección 7. Capítulo 54. Nutrición y enfermedades reumáticas, página 818. Joel M. Kremer.