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La Condición Humana. Una síntesis

La Condición Humana. Una síntesis

Resumen:

El propósito de este artículo científico es propiciar elementos sintéticos sobre la Condición Humana. Más allá de las intenciones, que pueden ser diversas y presentar tal vez aspectos convincentes incluso en nombre de la solidaridad, estamos en realidad ante una objetiva conjura contra la vida. Pudiendo ser importante, si se considera el siglo presente una época de ataques masivos contra la vida, una serie interminable de guerras y una destrucción permanente de vidas humanas inocentes, puede ser una  importante síntesis que junto a otros escritos  ya existentes, permita elevar la preparación de los interesados en la temática.

La Condición Humana. Una síntesis

Autor(es): MSc. Caridad del Carmen González Consuegra (1), Dr.C Julio Daniel Chivás Ponce (2), Dr.C Rolando Zamora Castro (3).

Hospital general docente “Alberto Fernández Montes de Oca”, San Luis, Santiago de Cuba, Cuba

Desarrollo:

Para el análisis de la Condición Humana se plantean cuatros grandes interrogantes: ¿Quiénes somos?, ¿Dónde estamos?, ¿De dónde venimos? y ¿Para dónde vamos? Para resolver las mismas hay que situarse  en el universo, el hombre es como una isla en el cosmo que nos rodea, la sustancia física se organizó en la tierra de forma termodinámica, por lo tanto se dice que la vida es solareana. Bonm D (1998) (1).

La tierra se formó hace cuatro mil millones de años de destrucción cósmica, que resultó de la explotación de un sol por lo tanto somos cósmicos y terrestres. La condición humana, la condición de respeto, hace parte del cosmo, pero estamos condicionados o marginados porque hacemos parte de una pequeña galaxia en un universo que se expandió; compuesta por animalidad y humanidad, por una aventura de miles de años de evolución provenientes de varias especies como son: árboles erectus y el homo sapiens.

El hombre tiene un concepto doble, geofísico y psico-socio-cultural, piensa, tiene conciencia, es racional, individual, singularidad anatómica y fisiológica que los distingue como seres único. En el campo social los une el leguaje y los separa las diferentes lenguas de las organizaciones culturales. En el siglo XXI se debe abandonar la idea de que el hombre es únicamente un ser racional, por lo que también es un ser afectivo, dinámico, imaginario, amoroso y extensivo, hombre completo. Es un ser complejo que varía en su forma de actuar y pensar, reacciona a sus locuras, pero al mismo tiempo es consciente de sus actos.  Bookchin M (1990) (2).

Según la historia de la filosofía esta es una categoría abordada por filósofos desde la antigüedad,  y en los días actuales  continúa siendo una de las cuestiones esenciales que entraña la búsqueda de respuestas, pues constituye un aspecto esencial en la interpretación del sujeto contemporáneo, es decir, abordar la problemática en torno a la existencia del ser humano, lo que implica determinar su esencia, tanto en lo singular como en lo general, o más exactamente, sobre la esencia y la naturaleza del ser humano. Mardones, J.M. Ursúa, N. (1994) (3).

En todos los tiempos se ha reconocido la influencia del universo en el desarrollo de la cultura de la humanidad: para el siglo veinte y uno de los conceptos modernos de física y de biología molecular se vinculan cada vez más con todos los procesos de la vida, como complementos teóricos indispensables para su entendimiento. La idea del hombre, a imagen del universo, está implícita en todos los aspectos del conocimiento. La naturaleza humana es la consecuencia necesaria y obligada de las múltiples leyes que rigen el universo. Este ha sido consecuencia de la evolución en un entorno determinado, con el que ha interactuado y le ha permitido desarrollarse y sobrevivir.

En las formas más tempranas de la cultura de los seres humanos, nuestros primos los Neanderthaleses, con una organización social muy rudimentaria y un lenguaje primitivo, fueron absorbidos  por el Homo sapiens, antes de desaparecer hace 28 000 años,  quedan de ellos los vestigios de un culto funerario, donde enterraban al difunto con sus herramientas de piedra, flores y colorantes de ocre, para diferenciar los sitios de enterramiento de los hombres y mujeres. El Homo sapiens conquistó el mundo con sus instintos, heredó del Australopitecus el bipedalismo, el agarre en pinza y su capacidad de hacer cuchillas de piedra. Un eslabón importante en la historia del hombre es la momia, encontrada en los Alpes de Otztal, con una edad de más de 5 000 años. Margulis L. Sagan (1995) (4), en su libro Microcosmos se puede leer la siguiente y hermosa reflexión “La vida no conquistó el globo con combates, sino con alianzas”

Así floreció la civilización mesopotámica (primera mitad del segundo milenio antes de nuestra era), de origen sumerio y en escritura cuneiforme por medio de tabletas de arcilla, basadas en la cuña y el círculo, así como un sistema numérico representado por el 10 y el 60.

El Poema de Gilgamesh contiene una profunda, sabia, antigua y actual reflexión sobre qué son y cómo tienen que vivir los humanos, se aprecia una reflexión que trata de desentrañar la esencia humana, sin embargo los conocimientos en la época eran incipientes, lo cual laceró la consideración de la condición humana desde un pensamiento empírico de  desarrollo social. Capra F. (1998) (5).

Otro momento importante lo fue las concepciones alcanzadas en la Antigüedad Clásica en Grecia y Roma. Filósofo como Demócrito (460 – 370 antes de nuestra era), mostró su  preocupación en torno al ser humano y los problemas que le son inherentes, ofreció como respuesta “hombre es aquello que todos sabemos”, definición considerada imprecisa y generalizadora, alcanzándose un conocimiento incipiente, su interés darle prioridad a los estudios de lo material, no llega a entender con trasparencia la existencia del ser humano, sin embargo se preocupó por la esencia del ser humana, aunque desde una posición idealista. De igual forma Aristóteles (384-322, antes de nuestra era), le da primacía a los estudios  de lo material sin llegar a comprender la existencia del ser humano, luego Platón (428-347, antes de nuestra era), al asumir la dialéctica, considera el saber de esencias de lo humano, sólo que a partir de la idea, que es la que mueve y da fundamentos a la existencia humana. Jamet, W. (1984) (6).

Sin detenernos en un estudio netamente epistémico  de la cuestión a lo largo del devenir filosófico existe la preocupación por encontrar la respuesta a la interpretación  en torno a la condición humana, San Agustín