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Revisión Actualizada de la Incidencia Pública en el Ámbito Sociosanitario a Nivel Internacional

Una experiencia la constituye el artículo de Ford, Acosta y Sutzliffe (2013); en el cual, las personas con discapacidad intelectual y sus familiares se unieron en un movimiento de autodefensa con el propósito de cambiar el término “retraso mental” por el “discapacidad intelectual”. Para ello, realizaron debates abiertos, que tuvieron lugar en organizaciones, pasillos de las legislaturas estatales y los congresos; para eliminar su discriminación y exclusión social.

Otra experiencia, protagonizada por una alianza coordinada de ONGs consiguió la prohibición de fumar en todos los lugares públicos y de trabajo de Inglaterra. Su herramienta fueron los medios de comunicación, a través de comunicados de prensa y campañas publicitarias (Alan, 2009).

Una experiencia más, la forma el diálogo de células madre para identificar los puntos de vista y las preocupaciones de la comunidad acerca de la investigación de células madre (Mohr & Raman, 2012).

Otro artículo relata la experiencia de Forrester Blanchar Washington, que aprovecha su cargo como presidente de la “Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color” para que la sociedad se conciencie de la desigualdad laboral de la población afroamericana a consecuencia de la política de Asistencia Social del nuevo trato. Para ello, movilizó a grupos de interés que ejercieron presión política, hizo pública la situación en periódicos y unió a María McLeod Bethund, Eugene Kinckle Jones, Robert Weaver, Robert Vann y Lorenzo Oxley como sus defensores dentro del gobierno federal. Dimitió como signo de protesta por no haberlo conseguido (Barrow, 2007).

Wehrwein y Pollack (2005) recogen una experiencia protagonizada por organizaciones de asistencia médica a favor de las fuentes de financiación federal, estatal y local para conservar la vivienda a precios cómodos. Para ello, plantearon una campaña pública, conocedores de la fuerte influencia política que tenían en sus consumidores.

También hemos encontrado experiencias en la prevención del consumo de drogas realizada por agencias de salud pública locales. Además, estas agencias proporcionaron una base para construir los programas de prevención colaborativos y reformar la política de drogas, que comienzan en el nivel local (McBride, Terry-McElrath, VanderWaal, Chriqui & Myllyluoma, 2008).

Por último, existen experiencias dirigidas a la población juvenil que demuestran resultados positivos para la comunidad y las organizaciones. Además, estas experiencias han evidenciado la capacidad para conseguir que los jóvenes se sientan importantes, valorados y respetados al ayudar a los proveedores a encontrar las necesidades y expectativas de la juventud (Mandel y Qazilbash, 2005).

Pero no sólo las organizaciones han tenido experiencias de incidencia pública sino que los profesionales también lo han intentado. No obstante, lo cierto es que la implicación de profesionales en las acciones de incidencia pública destaca por el déficit de comprensión de los asuntos de política públicos (Thompson, Boardley, Kerr, Greene & Jenkins, 2009).

El ejercicio efectivo de la incidencia pública por los profesionales requiere, por tanto:

  • Primero, que sean conscientes del contenido de la política pública y las estructuras dentro de las cuales es formulado.
  • Segundo, que capturen la atención de los legisladores
  • Por último, que ejerzan presión para promover la justicia social.

Respecto a la forma en que los profesionales ejercen esta acción de incidencia pública, destaca su carácter de acción representativa y equilibrada, por medio de la que la sociedad participa activamente en las decisiones (Marttila, Johansson, Whitehead & Burström, 2012); una acción realizada, fundamentalmente, mediante la formación de coaliciones, los canales administrativos, la colaboración y las publicaciones (Sherraden, Slosar & Sherraden, 2002).

En cuanto a los resultados de su acción, la incidencia pública llevada a cabo por profesionales ha evidenciado la reducción de las desigualdades sociales. De hecho, errores de ellos se han convertido fracasos en la reducción de las desigualdades sociales. Un ejemplo lo constituyen las estrategias de la industria tabacalera en Duluth, donde la industria logró sus objetivos porque los representantes de la salud cometieron errores en la formación de la ordenanza original y fracasaron en la crítica de las recomendaciones económicas de la industria.

Respecto al tipo de profesional, hemos observado que Enfermería no tiene un papel de representación pública reconocido, pues escasamente aparece como agente de intermediación en las experiencias de incidencia pública (Thompson, Boardley, Kerr, Greene & Jenkins, 2009). Son otros agentes sociales los que han adquirido esta función debido a la cercanía con respecto a la sociedad y sus necesidades: los trabajadores sociales (Sherraden, Slosar & Sherraden, 2002).

De esta forma, los trabajadores sociales han tomado la delantera y se han convertido en actores significativos en el desarrollo de la política estatal (Sherraden, Slosar y Sherraden, 2002), pues aportan:

  • Habilidades en la negociación.
  • Edificio del acuerdo general.
  • Coalición
  • Comprensión de cómo la política afecta a la comunidad
  • Además, desarrollan intervenciones en un contexto multidisciplinar.

La Enfermería, en cambio, aún en el siglo XXI es vista por los demás como una profesión eminentemente técnica (Rovers, 1986). Su que hacer complejo, caracterizado por el servicio público y su familiaridad con los problemas sociales parece ser ignorado por la sociedad y desaprovechado por la profesión (Sitges, Bergadá & Guarner, 1975).

Enfermería puede y debe ser el núcleo de la incidencia pública. Su situación estratégica es clave.

  • Por una parte, interacciona con la sociedad, de la que extrae una necesidad.
  • Por otra parte, interacciona con los trabajadores sociales, para movilizar recursos adecuados y cubrir esa necesidad.
  • Finalmente, interactúa con las organizaciones no gubernamentales para promover los derechos de los colectivos (Sitges, Bergadá & Guarner, 1975).

La información que maneja, procedente de diferentes campos, la coloca en una posición privilegiada con respecto al resto de los agentes sociales para ejercer incidencia pública (Rovers, 1986). Sólo necesita ser consciente de su papel.

Finalmente, no se ha encontrado ninguna experiencia de incidencia pública en la que individuos, de forma particular, hayan obtenidos resultados satisfactorios. De hecho, Mosquera, Zapata, Lee, Arango y Varela (2001) mostraron que los usuarios aún no tienen un asiento significativo alrededor de la mesa de los cuerpos de la toma de decisiones. Esto se debe, fundamentalmente, al escepticismo de los líderes con respecto a la capacidad de los usuarios para influir en la toma de decisiones: “usted puede participar, pero yo soy quien decido”.

  • Argumentación crítica de los resultados.

Quizás, la crítica más importante a nuestros resultados es la carencia de iniciativas y/o experiencias de incidencia pública originarias de España, circunstancia que ha llamado nuestra atención. El mayor número de experiencias de incidencia pública son nativas del continente americano. Este desequilibrio puede significar que EEUU se encuentra a la cabeza de iniciativas de incidencia pública, pero también puede indicar un sesgo de publicación, porque quizás, autores americanos (angloparlantes nativos) tienen mayores facilidades para incorporar sus artículos a las revistas científicas.

Con respecto a los tipos de artículos que hemos analizado, en su mayoría, se tratan de artículos de revisión extraídos de revistas científicas de la Universidad de Córdoba; un recurso que tenemos a disposición los estudiantes de la misma. Aquellos que no fueron encontrados en esta fuente no han sido incluidos en el estudio, por lo que puede haber ocurrido alguna desviación de los resultados asociada a este hecho

Finalmente, respecto al contenido de las iniciativas y/o experiencias de incidencia pública, hemos obtenido resultados referentes a temas como la prevención de la exclusión social, la ley antitabaco, la investigación de células madre, la desigualdad laboral, la prevención del consumo de drogas, entre otros. Por el contrario, no hemos obtenido iniciativas y/o experiencias de incidencia pública relativas a temas como la vacunación, alimentación, escolares, violencia; por nombrar algunos, cuando, estos últimos, son tan importantes en lo que a necesidad y exclusión social se refiere.

CONCLUSIÓN

El término de incidencia pública, en inglés advocacy, se define como la acción llevada a cabo por un individuo, o un grupo, para influir en las políticas públicas dentro de las instituciones, con el fin último de que las principales necesidades de la comunidad estén satisfechas.

  1. ¿Quién interviene en la incidencia pública?

Por una parte, el sector voluntario (ONGs), que se ha constituido como un intermediario imprescindible entre el gobierno y la comunidad.

Por otra parte, los profesionales, con los trabajadores sociales ocupando la delantera.

  1. ¿Cuáles son sus funciones?

Primero, el desarrollo de iniciativas de política pública; segundo, la defensa y promoción de los derechos de los usuarios; y tercero, la discusión de las decisiones tomadas por el poder.

  1. ¿Qué contenidos se han desarrollado de forma prioritaria?

Los principales temas abordados en las experiencias de incidencia pública encontradas son: la prevención de la exclusión social, la ley antitabaco, la investigación de células madre, la desigualdad laboral o la prevención del consumo de drogas, entre otros.

  1. ¿Cómo llevan a cabo la incidencia pública?

En primer lugar, mediante las asociaciones de usuarios o los comités de salud de la comunidad; segundo, por medio de las oficinas de información y reclamaciones. En tercer lugar, a través de los medios de comunicación; cuarto, mediante la realización de debates abiertos; y por último, por medio del empleo de coaliciones con grupos de interés y el gobierno.

  1. ¿Qué variables se asocian a la incidencia pública?

La incidencia pública supone estar bien informado sobre el proceso de la política; así como un compromiso con y confianza en la fundación de asociaciones de usuarios. Respecto a sus mayores enemigos: La asimetría de información entre los representantes de la comunidad y el gobierno; y el escepticismo de los líderes a la capacidad de los usuarios para influir en las decisiones.

  1. ¿Posición que ocupa la Enfermería en acciones de incidencia pública?

Enfermería no aparece como protagonista de la incidencia pública. Por tanto, la incidencia pública constituye para la Enfermería un reto del que debe ser consciente. Su experiencia como intermediador (advocacy) en la asistencia la colocan en una posición única para ejercer incidencia pública.