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Hemocultivos: ¿Cuándo? ¿Cómo?

Hemocultivos: ¿Cuándo? ¿Cómo?

Conocer cuáles son las recomendaciones, basadas en la evidencia disponible, para la realización de una correcta técnica de extracción de hemocultivos.

Hemocultivos: ¿Cuándo? ¿Cómo?

Oiane Bidaguren López de Larruzea 1; Andone Esesumaga Torrontegui 1; Sonia de Luis Álvarez 1; Cristina Sampedro Suarez 1

1 Enfermera. OSI Bilbao – Basurto

Resumen:

Introducción:

Los hemocultivos son la principal herramienta para el diagnóstico de la bacteriemia. Numerosos estudios demuestran que la supervivencia de los pacientes sépticos aumenta entre un 30 y 40% cuando se conoce el microorganismo causal y el paciente recibe el tratamiento antibiótico adecuado. Sin embargo, los resultados falsamente positivos, que pueden llegar a representar casi el 50%, conllevan importantes consecuencias, como son: un incremento de la carga asistencial, y un aumento de los costes del laboratorio, de la estancia hospitalaria y de la morbilidad para el paciente. Por este motivo es necesario conocer la correcta técnica de extracción, transporte y procesamiento.

Objetivo:

Metodología:

Se realiza una revisión de la literatura utilizando las palabras clave: hemocultivo, contaminado, antiséptico, técnica y extracción. Bases de datos: Doyma, La Biblioteca Cochrane Plus, Scielo, Cuiden e Instituto Joanna Briggs. Metabuscadores: Clinical Key y Google Académico.

  • Criterios de inclusión: Se han seleccionado los artículos publicados entre 2010-2015; en castellano, inglés y portugués. Sólo se han incluido los artículos con texto completo. Inicialmente los artículos son descartados por título.

Resultados:

Se recuperan un total de 93 y tras una lectura crítica por investigadores independientes, se seleccionan 15: 6 protocolos, 4 revisiones bibliográficas y 5 estudios cuantitativos (semiexperimentales y observacionales). Entre las principales recomendaciones destacan:

  • Realizar técnica aséptica pero con guantes estériles
  • Desinfección de la piel con desinfectantes de base alcohólica. La mayoría de los autores coinciden en recomendar dos desinfectantes: primero alcohol isopropílico 70º y en segundo lugar povidona yodada o clorhexidina alcohólica, siempre respetando el tiempo de secado.
  • Desinfectar las tapas de los botes de hemocultivos con alcohol isopropílico 70º
  • El volumen de extracción será de 8-10 ml por frasco en los adultos.
  • No se recomienda realizar extracciones separadas por períodos de tiempo concretos.
  • No hay evidencia de que la administración de antitérmicos disminuya su rentabilidad.

Conclusiones:

Se realiza un uso desmedido y técnicamente incorrecto de los hemocultivos. Existen estudios sobre su correcta indicación y así ser más restrictivo en su extracción.

Por otro lado, la gran variabilidad existente en cuanto a la técnica de extracción de hemocultivos, hace necesarias la revisión de los protocolos y la actualización de los conocimientos de las enfermeras, con el fin de minimizar la variabilidad clínica y mejorar la calidad asistencial.

INTRODUCCIÓN

Un hemocultivo (HC) se define como la sangre de una única venopunción inoculada en dos frascos diferentes, uno para el cultivo en microorganismos aerobios y otro para el cultivo de anaerobios 1. Es la principal herramienta para el diagnóstico de la bacteriemia. Nos permite conocer la etiología de la infección, aportan información sobre la sensibilidad del microorganismo aislado y posibilita la optimización del tratamiento antibiótico. Son una herramienta clínica y epidemiológica fundamental para la toma de decisiones 2.

Son numerosas las situaciones en las que está indicada la extracción de hemocultivos pero, de forma general, deben realizarse antes de la administración de terapia antimicrobiana sistémica, siempre que exista sospecha clínica de sepsis, o cualquier otra infección grave. Los signos de alarma incluyen fiebre o hipotermia (neonatos, ancianos), escalofríos, leucocitosis o granulocitopenia, deterioro orgánico de etiología no aclarada, shock, compromiso hemodinámico de causa desconocida, entre otros. Asimismo está indicada la extracción de hemocultivos en niños pequeños o ancianos con diminución súbita de la vitalidad, ya que en estas poblaciones pueden no aparecer los signos y síntomas típicos de la bacteriemia 3,1.

Según el Estudio de Prevalencia de la Infección Nosocomial en España (EPINE) el porcentaje de bacteriemia intrahospitalaria se ha incrementado en los últimos años, concretamente del 10,6% en 1990 hasta situarse en cifras del 14,8% en el año 2012 2.

Numerosos estudios muestran que la supervivencia de los pacientes sépticos aumenta entre un 30 y 40% cuando se conoce el microorganismo causal, y el paciente recibe el tratamiento adecuado a la susceptibilidad antibiótica 4.

Por otro lado, en adultos, se acepta como tasa máxima de contaminación el 3% de los hemocultivos extraídos 1,3. Sin embargo, estudios actuales concluyen que los resultados falsamente positivos pueden llegar a representar casi el 50%, lo que conlleva importantes consecuencias, como: el incremento de la carga asistencial, el aumento de los costes del laboratorio, de la estancia hospitalaria y de la morbilidad para el paciente 2.

Se considera hemocultivo contaminado el aislamiento de uno de los siguientes microorganismos: Staphylococcus coagulasa-negativo, Streptococcus viridans, Micrococcus spp., Propionibacte- rium spp., Corynebacterium spp. o Bacillus spp. en la mitad o menos de los hemocultivos obtenidos sin significado clínico reflejado en la historia del paciente 1,2.