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Esófago de Barrett, cribado y cáncer de esófago

constituye la unión escamo-columnar que es la llamada línea Z. La unión gastroesofágica (UGE) es una línea imaginaria donde anatómicamente termina el esófago y comienza el estómago. Cuando la unión escamo-columnar migra en sentido proximal y no coincide con la unión gastroesofágica (UGE) queda un segmento entre ambas de epitelio columnar a nivel esofágico.

El segundo criterio diagnóstico es el estudio anatomopatológico de las biopsias obtenidas de este segmento.

Si estas informan sobre la existencia de un epitelio intestinal especializado con presencia de células caliciformes (ausentes en los epitelios gástrico y esofágico), que se tiñen con azul de Alcian o son positivas con la técnica de PAS, entonces se puede realizar el diagnóstico de esófago de Barrett (EB).

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un factor de riesgo de esófago de Barrett (EB). El EB de segmento largo está estrechamente relacionado con la acidez crónica, la hernia hiatal y la esofagitis por reflujo grave.

La frecuencia de esófago de Barrett (EB) aumenta con la edad, en especial después de los 50 años y en los niños es rara, como lo comprobó una revisión de informes endoscópicos de 6.731 pacientes pediátricos. Esta enfermedad es solo 2-3 veces más común en los hombres y predomina en la raza blanca. La mayoría de los reportes indican que el esófago de Barrett (EB) es menos común en afroamericanos que en americanos de raza blanca, y es infrecuente en asiáticos.

La obesidad se asocia con esófago de Barrett (EB), especialmente si la grasa tiene distribución intraabdominal. El tabaquismo también es un factor de riesgo. Dado que el esófago de Barrett (EB) es precursor del adenocarcinoma esofágico, no sorprende que comparta los mismos factores de riesgo que el cáncer.

El paciente presentado tiene varios factores de riesgo, como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), el sexo masculino y la piel blanca.

La mucosa de Barrett metaplásica no provoca síntomas.

Comúnmente, la afección se descubre durante la realización de una endoscopia indicada por síntomas causados por la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) subyacente. Aunque la decisión de hacer el cribado endoscópico de los pacientes con ERGE o esófago de Barrett (EB) se basa en la presunción de que la identificación precoz de la enfermedad disminuye la morbilidad y la mortalidad por adenocarcinoma de esófago, ningún estudio ha validado en forma definitiva este concepto. Sin embargo, la preocupación por el rápido aumento de la incidencia de dicho cáncer ha motivado que las sociedades médicas de EE. UU. aprueben el cribado de los pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) que tienen varios factores de riesgo de adenocarcinoma esofágico.

El hecho de que los pacientes deben tener síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) para considerar el cribado limita su utilidad, porque los pacientes con esófago de Barrett (EB) de segmento corto no suelen tener síntomas de ERGE. El esófago de Barrett (EB) de segmento corto no era reconocido antes de 1994, cuando un informe documentó que el 18% de los pacientes consecutivos atendidos en una unidad de endoscopia general tenía metaplasia intestinal especializada en la unión escamoso-columnar, del tercio distal del esófago. Informes posteriores confirmaron que el esófago de Barrett (EB) de segmento corto es común en los pacientes ya estudiados mediante una endoscopia, independientemente de si tienen o no síntomas de EB.

Un estudio sueco mostró que 16 de 1.000 personas (1,6%) de la población general seleccionadas al azar para hacer una endoscopia tenía esófago de Barrett (EB) (5 con segmento largo y 11 con segmento corto). Cuatro de los 5 pacientes (80%) con esófago de Barrett (EB) de segmento largo tenían síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) pero solo 5 (45%) de los 11 pacientes con segmento corto, presentaban dichos síntomas.

Otros estudios confirmaron que solo la mitad de los pacientes con esófago de Barrett (EB) de segmento corto tenía síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Estudios más recientes incluyen muchos pacientes con esófago de Barrett (EB) de segmento corto, los que tienen poca o ninguna manifestación de ERGE.

El riesgo de adenocarcinoma parece variar con la longitud del esófago recubierto por la metaplasia de Barrett, y los pacientes con esófago de Barrett (EB) de segmento largo tienen mayor riesgo de malignidad. Sin embargo, el EB de segmento corto es mucho más común que el EB de segmento largo y muchos (si no la mayoría) de los cánceres de esófago de Barrett (EB) en la población general ocurren en pacientes con EB de segmento corto.

Debido a que los programas de cribado para EB que se usan en la actualidad no pueden identificar al 50% de los pacientes con enfermedad del segmento corto sin síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) esos programas pueden tener solo un efecto limitado sobre la mortalidad por adenocarcinoma esofágico en la población general. En realidad, menos del 5% de los pacientes con adenocarcinoma esofágico tiene un diagnóstico previo de esófago de Barrett (EB).

Las sociedades médicas coinciden en que para aliviar los síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y curar la esofagitis por reflujo en los pacientes con esófago de Barrett (EB) está indicado el tratamiento médico o

quirúrgico. En general, las guías aceptan que los pacientes tomen IBP (Inhibidores de bombas de protones) pero no que sean sometidos a la cirugía antirreflujo o a tratamientos con dosis inusualmente elevadas de IBP solo para prevenir el cáncer. Tampoco se ocupan específicamente de si los pacientes sin síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o esofagitis por reflujo deben ser tratados con IBP.

La vigilancia endoscópica de la displasia en el esófago de Barrett (EB) es una práctica muy difundida pero no se ha probado que sea una estrategia para prevenir el cáncer.

Las sociedades médicas generalmente aprueban la vigilancia endoscópica sistemática a intervalos que surgen de estudios de modelos de computación y de la opinión especializada. Se recomienda que los pacientes sin displasia, como el aquí presentado, se hagan una endoscopía cada 3-5 años.

La mayor importancia del esófago de Barrett es que constituye una condición premaligna y seguimiento de grandes series revelan que se desarrolla adenocarcinoma en aproximadamente 1/100 y 1/200 pacientes/años de seguimiento. Un elemento de la mayor importancia en la predicción del curso del Esófago de Barrett es la presencia de displasia que según el criterio histológico puede ser clasificada en: