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Análisis de Intervenciones sobre programas de ejercicios en Adultos Mayores para mejoramiento de la marcha, equilibrio y disminución del miedo a caer

predominantemente por profesionales de la asistencia sanitaria o por instructores de eficiencia física.

La duración de los programas con ejercicios fue de cuatro semanas a doce meses, pero más frecuentemente de tres meses. La frecuencia de las sesiones individuales fue de entre una vez cada dos semanas a todos los días, habitualmente tres veces por semana durante una hora. Así mismo, refiere que las intervenciones con marcha, ejercicios de equilibrio y coordinación, y actividades funcionales, mostraron mejorías estadísticamente significativas en el grupo de intervención, comparadas con los grupos control en las medidas directas de equilibrio.

Se observó una tendencia hacia una mejoría del equilibrio a favor del ejercicio con otras dos medidas. De acuerdo con las conclusiones referidas en esta revisión, se mostró que, por medio del ejercicio 3D, como el Tai Chi y el baile, se logró en los participantes mejorías estadísticamente significativas a favor y sobre el equilibrio, al mostrar posteriormente mayor control durante la caminata sobre una viga de equilibrio ancha (medida cuantificable indirecta del estudio). Los autores refirieron que, en los estudios de esta revisión, también se observó una tendencia hacia una mejoría del equilibrio a favor del ejercicio en la posición en un solo pie con los ojos abiertos.

A su vez, también se menciona que no se observaron otras mejorías de resultados determinados con medidas directas o con medidas de observación indirectas; pero sí se menciona que la actividad física general mostró mejorías estadísticamente significativas de medidas cuantificables indirectas del equilibrio; la prueba cronometrada de levantarse y avanzar y la de alcance funcional, por ejemplo. Estas pruebas, se tomaron en consideración como pruebas indirectas y complementarias en la valoración pre y postest de esta intervención físico – educativa, para ampliar los datos registrados en la escala Tinetti. Los 34 estudios incluidos en esta revisión sistemática de Howe et al. (2008) fueron predominantemente en inglés y se realizaron principalmente de Norteamérica y Europa, con una muestra de participantes de (n = 25) en promedio. La mayoría de éstos eran mujeres sanas residentes en la comunidad, que no podían tener discapacidad o limitaciones de su actividad al inicio para ingresar al estudio.

La mayoría de los participantes tenían como promedio más de 75 años y algunos participantes incluidos en los estudios fueron descritos como discapacitados o con limitaciones para las actividades. Estas características, comunes de los 34 estudios de esta revisión, son muy similares a los aspectos del diseño para esta intervención físico – educativa. Pero hay que mencionar además que los datos de seguimiento para mostrar el grado en que se mantuvieron los efectos de los programas eran limitados; la ausencia de seguimiento a más largo plazo de los resultados dificultó determinar si el efecto era duradero. Este análisis es el correspondiente a la revisión sistemática más apegada a la problemática de este trabajo. Pero en las otras revisiones seleccionadas también se encontraron referentes interesantes para el diseño de la intervención.

Por otra parte, en la revisión titulada “Programas de actividad física en el domicilio versus en el centro hospitalario para adultos mayores” se incluyeron seis ensayos con 372 participantes, de los cuales 224 participantes recibieron un programa de ejercicios realizado en el domicilio y 148 que recibieron un programa realizado en el centro sanitario. Cinco estudios fueron de calidad moderada y uno de calidad deficiente. No se realizó un metaanálisis debido a la heterogeneidad de estos estudios. En esta revisión (Ashworth, Chad, Harrison, Reeder & Marshall, 2004) se refiere que los estudio incluyeron también adultos mayores sedentarios (aunque sanos), lo que brindó mayor probabilidad de generalización.

Las variables resultado principales que se tomaron en los estudios de esta revisión, están las medidas funcionales; por otra parte, dos estudios de esta revisión demostraron que, tanto los programas de ejercicios realizados en el domicilio y en el centro mejoran la función motriz de manera significativa, pero no se encontraron diferencias entre los dos tipos de ejercicios. Este aspecto se tomó en cuenta para el diseño de la intervención para la prevención de caídas en el adulto mayor, ya que se planearon dos sesiones en el centro de día y una sesión en el domicilio, por semana. Para las medidas secundarias, los programas basados en el domicilio parecen tener, según la revisión Ashworth et al. (2004), una tasa de adhesión mayor que los programas basados en el centro.

En esta misma revisión, en los estudios de seguimiento a largo plazo de dos años, se observó una tendencia de que los resultados con mejorías tendían a perdurar más en los programas basados en el domicilio y las mejorías a corto plazo en los programas basados en el centro desaparecían. Es de suponer que esto puede estar fuertemente relacionado con el hábito que se crea al someterse a un programa para domicilio.

A su vez, en la revisión titulada “Intervenciones para la promoción de la actividad física” (Hillsdon, Foster & Thorogood, 2004), se refiere que el efecto reportado de las intervenciones en la actividad física autoinformada, fue positivo y moderado. Esta revisión incluyó 11 estudios, con un total de 3940 participantes, y sugiere que las intervenciones con actividad física tienen ese efecto moderado sobre el estado físico o condición física y el estado cardiorrespiratorio medido, autoinformado, al menos en el corto y mediano plazo, pero no así para lograr un nivel predeterminado de actividad física. Debido a la heterogeneidad clínica y estadística de los estudios, sólo se puede llegar a conclusiones limitadas sobre la efectividad de los componentes individuales de las intervenciones, esto es, cualquier conclusión basada en esta revisión, requiere precaución, dada la heterogeneidad significativa en los efectos observados.

Esta revisión concluye que los estudios futuros deben proporcionar mayores detalles de los componentes de las intervenciones. De aquí que, de acuerdo con esta revisión, podría esperarse y no sería raro que en las variables en estudio de la intervención físico – educativa a implementar, los resultados pudieran resultar heterogéneos, como mejorar el equilibrio y no la marcha, por ejemplo. Pero, a pesar de esta heterogeneidad clínica entre los estudios de esta revisión