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Mastitis y lactancia materna

Mastitis y lactancia materna

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva aunque, en ocasiones, el dolor producido por la mastitis puede provocar el fin de la misma.

Autores

  1. Sandra Peña de Buen. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet.
  2. Marta Doñate Cuartero. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet.
  3. María Rodríguez Sánchez. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet.
  4. María Sampietro Palomares. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.
  5. Alejandra Inés Franco Villalba. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet.

Palabras clave

Lactancia materna, mastitis, dolor, probiótico, absceso mamario.

Keywords

Breastfeeding, mastitis, pain, probiotic, breast abscess.

Resumen

            La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva aunque, en ocasiones, el dolor producido por la mastitis puede provocar el fin de la misma. La mastitis es una patología mamaria que se produce frecuentemente en la segunda y tercera semana del postparto por la retención o estasis de la leche. La leche materna, que contiene bacterias de forma fisiológica, si se retiene en el pecho mamario o aumentan sus concentraciones por encima de los límites fisiológicos, desencadena un proceso inflamatorio e infeccioso que es la mastitis.

            La prevalencia de la mastitis es muy variable en función de las fuentes consultadas.

            Existen diferentes tipos de mastitis: agudas, subagudas y subclínicas, siendo las dos últimas las más frecuentes pero menos diagnosticadas.

            Para realizar un correcto tratamiento de las mastitis hay que obtener un cultivo de leche y, en base a estos resultados, prescribir el antibiótico más adecuado. Lo más importante a realizar por la madre es el vaciamiento adecuado del pecho afectado. Ante un tratamiento inadecuado, se pueden producir complicaciones como el absceso mamario.

            Los probióticos son una nueva línea de investigación para el tratamiento de las mastitis.

            Los profesionales sanitarios debemos estar actualizados constantemente ya que en el caso de la mastitis se recomiendan prácticas a diario que podrían no ser las adecuadas.

Abstract

            The World Health Organization (WHO) recommends exclusive breastfeeding although, sometimes, the pain caused by mastitis can cause the end of it. Mastitis is a breast disease that occurs frequently in the second and third week of postpartum due to retention or stasis of milk. Breast milk, which contains bacteria in a physiological way, if it is retained in the breast or increases its concentrations above the physiological limits, triggers an inflammatory and infectious process that is mastitis.

            The prevalence of mastitis is very variable depending on the sources consulted.

            There are different types of mastitis: acute, subacute and subclinical. With the last two being the most frequent but least diagnosed.

            To perform a correct treatment of mastitis you have to obtain a milk culture and, based on these results, prescribe the most appropriate antibiotic. The most important thing to do for the mother is the proper emptying of the affected breast. Faced with inadequate treatment, complications such as breast abscess may occur.

            Probiotics are a new line of research for the treatment of mastitis.

            Health professionals should be constantly updated because in the case of mastitis daily practices are recommended that may not be appropriate.

Objetivo

            El objetivo del presente artículo es la actualización con la evidencia científica más reciente acerca de la mastitis que se produce durante el periodo de lactancia y puede comprometerla.

Metodología

            Se realizaron búsquedas en las siguientes bases de datos: PubMed, Sciencedirect, y Cocrhane. Además, se han utilizado también guías sobre lactancia materna como la de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME).

Desarrollo

            La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna (LM) de forma exclusiva durante los seis primeros meses de vida y durante al menos los dos primeros años de vida junto a la alimentación complementaria 1,2. Sin embargo, en ocasiones, el dolor durante la LM es un problema frecuente que produce el abandono de la misma. Entre las posibles causas del dolor destaca la mastitis 1,3.

            La mastitis se define como la “inflamación de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria acompañada o no de infección”. Son resultado de una alteración de la macrobiótica fisiológica de la mama en el caso de las mastitis infecciosas; y de un vaciamiento inadecuado de la mama en el caso de las inflamatorias 4-7.

            La causa principal para el desarrollo de la mastitis es la retención o estasis de leche 4-7. Todos aquellos factores que provoquen un vaciado inadecuado del pecho y, por tanto una retención de la leche, predisponen para el desarrollo de la mastitis 6. Al retenerse la leche, se facilita el crecimiento bacteriano, por lo que la mastitis inflamatoria podría evolucionar a una infecciosa 6.

            El periodo de mayor prevalencia se da durante la lactancia, siendo la etapa más habitual la segunda y tercera semana postparto 3,6. Su estimación es muy variable según la bibliografía consultada. La Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) estiman que entre un 2-33% de las mujeres desarrollaran mastitis durante el posparto 6.

            Existen varios tipos de mastitis y se clasifican según sus síntomas en: agudas, subagudas y subclínicas. Las agudas se diagnostican sin dificultad, pero son mucho más infrecuentes que las subagudas y subclínicas 3, 8.

               Comenzando por la mastitis aguda, ésta se caracteriza por una intensa inflamación local del pecho junto con dolor, enrojecimiento, induración y tumefacción. Además, también pueden aparecer síntomas sistémicos como fiebre, dolores musculares y articulares o malestar general entre otros 4,6,8,9.

El agente causal de este tipo de mastitis pertenece al género de los Staphylococcus y Streptococcus. El Staphylococcus Aureus suele ser responsable de las mastitis agudas que cursan con sintomatología evidente 9-11.

Esta especie, a diferencia de otras, se caracteriza porque no suele estar presente de forma fisiológica en la glándula mamaria. Sin embargo, hay personas que son portadoras, ya sea sintomáticas o no, en las mucosas del tracto digestivo, genitourinario o nasofaríngeo. Desde esas zonas, podrían migrar hacia la glándula mamaria durante la lactancia y una vez allí, producir toxinas. Éstas, por un lado producen la inflamación aguda del tejido mamario y por otro, causan síntomas sistémicos al absorberse y pasar a la circulación sanguínea 9.

Como se hacía referencia anteriormente, las mastitis agudas son las más infrecuentes. Representan el 10-15% del total de las mastitis 9. Es necesario un tratamiento precoz y adecuado para interrumpir el proceso. En caso contrario, podría evolucionar a un absceso mamario 6,8.  

Otro tipo de mastitis, es la subaguda, que se caracteriza por una inflamación localizada con dolor, induración e ingurgitación. Generalmente no aparecen zonas enrojecidas en el pecho, no hay síntomas sistémicos o éstos son muy leves. A pesar de que representan el mayor tipo de mastitis, están infradiagnosticadas al no presentar sintomatología general 6,10. La madre lactante puede definir el dolor como un pinchazo, quemazón o ardor dentro de la mama 8.

Similar a la mastitis subaguda, se encuentra la mastitis subclínica. Ambas suelen tener la misma especie etiológica causante 8. Por tanto, a la hora de realizar el diagnóstico y tratamiento se actuará de la misma manera. La diferencia entre ambas es que, en la mastitis subclínica, la especie etiológica causal se encuentra en concentraciones que no llegan a alcanzar el umbral del dolor 8,10.

La madre lactante suele definir el proceso como la percepción de una falsa producción de poca leche, de que el bebé extrae menos leche del pecho y/o de que las tomas se prolongan en el tiempo. Sin embargo, en la gran mayoría de las situaciones la leche no se ha modificado en cuanto a composición ni a producción, simplemente se han formado biofilms en el interior de los conductos galactóforos que impiden la correcta secreción de la misma 4-6,8,10.

Respecto a las mastitis subagudas y subclínicas, el agente causal más frecuente es la familia de estafilococos coagulasa negativos, siendo el Staphylococcus Epidermidis el más frecuente 8,10.

En la glándula mamaria de forma fisiológica existen bacterias a concentraciones muy moderadas y controladas que incluso son beneficiosas para el niño sin suponer problemas para la madre lactante. Las bacterias se disponen alrededor de los conductos galactóforos lo que permite un flujo normal de leche siempre y cuando las concentraciones sigan siendo las fisiológicas. La presión que ejerce la leche sobre los conductos galactóforos hace que algunas bacterias se pongan en suspensión en la misma y se trasfieran a los niños durante la lactancia 4,10.

El problema se produce cuando hay un sobrecrecimiento de ciertas especies como el S. epidermidis o el S. salivarius, que supera las concentraciones fisiológicas. Estas especies no son capaces de producir toxinas, por lo que a diferencia del S. Aureus que produce las mastitis agudas, no van a producir un cuadro local agudo ni síntomas sistémicos 4,10.

El dolor que refieren las madres de tipo pinchazo o calambre cuando padecen una mastitis subclínica o subaguda, se debe a que crecen biofilms en el interior de los conductos galactóforos lo que lleva a que la leche deba pasar por una luz cada vez más estrecha. Esto va a producir una inflamación del tejido mamario 4,8,10.

Si un conducto galactóforo se obstruye totalmente, puede producir una ingurgitación mamaria. Este hecho puede provocar la percepción por parte de la madre de que la producción de leche a disminuido, sin embargo no está afectada la producción sino la secreción de la misma.  Además, en el niño también se pueden observar actitudes muy dispares, desde la tranquilidad y relajación al amamantamiento agresivo con tirones bruscos. La regularidad de las tomas también puede cambiar, pueden hacerse más largas y/o más frecuentes 4,10.                Si la obstrucción total del conducto galactóforo se produce en un orificio del pezón, se puede observar la ampolla o perla de leche 4,8,10.

            La matrona como personal sanitario referente para la ayuda en el inicio y mantenimiento de la lactancia debe estar en constante actualización con la evidencia científica más reciente para dar el consejo más adecuado en cada momento a la madre lactante.

            Existen dos prácticas muy utilizadas diariamente que pueden hacer que el problema de la mastitis se prolongue más en el tiempo.

            La primera de ellas es la aplicación de gotas de leche y/o lanolina en el pezón y areola mamaria tras la toma. Es una práctica que se puede realizar en caso de que no existan síntomas de mastitis; pero ante una sospecha o confirmación de mastitis no es la práctica más recomendada. Al aplicar gotas de leche y/o lanolina hacemos que se propaguen más las bacterias y creamos un ambiente húmedo que favorece su crecimiento. En estos casos, la evidencia dice que es más recomendable el uso de aceite de oliva que no va a favorecer el crecimiento bacteriano y además cuenta con propiedades antiinflamatorias 9.

            La segunda práctica que es frecuente recomendar a las madres lactantes es la aplicación de calor local en el pecho ante una ingurgitación mamaria. Al verse dificultada la salida de la leche debido al crecimiento de biofilms, la aplicación de calor podría aliviar el cuadro al dilatar los conductos y salir la leche con menor dificultad. Sin embargo, al aplicar calor aumentamos la temperatura del pecho, lo que crea unas condiciones óptimas para el crecimiento de bacterias.

            En aquellos casos en que las mujeres tengan retención de leche y sientan alivio con el calor, se debe aplicar unos cinco minutos antes de la toma y debería ir seguido de la aplicación de frío local tras la toma durante cinco – diez minutos 9.