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Los estudiantes universitarios y sus relaciones familiares

Los estudiantes universitarios y sus relaciones familiares

Resumen. El mundo globalizado ha modificado diversos aspectos de nuestro acontecer cotidiano; sociales, económicos, tecnológicos, educativos, financieros, entre otros, los cuales son importantes identificar y analizar, así como su impacto en el ámbito familiar. El propósito del trabajo es identificar la percepción que tienen los estudiantes sobre las relaciones familiares con sus padres, las cuales son fundamentales en su formación personal y académica.

Los estudiantes universitarios y sus relaciones familiares

* Enrique Cerón Ferrer

** Elizabeth Verde Flota

* Candidato a doctor, Profesor-investigador Universidad Autónoma Metropolita-Unidad Xochimilco, Departamento de Política y Cultura, Calzada del Hueso 1100, colonia Villa Quietud, Delegación Coyoacán,

** Maestra, Profesora-investigadora. Universidad Autónoma Metropolitana -Unidad Xochimilco, Departamento de Atención a la Salud, Calzada del Hueso 1100, colonia Villa Quietud, Delegación Coyoacán

Palabras clave: relaciones, afectividad, estudiantes universitarios.

Introducción

La globalización ha modificado aspectos: sociales, económicos, tecnológicos, educativos, financieros, entre otros, los cuales se requieren identificar para analizar el impacto en nuestra vida cotidiana y familiar. El propósito de éste trabajo es identificar la percepción que tienen los estudiantes sobre las relaciones familiares que establecen con sus padres, ya que de éstas, dependerá en gran medida su formación personal y académica.

El estudio se realizó con estudiantes a nivel superior de dos licenciaturas; Enfermería y Política y Gestión Social, aplicando un cuestionario de cuarenta y cinco preguntas cerradas auto aplicable.

Material y Métodos

Investigación cuantitativa, descriptiva, exploratoria y comparativa, la población de estudio fue de 220 estudiantes de enseñanza superior pública de la Ciudad de México, con los siguientes criterios de inclusión, carrera, trimestre, edad y percepción de los padres. Diseño de muestreo aleatorio a partir de la carrera que se estudia.

Se elaboró un cuestionario conformado con aspectos personales y características familiares del encuestado. En el procesamiento de la información se utilizó el programa computacional SPSS (Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales) versión 20; se elaboró la base correspondiente para obtener las frecuencias generales y realizar los cruces de variables para observar su comportamiento. Las tablas y gráficas fueron realizadas en la herramienta Excel de Microsoft Office.

Aspectos generales de los encuestados

 74.8% pertenecen a la carrera de Enfermería, con una matrícula de 175 estudiantes por generación y el 25.2% de la carrera de Política y Gestión Social con un registro de 45 alumnos, ver gráfica 1: carrera (al final del artículo).

Existe una gran dispersión en cuanto al número de alumnos por trimestre, sin una distribución homogénea. Casi uno de cada cinco alumnos se ubica en el segundo año de carrera, como se observa en la gráfica 2: ¿Qué semestre y/o trimestre cursas? (al final del artículo).

Con relación a la edad, en la gráfica 3: ¿Qué edad tienes? (al final del artículo), se encuentra que la mayoría de participantes están en el rango de 21 a 25 años, se considera a ésta población como jóvenes que han dejado la adolescencia. Erikson plantea como principio epigenético ocho estadios que abarcan el ciclo completo de todo sujeto, es decir, etapas del desarrollo que van desde la primera infancia hasta la vejez complementando la etapa de adultez hasta llegar a la vejez. (1)

Desde esta visión psicológica del desarrollo propuesto por el autor señalado, estos jóvenes se encuentran en la etapa denominada como “adultez-joven”, que se caracteriza entre otras cosas por la capacidad identitaria que el joven posee en relación a “quién soy” dentro del rol que juega en la sociedad. Este proceso deviene del estadio previo por el cual transcurrió la adolescencia, donde la confusión de roles es particularmente marcada; esta búsqueda de la identidad yoica es de vital importancia y en ella la participación de los adultos que lo rodean resulta de gran relevancia para evidenciar los modelos culturales pertinentes que mejor convienen al adolescente” ( 2)

Como se observa, en el segundo nivel de representación dentro de la gráfica 3: ¿Qué edad tienes? (al final del artículo), 22.3% oscilan entre los 15 y 20 años de edad. Retomando lo planteado por Erikson, la duración de la etapa adolescente llega a culminar entre los 18-20 años y en algunos casos por factores psicosociales, se llega a prolongar aún más de los 20 años, entonces bajo éste postulado, se encuentra que los encuestados con este rango de edad, su proceso de identidad se está concretando o está en proceso de construcción.

Los modelos culturales, se adquieren de la sociedad y son validados por los mismos jóvenes mediante canales de comunicación adecuados para entablar una relación de apoyo y respeto; en contraparte, de no generarse un proceso de identidad pertinente se presenta una crisis y una confusión de roles que dan paso a lo que Erikson denomina “tendencias maladaptativas” en el adolescente.

En este sentido el espacio escolar y el familiar son de gran relevancia para el sujeto en sus aspiraciones, para lograr de la manera más idónea, esta transición de etapas en su desarrollo. Cabe señalar que para Erikson en su teoría de la personalidad es de vital importancia desarrollar tareas y alcanzar objetivos propios de la etapa en que el sujeto se encuentre, esto permitirá alcanzar éxitos y enfrentarse a fracasos que lo prepararan para el siguiente estadio.

“Si transitamos adecuadamente por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida. Por el contrario, podremos desarrollar deficientes adaptaciones o malignidades, esta última comprende aspectos negativos de la tarea o función y muy poco de los aspectos positivos como por ejemplo personas desconfiadas.”(3)

A partir de lo señalado y como parte esencial del proceso, éste se lleva a cabo en el espacio familiar del joven, más concretamente con sus padres.

En la sociedad mexicana encontramos patrones característicos que marcan las estructuras familiares y su funcionalidad, retomando a Ramírez desde su obra, la psicología del mexicano, plantea que dos de estas características de la familia mexicana son: “un padre ausente que aparece eventualmente y una madre abnegada y pasiva”. (4)

Aspectos afectivos del padre

En la gráfica 4 y 5: ¿Defines a tu padre cariñoso? y ¿Defines a tu padre comprensivo? (al final del artículo), encontramos que la mayoría de los jóvenes responden que su padre es cariñoso y/o comprensivo, siendo esta última la característica con mayor puntaje porcentual obtenido, “Los padres deben ser un modelo coherente de conducta para nuestros hijos. Modelo que con frecuencia no es fácil de llevar a la práctica y mantener”. (5)

 Se observa que la diferencia es mínima (2%), entre las respuestas que señalan si el padres es cariñoso “mucho” o “poco”, por otro lado, aparece la opción “nada cariñoso” como válida para sólo uno de cada 10 alumnos (as).

En el caso, de si el padre es comprensivo, gráfica 5: ¿Defines a tu padre comprensivo? (al final del artículo), la brecha es más amplia entre las opciones de respuesta “mucho y poco” con un 21.5 %. Los resultados de carga negativa de esta tercera opción “nada” se presenta con el 5.9%, es superado en porcentaje de respuesta (10.2%) “no sabe o no responde”, infiriendo que existen factores que no le permiten hacer la valoración o que existen motivos personales que contienen al estudiante a responder. El factor de respuesta socialmente deseable, puede estar jugando aquí un papel importante y que se refleja en el ascenso del número de abstenciones en las siguientes respuestas.

Para fines del trabajo, el cuestionario se diseñó en la forma tradicional de concepción y definición de familia, con el modelo clásico nuclear, sin dejar de vislumbrar familias con otra configuración actual. Encontramos casos de familias monoparentales donde la “ausencia del padre” se pudiera deber a abandono, separación conyugal o por defunción.

 La figura social que implica la ausencia del padre resulta de gran importancia para cualquier sujeto, y bajo las normas de socialización tradicional, representa una ruptura en la estructura