el origen del daño. Es intermitente, ondulante y rara vez es constante. Suele presentarse en forma de espasmos, cólicos o calambres, sobre todo de origen abdominal y como mencionamos en el texto suele acompañarse de respuestas reflejas cardiovasculares y respiratorias.
La sensación de dolor se produce por la estimulación directa de terminaciones nerviosas, pero también por la inflamación producida por el procedimiento quirúrgico da lugar a una sensibilización periférica que aumenta la sensibilidad de estos nociceptores, o bien disminuye el umbral de activación. Si persiste el dolor, su cronificación en el tiempo dará el resultado de sensibilización central.
Características del dolor agudo post operatorio: De aparición inmediata, brusco, difuso (si visceral), intenso, auto limitado en el tiempo. Asociado a cambios fisiológicos como sudoración, taquicardia, aumento de la tensión arterial, ansiedad, insomnio.
De intensidad variable según agresión quirúrgica realizada. Pero la intensidad del dolor postoperatorio, en concreto, no sólo depende de factores como la agresión quirúrgica, edad del paciente, antecedentes patológicos, sexo, etc, sino que es muy complejo y va ligado a experiencias sensoriales, emocionales y desagradables unidas a determinadas reacciones autonómicas, cognoscitivas, emocionales y conductuales concurrentes. El dolor es una percepción subjetiva, que la transducción, transmisión, percepción y modulación del estímulo doloroso está influida por factores individuales y del entorno (psico-socio-cultural).
Sin embargo, se puede llegar a una orientación sobre la intensidad de dolor cuando agrupamos las intervenciones según la intensidad del dolor que la cirugía puede provocar como vemos en la siguiente Tabla 1(al final del artículo).
En este apartado podemos asociar la intensidad del dolor con el tipo de cirugía, aunque uno de los componentes a considerar es el umbral del dolor de cada paciente. Este umbral puede modificarse de acuerdo con el tiempo de exposición al dolor como a la intensidad del estímulo. El despertar de la anestesia acompaña el despertar del dolor. Al ser una sensación subjetiva varía de sujeto a sujeto y no existe una exactitud científica. Por tanto podemos afirmar que no existe un manejo estándar que sirva por igual para toda la población y de aquí el fundamento principal y la importancia de que el sistema de analgesia controlada por el paciente, sea eficaz.
4.- Analgesia controlada por el paciente (PCA)
4.1.- Objetivos generales:
Disminuir el dolor en un periodo post quirúrgico, aumentar la calidad asistencial en términos de salud a la vez disminuir la estancia hospitalaria.
El equipo de profesionales implicados en la analgesia de los pacientes post quirúrgicos, incluyen:
- Anestesiólogos: responsables directos sobre la actuación del tratamiento analgésico postquirúrgico en la unidad del dolor agudo y su referencia.
- Cirujanos, responsables directos sobre la intervención al paciente y su tratamiento a posteriori incluyendo el alta hospitalaria y posteriormente consulta.
- Unidad Dolor Agudo (UDA) ubicado usualmente en reanimación, con enfermera referente, dedicada al control y seguimiento del dolor agudo. Servicio de Enfermería en planta.
- Servicio de Farmacia
- Fisioterapeutas: En el postoperatorio trabajan la recuperación del movimiento y ejercicio respiratorio sin miedo al dolor, de forma complementaria al tratamiento, el fisioterapeuta enseña al paciente el manejo del «incentivador respiratorio» para uso diario, que es indicado incluso en su domicilio tras el alta hospitalaria.
- Gerencia hospitalaria
4.1.1 Abordaje del dolor perioperatorio
Una de las funciones de un servicio de anestesiología, es el control del dolor perioperatorio. La información y la implicación del paciente es fundamental para definir y localizar su dolor, además de participar activamente en el tratamiento. Por tanto es necesario la educación preoperatoria que comienza en la primera visita pre anestésica en consulta médica para la intervención quirúrgica, informando al paciente sobre su intervención, sus cuidados, en los que incluimos previsiblemente las posibles complicaciones, en las que intervenimos sobre su dolor con diferentes métodos de analgesia, antes, durante y después al alta hospitalaria, según la etapa en la se encuentre el paciente.
En la hoja de protocolo pre-quirúrgica del profesional de anestesista que se confecciona en la consulta llamada pre-intervención quirúrgica comienza el primer abordaje farmacológico que queda registrado con la pauta de un ansiolítico, si procede en el caso para evitar estados de ansiedad y posible estrés anterior a la intervención. Es un documento actualizado en el que refleja la información más reciente sobre el paciente y es una referencia básica para todo el equipo de seguimiento implicado.
El concepto al que se tiende en el dolor postoperatorio estaría incluido dentro de la analgesia perioperatoria, con una participación íntegra de los profesionales implicados en cada eslabón del equipo y del Servicio postoperatorio de la Unidad Dolor Agudo (UDA) en el hospital de referencia.
La Unidad de Dolor Agudo (UDA) surgió en el nivel hospitalario para mejorar la calidad asistencial, aumentar el control y la satisfacción de los pacientes, disminuir la morbilidad y facilitar la recuperación disminuyendo, a la vez, la estancia hospitalaria. Ha sido eficaz desde su implantación en el servicio postoperatorio.
4.1.2.- Evaluación y medición del dolor
Para poder evaluar, en la práctica, un cuadro doloroso y realizar una correcta evaluación de este dolor, no sólo disponemos básicamente de los tipos de intensidad del dolor asociados al tipo de cirugía como refleja la Tabla I sino que contamos con los datos proporcionados por el paciente en el interrogatorio teniendo en cuenta el vocabulario utilizado por el propio paciente, el examen clínico y la utilización de escalas de auto evaluación en el dolor, una vez despierto de la intervención.