Infecciones por adenovirus: un enfoque científico
Autor principal: Isabel Moreno Lucente
Vol. XIX; nº 23; 976
Adenovirus infections: a scientific approach
Fecha de recepción: 29/10/2024
Fecha de aceptación: 04/12/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 23 Primera quincena de Diciembre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 23; 976
Autores: Isabel Moreno Lucente, Carlos Gimillo Monterde
Centro de trabajo: Hospital Obispo Polanco, Teruel, España.
Resumen:
Las infecciones por adenovirus son una causa común de enfermedades en humanos, especialmente en niños, inmunocomprometidos y personas que viven en comunidades cerradas. Los adenovirus son virus de ADN que infectan las vías respiratorias, gastrointestinales, oculares y genitourinarias, con manifestaciones clínicas que varían desde síntomas leves hasta cuadros severos, dependiendo del serotipo y del estado inmunológico del huésped. Este artículo revisa la estructura, patogenia, epidemiología, manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento y prevención de las infecciones por adenovirus.
Palabras clave: infección, adenovirus, virus, respiratorio, sistema inmune.
Abstract:
Adenovirus infections are a common cause of disease in humans, especially in children, the immunocompromised, and people living in closed communities. Adenoviruses are DNA viruses that infect the respiratory, gastrointestinal, ocular and genitourinary tracts, with clinical manifestations that vary from mild symptoms to severe symptoms, depending on the serotype and the immunological status of the host. This article reviews the structure, pathogenesis, epidemiology, clinical manifestations, diagnosis, treatment and prevention of adenovirus infections.
Kewwords: infection, adenovirus, virus, respiratory, immune system
Declaración de buenas prácticas
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.
Introducción
Las infecciones virales representan una de las causas más comunes de enfermedades en humanos, y entre los agentes más relevantes dentro de este grupo están los adenovirus. Los adenovirus son un grupo diverso de virus de ADN que infectan tanto a humanos como a animales, con un amplio espectro de manifestaciones clínicas. Desde su descubrimiento en la década de 1950, se han identificado más de 100 serotipos de adenovirus, de los cuales más de 50 pueden infectar a humanos. Estas infecciones pueden afectar diferentes sistemas del cuerpo, siendo especialmente comunes las afecciones del tracto respiratorio, gastrointestinal y ocular.
A diferencia de muchos otros patógenos virales, los adenovirus poseen una capacidad notable para sobrevivir fuera del huésped durante periodos prolongados, lo que facilita su transmisión en entornos comunitarios cerrados como escuelas, guarderías, campamentos militares, hospitales y otros lugares donde las personas están en contacto estrecho. Además, la naturaleza robusta del virión, que carece de envoltura lipídica, lo protege de muchas condiciones ambientales adversas y le otorga una resistencia significativa a los desinfectantes comunes y al calor moderado.
Aunque las infecciones adenovirales suelen ser autolimitadas en individuos inmunocompetentes, estos virus pueden causar enfermedades graves o incluso letales en ciertos grupos de alto riesgo, como pacientes inmunodeprimidos (por ejemplo, personas sometidas a trasplantes de órganos o quimioterapia), recién nacidos y ancianos. Asimismo, los niños menores de cinco años constituyen una población vulnerable, dado que su sistema inmunológico aún no ha desarrollado defensas adecuadas frente a muchos serotipos del virus.
Importancia clínica y epidemiológica
En la población general, los adenovirus representan una causa importante de infecciones respiratorias, comparables en frecuencia a otros virus respiratorios como el rinovirus y el virus sincitial respiratorio (VSR). En particular, los adenovirus de los grupos B y C se asocian frecuentemente con infecciones respiratorias, mientras que los de los grupos D y E están más relacionados con enfermedades oculares como la queratoconjuntivitis epidémica. Los adenovirus del grupo F, por otro lado, son responsables de gastroenteritis virales, siendo una causa importante de diarrea aguda infantil, sobre todo en regiones donde el saneamiento es deficiente.
En los entornos clínicos, el diagnóstico de las infecciones por adenovirus puede ser desafiante debido a la similitud de los síntomas con otras infecciones virales, lo que a menudo lleva a diagnósticos tardíos o erróneos. Además, la amplia gama de presentaciones clínicas que estos virus pueden inducir, desde cuadros leves hasta infecciones sistémicas graves, destaca la importancia de un diagnóstico y manejo adecuado, especialmente en poblaciones vulnerables.
Impacto en la salud pública
A lo largo de los años, los adenovirus han sido responsables de varios brotes en entornos como hospitales, escuelas y bases militares, lo que subraya su potencial para propagarse rápidamente en comunidades cerradas. Esto plantea un desafío significativo para la salud pública, especialmente en contextos donde las medidas de control de infecciones pueden ser difíciles de implementar de manera efectiva. A pesar de los avances en la comprensión de estos virus y de los mecanismos de transmisión, la falta de tratamientos antivirales específicos y vacunas ampliamente accesibles ha dificultado el control de las infecciones adenovirales.
Además, el creciente uso de terapias inmunosupresoras, como las utilizadas en pacientes con cáncer o trasplantes de órganos, ha aumentado la incidencia de infecciones adenovirales graves. En estos pacientes, las infecciones pueden manifestarse como neumonías fulminantes, hepatitis, cistitis hemorrágica y otras complicaciones sistémicas que son difíciles de tratar y que están asociadas con una alta mortalidad.
Necesidad de investigación continua
A pesar de los avances en la biología molecular y el conocimiento de los adenovirus, muchos aspectos de su patogénesis y epidemiología siguen sin estar completamente comprendidos. Por ejemplo, la variabilidad en la gravedad de la enfermedad entre diferentes serotipos y la posibilidad de coinfección con otros patógenos respiratorios requieren una mayor investigación para desarrollar intervenciones terapéuticas más eficaces.
Este artículo tiene como objetivo proporcionar una revisión integral sobre las infecciones por adenovirus, desde su estructura y ciclo de vida hasta las manifestaciones clínicas, los métodos diagnósticos y las estrategias de tratamiento y prevención. Con un enfoque especial en la patogénesis, epidemiología y los desafíos clínicos, se busca resaltar la importancia de este patógeno en la práctica médica y la salud pública, así como la necesidad de desarrollar tratamientos más específicos y eficaces frente a las infecciones adenovirales.
Características Estructurales y Ciclo de Vida
Características Estructurales y Ciclo de Vida
Los adenovirus son miembros de la familia Adenoviridae y presentan una estructura única que les otorga una resistencia considerable en ambientes externos y una alta capacidad para infectar diversos tipos de tejidos. Estos virus tienen una cápside icosaédrica no envuelta, lo que significa que carecen de una membrana lipídica externa, característica que les permite ser más estables en condiciones ambientales adversas, como variaciones de pH y temperaturas moderadas. Esta resistencia es un factor clave para su capacidad de transmisión en superficies contaminadas y su capacidad para provocar brotes en comunidades cerradas.
Estructura viral
La cápside icosaédrica de los adenovirus está formada por 252 capsómeros. Estos capsómeros son unidades de proteínas que se ensamblan para formar la estructura externa del virus, que protege su genoma interno. Los capsómeros se dividen en:
- Hexonas: Son proteínas que forman la mayor parte de la superficie de la cápside y están organizadas en 20 caras triangulares. Cada hexona es una estructura trimérica, es decir, está formada por tres subunidades idénticas.
- Pentonas: Están ubicadas en los 12 vértices del icosaedro y consisten en dos componentes: la base pentonal, que está anclada a la cápside, y la fibra, una estructura en forma de protrusión que se proyecta hacia fuera desde los vértices.
Las fibras de la pentona tienen una función esencial en el reconocimiento del huésped y en la entrada del virus en la célula. Estas fibras contienen un dominio que interactúa con receptores específicos en la superficie de las células del huésped. El receptor más comúnmente implicado en la infección adenoviral es el receptor coxsackievirus y adenovirus (CAR), aunque algunos serotipos también pueden utilizar integrinas u otros receptores celulares específicos, lo que contribuye a su tropismo tisular diverso.
El genoma del adenovirus es un ADN bicatenario lineal de aproximadamente 30 a 38 kilobases, que codifica unas 30-40 proteínas. El genoma está organizado en una serie de marcos de lectura abiertos que se expresan en una secuencia temporal regulada durante la replicación viral. Las proteínas virales se dividen en dos grupos principales: las proteínas tempranas y las tardías, según el momento en el que se expresan durante el ciclo de replicación. Las proteínas tempranas están involucradas en la modulación de la maquinaria celular del huésped para favorecer la replicación del ADN viral, mientras que las proteínas tardías están mayormente implicadas en la formación de nuevas partículas virales.
Ciclo de vida del adenovirus
El ciclo de vida del adenovirus incluye varios pasos altamente regulados que permiten la infección exitosa de la célula huésped, la replicación del genoma viral y la posterior liberación de viriones maduros. A continuación, se describen las etapas clave del ciclo de vida del adenovirus:
- Adhesión y entrada
El ciclo de vida del adenovirus comienza cuando las fibras de la pentona reconocen y se unen a receptores específicos en la superficie de la célula huésped, como el CAR, que se expresa en células epiteliales, endoteliales y otras. Tras la adhesión inicial, el virus interactúa con integrinas αvβ3 o αvβ5, que sirven como correceptores y facilitan la internalización del virus mediante endocitosis mediada por clatrina.
Una vez que el adenovirus ha entrado en la célula dentro de una vesícula endocítica, los cambios en el pH del endosoma provocan una modificación conformacional de la cápside viral. Esto permite la disociación de algunas proteínas de la cápside, liberando el genoma viral y permitiendo su transporte a través del citoplasma hacia el núcleo.
- Transporte al núcleo y desensamblaje
Tras la entrada en la célula, el adenovirus debe viajar a través del citoplasma para alcanzar el núcleo, donde tendrá lugar la replicación del ADN. El virión parcialmente desensamblado utiliza el citoesqueleto celular y proteínas motoras como la dineína para moverse hacia los poros nucleares. Una vez que llega al núcleo, el genoma viral se libera de la cápside restante y entra al núcleo para iniciar la replicación.
- Replicación del ADN y transcripción
El proceso de replicación del ADN adenoviral es altamente eficiente y está controlado por una serie de proteínas codificadas por el virus. En las primeras horas de la infección, el virus expresa las proteínas tempranas (E1, E2, E3 y E4), que son esenciales para preparar la célula huésped para la replicación viral. Estas proteínas tienen funciones como la inhibición de la apoptosis (lo que evita que la célula muera antes de completar el ciclo viral), la promoción de la replicación del ADN viral y la modulación de la respuesta inmune del huésped.
El genoma viral se replica en el núcleo de la célula utilizando la maquinaria celular y viral. Una vez que se ha sintetizado suficiente ADN viral, el ciclo entra en la fase tardía, en la que se expresan las proteínas estructurales necesarias para formar nuevas partículas virales. Estas incluyen proteínas de la cápside y otras proteínas no estructurales que ayudan en el ensamblaje y empaquetamiento del ADN viral en los nuevos viriones.
- Ensamblaje
Una vez que se han sintetizado todas las proteínas estructurales y copias del genoma viral, comienza el ensamblaje de nuevas partículas virales dentro del núcleo de la célula. Los capsómeros de hexona y pentona se ensamblan para formar la cápside, y el ADN viral se empaqueta en el interior. Este proceso es altamente regulado y depende de la interacción precisa entre proteínas virales y ADN.
- Liberación del virión
El ciclo de vida del adenovirus culmina con la liberación de los nuevos viriones a través de la lisis celular. Este proceso implica la ruptura de la membrana plasmática de la célula huésped, lo que conduce a la liberación de cientos de nuevas partículas virales que están listas para infectar células vecinas y continuar el ciclo de infección. La lisis celular es una consecuencia directa de la acumulación de viriones en el núcleo y la actividad de proteínas virales que desestabilizan las membranas celulares.
Interacción con el sistema inmunológico del huésped
Una característica clave del ciclo de vida del adenovirus es su capacidad para evadir la respuesta inmune del huésped. Los adenovirus han desarrollado mecanismos sofisticados para evitar ser detectados y eliminados por el sistema inmune. Las proteínas tempranas del adenovirus, especialmente las codificadas por el gen E3, tienen funciones que suprimen la respuesta inmune del huésped. Por ejemplo:
- La proteína E3-19K inhibe la presentación de antígenos al bloquear la expresión de moléculas del MHC clase I en la superficie celular, lo que evita que las células infectadas sean reconocidas por los linfocitos T citotóxicos.
- La proteína E1A bloquea la apoptosis inducida por factores celulares como el p53, lo que permite al virus mantener la célula viva mientras completa su ciclo replicativo.
Estas estrategias de evasión permiten a los adenovirus persistir en el cuerpo, a veces en estado latente, lo que puede dar lugar a infecciones recurrentes o crónicas, especialmente en individuos con sistemas inmunológicos debilitados.
La estructura robusta de los adenovirus y su ciclo de vida complejo son esenciales para su capacidad de supervivencia y transmisión en diferentes ambientes y en una variedad de huéspedes. Su habilidad para manipular la célula huésped y evadir la respuesta inmune subraya la necesidad de continuar investigando estos mecanismos para desarrollar terapias antivirales más eficaces y vacunas que puedan controlar mejor las infecciones adenovirales en poblaciones vulnerables.
Epidemiología
Los adenovirus son patógenos ubicuos que afectan a individuos de todas las edades y en diversas regiones geográficas. Están distribuidos de manera mundial y, a diferencia de muchos otros virus respiratorios, pueden circular durante todo el año sin una clara estacionalidad. Aunque la mayoría de las infecciones por adenovirus son esporádicas, también pueden ocurrir **brotes** en poblaciones cerradas como **guarderías, escuelas, bases militares, hospitales y residencias de ancianos**, lo que los convierte en un desafío significativo para la salud pública.
Distribución por serotipos
Más de 50 serotipos de adenovirus han sido identificados en humanos, agrupados en siete especies designadas como A a G. Los diferentes serotipos están asociados con diversas manifestaciones clínicas, lo que refleja su tropismo tisular específico y la variabilidad en la respuesta inmune del huésped. Los serotipos más prevalentes y las enfermedades más comúnmente asociadas con ellos incluyen:
- Serotipos 1, 2, 5 y 6 (grupo C): Son responsables de la mayoría de las infecciones respiratorias en niños, especialmente en menores de 5 años. Estas infecciones suelen ser leves, pero pueden complicarse en niños pequeños y personas inmunocomprometidas.
- Serotipos 3, 4, 7 y 14 (grupos B y E): Son causantes de infecciones respiratorias agudas en todas las edades. Estos serotipos son responsables de neumonías graves y pueden dar lugar a brotes en instalaciones militares y entornos comunitarios cerrados.
- Serotipos 40 y 41 (grupo F): Están asociados con gastroenteritis aguda en niños, especialmente en países con escasez de agua potable y saneamiento inadecuado. En algunas regiones, representan una proporción significativa de los casos de diarrea viral.
- Serotipos 8, 19 y 37 (grupo D): Causan queratoconjuntivitis epidémica, una infección ocular altamente contagiosa que puede dar lugar a brotes, especialmente en hospitales y clínicas oftalmológicas.
- Serotipos 11 y 21 (grupo B): Se asocian con cistitis hemorrágica, especialmente en niños y en pacientes inmunodeprimidos.
Transmisión
La transmisión de los adenovirus ocurre principalmente a través de tres vías:
- Transmisión respiratoria: Los adenovirus se propagan a través de gotas respiratorias o aerosoles que se generan cuando una persona infectada tose o estornuda. El contacto cercano con personas infectadas facilita la propagación en lugares como guarderías, escuelas y bases militares.
- Contacto directo y superficies contaminadas: Los adenovirus pueden sobrevivir durante largos periodos en superficies inanimadas, como juguetes, utensilios, toallas y equipos médicos. El contacto con objetos contaminados seguido de contacto con mucosas (ojos, nariz o boca) facilita la transmisión. Esta es una ruta importante para la propagación de infecciones oculares como la queratoconjuntivitis.
- Fecal-oral: Los adenovirus asociados con gastroenteritis se transmiten a través del contacto con heces contaminadas, por lo que la mala higiene personal y el consumo de agua o alimentos contaminados son factores importantes en la propagación. Esta vía es más frecuente en entornos con condiciones sanitarias deficientes.
Grupos de riesgo
Aunque las infecciones por adenovirus pueden afectar a cualquier persona, ciertos grupos son más susceptibles a desarrollar enfermedades graves:
- Niños pequeños: Los niños menores de cinco años constituyen el grupo más afectado por las infecciones adenovirales, especialmente las infecciones respiratorias y gastrointestinales.
- Pacientes inmunocomprometidos: Las personas con sistemas inmunitarios debilitados, como los receptores de trasplantes de órganos, pacientes sometidos a quimioterapia o aquellos con VIH avanzado, están en mayor riesgo de infecciones diseminadas y graves por adenovirus, que pueden afectar múltiples órganos.
- Militares y comunidades cerradas: Los reclutas militares, que suelen estar en contacto cercano en ambientes confinados, están en riesgo de brotes de infecciones respiratorias causadas por adenovirus, como los serotipos 4 y 7, que pueden conducir a neumonías graves.
- Adultos mayores y pacientes hospitalizados: Las personas mayores, especialmente aquellas con comorbilidades, son más propensas a experimentar infecciones adenovirales graves. Los brotes en hospitales pueden afectar a pacientes con enfermedades crónicas o aquellos en unidades de cuidados intensivos.
Patogénesis
La patogénesis de las infecciones por adenovirus está determinada por varios factores, entre los que se incluyen el serotipo del virus, el tropismo celular, la virulencia del virus y la respuesta inmune del huésped. Los adenovirus tienen la capacidad de infectar una amplia gama de tejidos, como el tracto respiratorio, el epitelio gastrointestinal, la córnea y la vejiga. La gravedad de la infección puede variar desde infecciones leves y autolimitadas hasta enfermedades graves, especialmente en pacientes inmunodeprimidos o con afecciones subyacentes.
Fases de la infección
El ciclo de patogénesis de las infecciones por adenovirus puede dividirse en varias fases:
- Adhesión y entrada celular: La patogénesis comienza cuando el adenovirus se adhiere a los receptores específicos en la superficie de las células del huésped. Dependiendo del serotipo, el virus utiliza receptores como el receptor CAR (receptor coxsackievirus y adenovirus) o integrinas, para unirse a la célula huésped. Esta interacción es crucial para que el virus penetre en la célula a través de endocitosis mediada por clatrina.
- Replicación y lisis celular: Una vez dentro de la célula, el virus se dirige al núcleo, donde comienza a replicar su ADN. La replicación viral conduce a la producción de nuevos viriones que, una vez formados, se liberan a través de la lisis celular, destruyendo la célula infectada. Esta destrucción celular directa es una de las principales causas del daño tisular observado durante las infecciones adenovirales. La lisis celular genera una fuerte respuesta inflamatoria que exacerba los síntomas clínicos, como la inflamación del tracto respiratorio o la conjuntiva.
- Respuesta inmune e inflamación: La infección por adenovirus desencadena una respuesta inmune que incluye la activación de macrófagos, linfocitos T y la producción de citocinas proinflamatorias, como la interleucina-6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α). Esta respuesta inmune tiene un doble efecto: por un lado, contribuye a eliminar la infección, pero por otro lado, puede causar daño tisular adicional debido a la inflamación exacerbada. En individuos inmunocompetentes, la respuesta inmune innata y adaptativa suele ser suficiente para controlar la infección y permitir la recuperación.
- Evasión del sistema inmunitario: Los adenovirus han desarrollado varios mecanismos para evadir la respuesta inmune del huésped. Las proteínas codificadas por los genes tempranos E1A, E1B y E3 juegan un papel crucial en la inhibición de la apoptosis inducida por el huésped, lo que permite que las células infectadas sobrevivan el tiempo suficiente para completar el ciclo replicativo viral. Además, las proteínas virales también interfieren con la presentación de antígenos a través de moléculas del MHC clase I, lo que disminuye la capacidad de los linfocitos T citotóxicos para reconocer y destruir las células infectadas.
- Infección sistémica en inmunocomprometidos: En individuos inmunocomprometidos, la infección adenoviral puede diseminarse a múltiples órganos debido a la incapacidad del sistema inmune para controlar eficazmente la replicación viral. Esto puede llevar a complicaciones graves como neumonía viral, hepatitis, meningoencefalitis y cistitis hemorrágica. En estos casos, la elevada carga viral y la replicación descontrolada contribuyen a una patogénesis más severa y mayor mortalidad.
Efectos del tropismo tisular
El tropismo tisular de los diferentes serotipos de adenovirus desempeña un papel clave en las manifestaciones clínicas de la infección. Por ejemplo:
- Los serotipos asociados con infecciones respiratorias tienden a replicarse en el epitelio de las vías aéreas superiores y pueden propagarse a las vías respiratorias inferiores, causando desde cuadros de faringitis hasta neumonía.
- Los serotipos implicados en la queratoconjuntivitis epidémica (como los serotipos 8, 19 y 37) tienen un marcado tropismo por el epitelio conjuntival y corneal. Estas infecciones causan inflamación intensa de la conjuntiva y la córnea, lo que puede provocar síntomas severos como dolor ocular, enrojecimiento, lagrimeo, fotofobia y visión borrosa. En casos graves, la infección puede dejar cicatrices corneales y causar pérdida de visión temporal o permanente.
- Los adenovirus con tropismo por el tracto gastrointestinal (principalmente los serotipos 40 y 41 del grupo F) infectan preferentemente el epitelio intestinal, causando inflamación y destrucción de las células epiteliales del intestino. Esto lleva a diarrea acuosa, vómitos, fiebre y deshidratación, particularmente en niños pequeños, quienes son más vulnerables a las complicaciones de la gastroenteritis viral.
- Los adenovirus responsables de cistitis hemorrágica (como los serotipos 11 y 21) tienen afinidad por el epitelio de la vejiga. La replicación viral en este tejido puede provocar inflamación severa, hematuria (sangre en la orina) y dolor abdominal, siendo esta condición más frecuente en niños y personas inmunocomprometidas.
Variabilidad en la respuesta inmune
La variabilidad en la patogénesis también está influenciada por la respuesta inmune del huésped, que puede variar considerablemente entre individuos. En personas sanas, la mayoría de las infecciones adenovirales son autolimitadas y el sistema inmunitario es capaz de controlar la infección eficazmente. Sin embargo, en individuos con deficiencias inmunitarias, como los receptores de trasplantes de médula ósea, la falta de control inmune adecuado puede llevar a infecciones diseminadas y a fallos multiorgánicos.
El tropismo tisular específico de los adenovirus determina la manifestación clínica de la enfermedad, desde infecciones respiratorias hasta infecciones gastrointestinales, oculares y urinarias. La capacidad de los adenovirus para evadir la respuesta inmune y su tropismo por distintos tejidos destaca la importancia de continuar investigando los mecanismos moleculares que regulan su patogénesis. Esto contribuirá a desarrollar intervenciones terapéuticas y estrategias preventivas para manejar mejor las infecciones adenovirales, especialmente en poblaciones vulnerables.
Manifestaciones Clínicas
Las infecciones por adenovirus pueden variar desde asintomáticas hasta enfermedades graves que afectan diferentes sistemas del cuerpo humano, dependiendo del serotipo involucrado, la edad, el estado inmunológico del paciente y el órgano infectado. Las principales manifestaciones clínicas incluyen:
- Infecciones Respiratorias
Los adenovirus son una causa frecuente de infecciones respiratorias, especialmente en niños pequeños, adultos mayores y personas inmunocomprometidas. Los síntomas respiratorios pueden variar desde infecciones leves, como el resfriado común, hasta condiciones más graves como neumonía.
- Faringitis febril aguda: Es más común en niños pequeños y generalmente causada por los serotipos 1, 2, 3, 5 y 7. Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor de garganta, malestar general y ganglios linfáticos inflamados. A menudo se acompaña de conjuntivitis, formando lo que se conoce como el síndrome faringoconjuntival.
- Neumonía: Aunque las infecciones respiratorias leves son comunes, los adenovirus también pueden causar neumonía, especialmente en niños pequeños y en personas inmunocomprometidas. La neumonía adenoviral suele ser causada por los serotipos 3, 7, 14 y 21, y puede ser severa, con un curso clínico prolongado, fiebre alta persistente, tos y dificultad respiratoria. La neumonía por adenovirus se ha observado con mayor frecuencia en entornos militares, en forma de brotes.
- Bronquiolitis y bronquitis: Los adenovirus también pueden infectar las vías respiratorias inferiores, causando bronquitis o bronquiolitis. Estos cuadros clínicos suelen manifestarse con tos, sibilancias y dificultad para respirar, especialmente en niños.
- Enfermedad respiratoria aguda (ERA): Esta forma grave de infección respiratoria afecta predominantemente a los reclutas militares, causando brotes en instalaciones cerradas. Los serotipos 4 y 7 son los principales responsables de la ERA, que puede presentarse con fiebre alta, tos, dolor de cabeza y malestar general.
- Gastroenteritis
Los adenovirus de los grupos F (serotipos 40 y 41) son una causa común de gastroenteritis viral, especialmente en niños menores de 2 años. Aunque no son tan frecuentes como el rotavirus o el norovirus, pueden causar diarrea acuosa, vómitos, fiebre, dolor abdominal y deshidratación. La gastroenteritis adenoviral es más prevalente en entornos con saneamiento deficiente, y los síntomas pueden durar entre 7 y 10 días, siendo más prolongados en comparación con otras gastroenteritis virales.
- Infecciones oculares
Las infecciones oculares causadas por adenovirus son altamente contagiosas y pueden presentarse en forma de conjuntivitis folicular o queratoconjuntivitis epidémica.
- Conjuntivitis folicular: Se caracteriza por la inflamación de la conjuntiva con formación de folículos linfáticos, generalmente asociada con fiebre, dolor de garganta y síntomas respiratorios. Es más común en niños y suele ser autolimitada.
- Queratoconjuntivitis epidémica: Es una forma más grave de infección ocular, a menudo causada por los serotipos 8, 19 y 37. Se presenta con inflamación conjuntival intensa, fotofobia, lagrimeo y visión borrosa. En casos severos, la infección puede afectar la córnea, dejando cicatrices que conducen a una pérdida de visión temporal o incluso permanente. Los brotes de queratoconjuntivitis epidémica son comunes en hospitales y clínicas oftalmológicas.
- Infecciones urinarias
Los serotipos 11 y 21 son los principales responsables de la cistitis hemorrágica, especialmente en niños, adolescentes y personas inmunodeprimidas. Esta condición se caracteriza por la aparición súbita de hematuria (sangre en la orina), dolor suprapúbico y síntomas urinarios, como disuria (dolor al orinar). La cistitis hemorrágica adenoviral suele ser autolimitada, pero en casos severos, puede ser necesario tratamiento sintomático para aliviar los síntomas urinarios.
- Infecciones sistémicas en inmunocomprometidos
En personas inmunodeprimidas, como receptores de trasplantes de médula ósea o pacientes con VIH, los adenovirus pueden causar infecciones diseminadas y graves que afectan múltiples órganos. Las manifestaciones clínicas incluyen:
- Hepatitis: Inflamación del hígado que puede manifestarse con ictericia, elevación de enzimas hepáticas y daño hepático progresivo.
- Enterocolitis necrotizante: Esta es una complicación intestinal grave que puede ocurrir en pacientes con inmunosupresión severa, presentándose con dolor abdominal, diarrea y signos de peritonitis.
- Meningoencefalitis: En algunos casos, los adenovirus pueden invadir el sistema nervioso central, causando inflamación de las meninges y el cerebro, lo que resulta en síntomas neurológicos como cefalea, convulsiones, confusión y coma.
En estos casos, la mortalidad es elevada, y el tratamiento antiviral, que incluye fármacos como cidofovir, se utiliza como medida terapéutica, aunque su eficacia es limitada.
- Otros síndromes clínicos
- Miocarditis y pericarditis: Aunque es raro, los adenovirus también pueden causar inflamación del corazón y del pericardio, lo que lleva a miocarditis o pericarditis, condiciones que pueden causar dolor torácico, arritmias y, en casos graves, insuficiencia cardíaca.
- Mortalidad neonatal: Las infecciones adenovirales en neonatos pueden ser particularmente graves y se han asociado con mortalidad elevada en este grupo de edad, especialmente cuando la infección es sistémica.
Variabilidad en la presentación clínica
Una característica importante de las infecciones por adenovirus es su variabilidad en la presentación clínica. Muchas infecciones son asintomáticas o producen síntomas leves, pero en ciertos individuos, especialmente aquellos con inmunodeficiencias o comorbilidades, el curso de la enfermedad puede ser mucho más severo. Los serotipos involucrados y el órgano afectado también juegan un papel importante en la severidad y los síntomas de la infección
Diagnóstico
El diagnóstico de las infecciones por adenovirus se basa en una combinación de manifestaciones clínicas y pruebas de laboratorio. Las técnicas diagnósticas incluyen:
- Cultivo viral: Aunque es el método tradicional, es lento y menos común en la práctica clínica actual.
- PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa): Es la técnica más utilizada debido a su alta sensibilidad y especificidad. Permite la detección rápida del ADN viral en muestras respiratorias, heces, sangre u orina.
- Inmunofluorescencia o ELISA: Se utilizan para la detección de antígenos virales, aunque son menos sensibles que la PCR.
El diagnóstico precoz es crucial en poblaciones de alto riesgo, como pacientes inmunocomprometidos, donde las infecciones adenovirales pueden ser potencialmente mortales.
Tratamiento
El tratamiento de las infecciones por adenovirus es mayoritariamente de soporte, ya que no existen antivirales específicos aprobados para el tratamiento de estas infecciones en la población general. En casos graves, especialmente en individuos inmunocomprometidos, se han utilizado antivirales como el **cidofovir** y **brincidofovir**, aunque su eficacia sigue siendo objeto de estudio. Las medidas de soporte incluyen hidratación adecuada, manejo de fiebre y dolor, y, en casos graves, oxigenoterapia o ventilación mecánica.
Prevención
La prevención de las infecciones por adenovirus incluye medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente, evitar compartir toallas o artículos personales y desinfectar superficies contaminadas. En entornos de alto riesgo, como guarderías y bases militares, se han utilizado vacunas atenuadas de adenovirus para los serotipos 4 y 7, aunque estas no están disponibles de forma generalizada para el público.
Conclusión
Las infecciones por adenovirus representan una causa significativa de morbilidad, especialmente en niños y personas inmunocomprometidas. Aunque generalmente causan enfermedades autolimitadas, pueden ocasionar infecciones graves y sistémicas en poblaciones vulnerables. El diagnóstico temprano y las medidas de soporte son claves en el manejo de estas infecciones, mientras que la investigación en vacunas y antivirales específicos continúa siendo de importancia para mejorar el control y tratamiento de estas infecciones virales.
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