Inicio > Enfermedades infecciosas > El impacto de la pandemia del COVID-19 en la salud mental de la población costarricense

El impacto de la pandemia del COVID-19 en la salud mental de la población costarricense

El impacto de la pandemia del COVID-19 en la salud mental de la población costarricense

Autora principal: Sthephani Barrantes Valverde

Vol. XVIII; nº 3; 94

The impact of the COVID-19 pandemic on the mental health of the Costa Rican population

Fecha de recepción: 08/12/2022

Fecha de aceptación: 08/02/2023

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 3 Primera quincena de Febrero de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 3; 94

Autores:

Sthephani Barrantes Valverde. Médico general, Hospital Fernando Escalante Pradilla, San José, Costa Rica.

Luisfer Ugalde Murillo. Médico general, Hospital Fernando Escalante Pradilla, San José, Costa Rica.

Nancy Daniels Obando. Médico general, Hospital Fernando Escalante Pradilla, San José, Costa Rica.

Resumen: En Costa Rica durante la pandemia del coronavirus se priorizó la salud física de las personas, por lo que se implementaron medidas restrictivas para evitar el contagio del virus. No obstante, como consecuencia, la salud mental de la población fue impactada, trayendo consigo repercusiones sociales, emocionales y psicológicas.

En esta investigación bibliográfica, se realiza una revisión de la literatura existente para el cuerpo teórico. A partir de la información encontrada, se procede a llevar a cabo un análisis crítico mediante la hermenéutica, como instrumento para analizar interpretar y reflexionar sobre el fenómeno de estudio. Como resultado, se identifica que debido al aislamiento social, la pérdida de empleos, la incertidumbre… los costarricenses desarrollaron ansiedad, trastornos del sueño, estrés, depresión y demás padecimientos que significaron un declive en la salud mental.

Por consiguiente, se concluye que la salud mental en Costa Rica sufrió una decadencia desde el inicio de la pandemia y permanece hasta la actualidad. Para finalizar, se establecen algunas recomendaciones que podrían contrarrestar tales afecciones y mejorar la calidad de vida de las personas.

Palabras Clave: Salud mental, pandemia, COVID-19, ansiedad, depresión.

Summary: In Costa Rica during the coronavirus pandemic, people’s physical health was prioritized, for which reason restrictive measures were implemented to prevent the spread of the virus. However, as a consequence, the mental health of the population was impacted, bringing with it social, emotional and psychological repercussions.

In this bibliographical research, a review of the existing literature for the theoretical body is carried out. Based on the information found, a critical analysis is carried out through hermeneutics, as an instrument to analyze, interpret and reflect on the phenomenon under study. As a result, it is identified that due to social isolation, job loss, uncertainty… Costa Ricans develop anxiety, sleep disorders, stress, depression and other conditions that signify a decline in mental health.

Therefore, it is concluded that mental health in Costa Rica suffered serious conditions from the beginning of the pandemic and has remained until today. Finally, some recommendations are proposed that could counteract such conditions and improve people’s quality of life.

Keywords: Mental health, pandemic, COVID-19, anxiety, depression.

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de interés. La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud de los seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.

Introducción

La pandemia del coronavirus causada por el virus SARS-CoV-2, ha traído consigo múltiples muertes y devastación a nivel mundial desde su llegada, debido a que las consecuencias de la propagación se han sentido considerablemente a nivel de salubridad, economía, política, educación… Sin embargo, mayoritariamente, se habla de la salud física como una de las grandes consecuencias del COVID-19, no obstante, otro ámbito que ha sido impactado fuertemente es la salud mental de la población, debido a aspectos concernientes al contexto pandémico como por ejemplo: el aislamiento en los hogares, el distanciamiento social, la pérdida de empleos, el temor al contagio, entre otras circunstancias que convergieron en la salud mental de las personas.

En efecto, como consecuencia, se ha notado un aumento en enfermedades como la ansiedad, depresión, insomnio, estrés, trastornos de conducta, entre otras; lo cual, produjo diversas problemáticas a raíz de los comportamientos depresivos y agresivos de las personas, que derivaron en una población más violenta e incluso en cuestiones tan graves como lo es un aumento visible en los casos de suicidio y homicidio.

Por consiguiente, el objetivo de este trabajo versa en identificar el impacto de la pandemia del COVID-19 en la salud mental de la población costarricense para mostrar las múltiples consecuencias que se generaron en las personas. Para dicho propósito, es necesario ahondar en las repercusiones sociales, emocionales y psicológicas que surgieron conforme la pandemia avanzaba las cuales, cabe destacar que, no fueron tratadas con la misma relevancia que el resto de complicaciones físicas que se daban a raíz de la enfermedad. Posteriormente, la sociedad volvió a retomar su normalidad en la vida cotidiana de manera paulatina, sin embargo, a pesar de ello muchas de las secuelas en la salud mental de los individuos perduraron y se arrastraron hasta la actualidad.

Igualmente, la problemática de investigación procura visibilizar cuál fue el impacto de la pandemia del COVID-19 en la salud mental de la población costarricense. Asimismo, para dar respuesta a tal cuestionamiento se llevará a cabo un artículo de revisión bibliográfica, puesto que, se pretende dar una perspectiva general sobre el fenómeno de estudio, llevando a cabo una recopilación de fuentes de conocimiento que proporcionen verosimilitud al trabajo y funcionen como base teórica con la que se pueda efectuar un análisis crítico, así como alcanzar las conclusiones pertinentes con respecto al tema.

Método

Para llevar a cabo esta investigación, se eligieron técnicas, instrumentos y procedimientos acordes con la metodología. Asimismo, para efectuar la recolección de datos a profundidad y el análisis crítico de esta, con el fin de vislumbrar el cumplimiento de los objetivos, así como solventar la problemática que se planteó al inicio del estudio. Por ende, como la investigación corresponde un trabajo de tipo bibliográfico, lo primero que se realizó fue una búsqueda exhaustiva de documentos académicos referentes al tema para, posteriormente, proceder a empaparse de información y seleccionar las fuentes que sean más productivas y que aporten más información al cuerpo de este trabajo.

Es por eso que, se puede aseverar que este trabajo se desarrolla a través del método de investigación bibliográfica, ya que se busca a profundidad acerca de las repercusiones que trajo consigo la pandemia del COVID-19 para la salud mental de las personas, asimismo, esta temática se delimita a la población costarricense. Para ello, se hace una revisión de la literatura existente, en la que se utilizan diversas revistas académicas y fuentes confiables de información que aporten el cuerpo teórico medular para el trabajo.

A partir de la información encontrada, se procede a llevar a cabo un análisis crítico de la misma, para así conseguir las conclusiones más oportunas y las recomendaciones respecto al fenómeno de estudio. Por lo tanto, se utiliza la hermenéutica como instrumento para analizar la información encontrada, puesto que, se interpretan los datos encontrados y se reflexiona a partir de la lectura para otorgar una explicación racional a la problemática de estudio.

El impacto de la pandemia del COVID en la salud mental

La pandemia del coronavirus causada por el virus SARS-CoV-2 afectó de distintas maneras en todos los países, en unos más que en otros, debido al tratamiento que cada uno de los sectores de salud pública en conjunto con los gobiernos le han dado a la situación para sobrellevarla. En el caso particular de Costa Rica, por parte del Ministerio de Salud y el gobierno del país, se llevaron a cabo medidas (algunas de estas extremas) para evitar el contagio, como es el caso del cierre de las instituciones educativas, el cierre de locales y negocios, la prohibición de eventos masivos o de contacto social, cierre de gimnasios y centros deportivos, el confinamiento en casa, entre otras. Estas medidas, trajeron consigo resultados positivos y, en un principio, alentadores en cuanto al asenso y descenso de los casos de contagio en el país. No obstante, las disposiciones del Ministerio de Salud evidenciaban una alta prioridad a salvaguardar la salud física de las personas, descuidando de tal forma la salud mental de los costarricenses, lo cual fue un grave error que traería serias repercusiones.

Para ahondar en ello, es importante recordar que el término de la salud es extenso y abarca aspectos de índole subjetiva como lo es el bienestar físico, mental y social, también elementos más precisos como la capacidad de funcionamiento e incluso los de índole social como la aptitud de adaptación y el trabajo socialmente productivo. Es por ello que, la conceptualización de la salud incorpora los recursos sociales, personales y físicos (1). Por lo tanto, se considera erróneo limitar el concepto de salud únicamente a la ausencia de enfermedades físicas cuando, evidentemente, es un conglomerado de aspectos que lo conforman.

Aunado a ello, una de las medidas preventivas que se sugirieron para prevenir el contagio del virus fue el aislamiento y evitar el contacto social en la medida de lo posible. Sin embargo, el ser humano es un ser social por naturaleza, por lo que no pasó mucho tiempo para que el alejamiento entre individuos comenzara a repercutir en la salud mental. En definitiva, los determinantes sociales son trascendentales para el bienestar integral del individuo, por eso, están estrechamente vinculados con la salud.

Asimismo, como consecuencia de la pandemia, muchos comercios cerraron, lo que aumentó considerablemente la tasa de desempleo. Igualmente, la mayoría de las instituciones cambiaron su modalidad presencial por la virtualidad. Por lo tanto, las personas que acostumbraban a ir a sus trabajos diariamente dejaron de hacerlo y, sumado a ello, se restringió el contacto con los demás individuos, pues las reuniones y visitas sociales fueron limitadas.

Todo ello, aunado a la incertidumbre del futuro y el miedo al contagio, desencadenó afecciones de la psique tan graves como la depresión. En efecto, esto se puede comprobar, pues en Costa Rica desde el año 2020 las cifras dictan un aumento del 51 % de personas que reportaron sintomatología depresiva, además, anteriormente se consideraba la depresión como un trastorno típico solo de la edad adulta, ya que la mayoría de los diagnósticos se dan alrededor de los 30 años. Sin embargo, hoy en día se reconoce como un padecimiento que también afecta a niños y adolescentes, en especial desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad (2).

Continuado con dicha perspectiva, la depresión es un padecimiento que perjudica a personas de todas las edades, aunado a ello, durante la pandemia, los medios de comunicación infundieron miedo en la población costarricense, con el fin de que acataran las disposiciones del Ministerio de Salud, sin embargo, ese miedo se tradujo en sintomatología depresiva para los ciudadanos. Asimismo, el desempleo y el tiempo libre, daban la oportunidad para sobrepensar en la situación pandémica, lo cual agravaba el trastorno por lapsos prolongados.

También, los niños y adolescentes, quienes habitualmente asistían a los centros educativos y pasaban la mayor parte de su tiempo en ellos, fueron obligados a tomar una educación de modalidad virtual. Esto acrecentó los malestares de tristeza y abulia en los jóvenes, ya que, durante la niñez y la adolescencia el contacto social es fundamental para desarrollar habilidades y favorecer el periodo de búsqueda de identidad, por lo que, al ser separados de sus pares y obligados a pasar dentro de las casas, muchos de estos desarrollaron depresión.

Cabe destacar que, durante la infancia y la adolescencia, la depresión tiene gran impacto sobre el desarollo, el rendimiento escolar y las relaciones familiares e interpersonales. La depresión es un síndrome de relevancia a nivel mundial debido a su alta prevalencia, asimismo, es un síndrome notable, ya que su impacto va más allá del paciente, pues tiene importantes consecuencias para su círculo cercano y la sociedad en su conjunto (3).

De la misma manera, la ansiedad fue otra de las problemáticas que acrecentó en la población costarricense de todas las edades. La ansiedad es una sensación o estado emocional que adelanta la percepción de un daño o desgracia que va a ocurrir, por lo que el individuo sufre todas las señales de alerta que se desencadenan acerca de un peligro inexistente. Cuando esta se vuelve común y patológica manifiesta síntomas físicos, psicológicos y conductuales, por consiguiente, se generan psicopatologías como trastornos de ansiedad o pánico (4). Por lo tanto, se puede decir que, lo que más afectó a la población durante la pandemia fueron los sentimientos de angustia y miedo. Lo peor de todo es que la ansiedad una vez convertida en una patología, persistió en la población incluso después de que las restricciones cesaran. Es por eso que, actualmente, muchos costarricenses sufren a diario de ansiedad como una secuela de las problemáticas y emociones sobrellevadas durante los primeros años de la pandemia del coronavirus.

Se reconoce que, la ansiedad, puede ser originada por un sometimiento a eventos de estrés, por ello, desde que los medios de comunicación anunciaron el peligro inminente que significaba el coronavirus, el aumento en el índice de casos de ansiedad se incrementó en el país. Así pues, se identifica que los trastornos de ansiedad generan miedos y preocupaciones excesivas, se producen como mecanismo de defensa fisiológico ante una amenaza y genera sensaciones desagradables como: preocupación, irritabilidad, inquietud, hipervigilancia o agitación, puede convertirse en una patología ansiosa si se convierte en una respuesta incontrolable y persistente por el paciente. Asimismo, los factores ambientales negativos como acontecimientos de la vida, son importantes en el inicio de esta (5).

Por ende, dadas las emociones y problemáticas que genera la ansiedad en el individuo este tiene una mala calidad de vida, se le pueden desencadenar trastornos del sueño o de la alimentación. Por ello, es muy común que las personas que la padecen también tengan insomnio, ya que, la mente de una persona ansiosa se encuentra en constante preocupación. Asimismo, comúnmente las personas tienden a comer en demasía, incluso sin tener hambre, lo hacen para calmar la intranquilidad. Por consiguiente, este trastorno trae consigo diversas consecuencias que afectan el día a día de las personas, lo que hace que tengan problemas en sus trabajos o en las instituciones educativas.

Consecuentemente, el avance de la pandemia repercutió en la conducta humana con crisis paranoicas por la intoxicación noticiosa o por las redes sociales, donde se dieron casos de noticias falsas fatalistas, hasta adopción de comportamientos antisociales para evitar el contagio. A nivel personal muchos individuos no pueden enfrentar el impacto psicológico de una crisis de tal magnitud y gravedad, por lo que, sus mecanismos de afrontamiento le resultan insuficientes y se produce un desequilibrio e inadaptación psicológica (6).

Igualmente, otra consecuencia a raíz de la pandemia del COVID-19 fue el estrés que se originó en la población costarricense, esto debido a diversas circunstancias. Por ejemplo, todos los estudiantes que debieron adaptarse a la educación virtual en un lapso muy corto, esto desató las inseguridades propias de un cambio para el cual, ni el personal docente ni los alumnos, estaban preparados. Asimismo, el estrés genera problemáticas no solo a nivel emocional, sino también físicamente, pues si no se controla adecuadamente puede originar enfermedades graves en el cuerpo humano.

Entonces, el estrés es una afección de salud que determina la calidad de vida de los seres humanos, pues este afecta la motivación, a la capacidad de adaptación a los cambios en el ambiente y a la voluntad del individuo, por tanto, adquiere una particular importancia en la repercusión física y mental, esto debe considerarse para evaluar la actividad profesional y la vida personal en general, ya que, puede ocasionar un desequilibrio en las emociones (7). Tal y como ocurrió con la época de pandemia, pues el miedo al contagio y a una inminente muerte, aunado a las problemáticas sociales como la crisis económica, desembocó en un aumento del estrés de la población en general.

Situación pospandemia de la población costarricense

En la actualidad, la alerta por el virus ha disminuido, debido a que ya existe una vacunación para prevenir la enfermedad, no obstante, los daños psicológicos se siguen acarreando. Esto debido a que la preocupación, es un proceso cognitivo y emocional que genera tristeza mientras las personas asimilan las situaciones adversas. Se deduce que, las reacciones psicológicas juegan un papel crítico en la propagación de una enfermedad, a pesar de este hecho, por lo general, no se proporcionan recursos para gestionar o atenuar los efectos de las pandemias en la salud mental y el bienestar (8). Por lo tanto, se puede aseverar, que fue un error considerable de parte del Ministerio de Salud costarricense que se preocuparan más por la salud física que por la salud mental de las personas, pues en el presente las afecciones psicológicas de la población prevalecen. Es evidente que se requiere del contacto social para mantener una salud mental sana, además, se necesita salir a la intemperie y recibir los beneficios del sol, pues el encierro ocasiona perturbaciones en el estado anímico y psicológico que pueden perdurar a largo plazo.

Actualmente, las restricciones que en un principio se estipularon han sido eliminadas y la “normalidad” ha tomado su curso habitual, no obstante, como se mencionó anteriormente, la depresión y la ansiedad, cuando se convierte en algo patológico, son difíciles de erradicar e     incluso muchas personas no tienen acceso al tratamiento necesario. En Costa Rica, actualmente la CCSS brinda ayuda psicológica y psiquiátrica, sin embargo, las citas tienen lapsos muy extensos y para obtener estas citas se necesita de un proceso lento, por lo que, dada a  la burocracia del asunto, las personas prefieren no iniciar el trámite para recibir la ayuda que necesitan.

Evidentemente, en Costa Rica, existe una necesidad urgente de atención psicológica, pero hay barreras para brindarla, entre ellas las limitaciones del sector público, los altos costos en el sector privado y el estigma que aún prevalece en amplios sectores de la población. Por ello, Estado en conjunto con la CCSS debería dar más importancia a esto y facilitar el acceso de la población a profesionales en salud mental, que apoyen a las personas a enfrentar sus momentos de crisis (9). En especial, pospandemia, esto debería ser una prioridad.

Aunado a lo anterior, generalmente las personas no buscan ayuda porque aún existe un gran estigma social sobre la salud mental, pues a pesar de múltiples estudios en contra, se ha generalizado una idea de que la mayoría de estas personas son violentas, incapaces de llevar una vida independiente, sin posibilidad de recuperación, etc. (10). Esto ocasiona vergüenza o negación en las personas que poseen algún trastorno mental, lo que hace que no recurran a solicitar la ayuda que necesitan.

Por lo tanto, actualmente, es necesario que se priorice la salud mental desde una mirada holística del ser humano, es decir, en todos sus aspectos como los biosicosociales, culturales, laborales, económicos… pues, todos forman parte de la salud mental de las personas y, en el presente, se percibe una crisis dichas esferas (11). Tal concepto es muy amplio pero, en resumen, se trata de que las personas puedan enfrentar su día a día, superen el pasado y sobrelleven las problemáticas que puedan surgir en todos los espacios de su vida, a través del desarrollo de la inteligencia emocional para estar en bienestar a pesar de las circunstancias adversas.

La pandemia del coronavirus desencadenó problemáticas mentales que atentaron contra la salud mental de los costarricenses, a raíz de la depresión, el estrés y la ansiedad, las personas sufrieron trastornos de la alimentación, insomnio, cambios de humor…como efecto. No obstante, uno de los efectos más delicados de tales afecciones mentales es el suicidio, el cual, lastimosamente acrecentó.

En relación con esta perspectiva, en Costa Rica, se muestra la tendencia al aumento del suicidio, puesto que, en momentos en que la sociedad es incapaz de mantener un equilibrio usualmente acrecientan los suicidios. Por tanto, para entender el incremento de este fenómeno, hay que comprender el contexto social y las fuerzas sociales de ese momento de la historia (12). Tal y como ocurrió durante el lapso de la pandemia pues, dadas las circunstancias adversas, los factores sociales ocasionaron una decadencia en la salud mental de las personas.

En efecto, para comprender el suicidio y poder implementar medidas para prevenirlo, primero, hay que estudiar los datos sociodemográficos, ahí se encuentran muchos de los factores de riesgo, asimismo, la prevalencia de enfermedades tanto mentales como físicas, estas son un factor determinante que incide en que las personas costarricenses decidan suicidarse (13). Tal aseveración, deja en claro que durante la pandemia del coronavirus, el incremento de trastornos mentales y las enfermedades físicas a causa de la propagación del virus, fueron factores que pudieron interferir en el aumento del suicidio y perdurar hasta el presente.

Por todo lo expuesto, es de vital importancia que en la actualidad el Estado costarricense priorice la salud mental, pues la conducta suicida va desde aspectos cognitivos como la ideación suicida, hasta los conductuales, como el intento suicida o el suicidio consumado, por lo que, es más propenso en personas con ansiedad y depresión. Además, las cifras van en aumento y Costa Rica es el segundo país con más suicidios de Centroamérica (14). Es fundamental que hoy en día se trabaje en aspectos como la inteligencia emocional para que los individuos puedan regular sus emociones y pensamientos, para evitar desenlaces como el suicidio.

Resultado

Tal y como se planteó al inicio de este trabajo, el objetivo versó en identificar el impacto de la pandemia del COVID-19 en la salud mental de la población costarricense, para mostrar las múltiples consecuencias que se generaron en las personas. Dicho objetivo se alcanzó, pues se logró determinar que la pandemia fue un detonante para el deterioro de la salud mental de los costarricenses, a causa del miedo, la pérdida de trabajos, el cambio abrupto en su cotidianidad, el poco contacto social, la reclusión en el hogar entre otros. Lo que impactó en la salud emocional y psicológica de la población. Asimismo, se logró solventar la problemática investigativa, pues se visibilizó el impacto de la pandemia del COVID-19 en la salud mental de la población costarricense, principalmente con un claro aumento en los casos de ansiedad, estrés y depresión; muchos de estos, al convertirse en una patología, se arrastran hasta hoy.

Conclusión y recomendaciones

Al finalizar este trabajo se logra determinar que la pandemia es un factor que influye directamente en el deterioro de la salud mental de los costarricenses. Se identifica que, dadas las circunstancias de la pandemia, hay un alza en los casos de ansiedad, depresión y estrés, en la población. Asimismo, uno de los factores que más media en este aumento es el miedo que infunden los medios de comunicación y la confusión de tener que enfrentar un virus desconocido. De igual manera, también interviene el declive económico a causa del desempleo y el cierre de locales, pues la preocupación de las personas por sus recursos económicos media en su salud mental. También, las órdenes que impone el Ministerio de Salud que implican un distanciamiento social bajo el lema “quédate en casa” ocasionan un aumento de ansiedad y depresión en las personas, pues, el ser humano es un ser meramente social por naturaleza y necesita de tal contacto. Por último, se mencionan datos que confirman que los aspectos sociodemográficos, la prevalencia de enfermedades mentales y físicas son factores de riesgo para el suicidio. Por ello, a causa de la pandemia y todos los requerimientos que trae consigo para la sociedad, dicho fenómeno aumentó en la población y se mantiene en la actualidad.

Por lo tanto, dadas las conclusiones, se subraya la importancia de poseer una buena salud mental. A raíz de ello, surgen algunas recomendaciones: Primero, se sugiere hacer deporte, pues la actividad física trae beneficios tanto a la salud física como la salud mental, ayuda a sobrellevar las problemáticas emocionales y físicas como la ansiedad, depresión y disminución del estrés. También, influye en las capacidades cognitivas, habilidades sociales, autoconcepto, resiliencia y reducción de enfermedades la demencia (15). Esto debido a que el ejercicio libera, naturalmente, las hormonas de la felicidad (endorfinas, dopamina y serotonina).

Segundo, se recomienda tener un horario de sueño en el que se descansen de seis a siete horas diarias, pues, el cuerpo y la mente necesitan reposo para recuperarse y continuar sanamente. Tercero, es importante ingerir alimentos saludables, puesto que, sustancias como la cafeína y los azúcares dañan el organismo y se asocian con deterioros que interfieren en el correcto funcionamiento de la mente. Por último, se debe buscar ayuda profesional cuando lo requiera, debido a que la terapia psicológica es esencial para enfrentar los problemas que afectan la salud mental.

Bibliografía

  1. Guardia Gutiérrez M.A, Ruvalcaba Ledezma J.C. La salud y sus determinantes, promoción de la salud y educación Rev. Journal Of Negative And No Positive Results. [Internet]. 2020. [Citado 14 de noviembre de 2022]; 5(1): 81-90. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2529- 850X2020000100081
  2. Sequeira Cordero A., Blanco Vargas M., Brenes Brenes J. La depresión mayor en Costa Rica: aspectos epidemiológicos y psicobiológicos. CCP. [Internet]. 2022 [Citado 14 de noviembre de 2022]; 19(2): 1-24. Disponible en: https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?pid=S1659-02012022000100465&script=sci_arttext
  3. Dagnino P., Valdés C., Fuentes I., Harismendy M, Gallardo A., Gómez E., Parra G. Impacto de la Personalidad y el Estilo Depresivo en los Resultados Psicoterapéuticos de Pacientes con Depresión. PSYKHE. [Internet]. 2018. [Citado 14 de noviembre de 2022]; 27(2): 1-15. Disponible en: https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-22282018000200103&script=sci_arttext&tlng=en#:~:text=Se%20observa%20que%20los%20pacientes,y%20en%20el%20rol%20social.
  4. Araya Montero G. Dinámica familiar en los hogares de alumnos de primaria del Colegio Sagrado Corazón en tiempos de pandemia y las restricciones tomadas por las autoridades sanitarias: distanciamiento social, cuarentena y aislamiento. [Tesis de licenciatura]. Universidad Latina de Costa Rica, 2020. [Consultado el 15 de noviembre de            2022]. Disponible en: https://repositorio.ulatina.ac.cr/bitstream/20.500.12411/306/1/TFG_Ulatina_Andy_Roja pdf
  5. Chacón Delgado E., Xatruch de la Cera D., Fernández Lara M., Murillo Arias R. Generalidades sobre el trastorno de ansiedad. Cúpula. [Internet]. 2021. [Citado 15 de noviembre de 2022]; 35(1): 23-36. Disponible en: https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v35n1/art02.pdf
  6. Mejía Ramírez G. Restaurar la salud mental en la convergencia de crisis globales: el reto de la salud pública después de la pandemia por COVID-19. Terapéutica CTA. [Internet]. 2022. [Citado 15 de noviembre de 2022]; 16(2): 4-16. Disponible en: https://www.revistaterapeutica.net/index.php/RT/article/view/170/284
  7. Bairero Aguilar M. El estrés y su influencia en la calidad de vida. Multimed. [Internet]. 2017. [Citado 15 de noviembre de 2022]; 21(6): 971-982. Disponible en: http://www.revmultimed.sld.cu/index.php/mtm/article/view/688
  8. Valero Cedeño , Vélez Cuenca M., Duran Mojica A., Torres Portillo M. Afrontamiento del COVID-19: estrés, miedo, ansiedad y depresión. Rev. E. I. [Internet]. 2020. [Citado 15 de noviembre de 2022]; 5(3): 63-70. Disponible en: https://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/enfi/article/view/913
  9. Maroto Vargas , Molina Fallas L., Prado Calderón J. Características sociodemográficas y motivos de consulta de las personas atendidas en el Centro de Atención Psicológica de la Universidad de Costa Rica. Rev. Costarricense de Psicología. [Internet]. 2017. [Citado 15 de noviembre de 2022]; 36(1): 23-44. Disponible en: https://www.scielo.sa.cr/pdf/rcp/v36n1/1659-2913-rcp-36-01-23.pdf
  10. Cangas A., Galván B. Estudio preliminar de la utilidad de un programa de realidad virtual contra el estigma en salud mental. INFAD. [Internet]. 2020. [Citado 15 de noviembre de 2022]; 1 (1): 45-52. Disponible en: https://dehesa.unex.es/bitstream/10662/13420/1/0214-9877_2020_1_1_45.pdf
  11. Tobón La salud mental: una visión acerca de su atención integral. Rev. Facultad Nacional de la Salud Pública. [Internet]. 2010. [Citado 16 de noviembre de 2022]; 23(1): 1-12.      Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/rfnsp/v23n1/v23n1a13.pdf
  12. Castillo Echeverría C., Maroto Vargas A. El suicidio desde un enfoque psicosocial y de salud comunitaria: los resultados del diagnóstico en santa maría de dota, Costa Rev. Anuario de Estudios Centroamericanos. [Internet]. 2017. [Citado 16 de noviembre de                      2022];                   43:          447-472. Disponible        en: https://www.scielo.sa.cr/pdf/aec/v43/2215-4175-aec-43-447.pdf
  13. García Castro J., Barrantes Umaña B. ¿Qué sabemos del suicidio de adultos en Costa Rica? Características sociodemográficas y factores de Rev. Pensamiento Actual [Internet]. 2017. [Citado 16 de noviembre de 2022]; 17(28): 160-173. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/318042165_Que_sabemos_del_suicidio_de_adultos_en_Costa_Rica_caracteristicas_sociodemograficas_y_factores_de_riesgo
  14. Díaz Mazariegos J. Perfil epidemiológico del paciente con conducta suicida en el hospital nacional psiquiátrico, CSS, Costa Rica. Rev. Cúpula. 2019. [Citado 17 de noviembre de 2022]; 33(1): 11-25. Disponible en: https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v33n1/art01.pdf
  15. Barbosa Granados S., Urrea Cuéllar A. Influencia del deporte y la actividad física en el estado de salud físico y mental: una revisión bibliográfica. Rev. Katharsis [Internet]. 2018. [Citado 17 de noviembre de 2022]; 25: 141-159. Disponible en: http://revistas.iue.edu.co/index.php/katharsis