Inicio > Enfermería > Enfermería en el manejo del estrés

Enfermería en el manejo del estrés

Enfermería en el manejo del estrés

Dado que el estrés afecta a la vida global, los profesionales de enfermería deben tener un conocimiento básico, así como su efecto en los individuos, del modo en que éstos afrontan y se adaptan al estrés y de como el propio profesional de enfermería puede manejar su propio estrés.

AUTORA: Amaia Amatriain Marturet (DUE).

RESUMEN: Dado que el estrés afecta a la vida global, los profesionales de enfermería deben tener un conocimiento básico, así como su efecto en los individuos, del modo en que éstos afrontan y se adaptan al estrés y de como el propio profesional de enfermería puede manejar su propio estrés.

PALABARAS CLAVE: Estrés, Adaptación, Organismo, Afrontamiento, Energía.

ABSTRACT: Undeniably stress affects life rutines, having to acknowledge nursery proffesionals themselves the stress faced, adapting individually to it in the work environment and the way to handle it.

KEYWORDS: Stress, Adaptation, Organism, Coping, Energy.

INTRODUCCIÓN:

Aunque el estrés es un componente fisiológico que prepara al organismo para la acción poniendo al cuerpo en un estado de alarma necesario para la supervivencia, cuando esta respuesta es exagerada y mantenida en el tiempo, hay una sobrecarga de tensión y fallan los mecanismos compensadores, llegando a producir diferentes enfermedades.

Diversos estudios han demostrado científicamente que el estrés desempeña un papel importante en el desarrollo de ciertas enfermedades como las úlceras gástricas y el aumento de la tensión arterial. De hecho, la mayoría de los científicos atribuyen hoy el 70-80% de las enfermedades al estrés y estilo de vida.

Por ello, el estrés puede verse como las experiencias que tiene un individuo cuando las demandas impuestas sobre el cuerpo superan a la capacidad que éste tiene de afrontarlo. Por eso, cuando se atraviesa un periodo muy estresante, es importante trabajar sobre ese estrés, en lugar de ignorarlo.

El síndrome de adaptación general de Selye aparecen descritas tres fases: La primera, la fase de alarma, tiene lugar cuando el organismo detecta el estresor y trata de combatirlo. La respuesta generalizada en el cuerpo responde a factores  de estrés y el objetivo es movilizar las defensas del cuerpo. En esta fase, la corteza suprarrenal produce hormonas y en ella tiene un papel muy importante el sistema nervioso autónomo. Las hormonas liberadas como adrenalina, noradrenalina y cortisol  son un mecanismo para proporcionar energía y poder gestionar esa amenaza.

La segunda fase se denomina resistencia, durante esta fase el organismo puede conseguir adaptarse al factor de estrés. Comienza a restaurarse el equilibrio y las hormonas suelen volver a su origen pero las defensas quedan debilitadas y la energía se verá disminuida.

La fase final, tiene lugar cuando el estrés  es prolongado y el cuerpo ya no puede afrontarlo con eficacia. Como resultado es el agotamiento. En esta fase el cuerpo puede enfermar. Las capacidades adaptativas del organismo se agotan y se pierde la capacidad de manejar el estrés.

Por otro lado las respuestas al estrés pueden clasificarse en varios patrones. Respuesta fisiológica, en la que encontramos una variación en el peso, aumentan los niveles hormonales, aumento de la tensión arterial… La respuesta psicológica, puede dar como resultado enfermedades psicosomáticas y manifestaciones psiquiátricas como depresión y ansiedad. La respuesta conductual, la persona se agita, se vuelve agresiva o incluso se aísla y se retrae.

CONSECUENCIAS:

El estrés produce una liberación de adrenalina, cortisol y otras hormonas en el cuerpo. Estas sustancias hacen que aumente el ritmo cardíaco, la tensión arterial, el nivel de colesterol y la fijación de plaquetas. Cuando el estrés se hace crónico, estos cambios fisiológicos pueden acelerar la aterosclerosis pudiendo dar como resultado la cardiopatía coronaria. El estrés apareció como factor de riesgo cardíaco en la Guía Europea de Prevención Cardiovascular.

Por otro lado el estrés crónico reduce cambios en el sistema inmunitario que pueden interferir con su capacidad para reconocer y desarrollar células cancerosas.

Pueden darse alteraciones digestivas (síndrome del colon irritable, úlceras gástricas…) dermatológicas (acné, psoriasis, eccemas) y musculares (contracturas y dolores provocados por tensión mantenida).

Si se mantiene en el tiempo, puede desencadenar el desarrollo de diferentes trastornos mentales, como los  trastornos de ansiedad (trastorno de pánico y el trastorno de estrés agudo), trastornos depresivos, trastornos somatomorfos (somatización y el trastorno de hipocondría), trastornos del sueño, sexuales, de alimentación, trastornos de dependencia y otros trastornos mentales causados por el consumo y abuso de diferentes sustancias.

AFRONTAMIENTO:

La capacidad de afrontar o resolver un problema puede traducirse a la capacidad de resistir al estrés y crear experiencias vitales que no se vuelvan contra nosotros. Esto apoyaría la afirmación de que cada individuo controla su propia salud y tiene que buscar herramientas para afrontar diferentes situaciones.

Los agentes estresantes a los que nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida son múltiples. Se admite en general que ciertas situaciones son siempre una fuente de estrés más o menos grande. La intensidad, la extensión, y la duración son los tres aspectos a considerar para evaluar la importancia del estímulo causal e identificar la cantidad de energía requerida por el organismo para lograr adaptarse. Cuanto más aumente unos de esos aspectos, más energía necesitará la persona para adaptarse al estímulo causante.

Por otro lado, la percepción que la persona tiene de esos estímulos, es otra variable a considerar en el análisis de un acontecimiento estresante. Si la persona se siente invadida por un determinado estímulo y se considera incompetente para responder a la demanda que éste genera, independientemente de su naturaleza, este estímulo será difícil de superar. Esta percepción está ligada por una parte a las experiencias pasadas, al sistema de valores, a los recursos internos y externos y a otras variables presentes en la vida de la persona en ese momento concreto.

La energía requerida para adaptarse al estímulo,  variará según el estímulo y las capacidades de la persona para reaccionar.

Entre otras tareas, la enfermera deberá ayudar a la persona a reconocer los recursos que posee, motivar y estimular a utilizarlos. Estos recursos variaran en intensidad e en calidad según el estado de salud de la persona.

PAUTAS DE ENFERMERÍA:

  • Entender la teoría del estrés, qué es y el efecto que tiene sobre el organismo.
  • Conocer el modo en el que se manifiesta el estrés en nuestro organismo.
  • Reconocer factores tanto positivos como negativos que generan aumento de estrés.
  • Ayudar a definir un plan y a ponerlo en marcha, diseñando acciones específicas para reducirlo, como métodos de relajación, ejercicio, respiración y otras terapias alternativas.
  • Trazar un plan con el individuo sobre cómo controlar, modificar o cambiar los factores de estrés en su vida.
  • Hablar con el paciente de su respuesta corporal al estrés y ayudar a comprender las pautas de respuestas.
  • Enseñar al paciente a ser consciente de las sensaciones de estrés en su organismo, a reconocer los síntomas físicos que provoca.
  • Sugerir que el paciente revise frecuentemente sus pautas de pensamiento que le provocan respuestas de tensión automáticas.
  • Ayudar a decidir si estos pensamientos son imprescindibles o si pueden modificarse, eliminarse o sustituir por otros.
  • Ayudar al paciente a planificar periodos de reflexión para evaluar el estrés.
  • Ofrecer ayuda para la resolución de problemas de manera que el paciente pueda examinar pautas de respuesta nuevas y más apropiadas.
  • Ayudar al paciente a buscar recursos que le ayuden a desarrollar nuevas respuestas.
  • Ayudar al paciente a racionalizar pensamientos negativos, preocupaciones y miedos exagerados.

MÉTODOS DE REDUCCIÓN DEL ESTRÉS:

  • Masaje: Se trata del método de tratamiento alternativo más antiguo del mundo. Esta aplicación del tacto en la piel para aliviar tensión muscular y articular es muy efectiva para conseguir un estado de bienestar.
  • Relajación: Diferentes estudios han demostrado que las personas que practican ejercicios de relajación padecen menos estrés. Se trata del uso de la mente para controlar el sistema nervioso autónomo. De esta manera, las ondas cerebrales alfa asociadas al bienestar aumentan. Dentro de este grupo encontramos ejercicios de respiración profunda para lograr un estado de relajación, la meditación basada en culturas orientales y la visualización creando una imagen mental.
  • Yoga: Se trata de una disciplina antigua de la India donde a través de correctas posturas, estiramientos y técnicas de respiración se logra mayor control físico y mental.
  • Deporte: La práctica habitual ayuda a equilibrar el sistema hormonal y genera también un aumento de endorfinas que contribuye al aumento del bienestar.

CONCLUSIÓN:

En España, un 42% de la población sufre estrés de manera continua. El estrés es un gran problema psíquico y físico, que afecta de manera global, muy relacionado con el estilo de vida y que puede provocar numerosas enfermedades y limitaciones a la persona que lo padece.

El papel de la enfermería es vital para poder identificarlo y tratarlo. Para ello es fundamental tener conocimientos sobre esta patología cada vez más común en nuestro medio, los desencadenantes, las consecuencias, métodos y técnicas para combatirlo.

BIBLIOGRAFIA:

  • Beck CM, Mental Health Phychiatric Nursing: A Holistic Life-Cycle-Approach, San Luis, CV Mosby Co.
  • Forgus RH.Perception. Nueva york, McGraw Hill book co.
  • Lewing K. A dinamic Theory of personality, Nueva York, McGraw Hill, p.89-94.
  • Hamilton M. The Assessment of Anxiety States by Rating. British Journal of Psychology, 32, p.50-55.