Manejo de enfermería del shock anafiláctico en atención primaria
Autor principal: Teodoro Álvarez Mateos
Vol. XX; nº 16; 900
Nursing management of anaphylactic shock in primary care
Fecha de recepción: 18 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 20 de agosto de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 16 – Segunda quincena de Agosto de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 16; 900
Autores:
TEODORO ALVAREZ MATEOS, Enfermero Loga Salud
LUCIA SIMÓN MELCHOR, Enfermera Centro de salud Luna, Zaragoza, España
VERONICA VIDAL VILLANUEVA, Enfermera Hospital de Alcañiz
Resumen
El shock anafiláctico representa una emergencia médica grave que puede poner en riesgo la vida del paciente en cuestión de minutos si no se actúa con rapidez y eficacia. En atención primaria, el personal de enfermería juega un papel fundamental en la detección precoz, manejo inicial y educación al paciente. Este artículo descriptivo aborda el manejo integral de enfermería en pacientes con shock anafiláctico, enfatizando protocolos de actuación, administración de medicamentos, monitorización, aspectos legales y educativos. Se destaca la importancia de la formación continua y la implementación de protocolos claros para mejorar la respuesta asistencial, reducir la mortalidad y asegurar la calidad y seguridad del cuidado en el primer nivel sanitario.
Palabras clave
shock anafiláctico, atención primaria, enfermería, urgencias, manejo
Abstract
Anaphylactic shock is a severe medical emergency that can threaten a patient’s life within minutes if not treated promptly and effectively. In primary care, nursing staff play a key role in early detection, initial management, and patient education. This descriptive article addresses comprehensive nursing management of patients with anaphylactic shock, emphasizing action protocols, medication administration, monitoring, legal and educational aspects. The importance of continuous training and clear protocols is highlighted to improve care response, reduce mortality, and ensure quality and safety in first-level health care.
Keywords
anaphylactic shock, primary care, nursing, emergencies, management
Introducción
El shock anafiláctico es una reacción alérgica sistémica grave que se caracteriza por la aparición rápida de síntomas que afectan múltiples órganos, pudiendo provocar la pérdida de la conciencia y la muerte si no se interviene de manera inmediata (Simons, 2010). En la atención primaria, que es el primer nivel de contacto con el sistema sanitario, se hace indispensable que el personal de enfermería esté capacitado para identificar rápidamente esta emergencia, iniciar las maniobras de soporte vital y administrar tratamientos específicos, principalmente la adrenalina intramuscular (Lieberman et al., 2010).
La prevalencia de las reacciones anafilácticas está en aumento a nivel mundial, atribuido a factores como la mayor exposición a alérgenos y el cambio en estilos de vida (Cardona et al., 2020). En este contexto, el papel de la enfermería es vital no solo en la respuesta inmediata, sino también en la educación para la prevención y el seguimiento del paciente alérgico (Sánchez-García et al., 2019).
Metodología
Se realizó una revisión bibliográfica narrativa utilizando bases de datos como PubMed, Scielo, CINAHL y Google Scholar, con búsqueda limitada a artículos publicados entre 2015 y 2024. Los términos empleados fueron «anaphylactic shock», «nursing management», «primary care», «emergency nursing», «anaphylaxis protocols». Se seleccionaron 20 fuentes que abordan aspectos clínicos, educativos, legales y organizativos vinculados al manejo del shock anafiláctico en atención primaria.
Resultados
1. Reconocimiento precoz de la anafilaxia
El reconocimiento inmediato de los signos y síntomas es crucial para evitar la progresión del shock. Entre los signos más frecuentes se encuentran dificultad respiratoria, hipotensión, urticaria generalizada, angioedema, y alteración del estado de conciencia (Simons et al., 2011). El personal de enfermería debe estar entrenado para identificar estos síntomas rápidamente y activar el protocolo de emergencia sin demora (Patel & Burch, 2019).
2. Protocolos de actuación y administración de adrenalina
La adrenalina intramuscular es el tratamiento de primera línea para el shock anafiláctico y debe administrarse sin demora (Lieberman et al., 2010; Cardona et al., 2020). La dosis recomendada en adultos es 0,3 a 0,5 mg, preferentemente en el músculo vasto lateral del muslo (Organización Mundial de la Salud, 2021). El personal de enfermería debe estar capacitado no solo en la administración sino también en el manejo de posibles efectos secundarios, como taquicardia o ansiedad (Díaz-Peromingo et al., 2018).
3. Soporte vital básico y monitorización
Además de la adrenalina, es fundamental administrar oxígeno suplementario, mantener la vía aérea permeable y garantizar la fluidoterapia para contrarrestar la hipotensión (Perry & Mushatt, 2021). El monitoreo continuo de constantes vitales permite detectar deterioro precoz y modificar el plan asistencial (Navarro & Sánchez, 2021). La enfermería es responsable de esta vigilancia constante y de documentar cada intervención.
4. Coordinación y traslado
La comunicación efectiva con el equipo médico y los servicios de emergencia es clave para garantizar la derivación rápida a un centro hospitalario si fuera necesario (Hernández & Vega, 2023). La enfermería debe coordinar esta transición y preparar toda la documentación clínica pertinente.
5. Educación y seguimiento al paciente
Una vez estabilizado el paciente, la enfermería tiene un rol fundamental en la educación para la prevención de nuevos episodios, incluyendo la identificación de alérgenos, uso correcto del autoinyector de adrenalina y recomendaciones para evitar riesgos (Gil et al., 2019). Además, debe promover la adherencia a revisiones médicas y tratamientos prescritos.
6. Barreras y limitaciones en atención primaria
Diversos estudios reportan que las barreras más frecuentes para una atención óptima son la falta de formación específica, ausencia de protocolos actualizados, y el temor o inseguridad para administrar adrenalina (Hernández & Vega, 2023; Jiménez & Sánchez, 2020). La implementación de programas de formación y simulacros puede mejorar significativamente estas deficiencias (Ruiz & García, 2021).
Discusión
El manejo del shock anafiláctico en atención primaria es una responsabilidad crítica del personal de enfermería. La rapidez en el reconocimiento y la administración de adrenalina se relaciona directamente con la disminución de la mortalidad (Simons, 2010; Cardona et al., 2020). Sin embargo, los datos muestran que aún existe un retraso frecuente en la actuación por inseguridad o desconocimiento.
La formación continua y la realización de simulacros prácticos son herramientas esenciales para garantizar que el personal mantenga sus competencias actualizadas (Jiménez & Sánchez, 2020). Los centros de salud deben incorporar protocolos estandarizados y accesibles, facilitando así la actuación rápida y segura.
Por otro lado, el papel de la enfermería se extiende más allá de la fase aguda. La educación al paciente y su familia es una estrategia preventiva clave que contribuye a reducir la incidencia de nuevos episodios y mejorar la calidad de vida (Gil et al., 2019). La participación activa en programas comunitarios y la promoción del autoconocimiento y la autodetección potencian la capacidad de respuesta de la población.
Las barreras identificadas, como la falta de recursos o miedo a actuar, deben ser abordadas desde un enfoque multidisciplinar que incluya apoyo institucional, clarificación normativa y fortalecimiento del equipo asistencial (Hedges et al., 2020).
Finalmente, es imprescindible que la enfermería en atención primaria sea reconocida como pieza clave en la cadena de supervivencia del shock anafiláctico, y que su rol sea respaldado con recursos, formación y autonomía adecuada para responder con eficacia ante esta urgencia vital.
Conclusiones
El shock anafiláctico representa una emergencia médica de máxima gravedad, cuya evolución rápida y potencialmente fatal demanda una intervención inmediata y eficiente, especialmente en el entorno de atención primaria, donde la primera respuesta es crucial para la supervivencia del paciente. En este contexto, el rol de la enfermería adquiere una relevancia indispensable, no solo como ejecutora de las intervenciones médicas, sino también como coordinadora, educadora y promotora de la seguridad del paciente.
Una de las conclusiones fundamentales es que el reconocimiento precoz de los signos y síntomas del shock anafiláctico es la piedra angular sobre la cual se sostiene toda la cadena de atención. La rapidez en identificar manifestaciones como dificultad respiratoria, hipotensión, urticaria extensa o compromiso del estado de conciencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por ello, la capacitación constante del personal de enfermería en atención primaria debe centrarse en la actualización de conocimientos clínicos, la interpretación correcta de los signos y la familiarización con los protocolos de actuación. Esta formación debe complementarse con simulacros regulares que permitan a los profesionales desarrollar destrezas técnicas y emocionales para actuar con seguridad y eficacia bajo presión.
En cuanto al tratamiento, la administración inmediata de adrenalina intramuscular constituye la intervención crítica que detiene la progresión del shock y mejora el pronóstico del paciente. La evidencia científica es clara en cuanto a que no debe existir demora para su aplicación, ni vacilación por parte del personal de enfermería. Sin embargo, se ha identificado que en muchos centros de atención primaria persisten dudas y temores que dificultan esta actuación decisiva. Por lo tanto, las instituciones de salud deben implementar medidas que incluyan protocolos claros, facilidades para la obtención y manejo de adrenalina, y una revisión continua de la práctica clínica para minimizar estas barreras.
Además de la adrenalina, el manejo integral debe contemplar el soporte básico de vida, la monitorización estrecha y la coordinación efectiva con servicios de emergencia para el traslado oportuno a un nivel hospitalario más avanzado si es necesario. En este sentido, la enfermería juega un papel clave, no solo realizando intervenciones técnicas sino garantizando la comunicación efectiva y la documentación adecuada, lo que contribuye a la continuidad y calidad del cuidado.
Otro aspecto trascendental es el papel educativo de la enfermería una vez que el paciente ha sido estabilizado. La prevención secundaria a través de la información sobre la identificación y evitación de alérgenos, el manejo correcto del autoinyector de adrenalina y el reconocimiento temprano de nuevos episodios es fundamental para evitar recurrencias y mejorar la calidad de vida del paciente. La enfermería, como agente cercano y accesible, es ideal para transmitir esta educación de manera personalizada, teniendo en cuenta las características y necesidades individuales del paciente y su entorno familiar.
Las barreras institucionales y personales que afectan la adecuada atención del shock anafiláctico en atención primaria no pueden ser ignoradas. La falta de formación específica, la ausencia de protocolos actualizados y la inseguridad jurídica o profesional son desafíos que requieren una respuesta integral y comprometida de las autoridades sanitarias. Promover un entorno laboral que respalde la autonomía del personal de enfermería, facilite recursos y fomente la actualización constante es indispensable para mejorar los resultados asistenciales.
En conclusión, el manejo de enfermería del shock anafiláctico en atención primaria debe considerarse un área prioritaria de mejora y desarrollo dentro de los sistemas de salud. La capacitación continua, el fortalecimiento de los protocolos, la disponibilidad de recursos y el impulso a la educación sanitaria representan ejes fundamentales para garantizar una respuesta eficaz y segura. Solo mediante un compromiso multidisciplinar, institucional y profesional se podrá ofrecer una atención integral que minimice riesgos, potencie la supervivencia y optimice la calidad de vida de los pacientes que enfrentan esta grave emergencia.
Finalmente, es necesario fomentar la investigación y la evaluación constante de las prácticas clínicas en este ámbito, con el fin de incorporar nuevas evidencias científicas, adaptar las estrategias formativas y mejorar los protocolos asistenciales. La enfermería, como columna vertebral de la atención primaria, debe posicionarse como protagonista en la gestión del shock anafiláctico, con respaldo institucional y un claro compromiso con la excelencia en el cuidado del paciente.
Referencias
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