adultas, madres y esposas estableciéndose fuertes relaciones de género. El corte o extirpación física es la prueba de que hay una garantía de que a esa niña se la han enseñado todas las cosas necesarias que la hacen merecedora de pertenecer a la comunidad y ser respetada(12)
Limpieza/higiene (12,15). En algunos países africanos donde el acceso al agua es limitado se cree que la infibulación hace que los genitales se limpien con mayor facilidad y que entre menos suciedad del exterior.(16)
Salud(15) Algunas creencias sobre la salud son que puede reducir el dolor menstrual, reducir el deseo de rascarse y masturbarse, prevenir el VIH y el cáncer(16) aumentar la fertilidad(16,17)
y reducir las complicaciones durante el parto.(16)
Prevenir las violaciones en las tribus nómadas(16)
Creencia de que el clítoris segrega veneno que puede dejar al marido impotente o incluso matarlo, durante el nacimiento también creen que podría matar al bebé(16)
Aumentar el placer sexual de los hombres(15) Muchas mujeres utilizan productos y hierbas para estrechar su vagina y hacer así el sexo más placentero para los hombres. Se pueden encontrar numerosos productos a la venta en sus farmacias o a través de vendedores ambulantes y curanderos. Quieren permanecer sexualmente atractivas para sus maridos para que así no busquen relaciones extramatrimoniales o intentar que no busquen más esposas así como para poder seguir beneficiándose de los regalos y el dinero que necesitan para sobrevivir tanto ellas como sus hijos.(10)
También lo asocian como símbolo de Belleza/feminidad/pureza(12) Algunas mujeres creen que tras la mutilación genital femenina (MGF) los genitales son más bonitos, finos y de apariencia “más normal”, sintiéndose sexualmente más atractivas. Los genitales sin cortar les parecen feos, poco finos y masculinos. (16)
En el caso de la mutilación genital femenina (MGF) tipo IV a veces se genera una vaginitis química por la inserción de sustancias herbales con diferentes objetivos: tratamiento para la infertilidad, para la amenorrea y la menorragia, para tratar un flujo vaginal anormal, “efflurium seminis”, para la amenaza de aborto o para provocarlo, para tratar la inflamación abdominal y para “limpiarse de la mala sangre”(18)
Aumentar la atracción sexual y el compromiso de la pareja
En KwaZulu-Natal, provincia de Sudáfrica, se han descrito prácticas que las mujeres realizan para obtener mayor atractivo hacia los hombres. Estas prácticas incluyen: ingestión de sustancias vía oral, duchas intravaginales, aplicación de sustancias en la vulva, introducción de sustancias vía intravaginal y diversas modificaciones anatómicas entre las que se incluyen cortes en los genitales. Los cortes en los genitales se han documentado en varias formas: como ritos de iniciación en los que se incluían romper el himen con el dedo o el cuerno de un animal, provocar un pequeño corte justo por encima del clítoris y técnicas para tirar de los labios mayores y hacerlos más largos. Las mujeres refieren realizarse cortes de unos pocos milímetros con una hoja de afeitar hasta que fluye sangre y se ha abierto lo suficiente para introducir sustancias en su interior.
Las realizan curanderos o amigas de confianza. Las descripciones de las zonas donde se realizan los cortes son generalmente imprecisas oscilando desde “justo dentro de la vagina”, “en lo más alto de tus partes privadas”, “en el clítoris” hasta “los lados de la vagina”. Al mismo tiempo que en los genitales las mujeres se realizan cortes en la cabeza, en la frente, encima de las cejas, en la base del cuello, entre los pechos, en las articulaciones, alrededor del ombligo, en los muslos y entre el primer y segundo dedo del pie porque estas áreas están en contacto con el compañero sexual durante el coito. Se introducen medicinas tradicionales (“medicinas de amor”) en las heridas frescas, el objetivo es atraer el deseo de su pareja y que adquiera un compromiso amoroso hacia ellas intentando evitar que les sean infieles (19)
Cirugía plástica estética
La cirugía plástica de elección se ha convertido en algo popular en las culturas contemporáneas occidentales. Se realizan con una razón no curativa y puramente estética que está relacionada con cambiar los genitales de las mujeres hacia un ideal de vagina occidental heteronormativa construida.(16) Todo este tipo de tratamientos entrarían dentro de la clasificación de mutilación genital femenina (MGF) tipo IV.
MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA EN LA HISORIA DE OCCIDENTE
En el siglo XVII, el profesor de anatomía y botánica Jean Riolan en la universidad de París, sugirió la clitoridectomía de todas las mujeres como manera de disciplinar una sexualidad descontrolada. Admitía que la forma en que la llevaban a cabo los etíopes era cruel pero quizás con utilidad en esos períodos de perversión. (7)
El significado erótico del prepucio en los hombres y del clítoris en las mujeres es lo que llevó a numerosos médicos del siglo XIX en occidente a extirpar dichas partes anatómicas en los casos que creían necesario disuadir a los pacientes de prácticas sexuales no autorizadas para la época como era la práctica de la masturbación. Observaron que los niños se masturbaban manipulando sus prepucios y las niñas manipulando sus clítoris así que llegaron a la conclusión de que la circuncisión y la clitoridectomía sería la solución para poner fin a esos comportamientos disfuncionales.(20)
La primera clitoridectomía recogida en la literatura de occidente proviene de Francia, en 1812, donde el Dr. Authelme Richerand amputó a una niña de 14 años en el intento de curarla de su ninfomanía y excesiva masturbación. El primer caso conocido en Alemania data del año 1822 en Berlín. En el debate llevado a cabo por la Sociedad de Cirugía en París en 1864 sobre cómo prevenir mejor la masturbación, el médico Paul Broca afirmó que recurrió a la infibulación para evitar la masturbación, dejando el clítoris intacto pero escondido mediante la unión de los labios mayores en su parte superior.(7)
En la última mitad del siglo XIX los trastornos femeninos denominados en aquella época en el mundo occidental como ninfomanía, masturbación, enajenación moral, histeria y neurastenia suponían una gran amenaza para la salud y para la vida. Charcot fue un médico que enfatizó la creencia de que la mayoría de las enfermedades mentales en las mujeres provenían de anomalías o excitación de los genitales externos. Hizo numerosas demostraciones públicas de ataques de histeria en mujeres en los años 1870, donde decenas de testigos masculinos podían ver, con detalles pornográficos, el papel del clítoris y la vulva en el origen de ataques de histeria en sus jóvenes pacientes. Freud asistió durante meses a sus demostraciones y las explicaba en sus escritos haciendo hincapié en los efectos de la mente sobre enfermedades ginecológicas y trastornos de la conducta.(21)
En un texto datado en 1894 el médico americano A.J. Bloch describe cómo masturbaba a sus pacientes para cerciorarse de que el clítoris era el responsable de esa “perversión del orgasmo” y así les aplicaba el bisturí.(7)
El ginecólogo Isaac Baker Brown (1811-1873) en Londres y el endocrino Charles Brown-Sequard (1817-1894) en París abogaron por la práctica de la ablación del clítoris para curar la masturbación y la ninfomanía y prevenir su progresión hacia la melancolía masturbatoria, parálisis, ceguera e incluso la muerte.(21)
Cuando Baker Brown observó que entre la