Evaluación comparativa de los resultados postoperatorios en hernioplastias inguinales con malla versus sin malla
Autor principal: Alexander Hidalgo Fallas
Vol. XX; nº 11; 588
Comparative evaluation of postoperative outcomes in inguinal hernioplasties with mesh versus without mesh
Fecha de recepción: 25 de abril de 2025
Fecha de aceptación: 29 de mayo de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 11 – Primera quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 11; 588
Autores:
Alexander Hidalgo Fallas, Médico General, Investigador Independiente, San José, Costa Rica, https://orcid.org/0009-0005-0099-8274 Código Médico: 12286
Yirlania Campos Picado, Médico General, Investigadora Independiente, Heredia, Costa Rica, https://orcid.org/0009-0007-8262-0228 Código Médico: 11147
Pedro Luis Hernández Bedoya, Médico General, Caja Costarricense de Seguro Social, Alajuela, Costa Rica, https://orcid.org/0009-0000-9782-8370 Código Medico: 18146
Gerardo Andrés Miranda Mora, Médico General, en Centro Nacional de Rehabilitación, San José, Costa Rica, https://orcid.org/0009-0005-2480-2731 Código Médico: 16941
Melanny Delgado Benítez, Médico General, en Hospital Monseñor Sanabria Martínez, Puntarenas, Costa Rica, https://orcid.org/0009-0008-0569-6410 Código Medico: 18986
Daniela Consumi Cordero, Médico general, Investigadora Independiente, Alajuela, Costa Rica, https://orcid.org/0000-0003-3655-9343
Resumen
La reparación quirúrgica de hernias inguinales ha experimentado importantes avances, siendo actualmente dos las principales estrategias empleadas: la hernioplastia con malla y las técnicas sin malla. La técnica de Lichtenstein, ampliamente utilizada en el abordaje con malla, permite una reparación sin tensión al reforzar la pared inguinal con un implante sintético, lo que ha demostrado reducir significativamente la tasa de recurrencia. No obstante, su uso puede asociarse a complicaciones como infecciones, dolor crónico y sensación de cuerpo extraño. Como alternativa, se han desarrollado técnicas sin malla, entre las que destacan las de Bassini, Shouldice y Desarda. Esta última, en particular, ha mostrado resultados clínicos prometedores, como menor dolor posoperatorio y reintegración funcional más rápida, aunque su aplicación es limitada en hernias grandes o en pacientes con debilidad del tejido conectivo.
En cuanto al dolor postoperatorio, las técnicas con mallas autoadhesivas y la no fijación de mallas en cirugía laparoscópica han demostrado una reducción significativa del dolor agudo. Por su parte, el dolor crónico continúa siendo una complicación preocupante, más relacionada con el manejo quirúrgico de los nervios que con el tipo de malla. En términos de recurrencia, las técnicas con malla siguen mostrando mejores resultados a largo plazo. Sin embargo, los métodos sin malla, como Desarda, también han evidenciado tasas comparables en estudios de seguimiento limitado. La decisión sobre qué técnica utilizar debe basarse en factores clínicos individuales, disponibilidad de recursos y experiencia quirúrgica, reconociendo que aún se requieren estudios más sólidos y de mayor duración para consolidar las recomendaciones actuales.
Palabras clave
Hernia inguinal, técnica de Lichtenstein, técnica de Desarda, malla quirúrgica, dolor postoperatorio, tasa de recurrencia.
Abstract
Surgical repair of inguinal hernias has undergone significant advances, with two main strategies currently employed: mesh hernioplasty and non-mesh techniques. The Lichtenstein technique, widely used in the mesh approach, allows for tension-free repair by reinforcing the inguinal wall with a synthetic implant, which has been shown to significantly reduce the recurrence rate. However, its use can be associated with complications such as infection, chronic pain, and foreign body sensation. As an alternative, non-mesh techniques have been developed, most notably those of Bassini, Shouldice, and Desarda. The latter, in particular, has shown promising clinical results, such as less postoperative pain and faster functional return, although its application is limited in large hernias or in patients with connective tissue weakness.
Regarding postoperative pain, self-adhesive mesh techniques and non-mesh fixation in laparoscopic surgery have demonstrated a significant reduction in acute pain. Chronic pain, meanwhile, remains a worrisome complication, more closely related to surgical nerve management than to the type of mesh. In terms of recurrence, mesh techniques continue to show better long-term results. However, non-mesh methods, such as Desarda, have also demonstrated comparable rates in limited follow-up studies. The decision on which technique to use should be based on individual clinical factors, resource availability, and surgical experience, recognizing that more robust and longer-term studies are still needed to consolidate current recommendations.
Keywords
Inguinal hernia, Lichtenstein technique, Desarda technique, surgical mesh, postoperative pain, recurrence rate.
Introducción
La reparación de la hernia inguinal es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en la práctica quirúrgica general, y su abordaje puede variar considerablemente según el método elegido. Existen dos enfoques principales: el uso de técnicas con malla, como la técnica de Lichtenstein, y las técnicas sin malla, entre las que destacan los métodos de Bassini, Shouldice y Desarda. La técnica de Lichtenstein ha ganado amplia aceptación debido a su característica de ser una reparación sin tensión, lo que ha sido asociado históricamente con menores tasas de recurrencia. Por otro lado, las técnicas anatómicas sin malla continúan siendo utilizadas, especialmente en pacientes jóvenes o en contextos donde la colocación de prótesis está contraindicada o es inviable. Evaluar de forma comparativa estos métodos es fundamental para comprender sus implicaciones clínicas, especialmente en lo que respecta al dolor posoperatorio, la tasa de recurrencia, la aparición de complicaciones y el tiempo de recuperación1; 2.
En cuanto al dolor posoperatorio, un aspecto clave para la calidad de vida del paciente, un estudio comparativo de la técnica de Lichtenstein con y sin fijación de la malla mostró que los pacientes en quienes no se fijó la malla reportaron menores niveles de dolor. Las puntuaciones medias de dolor fueron de 3,23 frente a 3,98, respectivamente, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p=0,0001)1. Además, el dolor crónico inguinal posoperatorio (conocido como CPIP) no mostró diferencias relevantes entre las reparaciones con malla y otras técnicas, lo que sugiere que el uso de malla no representa una ventaja determinante en la reducción del dolor a largo plazo. Estos hallazgos invitan a reconsiderar la necesidad del uso sistemático de mallas cuando el principal objetivo del paciente es minimizar la incomodidad persistente2.
En lo que respecta a la recurrencia y a las complicaciones quirúrgicas, diversos estudios han señalado que las técnicas sin malla no necesariamente conllevan un mayor riesgo de recidiva. La técnica de Desarda, por ejemplo, ha demostrado tasas de recurrencia similares a las de la técnica de Lichtenstein, lo que pone en entredicho la idea de que la malla garantiza una mayor durabilidad de la reparación3; 4. Más aún, las técnicas sin malla parecen asociarse con una menor incidencia de complicaciones postoperatorias, particularmente en lo referente a infecciones del sitio quirúrgico y la formación de seromas. Esta ventaja cobra especial relevancia en contextos de cirugía de urgencia, donde algunas evidencias indican que el uso de malla podría aumentar ligeramente el riesgo de infección, aunque los datos disponibles aún son poco concluyentes5.
Otro aspecto clave es la recuperación postoperatoria. En términos de tiempo quirúrgico y reincorporación a las actividades cotidianas, la técnica de Desarda ha mostrado ventajas frente a la técnica de Lichtenstein. Los pacientes operados con la técnica sin malla presentaron tiempos quirúrgicos más breves y una vuelta al trabajo más rápida, lo que sugiere una recuperación funcional más eficiente. Este aspecto resulta de especial interés en poblaciones activas laboralmente, ya que puede reducir el tiempo de incapacidad y los costos indirectos asociados a la intervención3; 4.
Comparar los resultados postoperatorios de las hernioplastias inguinales realizadas con malla frente a aquellas sin malla, evaluando variables como el dolor agudo y crónico, la tasa de recurrencia, la aparición de complicaciones quirúrgicas y el tiempo de recuperación, con el fin de determinar las ventajas y limitaciones de cada técnica y orientar la toma de decisiones clínicas hacia una selección quirúrgica individualizada y basada en la evidencia.
Metodología
Para el desarrollo de esta investigación orientada a comparar los resultados postoperatorios en hernioplastias inguinales realizadas con malla frente a aquellas sin malla, se llevó a cabo una revisión bibliográfica exhaustiva con el propósito de analizar las diferencias en cuanto a dolor postoperatorio, tasas de recurrencia, complicaciones quirúrgicas y tiempo de recuperación entre ambas técnicas. Esta revisión se enfocó en identificar evidencia científica reciente que permitiera evaluar de manera crítica la eficacia y seguridad de los procedimientos más comúnmente empleados, como la técnica de Lichtenstein en el grupo con malla, y las técnicas de Desarda, Bassini y Shouldice en el grupo sin malla.
Para asegurar la calidad, relevancia y actualidad de la información recopilada, se consultaron bases de datos científicas de alto impacto como PubMed, Scopus y Web of Science, seleccionadas por su cobertura en áreas de cirugía general, medicina basada en la evidencia y salud pública. Se establecieron criterios de inclusión rigurosos, admitiendo únicamente estudios publicados entre 2020 y 2024, redactados en inglés o español, que abordaran comparaciones clínicas entre hernioplastias con y sin malla en población adulta. Se excluyeron aquellos artículos que presentaban datos incompletos, publicaciones duplicadas o sin revisión por pares, así como estudios limitados exclusivamente a técnicas laparoscópicas, ya que el enfoque de esta revisión fue la reparación abierta.
La búsqueda inicial permitió identificar un total de 25 fuentes relevantes, incluyendo ensayos clínicos aleatorizados, estudios observacionales comparativos, metaanálisis y revisiones sistemáticas. A partir de estos documentos, se extrajo información sobre variables clave como la intensidad del dolor agudo y crónico medido en escalas estandarizadas, la frecuencia de recurrencias postoperatorias, la aparición de complicaciones como infecciones del sitio quirúrgico o seromas, y los tiempos estimados de recuperación funcional o reincorporación a las actividades laborales.
El análisis se realizó mediante un enfoque cualitativo y comparativo. Los resultados se organizaron en categorías temáticas, lo que permitió establecer patrones clínicos comunes, identificar fortalezas y limitaciones en cada técnica, y detectar las situaciones clínicas en las que una estrategia quirúrgica podría ser preferible sobre otra. Este enfoque integral ofrece una visión estructurada y crítica del estado actual del conocimiento sobre hernioplastias inguinales, contribuyendo a orientar futuras decisiones quirúrgicas hacia alternativas basadas en la evidencia científica más reciente y relevante.
Descripción de las técnicas quirúrgicas
La reparación de hernias inguinales ha evolucionado significativamente con el tiempo, ofreciendo diversas técnicas quirúrgicas que se ajustan a las condiciones clínicas del paciente, los recursos disponibles y la experiencia del cirujano. Dentro de las opciones actuales, la hernioplastia con malla, particularmente mediante la técnica de Lichtenstein, se ha consolidado como el procedimiento estándar para la reparación abierta de hernias inguinales. Esta técnica se indica principalmente en pacientes con hernias inguinales primarias o recurrentes, y es especialmente útil cuando se busca una reparación sin tensión en la región inguinal6; 7. Su principal ventaja radica en la colocación de una malla de polipropileno que refuerza la pared inguinal sin aplicar tensión sobre los tejidos, lo cual disminuye la posibilidad de recurrencia. Además, su simplicidad, bajo tiempo quirúrgico y efectividad han hecho que sea ampliamente adoptada y considerada como una técnica de referencia en la práctica clínica7; 8.
No obstante, el uso de mallas sintéticas no está exento de complicaciones. Entre las desventajas más reportadas se encuentran las infecciones del sitio quirúrgico asociadas a cuerpos extraños, el dolor crónico inguinal persistente y la sensación de cuerpo extraño en el área operada, lo cual puede afectar la calidad de vida del paciente a largo plazo. Asimismo, en contextos con recursos económicos limitados, el costo de la malla puede representar una barrera para su implementación, haciendo necesarias alternativas más asequibles8; 9
Ante estas limitaciones, las técnicas sin malla siguen teniendo vigencia, especialmente en escenarios donde el uso de prótesis está contraindicado o no disponible. La técnica de Bassini, una de las más antiguas, se indica frecuentemente en pacientes con infecciones activas, ya que evita la colocación de materiales sintéticos. Esta técnica consiste en la sutura directa de los tejidos inguinales, lo que elimina el riesgo de reacción a cuerpos extraños. Sin embargo, su principal desventaja es que genera mayor tensión en la zona de reparación, lo que se ha asociado con una mayor tasa de recurrencia en comparación con las técnicas basadas en mallas7.
Otra técnica sin malla es la de Shouldice, la cual se utiliza cuando la disponibilidad de prótesis es limitada o cuando su uso no es aconsejable. Este método proporciona una reparación anatómica firme sin necesidad de malla, y ha mostrado tasas de recurrencia relativamente bajas. No obstante, se considera técnicamente más exigente y su ejecución puede prolongar el tiempo quirúrgico, lo que limita su aplicabilidad en determinados contextos7.
Una alternativa contemporánea a considerar es la técnica de Desarda, que ha ganado reconocimiento como una opción viable en entornos donde no se dispone de mallas o se desea evitar su uso. Esta técnica se basa en una reparación sin tensión utilizando una banda del músculo oblicuo externo, y ha demostrado ofrecer tasas de recurrencia comparables a las obtenidas con la técnica de Lichtenstein6; 9. Entre sus principales ventajas se encuentran la reducción del dolor posoperatorio, una menor incidencia de complicaciones relacionadas con materiales sintéticos y una recuperación funcional más rápida. Además, es considerada una técnica rentable y fácil de aprender, lo que favorece su implementación en centros quirúrgicos con recursos limitados8; 10. Sin embargo, su desventaja principal radica en la escasez de estudios con seguimiento a largo plazo, lo que impide conocer con precisión su durabilidad en el tiempo en comparación con técnicas más consolidadas9.
Dolor postoperatorio
El manejo del dolor postoperatorio es uno de los aspectos más relevantes en la evaluación de los resultados tras una hernioplastia inguinal, ya que impacta directamente en la recuperación funcional, la satisfacción del paciente y su calidad de vida. El dolor agudo, que se presenta en los primeros días posteriores a la cirugía, puede variar según el tipo de técnica utilizada, el método de fijación de la malla y las características del material implantado. En este sentido, un estudio que comparó mallas autoadhesivas con mallas convencionales mostró que las autoadhesivas lograron reducir significativamente el dolor agudo postoperatorio. Esta reducción fue evidenciada mediante la escala de calificación numérica aplicada durante actividades como la tos o el ejercicio físico, donde se observó una recuperación más rápida en el grupo tratado con mallas autoadhesivas11.
Asimismo, en el contexto de la hernioplastia laparoscópica por abordaje TAPP (Transabdominal Preperitoneal), se ha documentado que la no fijación de la malla se asocia con puntuaciones más bajas de dolor agudo, en comparación con los casos en los que sí se realiza fijación. Esta diferencia, evaluada mediante la escala visual analógica, sugiere que evitar la fijación de la malla puede tener un efecto positivo en la reducción del dolor inmediato posterior a la cirugía. Estos hallazgos respaldan la idea de que tanto el tipo de malla como su método de colocación influyen de forma directa en la experiencia dolorosa inicial del paciente12.
Por otro lado, el dolor crónico posquirúrgico, definido como aquel que persiste por más de tres meses tras la intervención, constituye una de las complicaciones más preocupantes en la reparación de hernias. En un estudio reciente sobre pacientes sometidos a hernioplastia TAPP, se reportó que el 10,6 % de los participantes aún experimentaban dolor a los tres meses de la cirugía, aunque con una tendencia progresiva a la disminución con el tiempo13. Una de las principales causas identificadas del dolor crónico es el atrapamiento o lesión de nervios, en muchos casos asociado al contacto directo o la fijación de la malla. Estas complicaciones relacionadas con el implante representan un factor significativo en la persistencia del dolor y pueden requerir intervenciones adicionales si no se manejan adecuadamente14; 15.
En cuanto al tipo de malla utilizada, la evidencia sugiere que no existen diferencias clínicamente significativas en los niveles de dolor crónico entre mallas ligeras y mallas pesadas. Esto indica que, más allá del material, lo que influye con mayor peso en la aparición de dolor crónico es la técnica quirúrgica empleada, en particular el manejo cuidadoso de las estructuras nerviosas durante la intervención. Esta observación refuerza la necesidad de perfeccionar las habilidades quirúrgicas y de implementar protocolos específicos de preservación nerviosa para prevenir este tipo de complicación a largo plazo15.
Para evaluar con precisión el dolor en el contexto de las hernioplastias, los estudios suelen recurrir a herramientas estandarizadas como la Escala de Confort de Carolinas y la escala visual analógica. Estas escalas permiten cuantificar tanto el dolor agudo como el crónico de manera objetiva, facilitando así la comparación entre diferentes técnicas quirúrgicas y estrategias de tratamiento. Su uso sistemático en la literatura contribuye a un análisis más uniforme de los resultados, lo que a su vez permite una mejor interpretación de la efectividad de las intervenciones quirúrgicas desde la perspectiva del confort postoperatorio del paciente12; 13.
Tasa de recurrencia
La tasa de recurrencia es uno de los indicadores más relevantes al evaluar la eficacia de las técnicas quirúrgicas empleadas en la reparación de hernias inguinales, especialmente en el largo plazo. Las técnicas con malla han demostrado en diversos estudios un buen desempeño en cuanto a la prevención de recidivas. Por ejemplo, en una investigación sobre reparación TAPP utilizando una malla autofijadora, se reportó una tasa de recurrencia del 6 % durante una mediana de seguimiento de 76 meses, lo que refleja una recurrencia relativamente baja considerando el tiempo transcurrido y el tipo de técnica utilizada16.
Este hallazgo se ve reforzado por un estudio de seguimiento prolongado realizado por Ribokas, en el que se evaluó la reparación preperitoneal abierta mediante el uso de mallas ligeras. Tras 16 años de observación, no se registraron recidivas, lo que evidencia la durabilidad y eficacia del abordaje con malla en la prevención de recurrencias17.
Además, el tipo de malla utilizada también puede influir en los resultados a largo plazo. Un estudio que comparó diferentes materiales encontró que la malla de politetrafluoroetileno se asoció con una única recidiva durante un periodo de seguimiento de 60 meses, lo que sugiere que las propiedades del material pueden desempeñar un papel relevante en la estabilidad de la reparación18.
En contraste, los datos disponibles sobre las tasas de recurrencia en las técnicas sin malla son menos concluyentes, especialmente en contextos quirúrgicos de emergencia. En una revisión reciente, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las tasas de recurrencia dentro del primer año al comparar técnicas con malla y sin malla. Sin embargo, los autores advirtieron que la calidad de la evidencia era muy baja, lo que limita la interpretación y aplicabilidad de los hallazgos5.
La duración del seguimiento es también un factor crucial para evaluar adecuadamente la recurrencia. Estudios de largo plazo, como el de 16 años anteriormente citado, ofrecen una perspectiva más clara sobre la durabilidad de las reparaciones con malla17. Por otro lado, muchos estudios con seguimiento a corto plazo se enfocan principalmente en los resultados posoperatorios inmediatos, como el dolor, la infección o la formación de seromas. Algunos de estos informes han sugerido un riesgo potencialmente mayor de infecciones del sitio quirúrgico cuando se utilizan mallas, aunque la evidencia en este sentido sigue siendo incierta y poco concluyente5.
Complicaciones quirúrgicas
Las complicaciones postoperatorias continúan siendo un elemento clave en la evaluación de la seguridad de las técnicas quirúrgicas para la reparación de hernias inguinales, en particular cuando se emplean mallas como parte del procedimiento. Una de las complicaciones más relevantes es la infección del sitio quirúrgico (ISQ), cuyo riesgo puede variar según el contexto clínico en el que se realiza la intervención. En reparaciones de emergencia, donde las condiciones son menos controladas y el riesgo de contaminación es mayor, el uso de mallas ha sido asociado con un aumento leve en la probabilidad de desarrollar infecciones sinusales dentro de los primeros 30 días posteriores a la cirugía. Sin embargo, la evidencia que respalda esta afirmación proviene de estudios con limitaciones metodológicas, por lo que las conclusiones aún deben considerarse con cautela5.
En contraste, en procedimientos electivos, las tasas de infección relacionadas con el uso de malla son considerablemente más bajas. Por ejemplo, en el contexto de la hernioplastia inguinal electiva, se ha reportado una tasa de infección de tan solo 0,4 %, lo que demuestra un perfil de seguridad bastante favorable cuando se cumplen adecuadamente las condiciones de asepsia y control intraoperatorio19. No obstante, este escenario cambia cuando las mallas se utilizan en campos quirúrgicos contaminados, como en presencia de infecciones o perforaciones intestinales. En estos casos, las tasas de ISQ tienden a incrementarse, alcanzando niveles comparables a los de las heridas quirúrgicas sucias, lo cual sugiere que el uso de mallas debe evaluarse cuidadosamente en tales contextos20.
Otra complicación frecuente en el postoperatorio de las hernioplastias es la formación de seromas o hematomas. La acumulación de líquido seroso en el sitio quirúrgico es una manifestación común, especialmente cuando se emplea malla, y puede presentarse junto con signos locales como eritema, dolor o incluso dehiscencia de la herida. Si bien muchos estudios mencionan esta complicación, la incidencia exacta suele no especificarse de forma sistemática, lo que dificulta establecer su frecuencia real. Aun así, se reconoce como una complicación frecuente que puede surgir tanto en reparaciones con malla como sin ella, y que requiere seguimiento para evitar su progresión a una infección secundaria21.
Además de las infecciones y los seromas, las reacciones adversas a la malla constituyen una preocupación particular, especialmente en el largo plazo. Aunque poco comunes, las infecciones directamente atribuibles a la malla pueden producirse y están frecuentemente relacionadas con factores como la duración prolongada del procedimiento, la contaminación intraoperatoria o una manipulación inadecuada del implante21. A largo plazo, también se han descrito eventos adversos como dolor persistente, sensación de cuerpo extraño o malestar crónico en la zona de implantación. Sin embargo, es importante resaltar que la mayoría de los pacientes que se someten a reparación con malla reportan una mejora significativa en su calidad de vida posterior a la cirugía, lo que sugiere que, pese a sus posibles efectos adversos, el beneficio clínico global del procedimiento sigue siendo alto19.
Tiempo de recuperación y reintegración funcional
El tiempo de recuperación y la reintegración funcional tras una hernioplastia inguinal son aspectos fundamentales a la hora de valorar la eficacia de las diferentes técnicas quirúrgicas disponibles. En este sentido, uno de los indicadores más utilizados es el tiempo de regreso al trabajo, que refleja no solo la recuperación física del paciente, sino también el impacto socioeconómico del procedimiento. La técnica de Desarda, que no requiere el uso de malla, ha mostrado resultados favorables en este aspecto. Diversos estudios han demostrado que los pacientes sometidos a esta técnica presentan un retorno más rápido a sus actividades habituales en comparación con aquellos operados mediante la técnica de Lichtenstein, que sí emplea malla. Esta diferencia ha sido estadísticamente significativa, lo que posiciona a la técnica de Desarda como una opción atractiva en pacientes activos laboralmente3.
A pesar de las ventajas observadas en la técnica sin malla, también existen enfoques modernos que utilizan mallas pero que han sido optimizados para mejorar la recuperación funcional. Un ejemplo es la técnica ProFlor, un procedimiento basado en malla diseñado para integrarse dinámicamente al movimiento del cuerpo. Esta técnica ha demostrado tiempos de recuperación más rápidos y una reincorporación más temprana a las actividades diarias en comparación con el método tradicional de Lichtenstein, lo que sugiere que ciertas innovaciones en el diseño de las mallas pueden reducir el impacto funcional postoperatorio22.
La duración del procedimiento quirúrgico también es un factor relevante que influye en la eficiencia del tratamiento y en la experiencia intraoperatoria. En este aspecto, la técnica de Desarda ha mostrado un tiempo operatorio más corto que el método de Lichtenstein, lo que representa una ventaja en términos de eficiencia quirúrgica, especialmente en entornos de recursos limitados o con alta demanda de procedimientos3. De igual manera, la técnica ProFlor también ha sido asociada con una reducción significativa en la duración de la cirugía, lo que podría deberse a la simplicidad de su implementación o a una menor necesidad de fijación de la malla22.
Otro avance importante en la optimización del tiempo quirúrgico ha sido el uso de mallas autoadhesivas, como la Parietex Progrip. Estas mallas permiten una fijación rápida sin necesidad de suturas, lo que acorta el tiempo total del procedimiento en comparación con las mallas de polipropileno convencionales que requieren fijación mecánica. La reducción del tiempo quirúrgico no solo mejora la eficiencia del equipo quirúrgico, sino que también puede disminuir el riesgo de complicaciones relacionadas con la anestesia prolongada23.
En cuanto al tiempo hasta la deambulación y el retorno al trabajo, los estudios han mostrado que las técnicas que emplean mallas autoadhesivas, como el Progrip, permiten una movilización más rápida del paciente. Esto se atribuye a una menor respuesta inflamatoria local, menor dolor postoperatorio y una reducción en las complicaciones asociadas, lo que facilita la recuperación funcional en los primeros días tras la cirugía24. De forma similar, la técnica de Desarda también se ha asociado con un retorno al trabajo más rápido, en comparación con la técnica de Lichtenstein. Esta ventaja parece estar relacionada con un menor número de complicaciones postoperatorias, lo que permite al paciente reincorporarse antes a sus rutinas habituales sin limitaciones significativas3.
Síntesis de hallazgos clínicos
La elección entre la reparación de hernias inguinales con malla o sin malla depende de múltiples factores clínicos, quirúrgicos y del perfil individual del paciente. Cada técnica presenta ventajas y desventajas que deben ser cuidadosamente valoradas al momento de decidir el abordaje más adecuado para cada caso. La técnica de Lichtenstein, considerada el estándar en la reparación con malla, ofrece varios beneficios bien documentados. Entre sus principales ventajas se encuentran las bajas tasas de recurrencia, la posibilidad de realizar una reparación sin tensión en los tejidos y la consistencia de los resultados a lo largo del tiempo, lo que ha consolidado esta técnica como una opción segura y efectiva en la mayoría de los escenarios quirúrgicos25.
Sin embargo, este enfoque no está exento de limitaciones. La principal desventaja de la reparación con malla radica en el riesgo de complicaciones asociadas al implante, tales como infecciones, formación de seromas y dolor crónico postoperatorio. Estas complicaciones, aunque infrecuentes, pueden tener un impacto considerable en la recuperación del paciente y en su calidad de vida, especialmente si no se manejan adecuadamente3; 25.
Por otro lado, la técnica sin malla, como la propuesta por Desarda, ha ganado relevancia como una alternativa válida en contextos específicos. Esta técnica se basa en la reconstrucción anatómica utilizando tejido propio del paciente, lo que elimina el riesgo de reacciones a cuerpos extraños. Entre sus ventajas se destacan una menor incidencia de complicaciones postoperatorias, un retorno más rápido a las actividades normales y una mayor comodidad para el paciente en el periodo de recuperación, factores que resultan especialmente atractivos en pacientes jóvenes o con estilo de vida activo3.
No obstante, la técnica de Desarda también presenta limitaciones importantes. Su aplicación no es adecuada en casos de hernias inguinales grandes ni en pacientes con enfermedades del tejido conectivo o deficiencias de colágeno, ya que estas condiciones podrían comprometer la integridad y durabilidad de la reparación sin malla. Por tanto, su uso debe restringirse a hernias pequeñas y a pacientes con anatomía favorable para este tipo de procedimiento25.
Desde una perspectiva clínica, la selección de la técnica quirúrgica debe basarse en las características del paciente y en los objetivos del tratamiento. La reparación con malla sigue siendo preferida cuando se busca minimizar el riesgo de recurrencia y cuando el paciente no presenta un riesgo elevado de infecciones o complicaciones relacionadas con el implante25. En cambio, la reparación sin malla es más adecuada en pacientes con hernias pequeñas, en quienes se desea una recuperación más rápida o en quienes existen contraindicaciones específicas para el uso de mallas3; 25.
Finalmente, es importante señalar que muchas de las recomendaciones actuales se basan en estudios que presentan limitaciones metodológicas. Entre las más frecuentes se encuentran los tamaños de muestra reducidos y los períodos de seguimiento relativamente cortos, lo que conduce a una evidencia de baja certidumbre y dificulta la obtención de conclusiones sólidas a largo plazo5; 25. Asimismo, la heterogeneidad en los diseños de los estudios, en las poblaciones evaluadas y en los criterios de valoración también puede afectar la validez externa de los resultados y su aplicabilidad en diferentes contextos clínicos25.
Conclusiones
La reparación de hernias inguinales mediante la técnica de Lichtenstein, con el uso de malla, continúa siendo la opción quirúrgica más ampliamente respaldada por la evidencia para garantizar una reparación sin tensión y con bajas tasas de recurrencia. Su efectividad y simplicidad técnica han consolidado su posición como estándar de referencia en contextos quirúrgicos electivos. Sin embargo, la aparición de complicaciones relacionadas con el uso de mallas, como infecciones, dolor crónico y reacciones a cuerpos extraños, exige una cuidadosa evaluación del perfil del paciente y del entorno clínico, especialmente en contextos de cirugía de urgencia o en pacientes con alto riesgo de complicaciones postoperatorias.
Las técnicas quirúrgicas sin malla, como la de Desarda, representan una alternativa viable y eficaz para determinados perfiles de pacientes, particularmente aquellos con hernias pequeñas, con contraindicación al uso de prótesis sintéticas o que requieren una recuperación funcional más rápida. Esta técnica ha demostrado ser segura, rentable y asociarse a una menor incidencia de dolor postoperatorio y complicaciones relacionadas con materiales aloplásticos. No obstante, su aplicabilidad se ve limitada en casos de hernias complejas o grandes, y la falta de estudios con seguimiento a largo plazo dificulta establecer su durabilidad definitiva en comparación con las técnicas tradicionales con malla.
El abordaje quirúrgico ideal para la hernia inguinal debe ser individualizado, considerando tanto las características clínicas del paciente como los recursos disponibles y la experiencia del cirujano. Las diferencias entre técnicas con y sin malla no solo impactan en los resultados clínicos inmediatos, como el dolor y las complicaciones, sino también en factores funcionales como el tiempo de recuperación y retorno al trabajo. A pesar de los avances tecnológicos, persisten vacíos en la literatura científica debido a limitaciones metodológicas, por lo que se requieren estudios prospectivos, multicéntricos y con mayor duración para generar evidencia sólida que guíe la toma de decisiones clínicas.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.