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Frecuencia y factores de riesgo asociados a vaginosis bacteriana y vaginitis por Candida spp. en mujeres con infección vaginal

Al cuantificar de los morfotipos bacterianos según parámetros propuestos por Nugent y col. se puedo observar el predominio de Gardnerella vaginalis y ausencia de Lactobacillus en el 100% de las mujeres participantes en este estudio. Estos hallazgos son concordantes con los trabajos de Trejos (29) y Puentes (30). Los parámetros de Nugent permiten observar alteraciones de la flora vaginal sin que existan evidencias clínicas de vaginosis bacteriana, ya que es una técnica con elevada sensibilidad y rendimiento, con un nivel elevado de reproducibilidad en las distintas poblaciones estudiadas según lo evidenciado por algunos investigadores (31, 32), por lo tanto es considerada la prueba Gold estándar para el diagnóstico de la vaginosis bacteriana (VB).

También encontramos relación entre los factores de riesgo explorados y la frecuencia de dichas entidades clínicas y las duchas vaginales ocuparon el primer lugar; estas tienen un efecto directo sobre la flora vaginal causando una disminución de los lactobacilos, favoreciendo el aumento del pH vaginal y dando lugar a la proliferación de bacterias anaerobias que reemplazan la flora endógena sin respuesta inflamatoria (33, 34). El embarazo ocupó el segundo lugar, resultados similares a los referenciados por algunos investigadores quienes documentaron que los cambios hormonales en el embarazo producen mayor concentración de glicógeno vaginal y junto con la supresión de la inmunidad celular, se asocia con altos índices de colonización, infección y recurrencias (35,36).

También se encontró asociación entre la diabetes y la frecuencia de infecciones vaginales, resultados análogos a los documentados por Briseño (37). Cualquier alteración en las concentraciones de la glucosa puede promover una candidiasis vaginal ya que el exceso de glucógeno, además de aumentar el sustrato nutritivo de los hongos, promueve un incremento en la capacidad de adhesión de los hongos (23).

De los métodos de planificación familiar como factores de riesgo asociados, el uso de anticonceptivos orales ocupó el primer lugar en este trabajo, resultados análogos con los reportados por Vidal y Chávez (38, 31), a pesar de que algunos autores han documentado un efecto protector de los anticonceptivos orales, para el desarrollo de la Vaginosis bacteriana, planteado la hipótesis de que el estrógeno incrementa el contenido de glucógeno en las células epiteliales, un sustrato para especies de Lactobacillus permitiéndoles generar ácido láctico, un potente inhibidor de bacterias asociadas con esta infección (39, 40); sin embargo, en Tailandia demostraron que no hay relación entre VB y anticoncepción hormonal (41).

El dispositivo intrauterino (DIU) aunque en menor proporción, también fue un factor de riesgo asociado a infección vaginal y como cuerpo extraño, favorece la aparición de infecciones ginecológicas, por el hecho ya conocido de que cuerpos extraños tienden a potenciar la capacidad de organismos de baja virulencia para colonizar e infectar el tracto genital (42). Al igual que en este trabajo, otros investigadores encontraron una asociación significativa entre El uso del DIU y la presencia de vaginosis bacteriana (VB) (31).

A pesar de que otros trabajos han demostrado el papel del condón como agente protector de infección vaginal (43, 44, 45, 46), los resultados obtenidos en este estudio demuestran lo contrario, ya que el 19,23% de las mujeres con vaginosis bacteriana y candidiasis vulvovaginal (CVV) usaban este método de planificación familiar en las relaciones sexuales. Esto probablemente se deba a que Candida spp. y a G. vaginalis hacen parte de la flora normal del ecosistema vaginal y pueden dejar de ser un agentes comensales para transformarse en patógenos oportunistas cuando se modifican ciertas características del huésped, asociadas con mayor susceptibilidad a la infección por estas bacterias. Además, algunos factores predisponentes como el embarazo, la diabetes, el uso de antibióticos que eliminan la población de los lactobacilos, la higiene inadecuada y la utilización de ropas sintéticas, entre otros, favorecen la proliferación de estos dos comensales pudiéndose catalogar entonces estas dos infecciones como de tipo endógeno y no necesariamente de transmisión sexual (47).

El inicio precoz de las relaciones sexuales y la conducta sexual promiscua, son otras condiciones que predisponen a la adquisición de infecciones vaginales y en esta Investigación existió relación entre estos dos factores de riesgo y la frecuencia de vaginosis bacteriana (VB) y candidiasis vulvovaginal (CVV), ya que en las pacientes que referenciaron haber iniciado relaciones sexuales antes de los 14 años y que tuvieron entre 3 y 4 parejas sexuales fue mayor el porcentaje de infección vaginal, posiblemente como consecuencia de los niveles bajos de anticuerpos protectores en las secreciones cervicales, la mayor actividad sexual y la influencia de las hormonas sexuales (47).

Para concluir, es obligatorio realizar el cultivo para identificar otras especies de Candida que han venido surgiendo como agentes causales de candidiasis vaginal y con altos patrones de resistencia antimicótica. La confiabilidad y bajos costos de los parámetros de Nugent, confirman el diagnóstico de vaginosis bacteriana (VB) sin necesidad de hacer cultivo, convirtiéndose en una metodología de uso obligatorio en todos los laboratorios de microbiología y complementaria al tradicional uso de los parámetros de Amsel en el diagnóstico de esta última patología. Esto ayudará a evitar las complicaciones gineco-obstétricas y a reducir costos de atención en salud.

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