Innovaciones en el monitoreo hemodinámico continuo en pacientes críticos con shock cardiogénico
Autora principal: Amairanni María Contreras Chacón
Vol. XX; nº 10; 484
Advancements in continous hemodynamic surveillance in severely ill patients with cardiogenic shock
Fecha de recepción: 10 de abril de 2025
Fecha de aceptación: 10 de mayo de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 10 Segunda quincena de Mayo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 10; 484
Autores:
Amairanni María Contreras Chacón, Médico general, Código Medico MED 15997, Investigadora Independiente. San José, Costa Rica. Orcid: https://orcid.org/0009-0001-6705-6856
Karla Santamaría Herrera, Médico general, Código Medico MED 18608, Investigadora Independiente. San José, Costa Rica. Orcid: https://orcid.org/0009-0007-2334-4358
Mariam Ramírez Solano, Médico general, Código Medico MED 14114, Investigadora Independiente. San José, Costa Rica. Orcid: https://orcid.org/0000-0003-2249-6767
Elizabeth Briceño Castillo, Médico general, Código Medico MED 11550, Investigadora Independiente. San José, Costa Rica. Orcid: https://orcid.org/0000-0002-3387-7007
Resumen:
El shock cardiogénico representa un estado clínico crítico caracterizado por una perfusión sistémica inadecuada y una disminución del gasto cardíaco, que generalmente es el resultado de una disfunción ventricular y, con frecuencia, se desencadena por un infarto agudo de miocardio. Esta entidad patológica, que se asocia con un riesgo de mortalidad significativamente elevado, requiere una monitorización hemodinámica continua para evaluar y controlar con precisión el estado clínico del paciente. A pesar de los avances en las intervenciones terapéuticas, las tasas de mortalidad se mantienen en niveles elevados, lo que subraya la necesidad de innovar en las modalidades de monitorización para mejorar la atención a los pacientes.
Históricamente, se han empleado técnicas invasivas, como el catéter de Swan-Ganz, para evaluar los parámetros hemodinámicos vitales, aunque estos enfoques no están exentos de limitaciones, especialmente en escenarios clínicos complejos. En respuesta a estos desafíos, se han desarrollado tecnologías mínimamente invasivas como PiCo, FloTrac y CardioQ-ODM, que facilitan la evaluación del gasto cardíaco en tiempo real, aunque con una precisión variable. Además, la ecocardiografía se ha incorporado como una modalidad de diagnóstico complementaria que mejora el proceso de evaluación hemodinámica.
Las innovaciones en la monitorización no invasiva, incluida la utilización de dispositivos portátiles y tecnologías de fotopletismografía, están revolucionando el tratamiento del shock cardiogénico, ya que permiten una observación continua sin imponer riesgos adicionales a los pacientes. La integración de estos avances, junto con la aplicación de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, es prometedora para mejorar la predicción del shock y la personalización de las estrategias de tratamiento. Sin embargo, la implementación de estas tecnologías tropieza con obstáculos éticos, técnicos y económicos, especialmente en entornos con recursos limitados.
Palabras clave:
monitorización hemodinámica, shock cardiogénico, inteligencia artificial, gasto cardíaco, aprendizaje automático, perfusión tisular
Abstract:
Cardiogenic shock is a grave condition distinguished by inadequate systemic perfusion and deficient cardiac output, typically induced by ventricular failure and frequently triggered by acute myocardial infarction. This pathological state, which encompasses a substantial risk of mortality, necessitates continuous hemodynamic surveillance to adequately assess and manage the patient’s status. Despite advancements in therapeutic interventions, mortality rates persist at elevated levels, underscoring the necessity for innovations in monitoring to enhance care.
Traditionally, invasive techniques such as the Swan-Ganz catheter are employed to assess fundamental hemodynamic parameters, although these possess limitations, particularly cases. In response, minimally invasive technologies such as PiCo, FloTrac, and CardioQ-ODM have emerged, facilitating real-time monitoring of cardiac output, albeit with varying degrees of accuracy. Furthermore, echocardiography has been integrated as a supplementary diagnostic apparatus that augments hemodynamic assessment.
Advancements in non-invasive monitoring, such as the application of portable devices and photoplethysmography technologies, are revolutionizing cardiogenic shock management, permitting continuous surveillance without additional hazards for patients. The amalgamation of these innovations, alongside the utilization of artificial intelligence and machine learning, holds promise for enhancing shock prediction and individualizing treatment strategies. Nevertheless, its implementation encounters ethical, technical, and economic obstacles, particularly in contexts with constrained resources.
Keywords:
hemodynamic monitoring, cardiogenic shock, artificial intelligence, cardiac output, machine learning, tissue perfusion
Introducción
El shock cardiogénico constituye una afección médica crítica que se caracteriza fundamentalmente por la presencia de una perfusión sistémica inadecuada junto con un gasto cardíaco insuficiente; la principal causa subyacente de esta disfunción se puede atribuir con frecuencia a la insuficiencia ventricular, que a menudo se precipita por un infarto agudo de miocardio (1,2). Esta manifestación clínica particular conduce a un colapso circulatorio grave, un fenómeno que se asocia con tasas de mortalidad alarmantemente altas, especialmente en entornos con recursos limitados donde el acceso a tecnologías e intervenciones médicas avanzadas es significativamente limitado (3). Los mecanismos fisiopatológicos que subyacen al choque cardiogénico son multifacéticos e implican una variedad de procesos, incluido el daño isquémico del tejido miocárdico, la activación de las respuestas del sistema nervioso simpático y del sistema renina-angiotensina-aldosterona, así como las vías inflamatorias que perpetúan la hipoperfusión tisular, lo que en última instancia puede desencadenar una cascada grave que resulta en una insuficiencia multiorgánica (4).
La implementación de la monitorización hemodinámica es de suma importancia para la evaluación exhaustiva y el manejo efectivo de este devastador tipo de choque, dado que la detección temprana y la posterior estabilización del paciente tienen el potencial de disminuir significativamente las tasas de morbilidad y mortalidad que suelen estar asociadas con esta afección clínica (5). Sin embargo, las metodologías convencionales empleadas en la monitorización hemodinámica, que incluyen la medición invasiva de la presión arterial y la técnica de termodilución, poseen numerosas limitaciones que dificultan su capacidad para proporcionar datos precisos y continuos sobre el estado hemodinámico del paciente (6). A la luz de esta realidad, existe una necesidad cada vez más urgente de desarrollar e implementar soluciones tecnológicas más precisas que faciliten el monitoreo continuo, lo cual es particularmente vital debido a la naturaleza multifactorial de las etiologías subyacentes que contribuyen al shock cardiogénico (5,7).
A pesar de los notables avances que se han logrado en las estrategias de intervención destinadas a abordar el shock cardiogénico, las tasas de mortalidad asociadas a esta afección siguen siendo inaceptablemente altas, lo que subraya la necesidad crítica de desarrollar continuamente opciones terapéuticas eficaces, así como de mejorar las estrategias de diagnóstico y tratamiento (6,8). En este contexto, la integración de biomarcadores innovadores, cuando se combina con metodologías de inteligencia artificial y aprendizaje automático, tiene el potencial de mejorar significativamente la identificación de endotipos específicos de choque cardiogénico, facilitando así un enfoque más personalizado del tratamiento que trasciende los métodos tradicionales basados en un marco de tratamiento sindrómico (6). Además, el establecimiento de esfuerzos de colaboración y la formación de redes globales dedicadas a la búsqueda de soluciones innovadoras, así como al intercambio de las mejores prácticas, son componentes esenciales para abordar los desafíos persistentes asociados con la gestión de esta patologia, particularmente en entornos caracterizados por recursos limitados (3).
El objetivo principal de esta revisión es examinar y dilucidar a fondo los aspectos multifacéticos de las Innovaciones en el monitoreo hemodinámico continuo en lo que respecta a pacientes críticos con shock cardiogénico, abarcando conceptos críticos y marcos teóricos, desafíos, innovaciones tecnológicas, aplicaciones clínicas y al mismo tiempo que se exploran los retos y limitaciones que existen en este complejo y cambiante campo de estudio médico.
Metodología utilizada en la elaboración de este manuscrito
Para la elaboración de este documento, se realizó un análisis bibliográfico descriptivo utilizando como base la selección de 47 trabajos que se consideraron que cumplían con los criterios de inclusión establecidos por los autores para aportar información relevante en la elaboración de la revisión bibliográfica. Los estudios que se escogieron en su mayoría tienen no más de 10 años de haber sido publicados seleccionados, exceptuando algunos que se consideraron de gran valor para la realización del análisis. Los trabajos utilizados están en su mayoría escritos en inglés o español.
Para la recopilación de estos documentos utilizados, se realizó la búsqueda por medio de varias plataformas digitales, entre las cuales se incluyen: Elsevier, PubMed y Google Scholar y se utilizaron artículos de revistas académicas, metaanálisis y revisiones sistemáticas. Para realizar la búsqueda, se usaron las palabras clave: monitorización hemodinámica, shock cardiogénico, inteligencia artificial, gasto cardíaco, aprendizaje automático, perfusión tisular.
Principios del monitoreo hemodinámico continuo
La monitorización hemodinámica continua y meticulosa de los pacientes críticos que sufren una afección potencialmente mortal conocida como shock cardiogénico es de suma importancia, ya que esta práctica es esencial para la evaluación exhaustiva y el tratamiento eficaz de su complejo estado de salud cardiovascular. El shock cardiogénico se puede caracterizar como un estado patológico caracterizado por una perfusión sistémica inadecuada y un gasto cardíaco insuficiente que se produce debido a una disfunción a nivel ventricular, lo que requiere la monitorización precisa de varios parámetros hemodinámicos clave, incluidos, entre otros, la presión arterial, el gasto cardíaco, la frecuencia cardíaca y el volumen sistólico, todos los cuales son fundamentales para informar y guiar las decisiones terapéuticas en la práctica clínica (1,9). El objetivo principal de este esfuerzo de monitoreo continuo y en tiempo real es proporcionar a los profesionales de la salud información inmediata y procesable, facilitando así la aplicación rápida de estrategias terapéuticas que tienen como objetivo optimizar el estado hemodinámico de los pacientes en cuestión y, en última instancia, mejorar sus resultados clínicos y su pronóstico general (10).
En este contexto complejo y crítico, la utilización frecuente y juiciosa de catéteres colocados en las arterias pulmonares se vuelve indispensable, ya que estos instrumentos proporcionan datos vitales, como la presión arterial pulmonar y la presión en cuña capilar pulmonar, que son parámetros esenciales tanto para el diagnóstico preciso como para el tratamiento eficaz del choque cardiogénico (9). Además, la ecocardiografía sirve como una herramienta de diagnóstico complementaria que mejora estas mediciones al brindar información anatómica y hemodinámica directamente al lado de la cama del paciente, lo que permite un enfoque más completo, integrado y multimodal del proceso de monitoreo continuo (9). La combinación sinérgica de estas diversas modalidades de medición ayuda a identificar los patrones hemodinámicos que pueden servir como predictores de la estabilización clínica, como las elevaciones de la presión pulmonar y la identificación de pacientes con desfibriladores cardioversores implantables, que se han asociado con mejores resultados en las personas que utilizan dispositivos de asistencia circulatoria como el Impella 5.5 (11).
Además, las técnicas de monitorización invasivas, ejemplificadas por la termodilución transpulmonar, suelen preferirse a las no invasivas debido a su fiabilidad y precisión superiores a la hora de gestionar los pacientes críticos (12). Las investigaciones han demostrado que los parámetros hemodinámicos, como la presión arterial media persistentemente baja y la presión elevada en la aurícula derecha, están estrechamente relacionados con los resultados clínicos adversos y la exacerbación de la hipoperfusión sistémica, lo que subraya la importancia fundamental de la monitorización continua para guiar las decisiones terapéuticas informadas (13).
La práctica de la monitorización hemodinámica continua surge como un componente fundamental e integral en el marco del tratamiento de los pacientes que sufren un shock cardiogénico, ya que permite a los profesionales médicos realizar ajustes dinámicos a las intervenciones, mejorando así el pronóstico y los resultados generales de estas personas vulnerables.
Innovaciones en tecnología de monitoreo hemodinámico
Dispositivos de monitoreo de gasto cardíaco en shock cardiogénico
Es innegable que los avances más recientes en el ámbito de las tecnologías de monitorización hemodinámica continua han tenido una influencia profunda y transformadora en los protocolos de tratamiento utilizados para los pacientes críticos que sufren un shock cardiogénico, lo que facilita y mejora las estrategias de tratamiento para esta patología. Si bien es cierto que las metodologías tradicionales, como la utilización del catéter Swan-Ganz, siguen empleándose en las prácticas clínicas debido a la información inestimable y crítica que proporcionan sobre las variables hemodinámicas esenciales, existe una marcada tendencia hacia la creciente adopción de dispositivos mínimamente invasivos, incluidos, entre otros, PiCCO, FloTrac y CardioQ-ODM, que proporcionan la capacidad de monitorear el gasto cardíaco en tiempo real, aunque con diversos grados de precisión. y confiabilidad (14,15).
El monitor PiCCO, o monitor de gasto cardíaco continuo con índice de pulso, es un dispositivo de monitoreo hemodinámico avanzado que se usa principalmente en entornos de cuidados intensivos para evaluar el gasto cardíaco y otros parámetros hemodinámicos. Integra la termodilución transcardiopulmonar y el análisis del contorno del pulso para proporcionar una gama completa de datos estáticos y dinámicos, que ayudan a guiar la terapia con líquidos y vasoactivos para los pacientes críticos, en particular los que se someten a una cirugía cardíaca o sufren un shock séptico y el síndrome de dificultad respiratoria aguda. El sistema PiCCO requiere un cateterismo intraarterial y venoso central, lo que limita su uso a pacientes con una enfermedad crítica en evolución o a aquellos con alto riesgo de sufrir un trastorno hemodinámico grave. A pesar de la precisión demostrada a la hora de medir el gasto cardíaco. Además, se ha demostrado que el PiCCO reduce significativamente el uso de fármacos vasoactivos en pacientes con choque séptico, lo que pone de manifiesto sus posibles ventajas clínicas con respecto a la monitorización tradicional de la presión venosa central. El monitor PiCCO ofrece un enfoque sofisticado para la monitorización hemodinámica, su aplicación es más adecuada para poblaciones en las que es fundamental realizar una evaluación cardiovascular detallada (14).
FloTrac es un sistema de monitorización hemodinámica que se utiliza para medir el gasto cardíaco y otros parámetros cardiovasculares de forma mínimamente invasiva. Es particularmente útil en entornos de cuidados intensivos, y durante cirugías mayores, para guiar la terapia dirigida a los objetivos y mejorar los resultados de los pacientes. El sistema funciona mediante el análisis de las formas de onda de la presión arterial para proporcionar datos en tiempo real sobre el índice cardíaco, el volumen sistólico y la variación del volumen sistólico, que son cruciales para evaluar la capacidad de respuesta de los líquidos y el estado cardiovascular. Los estudios han demostrado que la terapia dirigida por objetivos y guiada por FLOTRAC puede reducir significativamente las estancias en el hospital y la UCI, así como el tiempo de ventilación mecánica, en pacientes sometidos a cirugías mayores, incluidos procedimientos cardíacos como el injerto de revascularización coronaria. A pesar de sus beneficios, se ha cuestionado la precisión del FloTrac para medir el gasto cardico en comparación con métodos más invasivos, como el catéter arterial pulmonar y el sistema PiCCO, y algunos estudios indican una falta de acuerdo estadístico, aunque hace un seguimiento eficaz de los cambios en el indice cardiaco. FloTrac es una herramienta valiosa para la monitorización hemodinámica no invasiva, ya que ofrece importantes beneficios clínicos, aunque su precisión en comparación con los métodos invasivos sigue siendo un tema de investigación continua (15).
El CardioQ-ODM constituye un dispositivo de monitorización no invasivo que cuantifica las características hemodinámicas de los pacientes, con un énfasis particular en la evaluación del gasto cardíaco. Su aplicación principal reside en los entornos quirúrgicos y de cuidados intensivos, donde ayuda a los profesionales de la salud a gestionar y optimizar la perfusión de los pacientes durante las intervenciones médicas que pueden afectar a la dinámica circulatoria y al flujo sanguíneo. El mecanismo operativo del sistema CardioQ-ODM se basa en la tecnología de monitorización de la impedancia transcutánea, que evalúa la impedancia (resistencia eléctrica) dentro de la aorta, lo que facilita la adquisición de datos en tiempo real sobre el gasto cardíaco y la función circulatoria sin necesidad de procedimientos invasivos. Esta medición se realiza de forma continua y no implica un acceso directo a los sistemas arterial o venoso del paciente. Su utilidad es inestimable en situaciones críticas, como en pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos, personas que sufren un shock o insuficiencia cardíaca, o en aquellos que requieren modificaciones precisas en su tratamiento hemodinámico, para garantizar el suministro de suficiente flujo sanguíneo a los órganos vitales (14,15).
Además, la integración de la ecocardiografía como modalidad diagnóstica complementaria ha hecho avanzar significativamente las evaluaciones en los puntos de atención, lo que facilita un enfoque multimodal integral que combina hábilmente datos anatómicos, hemodinámicos y metabólicos, lo que en conjunto sirve para optimizar las estrategias de tratamiento para la población de pacientes en cuestión (9). Además, la implementación de tecnologías novedosas, como los sofisticados sensores de flujo y volumen, más la monitorización de los parámetros fisiológicos críticos, incluidos los niveles de monóxido de carbono, ha dotado a los profesionales de la salud de las herramientas necesarias para tomar decisiones clínicas rápidas e informadas en medio de las fluctuaciones dinámicas del estado hemodinámico de sus pacientes (16).
Estas innovaciones revolucionarias en el campo de la monitorización hemodinámica subrayan la importancia fundamental de la vigilancia continua para mejorar y mejorar los resultados clínicos de los pacientes afectados por un shock cardiogénico, lo que pone de relieve una nueva era en la gestión de cuidados intensivos.
Tecnologías de monitoreo no invasivo
Monitores portátiles y vestibles
Se han desarrollado tecnologías como la fotopletismografía y la pletismografía moteada para facilitar la monitorización continua de los signos vitales, y esta última, la pletismografía moteada, destaca por su fiabilidad de condiciones clínicas cuando se yuxtapone con la fotopletismografía (17). Además de estos avances, se han introducido en el panorama clínico los sistemas de electrocardiografía sin contacto, que permiten la monitorización en tiempo real sin la engorrosa presencia de equipos médicos pesados, lo que mejora tanto la comodidad del paciente como el cumplimiento de los protocolos médicos prescritos (18).
Monitorización mediante imágenes
La ecocardiografía portátil se ha establecido firmemente como un instrumento indispensable para realizar evaluaciones dinámicas del estado cardíaco, mientras que la llegada de las innovadoras tecnologías de ultrasonido con pulsos Doppler está arrojando estimaciones hemodinámicas excepcionalmente prometedoras. Esta tecnologia representa un avance significativo en la tecnología de imágenes cardiovasculares, que se caracteriza por su diseño compacto del tamaño de un teléfono inteligente y su facilidad de uso. Estos dispositivos están diseñados para usarse en el centro de atención y permiten evaluar rápidamente la función cardíaca a pie de la cama, lo que es particularmente beneficioso en entornos de emergencia y ambulatorios. Las principales aplicaciones de la ecocardiografía portátil incluyen la evaluación de la función sistólica del ventrículo izquierdo, el tamaño de las cámaras y la detección de anomalías valvulares macroscópicas y masas patológicas dentro de las cavidades cardiacas.
Además, estos dispositivos son fundamentales para identificar los derrames pleurales y las consolidaciones subpleurales y estimar los niveles de congestión mediante la evaluación de diferents protocolos de ultrasonografia pulmonar. A pesar de sus capacidades técnicas limitadas en comparación con los sistemas de ecocardiografía a gran escala, estos sistemas son valiosos para los exámenes con ecografía cardíaca focalizada que están orientados a objetivos y tienen un alcance limitado. La portabilidad y el costo relativamente bajo de estos dispositivos los han hecho ampliamente accesibles, lo que permite su uso por parte de una variedad de profesionales de la salud, incluidos aquellos ajenos a la cardiología, como los intensivistas y los médicos de urgencias. Sin embargo, la precisión diagnóstica no es suficiente para reemplazar los exámenes ecocardiográficos exhaustivos, por lo que se requiere una formación y una certificación específicas para garantizar su uso e interpretación adecuados. En general, sirve como una herramienta complementaria a la ecocardiografía tradicional, ya que mejora las capacidades de diagnóstico y facilita la toma de decisiones médicas oportunas en diversos escenarios clínicos (19).
Monitoreo de presión arterial continua en shock cardiogénico
La monitorización continua de la presión arterial es de suma importancia para el tratamiento eficaz del shock cardiogénico, ya que una evaluación precisa de los parámetros hemodinámicos es absolutamente vital para guiar la administración de las intervenciones terapéuticas adecuadas. Las técnicas invasivas, en particular la utilización de catéteres intraarteriales, siguen considerándose el estándar de referencia debido a su notable capacidad para proporcionar datos precisos y en tiempo real sobre variables hemodinámicas esenciales, que incluyen, entre otras, el gasto cardíaco y la presión arterial pulmonar (9,20).
Por otro lado, los aparatos de monitorización continua de la presión arterial no invasivos, ejemplificados por dispositivos como el Vitalstream™, el cua es un novedoso dispositivo de monitorización fisiológica continua no invasiva diseñado para medir el gasto cardíaco a través de un mecanismo en forma de manguito que utiliza un acoplamiento neumático para detectar las pulsaciones arteriales. Este dispositivo transmite datos de forma inalámbrica a la interfaz de una tableta mediante Bluetooth o Wi-Fi, lo que facilita la monitorización en tiempo real de la función cardíaca, especialmente en entornos clínicos como la cirugía cardiaca. Su rendimiento se ha validado comparándolo con los métodos tradicionales de termodilución, lo que demuestra una precisión clínicamente aceptable con un porcentaje de error inferior al umbral recomendado. Los estudios empíricos que se han realizado indican que estos dispositivos no invasivos muestran un grado aceptable de sesgo y precisión cuando su rendimiento se yuxtapone con el de las metodologías invasivas tradicionales (21).
Es importante tener en cuenta que los dispositivos de monitorización continua de la presión arterial suelen presentar una presión arterial sistólica más baja junto con una presión diastólica más alta en comparación con sus homólogos invasivos, lo que sugiere que, si bien estos dispositivos pueden resultar beneficiosos en ciertos escenarios clínicos, no deberían sustituir a las técnicas de medición invasivas en situaciones críticas en las que es imprescindible la máxima precisión de las mediciones (22).
En consecuencia, la decisión sobre qué técnica de monitorización utilizar debe basarse meticulosamente en una evaluación exhaustiva de las características específicas inherentes al entorno clínico, los requisitos únicos del paciente en cuestión, así como los datos hemodinámicos particulares que se consideran necesarios para facilitar una intervención eficaz y oportuna (9,20).
Monitorización de la respuesta a la terapia en shock cardiogénico mediante tecnologías de monitoreo de la perfusión tisular
La evaluación de la respuesta terapéutica en el contexto específico del shock cardiogénico requiere la utilización de múltiples tecnologías avanzadas que se centran principalmente en la evaluación de la perfusión tisular. Esto incluye un enfoque integral que abarca tanto el análisis de los biomarcadores como la evaluación de la microcirculación. El lactato, un biomarcador bien establecido, se ha empleado tradicionalmente para detectar casos de hipoperfusión tisular; sin embargo, su falta inherente de especificidad plantea importantes limitaciones que limitan su aplicabilidad más amplia en entornos clínicos. Por el contrario, los biomarcadores más contemporáneos, como la adrenomedulina y la dipeptidil peptidasa-3, son muy prometedores en cuanto a su capacidad para predecir los resultados clínicos con mayor precisión y facilitar la orientación(23,24) de las intervenciones terapéuticas de una manera más específica (25,26).
Además de los biomarcadores, los monitores de oxigenación tisular, como la saturación de oxígeno venosa mixta y la saturación de oxígeno venosa central, son herramientas indispensables para la evaluación de la recuperación clínica, ya que estos parámetros están intrínsecamente relacionados con la dinámica del suministro de oxígeno y su utilización a nivel sistémico (23,24). Además, los avances recientes en las tecnologías de monitorización de la microcirculación, incluidos métodos como la capnografía y las mediciones transcutáneas del dióxido de carbono, subrayan la gran importancia de evaluar la función microvascular, un aspecto que con frecuencia se pasa por alto para lograr la estabilidad de la macrocirculación. Esta evaluación microvascular es esencial, ya que desempeña un papel fundamental en el tratamiento holístico de los pacientes que sufren un shock cardiogénico (23).
La integración sinérgica de estas tecnologías de vanguardia no solo amplía la comprensión del estado hemodinámico de los pacientes, sino que también mejora la capacidad de ajustar las intervenciones terapéuticas. Esto, a su vez, contribuye a la formulación de una estrategia más eficaz e integral para el tratamiento del shock cardiogénico (9,24).
Evidencia clínica y estudios recientes
Los avances recientes en el campo de las tecnologías de monitorización hemodinámica continua han demostrado ser tremendamente prometedores y potenciales para mejorar las estrategias terapéuticas empleadas en el tratamiento de los pacientes críticos con shock cardiogénico, con el objetivo general de optimizar tanto las tasas de supervivencia como la eficacia general de las intervenciones terapéuticas. La evidencia empírica disponible actualmente corrobora la eficacia del cateterismo cardíaco derecho, que se ha validado empíricamente para mejorar significativamente los resultados de supervivencia a los tres y seis meses después de la intervención en pacientes diagnosticados con shock cardiogénico, particularmente en ciertos subgrupos específicos que se han clasificado según los criterios del Society for Cardiovascular Angiography and Interventions, lo que subraya su papel fundamental en la reducción de las tasas de mortalidad entre estos pacientes vulnerables (27). Además, la llegada de los dispositivos hemodinámicos implantables se ha asociado con una disminución notable de los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca, junto con una disminución correspondiente de las tasas de mortalidad general entre las personas afectadas por una insuficiencia cardíaca caracterizada por una fracción de eyección reducida, lo que indica su posible utilidad en el tratamiento de los pacientes que presentan un shock cardiogénico (28).
Ventajas y desventajas de las tecnologías emergentes
Por el contrario, tecnologías innovadoras como la inteligencia artificial y los sistemas de control fisiológico de circuito cerrado están surgiendo como herramientas instrumentales que poseen la capacidad de mejorar significativamente la precisión del diagnóstico y los procesos de toma de decisiones clínicas. Estos sofisticados sistemas están diseñados para agregar y sintetizar grandes cantidades de datos de pacientes, proporcionando información crítica en tiempo real, lo que a su vez facilita la prestación de una atención más precisa e individualizada que se ajusta perfectamente a las necesidades únicas de cada paciente (29–31). Sin embargo, es imperativo reconocer que la introducción de estas innovaciones transformadoras va acompañada de desafíos importantes, que incluyen, entre otros, la necesidad de una validación rigurosa de su eficacia, el imperativo de mantener la transparencia con respecto a las recomendaciones generadas por los algoritmos de inteligencia artificial y la compleja gestión de los problemas de seguridad que pueden surgir debido a las posibles interferencias que se producen entre varios sistemas de control fisiológico de circuito cerrado (30,31).
En el ámbito de la evaluación hemodinámica continua de los pacientes que sufren un shock cardiogénico, las modalidades invasivas, incluidos los catéteres arteriales pulmonares y la termodilución transpulmonar, siguen considerándose el estándar de referencia debido a su capacidad para proporcionar información precisa y completa sobre el rendimiento cardíaco y la perfusión tisular (12,20). Estas metodologías invasivas producen cuantificaciones confiables de diversos índices hemodinámicos, que son cruciales para ejecutar intervenciones rápidas y modificar los enfoques terapéuticos, particularmente en circunstancias exigentes en las que las técnicas no invasivas pueden resultar insuficientes (32).
A pesar de los avances en las tecnologías no invasivas y mínimamente invasivas, su precisión y confiabilidad limitadas las hacen menos apropiadas para escenarios críticos que requieren un escrutinio minucioso y continuo (12,32). Por lo tanto, una estrategia que integre métodos invasivos para la evaluación continua con técnicas no invasivas para la monitorización periódica puede proporcionar un equilibrio satisfactorio y garantizar así el tratamiento eficaz del shock cardiogénico (20).
Impacto en la gestión terapéutica
La incorporación de sensores avanzados en los sistemas de ventilación mecánica, junto con la aplicación de la ecocardiografía en las unidades de cuidados intensivos, también ha progresado significativamente, lo que se ha traducido en mejoras tanto en las capacidades de monitorización de los pacientes como en las modalidades de tratamiento. Estas tecnologías de vanguardia facilitan los ajustes precisos y aumentan la precisión del diagnóstico, especialmente en los casos de choque indiferenciado, lo que mejora los resultados de los pacientes (33). En conjunto, estas innovaciones ejercen una influencia profundamente positiva en las prácticas de gestión terapéutica, lo que permite la formulación de planes de tratamiento más individualizados, la implementación de intervenciones más oportunas y eficaces y, en última instancia, la posibilidad de lograr mejores resultados clínicos para los pacientes que ameritan de cuidados críticos (34,35). Sin embargo, a la luz de estos avances, es esencial reconocer que la evaluación continua y la adaptación continua de estas tecnologías son de suma importancia para garantizar su eficacia y seguridad sostenidas en el contexto clínico (35,36).
Retos y limitaciones en el monitoreo hemodinámico continuo
Problemas técnicos y limitaciones de las nuevas tecnologías
Las metodologias para la evaluación continua de los parámetros hemodinámicos en pacientes con shock cardiogénico enfrenta numerosos desafíos y limitaciones, particularmente en lo que respecta a la precisión, la calibración y la confiabilidad de las tecnologías emergentes en entornos clínicos complejos. Las modalidades invasivas, como los catéteres arteriales pulmonares y la termodilución transpulmonar, son reconocidas como técnicas de referencia debido a su capacidad para proporcionar datos continuos consistentes y confiables, aunque no están exentas de ciertas limitaciones. Estas limitaciones pueden incluir posibles imprecisiones en escenarios clínicos específicos, como los relacionados con la disfunción del ventrículo derecho o el bypass intracardíaco (9,37).
Por el contrario, las técnicas no invasivas, si bien representan una alternativa menos peligrosa, a menudo carecen de la precisión necesaria para fundamentar la toma de decisiones clínicas críticas, especialmente en situaciones agudas (32). Además, la adopción de estas tecnologías tropieza con importantes obstáculos relacionados con las implicaciones financieras y la accesibilidad, ya que requieren una inversión considerable y es posible que no sean viables en todos los centros de salud, especialmente en aquellos con recursos limitados (38).
Desafíos éticos y de formación
Surgen consideraciones éticas y requisitos de formación, ya que la utilización de técnicas invasivas exige una formación suficiente para garantizar que los profesionales de la salud puedan interpretar los datos con precisión, una tarea que puede resultar particularmente difícil en entornos con recursos limitados (39). Del mismo modo, surgen dilemas éticos en relación con la aplicación de procedimientos invasivos, ya que es imperativo sopesar los posibles beneficios frente a los riesgos de complicaciones en las poblaciones gravemente enfermas (40).
La complejidad de estos desafíos se ve agravada aún más por la necesidad de una educación profesional continua y el desarrollo de protocolos para incorporar sin problemas estas tecnologías en la práctica clínica habitual. Esta integración es vital para que los proveedores de atención médica puedan aprovechar las herramientas disponibles de manera efectiva, mejorando así los resultados de los pacientes (41,42).
Si bien la monitorización hemodinámica avanzada promete ofrecer ventajas sustanciales, su implementación se ve obstaculizada por desafíos técnicos, financieros y éticos que requieren una gestión cuidadosa para optimizar la atención de los pacientes con shock cardiogénico.
Perspectivas futuras
Los avances futuros en el ámbito de la vigilancia hemodinámica continua de las personas gravemente enfermas que sufren un shock cardiogénico se inclinan progresivamente hacia la integración de tecnologías, como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. Estos avances tienen como objetivo mejorar las capacidades predictivas en relación con los casos hemodinámicos, permitiendo así intervenciones rápidas que podrían mejorar notablemente los resultados clínicos. Un ejemplo pertinente de ello es el empleo de sistemas impulsados por la inteligencia artificial, que han demostrado su eficacia a la hora de prever el deterioro clínico mediante el análisis de los datos en tiempo real, lo que promueve las intervenciones médicas preventivas (43,44).
Además, una multitud de estudios han indicado que los algoritmos de aprendizaje automático poseen un potencial significativo para predecir adecuadamente el shock cardiogénico, lo que puede desempeñar un papel vital en la mitigación de las tasas de mortalidad asociadas con la insuficiencia cardíaca aguda (45,46). De cara al futuro, es imperativo que la investigación académica se concentre en validar la precisión de estas tecnologías innovadoras y evaluar sus implicaciones a largo plazo en la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes (44,47).
Por último, la fusión de estos marcos de monitorización avanzados con los sistemas de salud digitales podría aumentar aún más su eficacia en los entornos clínicos, ampliando su impacto y eficacia a la hora de optimizar la atención al paciente (43).
Conclusiones
Los avances en la monitorización hemodinámica continua, en particular mediante la aplicación de metodologías mínimamente invasivas y no invasivas, están revolucionando el tratamiento de las personas que sufren un shock cardiogénico. Estos avances facilitan una evaluación más precisa y fiable, promoviendo así intervenciones oportunas y estrategias terapéuticas personalizadas. La incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático presenta importantes oportunidades para mejorar la predicción y el tratamiento del shock, lo que se traduce en mejores resultados a largo plazo para los pacientes.
Sin embargo, la implementación generalizada de estas tecnologías innovadoras tropieza con obstáculos considerables, como la necesidad de una validación clínica, los desafíos de integrarlas en entornos con recursos limitados y la formación necesaria para los profesionales de la salud. A pesar de estos obstáculos, las perspectivas para el futuro de la monitorización hemodinámica son optimistas, haciendo hincapié en mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida en general de los pacientes.
Referencias
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.