Manifestaciones clínicas y radiológicas de la Tuberculosis Pulmonar
Autora principal: Dra. Vanessa Lizeth Vargas Mena
Vol. XVII; nº 9; 366
Clinical and radiological manifestations of Pulmonary Tuberculosis
Fecha de recepción: 24/03/2022
Fecha de aceptación: 03/05/2022
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 9 – Primera quincena de Mayo de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 9; 366
Autores:
Dra. Vanessa Lizeth Vargas Mena
Médico general. Área de Salud Heredia-Virilla, Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Heredia, Costa Rica.
Dr. Luis Andrés Astúa Jiménez
Médico general. Hospital San Vicente de Paúl, Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Heredia, Costa Rica.
Dr. Luis Carlos Vindas Durán
Médico general. Hospital San Vicente de Paúl, Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Heredia, Costa Rica.
Resumen
La Tuberculosis Pulmonar sigue siendo un grave problema de salud pública. A nivel mundial, la Tuberculosis (TB) es la segunda causa más importante de defunción por un solo agente infeccioso. De acuerdo con las cifras reportadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1993 a la TB como una emergencia de salud a nivel mundial, que ha vuelto a surgir como problema sanitario de primera magnitud. Para el año 2015, 10,4 millones de personas se enfermaron por TB que causó la muerte a 1,8 millones. Por ende, el presente artículo corresponde a un artículo de revisión, que mediante el análisis de 15 artículos especializados, evalúa su calidad, y ofrece una perspectiva sobre la situación actual de la TB, su prevalencia, manifestaciones clínicas y manifestaciones radiológicas.
Palabras clave: Tuberculosis, Tuberculosis Pulmonar, Manifestaciones Radiológicas, Manifestaciones clínicas.
Abstract
Pulmonary Tuberculosis continues to be a serious public health problem. Worldwide, Tuberculosis (TB) is the second leading cause of death due to a single infectious agent. According to figures reported by the World Health Organization (WHO) in 1993, TB was considered a global health emergency, which has re-emerged as a major health problem. For the year 2015, 10.4 million people became ill with TB, which caused the death of 1.8 million. Finally, this article corresponds to a review article, which through the analysis of 15 specialized articles, evaluates its quality, and offers a perspective on the current situation of TB, its prevalence, clinical manifestations and radiological manifestations.
Keywords: Tuberculosis, Pulmonary Tuberculosis, Radiological Manifestations, Clinical Manifestations.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. Se han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Se han preservado las identidades de los pacientes.
Introducción
A pesar de los avances tecnológicos y grandes esfuerzos del personal de salud, la Tuberculosis (TB) sigue siendo un grave problema de salud pública. A nivel mundial, la TB es la segunda causa más importante de defunción por un solo agente infeccioso (1). De acuerdo con las cifras reportadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1993 a la TB como una emergencia de salud a nivel mundial, que ha vuelto a surgir como problema sanitario de primera magnitud (2). Y en el año 2016 se presentó un nuevo enfermo cada cinco segundos y otro más murió cada 19 segundos. (1)
La TB es una enfermedad reemergente ocasionada por el bacilo de Koch (BK) o Mycobacterium tuberculosis (3). Su azote continúa afectando al mundo, máxime donde se da el empeoramiento progresivo de las condiciones higiénicas y sociales, además debido a la resistencia a los fármacos antimicrobianos tradicionalmente utilizados en esquemas de tratamientos inadecuados, a tratamientos previos, y a la aparición y el contagio por cepas resistentes. (3)
La TB es una enfermedad infectocontagiosa que tiene en la forma pulmonar la mayor importancia clínica y epidemiológica. (4) aunque no es raro el daño extrapulmonar (3). Además, el diagnóstico e inicio de tratamiento precoz son claves para de esta manera reducir la morbilidad y la mortalidad asociadas con la infección. (5)
El presente artículo corresponde a un artículo de revisión, que mediante el análisis de 15 artículos especializados, evalúa su calidad, y ofrece una perspectiva sobre la situación actual de la TB, su prevalencia, manifestaciones clínicas y manifestaciones radiológicas.
Método
Se realiza una revisión bibliográfica en motores de búsqueda de libre acceso de artículos médicos especializados sobre la Tuberculosis, Tuberculosis Pulmonar y sus manifestaciones clínicas y radiológicas. Para ello se consideran un total de 15 artículos especializados que tratan la temática de esta patología que actualmente presenta un problema de salud pública. Se analizaron estos artículos localizados, se resumieron los resultados y conclusiones, generando así información clara y concisa del tema.
Fisiopatología de la Tuberculosis
La Tuberculosis (TB) es una enfermedad infecto-contagiosa, causada por agentes del grupo Mycobacterium complex, generalmente por el Mycobacterium Tuberculosis (6). Es la infección crónica más importante del mundo en cuanto a morbilidad y mortalidad (7)(8), siendo su localización más frecuente el sistema respiratorio. (4)
Las personas pueden infectarse con el bacilo tuberculoso y desarrollar la enfermad (Tuberculosis activa) o infectarse y no desarrollar la enfermedad (Infección de tuberculosis latente). El segundo caso se da porque durante las 2-12 primeras semanas, el sistema inmunológico limita la multiplicación del bacilo, y éste puede quedar viable por varios años, de tal manera que la persona no desarrolla en ese momento la enfermedad, clínicamente son asintomáticos y no transmiten la TB. (7)
Además, se ha podido evidenciar que deben existir factores predisponentes a la diseminación del BK, entre los que se destacan la presencia de hepatopatías crónicas (cirrosis hepática de cualquier etiología), los procesos oncológicos, ya sea per se, o por condiciones asociadas como la inmunodepresión y el uso de citostáticos. Asimismo, las enfermedades reumatológicas, enfermedades autoinmunes y los pacientes trasplantados de órganos sólidos en los que se aplican tratamientos con drogas inmunosupresoras. Una de las infecciones que debe buscarse es la existencia del virus de la inmunodeficiencia humana que produce Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/sida) y otras situaciones más raras como el embarazo y el parto. (3)
Al respecto, se considera que la TB es pulmonar cuando la única localización es el pulmón y extrapulmonar cuando se aísla el Mycobacterium tuberculosis en otra zona, como el hígado, la médula ósea o la sangre, entre otras, sin evidencias clínicas o microbiológicas de infección tuberculosa en varios órganos a la vez. (9). En la actualidad la TB afecta principalmente los pulmones (el 80% de los casos de TB son de tipo pulmonar), de ahí que a través de la respiración esta enfermedad sea fácilmente transmisible. (7)
La TB es la segunda causa de muerte por un único agente infeccioso en personas que padecen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En la actualidad, la coinfección con el VIH (TB/VIH) y la resistencia a los fármacos ha influido en el incremento de los casos por tuberculosis. (10). Y es la infección por Mycobacterium tuberculosis es considerada la coinfección más común en personas VIH positivas. (2)
Las personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tienen entre 26 y 31 veces más probabilidades de enfermar de tuberculosis. (2). La coinfección TB/VIH es uno de los problemas de salud más importantes que afronta la humanidad. (7). El riesgo de desarrollar TB activa también es mayor en pacientes inmunosuprimidos por otras causas, como el alcoholismo, la diabetes o la enfermedad renal crónica. (8)
Unas de las principales causas de morbimortalidad en los pacientes VIH son las complicaciones pulmonares, por ello un diagnóstico precoz y el comienzo rápido del tratamiento son importantes para aumentar la supervivencia (5). La coinfección de TB/VIH es el factor de riesgo más fuerte conocido, tanto para la progresión inmediata como tardía de la infección de tuberculosis activa, además aumenta la tasa de transmisión de las micobacterias. Los pacientes VIH con TB tienen una supervivencia más corta y desarrollan SIDA más rápido que los que no tienen TB. (5) (2)
En los pacientes VIH, existe una mayor presencia de manifestaciones extrapulmonares de la TB (69%) (11). Estos pacientes, además, son menos propensos a tener hallazgos típicos de tuberculosis en las pruebas de imagen radiológicas, especialmente cuando existe una disminución en las cifras de linfocitos CD4, aunque también pueden presentar un patrón radiológico similar al de pacientes inmunocompetentes. (11)
Actualmente la TB sigue siendo un importante problema de salud global y se encuentra ampliamente extendida por todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud estimó que en el 2014 se presentaron en el mundo 9,6 millones de casos nuevos de tuberculosis, y 1,5 millones de personas murieron a causa de la enfermedad (11). A pesar de todos los esfuerzos de la ciencia para la eliminación de la tuberculosis, la aparición de tratamientos eficaces y el establecimiento de las normas para el control de la enfermedad en la comunidad, la TB es considerada actualmente una enfermedad reemergente. (12)
Prevalencia de la Tuberculosis
La TB es una enfermedad que implica un riesgo ocupacional para el personal de salud que atiende a este tipo de pacientes, debido a que el agente Mycobacterium tuberculosis es eliminado hacia el ambiente a través de diferentes acciones como la tos, el estornudo, el acto de escupir, cantar o incluso la conversación (6). Las pequeñas gotas que se generan se evaporan rápidamente y se convierten en aerosoles de pequeñas partículas que, por su tamaño (1 a 3 μm), permanecen en suspensión y pueden ser transportadas, según el flujo del aire, a través de la habitación o de un edificio. El tamaño reducido facilita su llegada a los alvéolos pulmonares y el riesgo de transmisión está confinado a los que comparten lugares cerrados y mal ventilados, debido a la gran concentración de aerosoles en ese espacio. (13)
En 2014 más de 9.600.000 personas enfermaron de TB y 1.500.000 murieron por esta enfermedad (6) y para el año 2015 10,4 millones de personas se enfermaron por esta patología, que causó la muerte a 1,8 millones (7) lo que deja ver la alta prevalencia de la enfermedad y el aumento anual, evidenciado entre estos dos años. Otro dato interesante es que más del 95% de las muertes por TB ocurrieron en países en vía de desarrollo. En Latinoamérica las tasas de tuberculosis no disminuye, a pesar de incrementar en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), las tasas de mortalidad permanecen altas. (7)
Globalmente, la topografía pulmonar más frecuente se da en los lóbulos superiores como opacidad alveolointersticial (46% de las formas pulmonares), con o sin adenopatías hiliares o mediastínicas y cavitación (39%). La causa de la afectación predominante en los lóbulos superiores se ha relacionado con una mayor presión parcial de oxígeno y/o a un peor drenaje linfático en esas localizaciones. También se pueden presentar derrames pleurales (más frecuentes en adolescentes), incluso atelectasias de determinados lóbulos, por compresión de adenopatías mediastínicas (más frecuente en niños y adolescentes). (1)
Por su parte, la OMS y diversos estudios apuntan a que la TB predomina en adultos jóvenes, lo que indica transmisión activa, por el contrario, a medida que la prevalencia baja, es más frecuente en adultos mayores. (14) (12). Sin embargo otros afirman que este resultado puede atribuirse a que el sexo masculino es más propenso a los factores de riesgo que condicionan ambas entidades clínicas. (9)
En países subdesarrollados la población enferma más joven y lo hace con TB primaria, en cambio, en países desarrollados como España, es más frecuente la reactivación de la enfermedad en personas de mayor edad que adquirieron la TB jóvenes, cuando la TB era más prevalente, no obstante, también puede enfermar la población más joven generalmente atribuido a personas inmunodeprimidas. (5)
La alta proporción de hombres con TB puede estar condicionada a una mayor exposición al agente por ser el grupo más activo laboralmente. Se evidencia una mayor prevalencia de cepas multirresistentes a fármacos de primera línea en pacientes de estratos socioeconómicamente bajos, de grupos marginados y con factores de riesgo como desnutrición y abuso de alcohol y de sustancias psicoactivas. (10)
Uno de los factores predisponentes para la infección con TB es el estado de la inmunidad del huésped, por ello los pacientes inmunocomprometidos tienen mayor riesgo. La TB activa puede desarrollarse poco después del inicio del tratamiento con inmunosupresores. Para reducir el número de enfermos por TB, es necesario determinar el estado de infección de TB latente del paciente y el riesgo de enfermedad activa. (5)
Por lo tanto, en cuanto a prevalencia, la TB constituye actualmente un gran problema de salud pública para la población a nivel nacional y mundial, con lo que desmejora la calidad de vida de las personas que la padecen. Es considerada como una enfermedad que no solo afecta la salud física, sino la esfera psicosocial, ya que en sus bases biológicas se ha construido la estigmación social, quien como fuente de contagio debe ser rehuido. (7)
Diagnóstico
El diagnóstico de TB se basa principalmente en un estudio microbiológico. No obstante, la sospecha clínica y la radiología desempeñan un papel vital en el diagnóstico y evolución de esta enfermedad y de las patologías asociadas, por ello es necesario tenerla siempre presente y conocer todas las presentaciones radiológicas de la TB y cual es su evolución. (5)
El examen físico en general no ayuda a distinguir la TB pulmonar de otras infecciones pulmonares y a menudo no hay signos auscultatorios (7), por lo que el examen microscópico directo para la detección de bacilos ácido-resistentes (BAAR) es una de las piedras angulares del diagnóstico de la TB. Algunas de las ventajas de la baciloscopia son su rapidez, bajo coste y la necesidad de escasos requerimientos técnicos. (8)
La TB pulmonar puede presentarse clínica y radiológicamente evocando otras enfermedades, por lo tanto, su diagnóstico diferencial es variado. La radiología de tórax puede no ser característica o presentar diversos patrones como infiltrado miliar, infiltrados algodonosos a nivel apical, derrame pleural y cavernas (14). Técnicas como la Interferon Gamma Release Assays (IGRA) y la prueba de la tuberculina tienen su máxima utilidad en el diagnóstico de formas latentes de tuberculosis, siendo su sensibilidad y especificidad bajas y variables en función del grupo poblacional. La Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) es también un método alternativo rápido y eficaz pero algunas de sus desventajas son su elevado coste y la poca disponibilidad en áreas sanitarias de menor desarrollo. (8)
En cuanto a la radiografía simple de tórax, es raro que ésta sea normal en pacientes con TB pulmonar activa. Por desgracia, esta alta sensibilidad se acompaña de una baja especificidad. Existen algunos patrones que en la radiografía de tórax se consideran sugerentes de infección por TB como son las consolidaciones en el lóbulo superior o las lesiones cavitarias. (8)
La tomografía computarizada (TC) es una técnica más sensible y específica que la radiografía para el diagnóstico de la TB pulmonar activa, pese a su disponibilidad es limitada en algunas regiones. La capacidad de la TC para el diagnóstico de TB ya ha sido estudiada en regiones con mayor prevalencia para la infección, principalmente en Asia, obteniéndose resultados muy prometedores. (8)
Por lo tanto, las imágenes juegan un papel fundamental en el diagnóstico y manejo de la TB. Clásicamente la radiografía de tórax ha sido la herramienta de imagen más utilizada para el diagnóstico y seguimiento de esta enfermedad. Aunque en ocasiones puede ser normal, lo habitual es encontrar adenopatías mediastínicas e hiliares junto con un nódulo/masa en lóbulos superiores rodeado de pequeñas imágenes nodulares o cicatrices. En la actualidad la TC es mucho más sensible que la radiografía de tórax en la detección y caracterización de los signos radiológicos de tuberculosis primaria, postprimaria y en la detección de las complicaciones. (5)
Manifestaciones clínicas
La fiebre, tos y pérdida de peso suelen las manifestaciones clínicas que con más frecuencia se notifican tras la presencia de la TB (2), además de dolor en el pecho, debilidad o fatiga, escalofríos, fiebre, sudores nocturnos (8). Con manifestaciones inespecíficas que pueden presentarse en el curso de otras infecciones oportunistas por lo que puede dificultar el diagnóstico de la coinfección TB/VIH, por ejemplo (2). La sintomatología respiratoria suele ser una de las manifestaciones clínicas más conocidas, pero puede estar ausente hasta en un 30% de los pacientes (14).
La manifestación clínica y radiológica de la TB dependerá de las características del paciente, tanto del estado de su inmunidad, como de otros factores como el lugar y características del lugar de residencia, del contacto cercano con pacientes con tuberculosis. (5)
La coinfección con el VIH y Mycobacterium tuberculosis es el factor de riesgo más fuerte conocido, tanto para la progresión inmediata como tardía de la infección de TB activa. El riesgo de progresión de la enfermedad en las personas coinfectadas es del 5 -10% por año, lo cual contrasta con el riesgo del 5 – 10% por vida para las personas VIH-negativas. (8). El Mycobacterium tuberculosis es un germen con una virulencia marcada, por lo que resulta el microorganismo patógeno que con más frecuencia se presenta en los infectados con el VIH, aun cuando el nivel de inmunidad es lo suficientemente enérgico para proteger contra la invasión de otros agentes infecciosos. (9)
El VIH debilita el sistema inmunitario, lo cual aumenta la probabilidad de que la infección latente por tuberculosis progrese hacia la enfermedad activa. Los pacientes infectados por el VIH tienen una probabilidad hasta 50 veces mayor de sufrir TB a lo largo de su vida, en comparación con los no infectados. (7). En los primeros estadios de la coinfección por VIH/TB, resulta más frecuente la afectación pulmonar y, por tanto, las manifestaciones clínicas propias de dicho órgano, pero ya en la inmunodepresión avanzada se presenta con formas atípicas, donde predomina la localización extrapulmonar, como la adenopática, la meníngea o la miliar, con infección de varios órganos; la última es una de las formas graves de TB más temidas, por la tasa alta de mortalidad que ocasiona. (9)
De las formas extrapulmonares, la complicación más grave es la infección en el Sistema Nervioso Central (SNC), de la que se distinguen la Tuberculosis Meníngea (TBM) y los tuberculomas. La TBM resulta de la diseminación hematógena del Mycobacterium tuberculosis desde una infección pulmonar primaria a las meninges o por drenaje de un foco cerebral al espacio subaracnoideo. Representa el 5% de todas las formas extrapulmonares y ha aumentado en prevalencia en los adultos especialmente por el aumento de casos de VIH que predispone a formas diseminadas. Otros factores de riesgo asociados a TBM incluyen el alcoholismo, diabetes mellitus, neoplasias, uso de corticosteroides y agentes que bloquean el factor de necrosis tumoral. (6)
Las manifestaciones clínicas de los pacientes con TBM se comparten en la mayoría de la meningitis infecciosas y no infecciosas. Son frecuentes la cefalea, fiebre, emesis y confusión. Sin tratamiento progresa a convulsiones y coma en fases avanzadas. La rigidez nucal puede no aparecer en los estadios iniciales. A menudo se presenta afectación de los pares craneales III, VI y VII, perdida visual y déficit focal. La duración de los síntomas varía en un rango de días a varios meses. (6)
Manifestaciones radiológicas
Desde 1932, se señalaron tres tipos fundamentales de imágenes radiológicas de la TB pulmonar: la consolidación, los nódulos y las opacidades difusas. Luego se agregaron las lesiones cavitarias, las que, ubican en los vértices pulmonares, eran muy difíciles de interpretar en el estudio radiológico. Sin embargo, es posible tener radiografías de tórax normales en pacientes con TB pulmonar confirmada, lo cual es relativamente frecuente. (1)
Las manifestaciones radiológicas son dependientes de factores del huésped, incluyendo la exposición previa, la edad y su estado inmune; y pueden ser divididas en TB primaria y posprimaria. El sello de la TB primaria es la presencia de linfoadenopatías, las cuales son comunes en niños y en adultos con VIH; éstas se encuentran en un 10-43% de los adultos y en cerca del 96% de los niños. (1)
La principal herramienta de apoyo utilizada para el diagnóstico de TB pulmonar es la radiografía de tórax, considerada por muchos como el estándar de oro en la sospecha de esta forma de la enfermedad. La radiografía es una técnica muy sensible para el diagnóstico de TB pulmonar en pacientes inmunocompetentes, aunque es completamente inespecífica, ya que no hay ningún signo patognomónico, por muy sugestivo que parezca. Por ello, nunca se debe admitir el diagnóstico de esta enfermedad con un simple estudio radiológico y éste sólo indicará que se deben realizar los estudios microbiológicos oportunos. Sin embargo, también es útil para ayudar al diagnóstico cuando la TB pulmonar no puede confirmarse bacteriológicamente. Muchas enfermedades respiratorias presentan un aspecto radiológico parecido y pueden simular la TB. Del mismo modo, las lesiones de la TB pulmonar pueden adoptar casi cualquier forma en una radiografía de tórax. (1) (6)
Por otro lado, las imágenes detectadas pueden ser diferentes con relación al observador que las interpreta. En diversos estudios se han evaluado estas diferencias de lectura. En un ensayo, cuyos objetivos fueron diferentes, detectaron incidentalmente la importancia en el grado de variación del observador, donde detectaron que cinco expertos pasaron por alto (subleyeron) aproximadamente el 25% de las placas positivas en cada serie. Tres meses después, las placas fueron releídas y los expertos cambiaron de opinión en cerca de un quinto de los casos que habían clasificado previamente como positivos (incoherencia intraindividual del 20%). (2)
Aunque las manifestaciones radiográficas de la TB posprimaria se superponen con las de la enfermedad primaria, hay varias características que las distinguen: la predilección por los lóbulos superiores, la ausencia de linfodenopatías y la propensión a la formación de cavernas (en 40-87% de los adultos). Sin embargo, en la mayoría de los casos, hay una mezcla de patrones radiográficos: opacidades lineales, reticulares y nodulares. Los tuberculomas representan un 14-24% de los nódulos solitarios resecados. En un 20% de los casos, se observan tuberculomas múltiples, y en el 80%, se evidencian pequeñas lesiones satélite. El 75% de estas lesiones predomina en los lóbulos superiores. La fibrosis pulmonar secundaria a TB, con pérdida de volumen de los lóbulos superiores, retracción hiliar y traqueomegalia secundaria, se observa en aproximadamente el 29% de los casos. (1)
En la radiografía de tórax, la detección de cualquier anormalidad (parenquimatosa, ganglionar o pleural), con o sin calcificación, no precisa el grado de actividad. Los pacientes pueden tener cultivos de esputo positivos para TB pese a la desaparición de las imágenes radiológicas. Así, el mejor indicador de actividad es el cultivo. Además, las manifestaciones radiográficas pulmonares de las micobacterias ambientales son muy parecidas a la TB cuando afectan a huéspedes inmunocompetentes. La única diferencia que parece encontrarse es la ausencia de lesiones sugestivas de TB primaria, y el hecho de que algunas de estas infecciones por micobacterias ambientales pueden presentarse como nódulos pulmonares solitarios (1). Y finalmente, en investigaciones realizadas en otros países, el hallazgo de radiografías de tórax sin alteraciones, en pacientes con coinfección TB pulmonar/VIH oscila entre 7,8 % y 27,1 %. (2). En el Anexo, las imágenes nº1-nº4 presentan algunas radiografías de tórax para evidenciar la presencia de la TB en diferentes tipos de pacientes.
Tratamiento
La terapia farmacológica antimicrobiana utilizada en el tratamiento de las enfermedades infecciosas como la TB se relaciona con la defensa de agentes patógenos que generalmente son desencadenados por el hombre (15). El uso inadecuado de medicamentos en el tratamiento de la cepa del M. tuberculosis, la baja adherencia al tratamiento, los regímenes farmacológicos inadecuados, el suministro irregular de las sustancias antituberculosas y el uso de medicamentos de baja calidad pueden facilitar la diseminación de cepas resistentes (10). Más del 90% de los casos de TB se tratan con medicamento antifimicos; sin embargo, el tratamiento médico falla entre un 20-40% en pacientes con tuberculosis multiresistente. (15)
Estudios recientes recomiendan la resección quirúrgica si el paciente tiene una lesión cavitaria o un pulmón o lóbulo destruido debido a que estas lesiones dificultan la penetración de antibióticos antituberculosos y por la presencia de organismos contenidos dentro de la cavidad (15) (7). Sin embargo, un reto actual corresponde a que en los nuevos casos de TB es la resistencia al tratamiento farmacológico, con la generación de cepas multirresistentes —resistencia demostrada al menos a la isoniazida y a la rifampicina. Un recurso de vital importancia para evitar la propagación y disminuir los casos de TB, especialmente en los que se produce resistencia a los fármacos, es la adherencia del paciente al tratamiento farmacológico. (10)
Discusión
La TB es una enfermedad tan antigua como la humanidad, considerada en ciertos momentos de la historia pasada como la ‘peste blanca’ (12). Desde que se descubrió la enfermedad y comenzaron los estudios científicos sobre la misma ha existido un ligero predominio de la enfermedad en el sexo masculino, atribuible a la mayor exposición a los factores de riesgo como el alcoholismo, tabaquismo y mayor probabilidad de internamiento en centros de reclusión. (12)
El estudio microbiológico para el diagnóstico de TB es clave y altamente promovido; sin embargo, como lo muestra diversa literatura médica, la radiografía de tórax es una herramienta importante para incrementar el valor predictivo de la sospecha diagnóstica de TB pulmonar y, junto a otros elementos clínico-epidemiológicos, son auxiliares de diagnóstico muy útiles cuando las pruebas bacteriológicas no pueden proporcionar una respuesta clara en el diagnóstico. (1)
La OMS y diversos estudios apuntan a que la TB predomina en adultos jóvenes, lo que indica transmisión activa, por el contrario, a medida que la prevalencia baja, es más frecuente en adultos mayores. (14) (12). Sin embargo otros afirman que este resultado puede atribuirse a que el sexo masculino es más propenso a los factores de riesgo que condicionan ambas entidades clínicas. (9)
Además, la TB es una enfermedad prevalente que sigue siendo un reto entre las enfermedades infecciosas. Los radiólogos deben estar familiarizados con los hallazgos por imágenes de la TB pulmonar tanto clásicos como infrecuentes, dependiendo de las características del paciente, así como de sus complicaciones. Las manifestaciones radiológicas de la TB primaria y postprimaria son muy amplias y en algunas ocasiones se superponen. (5)
Y finalmente, es de vital importancia el papel que juegan el médico de la familia y su enfermera en la detención temprana de los casos y el tratamiento porque estando directamente relacionados con la comunidad. (12). Y en armonía con las fuentes de este artículo de revisión, la detección temprana es clave para el tratamiento a esta enfermedad que lamentablemente no ha dejado de ser un gran problema de salud pública, siendo una enfermedad con muy alta prevalencia que sigue en aumento.
Ver anexo
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