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Ingesta en el trabajo de parto

Ingesta en el trabajo de parto

El objetivo de este estudio es conocer la última evidencia científica sobre la seguridad de comer y/o beber durante el trabajo de parto.

Metodología: Revisión bibliográfica de la literatura en lengua española e inglesa. Bases de datos consultadas: Medline, PubMed, Cinhal, Cochrane. Periodo comprendido entre 2002 y 2017.

AUTORAS: Inmaculada Cubillas Rodríguez, Mª Teresa Aragón Núñez, Inmaculada García Rojas. Matronas.

RESUMEN

Palabras clave: alimentación, trabajo de parto. Food, labour.

Resultados: la política de restricción de sólidos y líquidos que se lleva realizando desde los años 40 no tiene sentido en la actualidad debido a los cambios que se han producido en obstetricia. Las mujeres en trabajo de parto si lo desean pueden tomar alimentos y bebidas fácilmente digeribles, tales como zumos, bebidas isotónicas.

INTRODUCCIÓN

La alimentación durante el trabajo de parto es un tema controvertido en las maternidades.

En muchas de ellas no se permite a la mujer comer ni beber una vez que la gestante llega a paritorio.

Sin embargo el trabajo del parto involucra el gasto de una enorme cantidad de energía. Dado que la duración de la dilatación y del parto no es previsible a priori, es necesario asegurar a la parturienta un aporte adecuado de energía, con la finalidad de garantizar su bienestar y el de su hijo. El no comer ni beber absolutamente nada puede conducir a una deshidratación y a una situación de cetosis (una situación metabólica del organismo originada por un déficit en el aporte de carbohidratos).

En la mayor parte de las maternidades donde no se permite comer ni beber se utiliza una administración de agua y glucosa por vía endovenosa. El inconveniente del uso de suero como intervención de rutina durante la dilatación es que reduce la movilidad de la mujer e interfiere en el desarrollo natural del parto. Lo ideal sería poder ofrecer líquidos y alimentos ligeros a la parturienta.

Por ello planteamos hacer una búsqueda bibliográfica para conocer la última evidencia científica respecto al tema.

OBJETIVO

Conocer la última evidencia científica disponible sobre la seguridad de comer y/o beber durante el trabajo de parto.

METODOLOGÍA

Búsqueda bibliográfica tanto en lengua española como inglesa en las siguientes bases de datos: PubMed, Medline, Cinhal, Cochrane. Se revisaron los artículos publicados en el período comprendido entre el 2002 y 2017.

Las palabras clave utilizadas fueron: alimentación y trabajo de parto. Así como sus homónimos en inglés: food, labour.

RESULTADOS

  • La práctica de mantener en ayunas a las mujeres en trabajo de parto está relacionado con el estudio que realizó Mendelson en el año 1945. El definió el síndrome de Mendelson, en el que indicaba que los pacientes debían de estar en ayuna como medida preventiva de aspiración en el uso de anestesia general.

Sin embargo, actualmente los procedimientos anestésicos han cambiado mejorando las técnicas y con un incremento de la anestesia regional.

  • Un volumen gástrico >25 mL o un pH gástrico <2,5 son factores que aumentan la mortalidad materna por este síndrome.

Sin embargo las investigaciones han demostrado que no hay un intervalo de tiempo desde la última ingesta que garantice, en una embarazada, un contenido gástrico <100 mL, por lo que recomiendan considerar a toda paciente obstétrica como con estómago lleno.

El ayuno es cierto que elimina las partículas sólidas del contenido gástrico pero aumenta la concentración de ácido clorhídrico por lo que disminuye el pH por debajo de 2,5 .

  • Los vómitos es otro de los motivos por lo que algunos profesionales niegan la posibilidad de alimentar vía oral a las madres; Sin embargo las investigaciones parecen coincidir que la presencia de cuerpos cetónicos (derivados de las horas de ayuno) podría estar relacionada con dichos vómitos.
  • Existen fármacos que disminuyen el contenido gástrico y elevan el pH. como son los antiácidos; los antagonistas del receptor H2, los antagonistas dopaminérgicos, como los antieméticos (Metoclopramida), y los inhibidores de la bomba de protones.
  • En 2008, una investigación realizada por Gyte y Richens, concluyeron, que no existe suficiente evidencia para justificar la administración sistemática de fármacos a las mujeres en trabajo de parto de bajo riesgo, con el fin de reducir la incidencia de aspiración gástrica o síndrome de Mendelson.

Solo estaría justificado como medida preventiva en el caso de que la mujer se someta a una cesárea urgente que requiera anestesia general.

– Según los estudios realizados sobre muerte materna durante los últimos 50 años en Estados Unidos, Australia y el Reino Unido, no se ha citado nunca la ingesta oral durante el parto como causa o factor de incidencia de aspiración durante la anestesia general en obstetricia.

  • Las investigaciones también demuestran que existe una regulación natural de las madres a medida que avanza el trabajo de parto, con una disminución progresiva y espontánea del consumo de comida.
  • Las preferencias de las mujeres son fundamentalmente hacia el régimen líquido más que al sólido. También se ha comprobado que La autorregulación de la ingesta disminuye en la mujer el nivel de estrés y provee un sentimiento de autocontrol.

CONCLUSIONES

Todas las investigaciones consultadas ponen en evidencia que la política de restricción de sólidos y líquidos que se lleva realizando desde los años 40 no tiene sentido en la actualidad debido a los cambios que se han producido en obstetricia.

Es más, la restricción de comida y bebida pueden derivar en deshidratación y cetosis que pueden interferir en el normal desarrollo del trabajo de parto.

A raíz de los estudios revisados podemos obtener las siguientes recomendaciones con las mujeres en trabajo de parto:

– Ofrecer zumos, bebidas isotónicas

– Dietas bajas en residuo.

– Pequeñas ingestas en intervalos frecuentes

– Evitar lácteos.

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