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Evaluación del dolor pediátrico

Evaluación del dolor pediátrico

Con frecuencia, el niño hospitalizado, sufre dolor a consecuencia del proceso patológico que esté sufriendo o por las prácticas asistenciales derivadas de la atención a ese proceso.

Autoras:

Natalia Barrera Lahoz. Grado en Enfermería Universidad San Jorge.

Alexandra Herrero Gadea. Grado en Enfermería Universidad de Zaragoza.

Paula Córdova Matute. Grado en Enfermería Universidad de Zaragoza.

Julia Gallardo Gimeno. Grado en Enfermería Universidad de Zaragoza.

Eva Francés Claudio. Grado en Enfermería Universidad San Jorge.

Marta Valero Sánchez. Grado en Enfermería Universidad de Zaragoza

RESUMEN/ABSTRACT:

Con frecuencia, el niño hospitalizado, sufre dolor a consecuencia del proceso patológico que esté sufriendo o por las prácticas asistenciales derivadas de la atención a ese proceso. El dolor dificulta la adaptación del niño al medio hospitalario, pudiendo provocar alteraciones en su desarrollo normal. El profesional sanitario tiene a su disposición diferentes escalas de medición del dolor adaptadas especialmente a la edad y las características cognitivas del niño. Además, estas escalas se pueden utilizar para valorar el tratamiento farmacológico del dolor, así como la eficacia de ese tratamiento.

Palabras clave: dolor, pediatría, escalas valoración, tratamiento.

Frequently, the hospitalized child suffers pain as a result of the pathological process that is suffering or by the welfare practices derived from the attention to that process. Pain makes it difficult for the child to adapt to the hospital environment, and may cause alterations in their normal development. The health professional has at his disposal different scales of pain measurement adapted especially to the child’s age and cognitive characteristics. In addition, these scales can be used to assess the pharmacological treatment of pain, as well as the effectiveness of that treatment.

Key words: pain, pediatrics, assessment scales, treatment.

INTRODUCCIÓN:

Para un niño, la hospitalización supone un gran impacto en su desarrollo tanto físico como emocional, ya que el ingreso hospitalario constituye un cambio en sus rutinas, puede suponer la separación momentánea de los padres, lo que incluso en algunos casos puede afectar a la relación paterno filial; y además, el niño puede ver el medio hospitalario como una amenaza. La vivencia en el hospital depende de la edad que tenga el niño, así como el afrontamiento que haga del proceso hospitalario.

Una situación común durante la hospitalización del paciente pediátrico es sentir dolor. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor como “una experiencia sensorial y emocional que resulta desagradable, y que está asociada con una lesión real o potencial”. (1)

A lo largo de los años, el dolor en niños estaba en un segundo plano ya que se creía que estos no percibían el dolor de la misma manera que los adultos, incluso que percibían menos dolor debido a la inmadurez del sistema nocioceptivo. Sin embargo, los niños sufren dolor de igual manera que un adulto, incluidos los neonatos y prematuros que incluso son más sensibles al dolor. Por eso es importante conseguir un buen control y tratamiento del dolor para favorecer una buena adaptación del niño a la hospitalización. (2)

Para la evaluación del dolor en bebés y niños se pueden utilizar varias herramientas adaptadas a la edad y al desarrollo sociocultural del niño y a su capacidad para comunicar su dolor. Una buena fuente para la evaluación, son los padres o personas allegadas al niño, ya que son los que mejor le conocen y pueden ser útiles sobre todo cuando el niño no puede expresarse por sí mismo, aunque es mejor conseguir la información del propio niño.

METODOLOGÍA:

Para la realización de la búsqueda bibliográfica se utilizaron las principales fuentes de datos, como Pudmed, Enfispo, Cochrane, Scielo y Dialnet; así como la consulta de guías nacionales e internacionales relacionadas con el tema seleccionado. La búsqueda se centró en publicaciones desde el año 2000 hasta el 2018. Se encontraron artículos en español y en inglés.

RESULTADOS:

Se han desarrollado varias escalas para la evaluación del dolor pediátrico atendiendo a diferentes características según el desarrollo del niño.

Para los lactantes o niños muy pequeños (etapa preverbal, hasta los 3 años), se utilizan escalas donde es el propio observador, según su criterio, el que identifica los datos. Estas escalas utilizan el lenguaje corporal y tienen parámetros como la valoración del llanto, expresión facial o movimientos entre otros. Algunos parámetros más a valorar en el dolor del niño pueden ser, por ejemplo, la sudoración, cambios en las constantes vitales (frecuencia cardíaca y respiratoria, y tensión arterial) o cambios a nivel hormonal y de endorfinas. Algunas escalas son específicas para la evaluación del dolor en prematuros o neonatos. (3)

Las manifestaciones del dolor cambian según sea un dolor agudo o persistente. Si el niño sufre un dolor agudo, las alteraciones conductuales que mostrará estarán relacionadas con: la expresión facial, movimiento o posturas corporales, consolabilidad, llanto y gemidos. Por otro lado, si el dolor es crónico puede mostrar situaciones de posturas anormales, miedo a moverse, ausencia de expresión facial, quietud excesiva, alteraciones del sueño o del apetito, bajo estado de ánimo, irritabilidad o enfado. (4)

Entre las escalas diseñadas para neonatos o lactantes menores de 3 años, encontramos: (5-6-7)

  • Escala CHEOPS (Children´s Hospital of Eastern Ontario Pain Scale): valora específicamente el dolor en el postoperatorio. Evalúa el llanto, el comportamiento, el lenguaje, el movimiento de brazos y piernas y la expresión facial.
  • Escala FLACC: esta escala se puede utilizar en niños menores de 3 años o en niños más mayores que no colaboran. Valora el llanto, la posibilidad de consolarlo, la expresión facial, el movimiento de piernas y la actividad. Puntuación entre 0 (no dolor) y 10 (máximo dolor imaginable).
  • Escala CRIES score: con esta escala se valora el dolor postoperatorio en neonatos. Evalúa el llanto, la expresión, el sueño, la necesidad de oxígeno y el aumento de las constantes vitales.
  • Escala PIPP (Premature Infant Pain Profile): valoración concreta del dolor en prematuros. Tiene en cuenta la edad gestacional. Incluye parámetros del comportamiento y variables fisiológicas como saturación de oxígeno y modificación del ritmo cardíaco.
  • Escala NIPS (Neonatal Infant Pain Scale): escala también específica para neonatos, que valora la expresión facial, el llanto, el movimiento de piernas y brazos, el estado de consciencia y los patrones respiratorios. Su puntuación va de 0 (no dolor) a 7 (dolor máximo imaginable).

Existen otro tipo de escalas para niños más mayores (a partir de los 3 años), que utilizan métodos autoevaluativos, ya que son capaces de expresar su propio dolor a través de palabras o identificándolo según el grado. Estas escalas se basan en escalas analógicas, como la escala EVA (Escala Visual Analógica), que tienen un orden creciente de dolor, siendo una línea recta donde un extremo es la ausencia de dolor y el otro extremo el dolor máximo imaginable. En estos casos el personal que evalúa el dolor lo hace de manera subjetiva a través de la información que le da el niño. Se destacan las siguientes escalas: (5-6-7)

  • Escala Wong-Baker o escala de caras: se utiliza para niños entre los 3 años hasta los 7. Consiste en una sucesión de 6 dibujos de caras con distintas expresiones de dolor desde nada de dolor (0) a el peor dolor (10).
  • Escala OUCHER: también tiene 6 fotografías de caras con diferentes intensidades de dolor y además, una escala analógica numérica vertical. Las fotografías de las caras se adecúan a la raza del niño para que este se identifique lo mejor posible.
  • Escala numérica Walco y Howite: se utiliza a partir de los 8 años y es una escala numérica del 0 al 10 donde 0 es no dolor y 10 es dolor máximo imaginable.
  • Escala analógica- visual: para la edad escolar y niños mayores, se usa una escala analógica visual (EVA) como en los adultos.
  • Escala ACCS (Analogue Chromatic Continuos Scale) o escala de color: degradación de color que empieza en el blanco (no dolor) y acaba en el rojo intenso (mucho dolor).

Después de identificar el dolor pediátrico a través de una escala adecuada a su edad y capacidades comunicativas, se debe administrar un tratamiento adecuado para mitigar el dolor y acorde al protocolo establecido por el centro. Tras el tratamiento, se debe volver a evaluar el nivel del dolor, para conocer la eficacia del tratamiento pautado y poder modificar o mejorar la pauta hasta conseguir el efecto deseado.  (8)

CONCLUSIONES:

Existen diversas escalas que se han desarrollado especialmente para la evaluación del dolor en pacientes pediátricos. El dolor en los niños ingresados en el hospital debería ser una prioridad para los profesionales sanitarios a cargo de esos pacientes ya que podría dificultar la adaptación del niño a medio hospitalario y hacer de la vivencia del ingreso algo desagradable. Para evaluar el dolor hay que tener en cuenta la edad y las capacidades cognitivas que tenga el niño. Aunque la mejor fuente de información es el propio niño, también se puede recurrir a los padres o cuidadores para indagar sobre el nivel de dolor que sufre el paciente pediátrico.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. International Association of Study of Pain. 2017.
  2. Guía de buenas prácticas clínicas. Valoración y manejo del dolor. 3ª ed. Toronto: Investén isciii. 2013. Disponible en: http://www.evidenciaencuidados.es/es/index.php/11-implantacion/46-registerednurses-association-of-ontario-rnao
  3. García-Carpintero Blas Eva. La importancia del juego en el control del dolor pediátrico. Enferm. glob.  [Internet]. 2010  Feb [citado  2018  Oct  25] ;  ( 18 ). Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1695-61412010000100018&lng=es.
  4. Organización Mundial de la Salud (OMS). Directrices de la OMS sobre el tratamiento farmacológico del dolor persistente en niños con enfermedades médicas. [Internet] 2012. Disponible en: http://apps.who.int/medicinedocs/documents/s19116es/s19116es.pdf
  5. Quiles M J. Van-der Hofstadt CJ. Quiles Y. Instrumentos de evaluación del dolor en pacientes pediátricos: una revisión (2ª parte). Rev. Soc. Esp. Dolor.2004;  11(6): 52-61.
  6. Valdivieso Serna A. Dolor en pediatría. Fisiopatología y valoración. An Pediatr Contin 2004; 2(2): 63-72.
  7. Frank LS, Greenberg CS, Stevens B. Pain assessment in infants and children. Pediatr Clin N Am 2000; 47: 487-512.
  8. Valdivieso Serna A. Dolor agudo, analgesia y sedación en el niño (I). Detección y valoración. An Esp Pediatr 1998; 48:81-88.