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Estudio de la variación de la leptospirosis en relación con los factores epidemiológicos en pobladores de la parroquia Calderón, Portoviejo

Estudio de la variación de la leptospirosis en relación con los factores epidemiológicos en pobladores de la parroquia Calderón, Portoviejo

Autores

La leptospirosis es una zoonosis potencialmente epidémica, que aparece principalmente después de lluvias fuertes, causada por una bacteria llamada Leptospira interrogans que es patogénica para los hombres y los animales. Los seres humanos generalmente la adquieren por contacto directo con la orina o tejidos de animales infectados, un ambiente contaminado por estas o de forma indirecta, a través de agua, alimentos o suelos húmedos contaminados por la bacteria.

Teresa Véliz Castro *, Jazmín Elena Castro Jalca **, Justiniano Augusto Morán Callén ***, Leonardo Javier Calderón Franco ****

*             Licenciada en Laboratorio Clínico Máster en Microbiología. Mención Biomédica

**            Licenciada en Laboratorio Clínico, Magíster en Epidemiología

***          Doctor, Especialista en Ginecología. Magister en Gerencia de Salud.

****         Licenciado en Laboratorio Clínico.

Universidad Estatal del Sur de Manabí

Resumen

A partir de un estudio que se realizó en el año 2015, sobre la prevalencia de anticuerpos de leptospirosis en Calderón, provincia Manabí, se derivó la necesidad de analizar su comportamiento en la población por su amplia exposición a factores de riesgo epidemiológicos. Con una investigación mediante el método descriptivo de corte transversal en la población de la parroquia, tuvo por objetivo de analizar el comportamiento de la leptospirosis y su relación con los factores de riesgo epidemiológicos más frecuentes. Se seleccionó una muestra de 47 pacientes a los que se les realizaron encuestas y en los que se comprobó la presencia de anticuerpos para leptospira mediante el método de ensayo de inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA).

Los resultados confirmaron la tendencia al decrecimiento de la enfermedad a un ritmo más discreto que años anteriores y se establecieron los factores de riesgo determinados por las características agrícolas de la zona, la cercanía con animales domésticos y la ingesta de agua de fuentes no seguras. Teniendo en cuenta los resultados se evidenció la necesidad de potenciar las actividades de promoción de salud.

Palabras clave: leptospirosis, riesgo, epidemiológico, zoonosis

Introducción

La leptospirosis es una enfermedad zoonótica causada por una bacteria llamada Leptospira interrogans que es patogénica para los hombres y los animales, potencialmente epidémica  aparece principalmente después de lluvias fuertes. Tiene más de 200 variedades serológicas o serovariedades. Los seres humanos generalmente adquieren la leptospirosis por contacto directo con la orina o tejidos de animales infectados, un ambiente contaminado por estas o de forma indirecta, a través de agua, alimentos o  suelos húmedos contaminados por la bacteria (1).

La transmisión entre humanos ocurre muy raramente. La leptospirosis puede presentarse con una amplia variedad de manifestaciones clínicas, desde formas leves hasta una enfermedad grave, a veces fatal. Sus síntomas pueden parecerse a varias enfermedades, como influenza, dengue hemorrágico, infección por Hantavirus, fiebre amarilla y otras fiebres hemorrágicas virales, rickettsiosis, borreliosis, brucelosis, malaria, pielonefritis, meningitis aséptica, intoxicaciones, hepatitis virales, la seroconversión primaria por VIH, enfermedad de legionario, toxoplasmosis, mononucleosis infecciosa y la faringitis, entre otras.

Es importante el diagnóstico correcto (clínico y de laboratorio) en la etapa de presentación de los síntomas para evitar casos graves y salvar vidas principalmente en situaciones de brotes (2). Los métodos de laboratorio pueden dividirse en: directos (aislamiento, cultivo y técnicas moleculares) e indirectos o serológicos.

El diagnóstico microbiológico, mediante el aislamiento del agente etiológico, es la base de la confirmación de la enfermedad, ofreciendo un resultado retrospectivo con alta fiabilidad. Los microrganismos pueden ser teñidos por una gran variedad de métodos de coloración,  tiñéndose bien con sales de plata, particularmente mediante la coloración de Warthin – Starry (3). Todo depende de la toma de la muestra en el momento apropiado, por un personal de asistencia debidamente entrenado en cuanto a patogenia y formas de presentación, así como la correcta indicación del complementario según la fase clínica.

El procedimiento frecuentemente se basa en la serología junto con una presentación clínica y datos epidemiológicos (antecedentes de posible exposición, presencia de factores de riesgo), utilizando la prueba de aglutinación microscópica (MAT) y el inmunoensayo enzimático o enzimoinmunoanálisis (ELISA). Para obtener un diagnóstico positivo mediante MAT, deben ser comparadas al menos dos muestras consecutivas de suero, tomadas a intervalos de cerca de 10 días, debiendo observarse un incremento de cuatro veces o más en los anticuerpos. También puede apelarse al aislamiento de leptospiras de la sangre, orina u otros materiales clínicos a través del cultivo, la reacción en cadena de polimerasa (PCR) y las técnicas de tinción inmunológica. El aislamiento de leptospiras es la única prueba directa y definitiva de la infección (4). De realizarse post mortem, además de la serología y el cultivo, las leptospiras pueden ser demostradas en tejido usando la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o coloración (inmunohistoquímica) en especial por inmunofluorescencia directa (4). Las muestras más adecuadas se obtienen de riñón (parte cortical), hígado y bazo, así como sangre del corazón o líquido cefalorraquídeo (LCR). Pueden también obtenerse muestras de pulmones, cerebro y fetos abortados. Los cortes de tejidos no congelados deben enviarse lo más rápido posible al laboratorio de microbiología (3).

Las personas reaccionan a la infección produciendo anticuerpos específicos que se activan con varios serotipos de esta bacteria, ya que la misma posee una gran variedad de agentes patógenos. Este acontecimiento, es denominado reacción cruzada y se observa con frecuencia en la fase inicial de la enfermedad. La seroconversión puede ocurrir entre los 3 y 7 días después del inicio de la infección, y en determinados casos, después de 10 días o más. (8). Tras la infección se inicia la aparición de los anticuerpos inmunoglobulina M (IgM), debido a las manifestaciones clínicas, y posteriormente, los anticuerpos inmunoglobulina G (IgG), persistiendo durante años en la persona o animal infectado.

La leptospirosis, suele tener una amplia distribución geográfica a nivel mundial, originándose fundamentalmente de forma aislada en zonas rurales o en brotes epidémicos estacionales, especialmente relacionados con catástrofes naturales y las temporadas de lluvia e inundaciones. Constituye un problema emergente de salud pública en toda la región de Sudamérica en especial a las zonas de climas tropicales. En áreas urbanas, las condiciones inadecuadas de saneamiento pueden establecer también ambientes propicios para que se presente la transmisión de la enfermedad, asociada a la presencia de roedores (5).

Los portadores son, generalmente, animales domésticos caninos, bovinos, porcinos y equinos. Las ratas y los ratones son los reservorios primarios (huéspedes de mantenimiento) de la bacteria, produciéndose en ellos una infección renal crónica, con excreción de grandes cantidades de bacterias en la orina. El microorganismo generalmente muere al estar expuesto al calor, la luz, detergentes, o desinfectantes, pero pueden permanecer viables en aguas alcalinas o en suelo húmedo (6).

El Ecuador, debido a su ubicación geográfica presenta un clima que favorece la aparición de factores epidemiológicos que se relacionan con dicha infección, aun así, los datos con relación a esta enfermedad son escasos. El acontecimiento epidemiológico más importante reportado como leptospirosis humana, identificado en el país, sucedió durante el período invernal 1997-1998, coincidiendo con el fenómeno “El niño”, de este suceso sólo se obtuvieron datos de la ciudad de Guayaquil referente a las formas severas de leptospirosis con un alto grado de mortalidad (7).

Entre 1999 y el 2007 los casos documentados son inferiores a 200. En la provincia de Manabí en el 2010 se reportaron 314 casos de los cuales 191 correspondían al cantón Portoviejo y 58 a la parroquia Calderón. Posteriormente, en el 2012 se registraron 345 pacientes con la enfermedad, de los que 202 pertenecían a la capital manabita (8).

A partir de un estudio que se realizó en el año 2015 sobre la prevalencia de anticuerpos de leptospirosis en la población de Calderón, provincia Manabí, se derivó la necesidad de analizar el comportamiento de la leptospirosis en dicha población por su amplia exposición a factores de riesgo epidemiológicos.